La inteligencia contextual es una de esas capacidades cada vez más valoradas en el mercado laboral. ¿Por qué los empleadores la toman en cuenta? Te invitamos a descubrirlo.
La inteligencia contextual es la capacidad de comprender y adaptarse con eficacia a diferentes contextos y situaciones. Está asociada a la conciencia de las normas sociales, culturales y ambientales que rigen un entorno específico, así como a la habilidad de utilizar este conocimiento para interactuar y tomar decisiones apropiadas.
Hay empleadores privilegian a los candidatos que tengan esta cualidad, considerando que aportan estabilidad a las organizaciones, contribuyen al buen clima laboral y suelen cometer menos errores. Esto último porque son más conscientes de los límites que tiene su propio conocimiento.
La inteligencia contextual es relevante, en especial, en situaciones interculturales o entornos laborales diversos y sociales en los que es necesario comprender y responder de modo adecuado a las normas, así como a las expectativas. Es una aptitud clave para la interacción efectiva y el éxito en diversos ámbitos de la vida.
«La inteligencia contextual es la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones y aplicar el conocimiento de manera efectiva en contextos específicos».
Tradicionalmente, los investigadores organizacionales, conocidos por las personas que van investigando en su día a día, los comportamientos dentro de las organizaciones, podríamos decir que se han enfocado principalmente en identificar las cualidades y rasgos de los individuos que caracterizan el liderazgo efectivo. Sin embargo, existe un consenso cada vez mayor entre académicos y profesionales de que, para comprender por qué el liderazgo a veces puede tener resultados destructivos, podríamos centrarnos en comprender las cualidades y rasgos de las personas que caracterizan los estilos de liderazgo disfuncionales, es decir tóxicos.
«Para ver claro basta con cambiar la dirección de la mirada». Antoine de Saint Exupery
Según la investigación realizada por la Dra. Abigail Phillips nos ha sugerido que los rasgos oscuros de la personalidad, como el narcisismo, el maquiavelismo o la psicopatía (la tríada oscura), pueden ser una de las causas del liderazgo disfuncional.
En la misma, exploraron las implicaciones para los empleados y las organizaciones a través de dos de estos rasgos: la psicopatía del líder y el narcisismo del líder. La psicopatía abarca rasgos relacionados con la insensibilidad, la manipulación, la impulsividad y el control conductual deficiente, mientras que el narcisismo se caracteriza principalmente por sentimientos de derecho, grandiosidad, amor propio y necesidad de admiración, es decir, “un ego más grande que el de varias personas juntas”.
En sus tres estudios, basados en una muestra internacional de más de 1200 empleados de una variedad de industrias y organizaciones diferentes, descubrieron que, a medida que aumentaban los niveles de psicopatía y narcisismo entre los líderes, también aumentaba la prevalencia del acoso laboral, el trabajo contraproducente comportamiento, insatisfacción laboral, angustia psicológica, estrés, nerviosismo, ansiedad y depresión entre los empleados subordinados.
Lo que quizás fue más interesante de los hallazgos fue que el acoso laboral surgió como un mecanismo mediador, a través del cual la psicopatía y el narcisismo del líder parecían afectar la satisfacción laboral, el bienestar, la depresión y el comportamiento laboral contraproducente de los empleados.
Sabemos que los jefes o líderes tóxicos con alto nivel de psicopatía y narcisismo tienen un fuerte deseo de poder y, a menudo, carecen de empatía. Esto puede resultar en que estas personas se aprovechen de los demás, se atribuyan el mérito de su trabajo, sean demasiado críticas y, en general, se comporten de manera agresiva para lograr el resultado deseado.
También sabemos, a partir de investigaciones de la Dra. Abigail Phillips (Toxic bosses in the workplace), que estos individuos tienen reputación de ser acosadores y es probable que participen en conductas de acoso con más frecuencia que los individuos con niveles bajos de psicopatía o narcisismo. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que, además de las consecuencias negativas para su bienestar psicológico y satisfacción laboral, es más probable que los empleados que se encuentran en un entorno laboral de este tipo tomen represalias redirigiendo su frustración resultante hacia la organización (lo que resulta en comportamientos laborales más contraproducentes) o sus compañeros de trabajo (lo que resulta en un aumento de la intimidación de empleado a empleado, así como de la intimidación de líder a empleado).
Trabajar bajo un liderazgo destructivo no solo es difícil para la moral. También puede afectar el rendimiento de todo un equipo. Debido a que los líderes tóxicos tienden a centrarse en sus propios intereses, su comportamiento se produce a expensas del bienestar de su equipo.
Pero no siempre es fácil detectar líderes tóxicos o destructivos, incluso si parece obvio en retrospectiva.
¿Qué es el liderazgo tóxico?
El liderazgo tóxico es un tipo de liderazgo que es destructivo para los miembros de un equipo y el lugar de trabajo en general. Es un abuso de poder egoísta por parte del líder.
Bajo un liderazgo tóxico, es difícil que usted y sus compañeros prosperen.
Un líder tóxico generalmente tendrá su propio interés en el corazón. Esto afecta el rendimiento, la productividad y la actitud de un equipo en diversos grados.
¿Cuáles son los efectos del liderazgo tóxico?
El liderazgo tóxico y las malas cualidades de liderazgo tienen un impacto en todos los que trabajan con el líder que exhibe estos rasgos tóxicos.
En el caso del acoso laboral, muchas veces se desarrolla como un mecanismo mediador ante la presencia de líderes tóxicos. Es más probable que provoquen que los empleados tomen represalias y redirijan sus frustraciones hacia quienes los rodean, creando así un ecosistema intoxicado, con mal ambiente de trabajo, un “sálvese quién pueda”.
En general, un jefe, un líder tóxico es un obstáculo para una cultura laboral saludable. Por supuesto, no todos los líderes tóxicos tendrán el mismo grado de influencia en la cultura laboral porque no todos mostrarán los mismos rasgos tóxicos.
¿Cómo podemos detectar a un líder tóxico?
Es importante que podamos estar atentos a posibles líderes tóxicos a nuestro alrededor para que podamos adaptarnos y prosperar a pesar de su impacto. Aquí hay ocho rasgos tóxicos que hacen que las cualidades de liderazgo sean malas.
1. Mentiras frecuentes o expectativas inconsistentes.
La deshonestidad en el lugar de trabajo es tóxica porque es difícil entender nuestro lugar de trabajo cuando dejamos de tener acceso a la verdad.
Los líderes tóxicos también tienden a ser inconsistentes y, a menudo, se retractan de lo que dijeron, es decir, como si nunca lo hubieran dicho o poniendo palabras en los demás sin que estos lo hubieran comunicado.
Supongamos un ejemplo, que nuestro superior nos dice el jueves que cierta tarea actual vence el viernes y luego nos hace una reprimenda cuando no está completa al final del día. Es decir, que ahora afirma que anteriormente dice que vencía hoy, esto es uno de los muchos ejemplos, cuando ocurre que por motivos A o B, se quiere algo para antes de ayer, provocado por una falta de comunicación y programación.
Este es un ejemplo de un término llamado gaslighting en el trabajo. Gaslighting es un tipo de manipulación psicológica que involucra a una persona que hace que la otra persona cuestione su propia memoria o juicio. «Gaslighting» es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva.
2. No escucha los comentarios
Todos tenemos un espacio para aprender, pero los líderes tóxicos no están dispuestos a escuchar críticas constructivas.
Las preocupaciones de los miembros de su equipo no se escuchan, lo que impide que el equipo mejore. También significa que un líder tóxico se queda atascado en sus caminos y provoca que todos nos quedemos atascados, sin avanzar.
Otro ejemplo. Creen que sería más efectivo para todo el equipo cortar la reunión diaria. Siente que la mayor parte de lo que sucede podría discutirse por correo electrónico.
Sin embargo, se niega a ceder en el tema. Esta reunión fue su idea, y se están tomando esta crítica como algo personal.
3. La Arrogancia.
Los líderes tóxicos creen que siempre tienen la razón, lo cual es una de las razones por las que tienen dificultades para escuchar los comentarios, para empatizar, para ser asertivos.
Esperan que las personas de su equipo acepten lo que dicen como la verdad “absoluta”, sin dudar y no quieren ser corregidos.
Por ejemplo, supongamos que está en una reunión y nos dice que el cliente dijo que prefiere algo en particular. Sabemos que esto está mal porque el cliente nos lo dijo. Si tratas de corregirlos, te ignorarán o te reprimirán por intentar corregirlos.
4. Da importancia a la jerarquía.
La jerarquía (los rangos y roles de las personas dentro del negocio) es lo que da a los líderes tóxicos control sobre su equipo.
Como quieren mantener este poder, valoran esta jerarquía. Ellos se asegurarán de que permanezca en su lugar.
Por ejemplo, cerrarán una iniciativa que permitiría a las personas del equipo ser más independientes y tomar las propias decisiones. Es decir, ser personas más dependientes de la persona que dirige y que quiere tenerlo todo controlado.
5. Discrimina a los empleados, a las personas.
Los líderes tóxicos a menudo tienen sus propios prejuicios contra las personas de su equipo, ya sean positivos o negativos. A menudo, no practican un liderazgo inclusivo.
Esto podría manifestarse en la forma de dar un trato preferencial a sus “amigos”, o como sexismo, discriminación por edad, racismo, homofobia y más. Tal discriminación puede resultar en un lugar de trabajo altamente tóxico, a parte, puede ser penalizado por la misma ley dependiendo del lugar.
Aquí hay un ejemplo: La persona elogia a su amigo, incluso cuando este amigo ha hecho un trabajo mediocre. Por otro lado, la misma persona nunca está contento con el trabajo, incluso cuando supera las expectativas de otra persona fuera de su “círculo de amistades laborales”.
6. Carece de confianza.
Los líderes tóxicos no suelen tener mucha confianza en sí mismos. Esto es a menudo de donde proviene el comportamiento tóxico, como un intento de sobre compensar.
La falta de confianza también significa que les puede resultar difícil confiar en sus subordinados.
Como ejemplo, la persona que carece de confianza puede micro gestionar porque no confía en nadie para manejar una tarea, o en la toma de decisiones.
7. Incompetente en su trabajo.
Incluso si los líderes tóxicos creen que siempre tienen la razón, esto deja de ser cierto. Tienden a tomar malas decisiones y tendrán dificultades para hacer su trabajo de manera efectiva.
También menospreciarán a los demás y los criticarán para compensar este comportamiento y elevarse a sí mismos.
Por ejemplo, supongamos que la persona tiene problemas con la gestión del tiempo. Pueden terminar presionando a su equipo para que cometa acciones que den como resultado que los proyectos se retrasen. En última instancia, esto afectará el rendimiento del equipo. Esto es cuando se usa mucho la palabra “es urgente”, “esto es para hoy”, etc.
8. Interés propio
Los líderes tóxicos a menudo se enfocan en sus propias carreras y en el avance sobre las de los demás. Primero “yo”, luego los demás.
“Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros”. Jean-Paul Sartre
Derribando mitos sobre líderes tóxicos
Los cuatro mitos sobre los líderes tóxicos.
1. El equipo no tolera el comportamiento tóxico
Es fácil pensar que si un líder es tóxico, dejaría de ser un problema por mucho tiempo, porque el líder tóxico y el equipo deje de permitir que esta situaciópn continuara, todo el tiempo.
Pero hay presión para tolerar este comportamiento ya que desea mantener su trabajo y avanzar en su carrera. No es fácil ser la primera persona en enfrentarse a un líder tóxico. Porqué dar el primer paso para enfrentarse a ello, puede acarrear consecuencias, pero si el provocar de romper la barrera para la denuncia del mismo, que a corto, medio y largo plazo, puede ser la línea a continuar por otros miembros, personas.
Como resultado, los líderes tóxicos suelen ser tolerados durante largos períodos de tiempo.
2. Los líderes tóxicos son fáciles de detectar
Una persona tóxica aún puede ser un líder carismático, lo que significa que puede ocultar su toxicidad. Esto hace que no siempre sean fáciles de detectar.
Aunque exhibirán algunos de los rasgos mencionados anteriormente, no siempre lo harán de manera explícita o abierta. Algunos comportamientos tóxicos pueden ser más sutiles que otros. Incluso mostrarlos en “petit comité”.
Para alguien que no trabaja directamente con un líder tóxico, puede ser difícil ver a través de su máscara, de su disfraz.
3. Una persona no puede lidiar con un líder tóxico por su cuenta.
Esto no siempre es cierto. Si todos creen que no pueden lidiar con un líder tóxico, nadie jamás hablará y el problema no se resolverá.
El miedo a estar solo es exactamente la razón por la que varias personas en un equipo a menudo toleran el comportamiento tóxico.
Pero a menudo, todo lo que se necesita es que una persona esté dispuesta a hablar. Una vez que esto suceda, otros encontrarán el coraje para hablar también, y podrán comenzar a abordar el problema juntos. Trabajarán en equipo.
4. Los líderes deben ser tóxicos para avanzar en su carrera
Los puestos corporativos son competitivos y muchas personas creen que necesitan adoptar rasgos tóxicos para «triunfar».
Pero los líderes tóxicos tienen comportamientos destructivos que no son buenos para la organización, especialmente a largo plazo.
Es posible ser un líder excepcional sin ser tóxico y sin dejar de avanzar en nuestra carrera.
En algunos casos, los líderes tóxicos pueden no darse cuenta de lo que están haciendo, más que más porqué su ego les tapan sus propios ojos.
Su comportamiento puede ser un mecanismo de defensa contra sus propias dudas. Esto significa que algunos líderes tóxicos tienen la capacidad de cambiar con el tiempo. Las malas personas no pueden ser buenos profesionales.
¿Cómo lidiar con un líder tóxico?
Si resulta que trabajamos con un líder tóxico, aquí hay siete consejos para lidiar con él.
1. Intentar ayudar en lugar de juzgar.
Ayudemos a los otros a nuestro alrededor a lograr más y generar resultados.
Podemos concentrarnos en prosperar juntos como equipo en lugar de dedicar tiempo al drama.
Si no puede evitar el comportamiento tóxico, al menos no tiene que concentrarnos en él y prestarle toda nuestra atención.
2. Mantenemos el control de nuestras reacciones.
No podemos controlar cómo actúa el líder tóxico, pero tiene el control de sus reacciones a esas acciones. Es decir, predecirlo para poder estar atentos a su siguiente paso.
Recordemos que este comportamiento no se trata de nosotros. Mantén el control de nuestras emociones y no les prestemos la atención que quieren.
Si tiene dificultades para hacer esto por su cuenta, considere pedir ayuda al departamento de recursos humanos, en caso de que este exista.
3. Documentamos todo.
Documenta cuando el líder tóxico hace solicitudes con las que no estamos de acuerdo. De esta manera, si hay consecuencias, tendremos pruebas de que se nos pidió que hiciéramos ciertas cosas que condujeron a estas consecuencias, situaciones, etc.
Solicitemos siempre una confirmación por escrito por correo electrónico antes de completar una tarea con la que no estemos de acuerdo.
4. Establecemos límites profesionales
Mantenga la relación entre nosotros y el líder de forma profesional.
No tiene la obligación de hacerse amigo de esta persona o responder preguntas personales. Al hacer esto, nos protegeremos a nosotros mismos y a nuestra vida personal del comportamiento tóxico.
Podemos tratar de lidiar con el comportamiento mediante el balanceo gris en ciertas situaciones, pero esto no se recomienda a largo plazo.
El balanceo gris es una técnica que se usa para desviar el comportamiento de una persona tóxica al actuar de la manera más indiferente posible cuando interactúas con ella. Por ejemplo, usar el método del balanceo gris involucra acciones deliberadas como evitar el contacto visual o no mostrar emociones durante una conversación. (Top Tips To Stay Calm With Toxic People)
5. Acerquémonos al líder tóxico con una conversación sincera
Aunque los líderes tóxicos no siempre estarán abiertos a este tipo de conversación, podemos intentar tener una, que no sea dicho que se ha intentado.
El objetivo de una conversación sincera no es acusar, sino expresar cómo nos sentimos y cómo se ve afectado nuestro desempeño.
Acerquémonos a él con frases en primera persona del plural y expliquemos cómo esto no solo le afecta a nosotros, sino también a todo el equipo, a la empresa. Recordemos, la felicidad y desempeño afectan el desempeño general de la empresa.
6. Aclaramos las instrucciones.
No hagamos suposiciones sobre lo que creemos que quiere el líder tóxico. Esto nos puede dar lugar a malentendidos.
Solicitemos aclaraciones (por escrito) cada vez que tengamos la más mínima duda.
7. Concentrémonos en nuestro trabajo y olvidémonos del ego.
Recordemos no tomarnos las cosas personalmente. El comportamiento de un líder tóxico no es un reflejo de nosotros y nuestro desempeño.
No podremos demostrar que tenemos razón y que el líder tóxico está equivocado, así que no intentemos hacerlo.
¿Es posible desintoxicar a un líder?
Podemos ayudar a un líder tóxico a volverse menos tóxico, pero no siempre es así. Normalmente es “como un Yonqui de su propio Ego”.
El líder debería tener al menos una mente abierta para escuchar las opiniones y recibir críticas constructivas.
Si el líder tóxico no está abierto a esto, entonces no cambiará, sin importar lo que hagamos, digamos etc.
Recordemos que no es nuestra responsabilidad ayudar a alguien a cambiar. Ayudarlo a prosperar en su carrera a pesar del liderazgo tóxico.
Ahora sabe dónde y qué buscar cuando intentamos detectar a un líder tóxico, así como la mejor manera de tratar con ellos.
Recordemos no tomarnos el comportamiento tóxico como algo personal. En cambio, concentrémonos en nuestro trabajo y ayudemos a otros en nuestro y el equipo convirtiéndonos usted mismo en un líder positivo.
«Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender». Charles Dickens
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En 1985 Peter Drucker escribió un artículo llamado “La disciplina de la innovación” en el cual defendió que la innovación en cualquier organización provenía de la combinación de factores internos y externos.
Drucker consideraba que existen innovaciones que aparecen como consecuencia de una genialidad pero que, la gran mayoría son el resultado de una búsqueda deliberada de oportunidades que únicamente se vislumbran en pocas ocasiones.
Consideró para la delimitación de estas “oportunidades de innovación” tanto aquello que sucede dentro de la empresa: lo inesperado, lo incongruente, las innovaciones basadas en procesos y los cambios que se generan en la estructura de la industria y el mercado. Y como factores externos, es decir, aquellos que suceden fuera de la industria: los cambios demográficos, los cambios en la percepción de la realidad y los nuevos conocimientos en cualquier campo de estudio.
Para los acontecimientos inesperados. Drucker consideró aquellos productos o servicios que suponen para la entidad un éxito y un fracaso fuera del ámbito para el cual fueron desarrollados. Aquí la capacidad de la organización es clave para adaptarse y rentabilizar tanto los aspectos positivos como los negativos.
En relación a las incongruencias, éstas se “miden” entre las expectativas que se tienen y la realidad. En este punto el camino entre lo planificado y la opinión final del cliente en muchas ocasiones difiere bastante lo que obliga a las organizaciones a adaptarse constantemente.
Por su parte los procesos de la organización van evolucionando, al igual que la propia organización, lo cual demanda su constante actualización (e innovación). Infraestructura, capacidades, etc. necesitan ir evolucionando al mismo tiempo para que la entidad no pierda competitividad.
Los cambios que se generan en la estructura de la industria y del mercado, conlleva la entrada de nuevas necesidades de clientes que tenemos que cubrir y atender, o modificación del modo de trabajo tal y como lo estábamos efectuando hasta ahora. Todo ello tendrá, o debería tener, influencia en nuestra distribución de actividades e incluso en la estructura de nuestra organización.
En análisis de los cambios demográficos constituye una elevada fuente de oportunidades. Comprobar cómo evolucionan las pirámides de población, los gustos de los consumidores, principalmente lo que están llegando nuevos al mercado, junto con la evolución de parámetros como el poder adquisitivo y su determinación de escenarios en diferentes regiones es una necesidad para las empresas con objeto de ir desarrollando su estrategia a medio y largo plazo.
La modificación de la percepción ofrece otro “área externa” a la entidad que debería ser tenida en cuenta. Actuaciones no bien vistas hace algunos años ahora son consideradas normales (catálogos de vestimenta, opciones de teletrabajo, el trabajo colaborativo, realización de video reuniones, la importancia del medio ambiente, entre otras) y obligan a las organizaciones a ponerse al día de modo que se cubran las posibles necesidades detectadas.
En último lugar estarían lo nuevos conocimientos, donde como ejemplo más importante se sitúan los avances tecnológicos de los últimos años. La informatización de las organizaciones es un hecho y la revolución en las comunicaciones una realidad en todas las empresas. Por otro lado, todas las áreas o sectores presentan avances que han modificado y mejorado (en la mayor parte de los casos) su manera de prestarse a los clientes.
La consideración de estas siete oportunidades conceden a las organizaciones un punto de partida para analizar su situación actual y programar sus objetivos estratégicos futuros de modo que puedan aprovecharse las oportunidades que en el sector se vayan presentado.
Considerando que este artículo fue escrito a principios de los años 80 del siglo pasado, podríamos hacer la comparación con la estructura que se plantea en los actuales Sistemas de Gestión de Calidad donde se plantea la necesidad de que las organizaciones analicen su contexto así como las necesidades de sus partes interesadas y la propia evolución de sus procesos operativos, “cristalizando” toda el análisis en un valoración de oportunidades y debilidades con el objetivo final de plantear los objetivos de la organización a corto, medio y largo plazo.
Drucker también planteo los siguientes principios esenciales de la innovación:
– La innovación sistemática empieza con el análisis de Oportunidades (todos aquellos que se dediquen a la consultoría de calidad les “sonará la música”).
– Las personas innovadoras deben salir de su escritorio, observar y analizar el entorno en el que se mueve la organización.
– Los innovadores deben estudiar y considerar las expectativas de los potenciales consumidores (¿consideración de las partes interesadas?).
– Debe ser simple de modo que se garantice su efectividad.
– La innovación tiene que ser enfocada y con directrices claras. La complicación puede confundir al cliente (el cliente como centro de la estrategia).
– Debe tener como objetivo convertirse en norma. Se convierte en un ciclo continuo (¿modelo PVHA?).
– La innovación requiere esfuerzo, este generalmente supera a la genialidad: la calidad no cuesta.
– Por último, es suele ser fruto del talento pero precisa trabajo, esfuerzo y enfoque; sin ello no conseguiremos ningún cambio, por muy pequeño que sea.
Interesante que unos cuantos años después, las principales líneas del pensamiento de Drucker, se encuentren integradas en los Sistemas de Gestión de Calidad como filosofía de la mejora continua y la generación de una innovación incremental por parte de las organizaciones.
“La organización… no es una simple máquina… No tiene únicamente una dimensión económica, definida por los resultados de mercado. La organización, por encima de todo, es un ente social. Es un grupo de personas. Su objetivo… tiene que ser que los puntos fuertes de las personas sean eficaces y sus debilidades irrelevantes… es lo único que se puede lograr mediante las organizaciones, la única razón por la que existen las organizaciones y por la que es necesario que existan”.
Peter F. Drucker, consultor y experto en gestión empresarial austriaco.
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Esos temores son similares a los que experimentaban algunas personas con la introducción de la imprenta, la línea de ensamblaje fordista y mucho más recientemente, la computadora personal.
Pero no son del todo infundados, gran parte de las tareas repetitivas, administrativas, y también algunas de creación, serán absorbidas por la IA y eventualmente algunos empleos desaparecerán.
A la vez, los expertos indican que la IA tiene el potencial de crear millones de nuevos empleos en todo el mundo. Será cuestión de recapacitar a los trabajadores para que puedan adaptarse a este nuevo escenario laboral.
¿Qué empleos desaparecerán con la IA?
Hasta ahora los expertos no hicieron una lista determinante sobre qué empleos desaparecerán con la IA, sino que indican cuáles tienen más riesgo de ser automatizados y cuáles menos.
Hay muchos estudios al respecto. Uno reciente, de mayo de 2023, es de nada menos que del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que indica que casi una cuarta parte de todos los puestos de trabajo (23%) a escala mundial cambiarán en los próximos cinco años por la IA.
Para ello analizó el mundo del trabajo en 45 economías, que abarcan 673 millones de trabajadores. En base a ello, prevé la creación de 69 millones de nuevos puestos de trabajo y la supresión de 83 millones, lo que supone una disminución neta de 14 millones de empleos, es decir, el 2% del empleo actual.
El Foro denotó que a escala mundial, la tecnología es el sector que más rápidamente está reduciendo el empleo por la irrupción de la IA. Se prevé, además, una pérdida de empleos en la administración y en los sectores tradicionales de seguridad, fábrica y comercio.
Otro estudio de este año, pero de McKinsey Global Institute, estimó que hasta 375 millones de trabajadores en todo el mundo tendrán que cambiar de profesión en los próximos años, debido a la automatización de los empleos.
Y remarcó que los que tienen mayor riesgo de que esto ocurra en el corto plazo, son los siguientes:
Trabajos repetitivos en la industria manufacturera, como la operación de máquinas y la inspección de productos.
Tareas administrativas, como la entrada de datos y la gestión de correos electrónicos.
Trabajos en el sector de servicios, como la atención telefónica y la atención al cliente en ciertos contextos.
Profesiones que requieren poco conocimiento especializado, como los trabajos en la industria del transporte y la logística.
En su análisis de la situación, la consultora Goldman Sachs si fue algo más tajante, e indicó que 300 millones de empleos en todo el mundo podrían desaparecer al ser completamente automatizados.
De acuerdo a esta consultora, el riesgo de automatización por IA es más elevado en los empleos que se llevan a cabo en una oficina (45%), los que requieren un elevado nivel de cualificación académica (34%) y los vinculados a tareas más técnicas (31%).
¿Qué profesiones no pueden ser reemplazadas por inteligencia artificial?
Como la IA se trata de un fenómeno nuevo y en constante y acelerada evolución, no se puede decir a ciencia cierta qué empleo no será reemplazado por la IA.
Como mencionamos, hay profesiones que tienen menor riesgo que otras de desaparecer a manos de la IA y la automatización. De acuerdo al estudio de mayo de Goldman Sachs, los empleos vinculados a los cuidados (8%), líneas de producción (7%) y manufactura (4%) son los menos expuestos a dicha automatización.
El mencionado estudio de la WEF, por caso, analiza en qué sectores se creará empleo. La mayoría serán en sectores de la educación (3 millones de empleos) y la agricultura (4 millones de empleos), impulsados en parte por la demografía y en parte por las aplicaciones de las nuevas tecnologías en estos campos
Pero esto no deja a esas profesiones totalmente a salvo, ya que en el día de mañana o en un futuro cercano un nuevo desarrollo de la IA también puede dejarlas obsoletas y hacer desaparecer empleos.
En ese caso, resulta útil un estudio que dio a conocer nada menos que OpenAI, la empresa creadora del famoso chat de IA. Mencionan que algunos trabajos no desaparecerán a manos de la IA por largo plazo, por tratarse de áreas en las que aún no se involucraron las investigaciones y desarrollos de Inteligencia Artificial. Listan entonces los siguientes empleos:
Operadores de equipos agrícolas,
atletas y competidores deportivos,
mecánicos de autobuses y camiones,
especialistas en motores Diesel,
albañiles,
operadores de torres de perforación,
auxiliares de comedor y cafetería,
ayudantes de barman,
lavaplatos,
instaladores y reparadores de líneas eléctricas,
operadores de máquinas excavadoras y cargadoras y dragalinas para minería a cielo abierto,
ayudantes de carpinteros,
pintores,
empapeladores,
yeseros,
plomeros y techadores,
mecánicos de motos,
trabajadores de mataderos y empacadores de carnes.
El Foro también indicó que el 85% de los empleos que existirán en 2030 aún no han sido inventados. Y que algunos ejemplos de nuevas profesiones o áreas de trabajo que podrían cobrar importancia debido a la introducción de la IA y la automatización incluyen:
Desarrolladores de software y especialistas en inteligencia artificial,
Analistas de datos
Especialistas en seguridad cibernética
Consultores en transformación digital,
Instructores y entrenadores en habilidades digitales
Lo único concreto es que la IA no dejará empleos sin tocar, todas las actividades serán impactadas en menor o mayor medida, todos los procesos que hoy hacen los seres humanos podrán de alguna manera agilizarse o “aumentarse” con IA.
Por caso, si la economía digital multiplicó los empleos en logística y transporte -de la mano del comercio electrónico- a la vez es probable que en el futuro, con los vehículos autónomos se necesiten menos choferes (de taxi, de tren, hasta de barco). Pero sí habrá posiciones para quienes sepan monitorear, conducir a distancia y mantener esos dispositivos, desde drones hasta autos autónomos.
Es decir, la IA no hará desaparecer la mayoría de los empleos, pero las personas deberán acostumbrarse a trabajar con estas nuevas herramientas, desechando algunas tareas y adoptando otras nuevas.
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Myles Downey e Ian Harrison en “The Enabling Manager. How to get the best out of your team” plantean que a la mayor parte de las personas no nos gusta que nos dirijan. Parece ser que hay tres cosas que a los profesionales no les gusta en relación con su trabajo: el tiempo dedicado a ir al trabajo, el tiempo empleado en volver del trabajo y sobre todo el tiempo en compañía de su jefe. En muchos estudios se ha mostrado también que el jefe es la principal causa de que las personas abandonen su trabajo.
Por otro lado según investigaciones realizadas por el “Chartered Management Institute” formar a los directivos puede incrementar el desempeño dentro de la organización en un 32% y los informes Gallup han demostrado que lo que más influye en el compromiso de los profesionales con su trabajo es el comportamiento de los líderes.
La cultura de gestión y liderazgo en la mayor parte de las grandes organizaciones sigue centrándose en el enfoque “mando y control” que no funciona muy bien en el presente siglo ya que las generaciones actuales se muestran menos complacientes que las anteriores y tienen un mayor sentido de su propia autonomía, siendo menos respetuosas con la posición, autoridad y jerarquía. Tampoco funciona porque ordenar y controlar como modelo de liderazgo tiende a crear un clima de miedo y opresión que mata al desempeño.
Lo que se requiere es una cultura y un enfoque de liderazgo que cree las condiciones para un alto desempeño y para la innovación, donde la expresión personal y el aprendizaje sean posibles y donde el trabajo tenga un sentido. Una cultura de alineación y de posibilitar. Ésta incluye tres competencias que los líderes de los equipos deben dominar:
a).- Liderazgo. Se centra en la razón de la organización, de su misión y metas y de cómo los miembros del equipo a nivel individual se relacionan con ellas.
b).- Gestión. Se ocupa de los objetivos y estándares que deben trabajar los miembros del equipo.
c).- Coaching. Implica la forma en la que los miembros de los equipos van a afrontar el cumplimiento de los objetivos.
Cuando el qué, cómo y por qué están claros se suelen cumplir la mayor parte de los requisitos para alcanzar un alto desempeño. Para los miembros del equipo se traduce en un mayor sentido en su trabajo y, por tanto, un mayor compromiso, al tiempo que van desarrollando sus habilidades, sintiendo que su trabajo es más enriquecedor. Para la organización se traduce en una mayor productividad, mayor innovación y mejoras y rapidez en la toma de decisiones.
La pandemia global producida por Covid 19 ha conducido a cambios dramáticos en el entorno laboral, tanto a nivel de las prácticas, como de las expectativas. Muchos de estos cambios ya habían comenzado a producirse y el clima laboral ya se estaba siendo asolado por la disrupción. La tecnología rápidamente cambiante, el creciente ritmo del cambio, el incremento de la interdependencia entre las industrias y los cambios geopolíticos han llevado a que el mundo en que nos movemos sea considerado volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA). Para hacer frente a esta situación las organizaciones, en la actualidad, necesitan un enfoque que sea más flexible y ágil, que facilite que se puedan tomar mejores decisiones más rápidamente y, esta forma distinta de trabajar, requiere un enfoque diferente en la forma en que se lideran los equipos.
Parte del problema radica en que existe escaso consenso sobre cuál debe ser el enfoque, sobre todo porque continuamos atascados en patrones mentales del siglo pasado.
Antes de la pandemia se escribió mucho sobre los retos que la incorporación de los millennials y la generación Z a l entorno laboral iban a suponer, ya que parece que cuestionan los modelos tradicionales de liderazgo y gestión, aspiran a lograr cosas distintas de sus carreras profesionales y al equilibrio vida personal – profesional. Pero estos deseos no han emergido súbitamente como una novedad asociada a estas generaciones, sino que constituyen una progresión natural de cambios que han ido surgiendo desde mediados del siglo XX, que tanto los millennials como la generación Z están enfatizando.
Una de las cosas que han caracterizado al siglo XX ha sido la gran importancia que se ha concedido a la eficiencia y que se ha llamado “Fordismo” en recuerdo a uno de sus primeros promotores: Henry Ford. Su introducción de las líneas de producción transformó los procesos de manufactura y comenzó la carrera por una eficiencia creciente. El “Fordismo” evolucionó hacia la Gestión de la Calidad Total y hacia la reingeniería de procesos, seis sigma y lean management.
Esta búsqueda de la eficiencia ha traído muchos beneficios, pero ha tenido sus costes. Por ejemplo en 1995 Thomas H. Davenport, uno de los principales defensores de la reingeniería escribió un artículo en el que la describía como la moda que olvidó a las personas, ya que éstas se convirtieron en una parte secundaria de los procesos y prescindibles en aras de la eficiencia. Por tanto, no puede sorprendernos el hecho de que uno de los problemas a los que se enfrentan las organizaciones en la actualidad sea la falta de productividad ocasionada por una fuerza laboral poco o nada comprometida.
En 1911 Frederick Taylor, padre de la gestión científica del trabajo consideraba que la realización de tareas repetitivas era similar al trabajo de los soldados y los modelos de gestión que fueron surgiendo durante el siglo XX estaban dirigidos a permitir que los managers obtuviesen lo mejor de sus “soldados”. Taylor teorizaba que los “soldados” siempre trabajarían al mínimo nivel de productividad que no fuese sancionado, por lo que el trabajo del manager era conseguir elevar el mínimo aceptable de productividad.
Al tiempo que aparecían estos modelos se producían cambios en la sociedad que iban cuestionando la idea de que los trabajadores debían ser gestionados como “soldados” cuya obligación es obedecer las órdenes sin posibilidad de comentar nada. Entre estos cambios se encuentran las mejoras en la educación y el incremento de la prosperidad general.
En el Reino Unido, por ejemplo, con la creación del estado de bienestar, la educación y a sanidad fueron gratuitos y con el incremento de la prosperidad los ciudadanos se liberaron de las preocupaciones por las necesidades primarias físicas y comenzaron a prestar atención a otras de índole superior tales como el respeto, la autonomía y el propósito. Como resultado, para muchas personas el empleo se convirtió en algo más que un medio para satisfacer las necesidades básicas.
Al tiempo, con el incremento de la seguridad de sus padres, muchos jóvenes han podido ampliar su educación, por lo que en 2018/2019 más del 50% de los jóvenes comprendidos entre 18 y 30 años contaban con una educación superior. Una fuerza laboral más formada es una fuerza laboral que tiene mayores expectativas de su vida laboral,por lo que a la hora de considerar sus carreras futuras, el enfoque de tratarles como “soldados” no va a funcionar.
Estos cambios en las actitudes de los profesionales han ido emergiendo en la segunda mitad del siglo XX, pero ha sido la entrada de los millennials en el mercado laboral lq que ha impulsado la necesidad de cambio.
Durante el siglo XX la vida en las organizaciones venía marcada por una cultura de cumplimiento, docilidad y de “dar lo mejor”, derivada de un enfoque de liderazgo basado en un patrón mental de “ordenar y controlar”. Este modelo de liderazgo no es apreciado ni comprendido por aquellos que se han incorporado al entorno laboral desde el año 2000 y para la población en general ya no conduce a latos niveles de desempeño.
La pandemia ha acelerado, también, los cambios ligados al desarrollo de la tecnología, especialmente al convertirse los modelos de trabajo híbrido y en remoto como los habituales para gran número de trabajadores. Esto va a implicar que los directivos cada vez se van a encontrar liderando a más personas con las que tienen poca relación cara a cara.
Al tiempo, las compañías que han ido incorporando las tecnologías “spyware” para apoyar a su cultura de gestión de “mando y control” verán como cada vez van a ser consideradas como lugares poco atractivos para trabajar. La tecnología va a continuar incrementando los niveles de autonomía que las personas esperan tener mientras realizan su trabajo.
No podemos ignorar la realidad de que aunque inicialmente los millennials fueron considerados como profesionales difíciles de atraer, muy complicados para retener, imposibles de dirigir y una amenaza para la cultura predominante en las organizaciones, siendo descritos como excesivamente demandantes, poco comprometidos, fácilmente distraídos y con un sentido ingenuo sobre su propia importancia y sobre sus derechos y privilegios, una mirada más profunda nos muestra algo distinto. Los millennials buscan un trabajo que tenga un sentido, autonomía para realizar su trabajo, posibilidades de desarrollo y crecimiento profesional, caminos para la promoción y la libertad de trabajar dónde y cuándo quieran.
Estos cambios están para quedarse, no solo porque hacen la vida más fácil, sino porque también hacen que el trabajo sea más productivo y satisfactorio. Los deseos de contar con un trabajo que tenga un sentido y posibilidades de autonomía y crecimiento requieren un enfoque de liderazgo que busque alinear y posibilitar en lugar de ordenar y controlar.
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En una startup, además de los socios fundadores (founders) y su equipo de colaboradores, podemos encontrar otros roles que ejercen influencia en la empresa y, seguramente, en la toma de decisiones de los founders: mentores, advisors (consejeros/asesores).
¿Qué crees que Jeff Bezos, Larry Page y Steve Jobs tienen en común? Los tres son empresarios extremadamente exitosos. Pero también tienen otra cosa en común – todos ellos fueron orientados por mentores. ¡Sí! Incluso los famosos fundadores de grandes compañías recibieron un poco de ayuda, consejos y apoyo de vez en cuando. No importa quién seas, de dónde vengas, o qué hayas logrado, un buen mentor es un elemento muy valioso en una empresa.
En el mundo emprendedor, esta figura está cada vez más asentada y proporciona a los nuevos creadores de empresas la seguridad para dar sus primeros pasos y mejorar su posicionamiento. Es una persona que está dispuesta a dedicar su tiempo y experiencia para guiar el desarrollo de la empresa y de su emprendedor. Muchos llegan a confundir el término mentoría con el de coaching. Aunque similares, se diferencian sustancialmente porque el mentor es una fuente de conocimiento y apoyo, pero que no incide en un cambio de comportamiento o hábitos como lo busca el coacheo.
La principal función de un mentor es ayudar a los emprendedores en preguntas concretas compartiendo sus conocimientos y los contactos que ha cosechado durante sus años de experiencia, por tanto, no se trata sólo que cumpla las funciones ejecutivas, sino que además entienda el proceso y evolución del proyecto.
¿Por qué es tan importante la contribución de esta figura en una startup?
Recurrir a un mentor puede tener varias ventajas claras para los emprendedores, siendo la principal de ellas la transferencia de conocimientos de manera ágil y eficaz, así como ayudar a crecer tu empresa en todos los sentidos.
Como bien dijo el autor y empresario británico Richard Branson sobre la importancia del mentoring, ‘No importa cuán increíblemente inteligente cree que es, o cuán brillante, disruptivo o descabellado puede ser su nuevo concepto; cada equipo de una startup necesita, al menos, un buen mentor. ¡Alguien, en algún lugar, ya ha pasado por lo que está convencido de que nadie más ha enfrentado! Bien, entonces su versión puede haber sido analógica en lugar de digital, pero la realidad es que muchos de los fundamentos comerciales son exactamente los mismos. La creación de un nuevo negocio requiere más que habilidades tecnológicas y genio creativo – necesita personas, y si va a crear una gran cultura además de un gran producto, esas personas deben atender de muchas maneras diferentes.
En fin, los mentores sirven como una especie de combustible para los emprendedores y son el equivalente a esos manuales que te dicen dónde encajar cada pieza para montar bien un mueble.
Tipos de mentores
En el mercado nos podemos encontrar diferentes mentores que han tenido distintos éxitos con sus propias empresas y ahora ofrecen su experiencia a los emprendedores, y profesionales que apoyan a nuevas ideas.
Y por otro lado están los mentores de las escuelas de negocios que aportan conocimientos más técnicos, y que pueden estar centrados en un área en específico de negocio (Marketing, finanzas, producto, expansión internacional, fundraising, legal, etc.)
¿Qué sería lo ideal? Mezclar ambos perfiles.
Roles y aportes del mentor
Entre las enseñanzas, tareas y conocimientos que el mentor comparte están:
Su experiencia laboral
Aporta buena reputación y credibilidad a la empresa
Información de su propia trayectoria
Asesora en un plano estratégico y también operativo
Orientación en la resolución de problemas
Puede apoyar a la labor comercial de la empresa
Motivación en momentos difíciles
Ayudar para establecer metas
Identificar recursos
Ayuda a profesionalizar la gestión: cultura de empresa, procesos, captar talento, etc.
Desarrollar y compartir contactos, y por lo tanto puede ayudar a abrir puertas
Fases del asesoramiento
Inicial: El apoyo se centra principalmente en la incubación de la idea y en cómo se va a lanzar el producto o servicio al mercado. En este caso el mentor debe ofrecer una asesoría general a todo el equipo.
Aceleración: La ayuda se especializa en el ecosistema ‘startup’. En esta etapa se estudia cómo se generará dinero y la manera en la que se van a medir los resultados.
Crecimiento: Aquí la ‘startup’ debe convertirse en empresa y formalizar las líneas de negocios para pasar de facturar miles a millones. La ayuda se debe centrar en el ‘management’.
Relación mentor-emprendedor: qué forma una mentoría exitosa
La relación mentor-emprendedor es un proceso basado en la confianza y el esfuerzo de ambas partes. No puedes esperar que tu mentor mágicamente elimine todos los obstáculos de tu camino o remedie todos tus errores. Los consejos del mentor solo serán efectivos si estás dispuesto a escuchar, aprender e implementar.
Sé honesto sobre los puntos positivos y negativos de tu empresa, tus defectos y virtudes, y también tus miedos.
Antes de la primera reunión con tu mentor, haz una lista con tus expectativas.¿Qué puede ayudarte a lograr tu mentor? ¿Qué obstáculos esperas superar? Esto ayudará al mentor a comprender qué hay que hacer y a pensar en un plan.
No debes sentirte restringido con tener un único mentor. Tal vez necesitas ayuda en diferentes aspectos de tu empresa que requieren diferentes métodos de mentoring. Un mentor puede ser bueno para tu estrategia de producto, mientras otro puede ayudarte a crecer como líder. Puedes buscar una variedad de consejos que te puedan ayudar a formar una perspectiva completa y equilibrada.
Por último, mantén la mente abierta y acepta la sinceridad de tu mentor, sin dar importancia a lo hiriente que pueda sonar.
¿Cómo es el servicio de un buen ‘Mentorship’?
El buen mentor es el que habla desde la experiencia, y la comparte de manera sincera para que sirvan de aprendizaje al mentee.
Sabe escuchar al emprendedor y reúne toda la información para luego dar recomendaciones.
Empatiza con los retos a los que se enfrenta el emprendedor y comparte sus experiencias.
Es capaz de establecer relaciones de confianza a largo plazo
Disfruta contribuyendo en el avance del emprendedor.
Motiva y canaliza la energía del emprendedor hacia sus objetivos
Que el mentor sea útil, también depende del emprendedor. Crear una empresa no es una ciencia exacta y los profesionales deben ser capaces de escuchar y saber qué ignorar.
“El mentorship es un componente crítico para construir una startup con éxito. Tener un buen producto o servicio que llene un hueco en el mercado está genial, pero un buen mentor es crucial para ayudarte a crecer.”
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Un año más, el Global Peter Drucker Forum ha tenido lugar en Viena, ¡y ya van 14! Viena es la de siempre en esta época, con ese frio acogedor que nos depara la ciudad engalanada con sus Christma’s Markets.
El Hofburg es un recinto magnífico para un evento que se ha tornado en algo similar a un movimiento entorno a un concepto de management impregnado del espíritu de Peter Drucker. Es un espacio de inspiración. Ni todas las ponencias son de nada de otro mundo, ni todas son una elegía acrítica de Drucker. Para nada. Pero el conjunto es un evento inspirador.
Tener siempre a profesionales de la talla de Roger Martin, Rita McGrah, Gary Hamel junto a grandes líderes empresariales es una garantía de que no se pierde el tiempo.
Cada año descubres un nuevo caldo de cultivo de profesionales del management con aportaciones relevantes. Para mí, el descubrimiento de este año descubrimiento ha sido Alex Adamopoulos.
La tarea del equipo de Richard Straub, alma del Drucker Forum, es extraordinaria y procura novedad y diversidad entre los ponentes. El Global Peter Drucker Forum tiene una alianza estratégica con la Harvard Business Review que está justo ahora publicando su volumen número 100. Roger Martin, de Ad Ignatius o de Amy Edmondson comentaron qué artículo de la HBR les había influido más.
Este año más que grandes novedades de management he tenido el sentimiento de que se consolidaba un movimiento, una forma de entender la gestión de personas, de organizaciones y el modo de obtener resultados.
Y quiero compartir algunas de las notas que he tomado estos días. Disculpa la ausencia de un hilo conductor y espero aprecien la brevedad, pero están escritos “a quemaropa”, directos desde el corazón del management.
Liderazgo. El liderazgo ha estado omnipresente en todo el evento.
Se ha resaltado un perfil de líder que sabe combinar la ambición con la inspiración, la generosidad y la humildad. Los líderes ‘clásicos’ sabían hablar, los líderes del futuro saben preguntar. En 1955 Peter Drucker nos decía que uno de los errores más habituales en management es poner más énfasis en las respuestas que en las preguntas.
Cortoplacismo. La necesidad de focalizarse en el largo plazo ha generado muchas intervenciones. Y esto no implica que se descuiden los resultados a corto plazo.
Me pareció interesante la forma de decirlo de Florian Pollner de McKinsey, al regalarnos dos imágenes: la del telescopio para el management y la del microscopio para la operación.
Hay vida más allá de los datos. Nadie duda de la importancia de los datos a la hora de tomar decisiones. En cambio, me ha gustado especialmente que se pusiera especial atención en que no todo puede acabar en un número. Hay cosas que no se pueden empresas con números.
Lugar donde se celebra el Global Drucker Forum
Scott Anthony recordó la importancia de actuar antes de que los datos nos lo impongan. Roger Martin subrayó que las relaciones de liderazgo no son cuantificables y que los feedback de rendimiento entre un directivo y los miembros de un equipo deben ser cualitativos y no solamente cuantitativos. Si los feedback fueran totalmente cuantificables, querría decir que estos puestos de trabajo se podrían subcontratar con facilidad. Pero esto está lejos de ocurrir. Por ello, debemos aprender a medir y valorar aquello que no se puede cuantificar plenamente.
Y por descontado fueron brillantes sus pullas contra la burocratización. Una reflexión que fue completada por otros ponentes sobre la importancia de tener equipos que vivan en contextos más de responsabilidad y autonomía que simplemente de control para ofrecer alto rendimiento.
Indicadores. Rita McGrath siempre inspira. Me capturó su concepto de leading indicators. En general la idea que flotaba es que estamos en permanente sobredosis de indicadores. Hay que poner cordura y focalizarnos en los indicadores realmente vinculados a impacto.
También me pareció fantástica la forma en cómo Bhenam Tabrizi le dio la vuelta a las famosas siglas KIP (Key Performance Indicator) leyéndolas como “Keep people inspired, keep people interested or keep people involved”.
Aprendizaje. Una frase de Amy Edmondson (HBS): “el camino del desempeño es el aprendizaje”. No puedo estar más de acuerdo. El camino del desempeño no es la formación a secas, es la decisión personal e intransferible de aprender y de operativizar lo aprendido en una organización.
Intraemprendimiento. Me ha gustado mucho la importancia que ha dado Simone Ahuja a los intraemprendedores. En nuestra experiencia como consultores de innovación, el intraemprendimiento es lo que más resultado nos ha dado con diferencia. Y me ha dado mucho que pensar la relación que Ahuja propone entre el intraemprendimiento y las microculturas que permiten a los emprendedores internos enfrentar los problemas realmente significativos.
Lo que cautiva de los Drucker Forum es esa sensación de que se realza la autenticidad más que la sofisticación del management. La cercanía de los referentes y de los grandes líderes empresariales en un formato donde lo importante no es copiar si no pensar. El año que viene promete. Serán quince ediciones del Global Peter Drucker Forum, todo un hervidero de ideas que nos motivan a seguir aprendiendo y mejorando la forma en la que hacemos las cosas para transformar la realidad a través de las organizaciones.
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El término empatía suele usarse mucho en el área de la psicología. Y se la define como aquella habilidad que puede desarrollar una persona para ponerse en el lugar de otra.
Esta definición es muy general, claro está. Y puede guiar a malas interpretaciones o a pensar que, es algo que todo el mundo puede hacer; cuando en realidad, abarca muchas otras cosas.
Por ejemplo, se la suele relacionar con cualidades como la inteligencia emocional y la amabilidad; por lo que, para ser empático, es necesario tener en cuenta estos aspectos.
Muchos psicólogos, a través de sus libros o medios informativos, explican la importancia que tiene la empatía en nuestro día a día y, sobre todo, en el mundo en que vivimos. Por esa razón, sugieren algunas técnicas para fomentarla, algo que vamos a explicar a continuación.
La empatía
Ser capaz de entender o comprender los sentimientos de otra persona, no es tarea fácil. Sin embargo, es algo que se puede aprender, y a su vez, promover. Así pues, según los expertos en psicología, para llegar a ser personas auténticamente empáticas, se recomienda hacer lo siguiente:
1. Aprender a escuchar
No sé si lo sabías, pero existe una enorme diferencia entre lo que es oír y escuchar.
Cuando oyes a alguien, lo que haces es percibir por el oído lo que te está diciendo esa persona. En cambio, cuando escuchas a alguien, oyes a esa persona, pero a la misma vez, la entiendes y la comprendes.
Por eso se dice que una de las cosas que más debes valorar de una persona, es su empatía. Una persona empática, sabrá escucharte y comprenderte. Valorará lo que sientes.
Recuerda, no se trata simplemente de oír a una persona, sino de escucharla, de comprenderla, de entenderla. Tampoco quiere decir que se la va a interrumpir para dar nuestra opinión o emitir algún consejo. Simplemente, se debe prestar atención.
Si la persona nos pide nuestra opinión, entonces sí, la podemos dar. Siempre con sabiduría, coherencia y poniéndonos verdaderamente en el lugar del otro.
2. Entenderse a sí mismo
Si tú no te entiendes a ti mismo, jamás vas a poder entender a los demás.
Si no eres capaz de escucharte a ti mismo, de comprender muchas de las situaciones quizás negativas que ocurren en tu interior, poder canalizarlas y darles solución; mucho menos vas a poder escuchar, comprender y darle un consejo a los demás.
Para poder aplicar la empatía de manera efectiva, es importante que practiques sus principios primeramente contigo mismo.
3. Mantener lejos toda clase de prejuicios
La mayoría de las personas empáticas vive una vida sin prejuicios. Con esto, me refiero a que son personas tolerantes, respetuosas y que evitan juzgar a las demás.
Más allá de sí estás de acuerdo o no, con la forma de pensar de otros, tratarán en la medida de lo posible, de emitir su opinión desde el respeto. Y lo harán evitando las críticas, las descalificaciones y los comentarios negativos.
No podemos confundir ser empáticos con ser compasivos
Ser empático no tiene nada que ver con ponerse en el lugar del otro y poner fin a su dolor, a su sufrimiento, o a aquello que le aqueje. Esto último, en realidad es compasión.
La compasión tiene que ver con ayudar a una persona en sus momentos difíciles. Es un valor que combina el hecho de ser empático con la comprensión.
Se puede decir también que, la empatía no es ni depende de la compasión. Pero, para tener compasión se debe ser empático.
La empatía… ¿nos ofrece algún beneficio?
Según los psicólogos, sí. Entre ellos están los siguientes:
Te conectarás más fácilmente con los demás, y viceversa; los demás conectarán contigo fácilmente . Al tener una actitud empática, las personas a tu alrededor se sentirán cómodas de estar contigo.
Podrás comunicar las cosas de una mejor manera. En otras palabras, se incentiva la buena comunicación.
Te ayudará a reforzar tus buenos valores: el respeto, la honestidad, la gratitud, la prudencia, la responsabilidad, entre otros. Esto, por supuesto, te abrirá las puertas a la hora de conocer gente nueva y que sume en tu vida.
Cabe resaltar que, para conseguir todos estos beneficios hay que trabajar. Hay que comprometerse con un cambio de actitud.
Pon en práctica lo siguiente…
Por lo general, nos cuesta ser empáticos con los demás. Sobre todo, con aquellas personas que no nos agradan mucho. De acuerdo a esto, los psicólogos recomiendan practicar el siguiente ejercicio:
Piensa en esa persona que te cae mal, o cuya actitud te desagrada… Pregúntate, ¿qué relación tiene contigo?
Describe en qué situaciones te cuesta ser empático con él o ella.
Pregúntate… ¿qué hace esa persona para que te resulte difícil ser empático?
Detalla qué es lo que te hace sentir esa persona con su actitud
Ahora bien, pregúntate y analiza, ¿por qué esa persona actúa de esa manera?
Analiza también, en qué situaciones has actuado tú de esa manera.
Intenta construir mentalmente la realidad de esa persona.
Como podrás notar, no es un ejercicio difícil. Pero, hay que internalizar cada una de las preguntas y ser conscientes con cada una de las respuestas.
Para finalizar, ten presente esta frase de Umberto Eco, que dice:
Intentar entender al otro, significa destruir los clichés que lo rodean, sin negar ni borrar su alteridad.
Un saludo cordial.
Publicado en reencontrate,guru . Post original aquí.
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Robert J. Sternberg, autor de la célebre teoría triangular del amor, es un experto en el estudio de la creatividad y cómo se aplica a la educación
Por Elisa Silió
“Tus habilidades intelectuales cambian, la inteligencia se va aprendiendo”, dice Robert J. Sternberg
El estadounidense Robert J. Sternberg (New Jersey, 73 años) pasará a la historia de la psicología por su célebre teoría triangular del amor ―tiene que haber intimidad, pasión y compromiso―, pero también ha dedicado mucho tiempo al estudio de la inteligencia humana, la creatividad y su aplicación al mundo de la educación. Está convencido de que la enseñanza no debe limitarse a la transmisión de conocimientos, sino insistir en el desarrollo integral de la inteligencia. Expresidente de la American Psychological Association, el extrovertido Sternberg ha compartido su saber con los alumnos y profesores de la Universidad Camilo José Cela en Madrid, donde concedió una entrevista a este diario. Aunque dirigió el Centro de psicología de las habilidades, las competencias y la pericia de la Universidad de Yale, en la actualidad es profesor en Cornell.
–Usted distingue tres tipos de inteligencia: analítica, creativa y práctica. ¿Cuál es mejor tener?
–Una combinación de todas. Usas tu creatividad para generar ideas, pero todo el mundo tiene malas ideas, ¡hasta Einstein!, y necesitas habilidades analíticas para discernir si son buenas. Pero también se necesitan habilidades prácticas para comunicar las ideas de una manera que la gente pueda entender. Cuando las cosas no funcionan en una relación de pareja ―eso les pasa a los otros, no a nosotros [se ríe]― se necesitan habilidades analíticas para plantarse qué está pasando: ¿tiene un amante? ¿Está harto de mí? ¿Estamos fallando en la comunicación? Y se necesitan habilidades creativas para decir, “bueno, si las cosas no van bien, ¿cómo puedo hacer que vayan mejor?”. Además, se necesitan habilidades prácticas para asegurarse de que cualquier idea que se le ocurra realmente funcione con su pareja.
–Ahora más que nunca hay que trabajar en equipo de una forma transversal y esa es una habilidad que las empresas piden fomentar en las escuelas.
–Sí, y ese es un gran punto cuando yo hablo en las escuelas. Las pruebas para medir el coeficiente intelectual se basan casi siempre en la individualidad, cuando los problemas del mundo real casi nunca lo son, involucran interacciones con personas como tu pareja, tu jefe, tus compañeros de trabajo, tus amigos, la gente de tu iglesia… Se enfatizan las habilidades propias, cuando también deberíamos ensalzar cómo trabajar con otros, porque esa es la forma en que se resuelven casi todos los problemas del mundo real.
–Por eso usted tiene su propia prueba de inteligencia.
–La prueba de coeficiente intelectual te dice un poco sobre el pensamiento analítico abstracto de una persona y eso es importante. Pero en la vida, cuando hay un problema, nadie te dice “aquí está el problema”, tienes que averiguarlo. Si no te das cuenta de que algo está mal, para cuando lo averigües, es posible que estés recibiendo la carta del divorcio. Lo que enfatizo en mi propia teoría es que necesitamos usar problemas que se parezcan más a los que la gente encuentra en la vida cotidiana. En mis charlas aquí, he dado ejemplos del mundo real. Problemas en la pareja, entre dos países o entre dos organizaciones. Pero los problemas reales son muy complicados, están cargados emocionalmente. No es cierto que tengas un coeficiente intelectual tuyo, tus habilidades intelectuales están cambiando constantemente. La inteligencia es algo que vas aprendiendo.
–En España, muchas familias piensan ahora que sus hijos tienen altas capacidades.
–Sí, ocurre también en Estados Unidos. Hay una especie de narcisismo creciente de que somos especiales, creo que es en parte una tendencia social. Tengo cinco hijos, los tres últimos trillizos [de 12 años], y me pregunto qué puedo hacer por ellos. Hay que ayudar a los niños a reconocer lo que les apasiona y alentarlos a que lo desarrollen. Mi chico Sammy en este momento está muy interesado en monedas raras y yo lo animo, porque aprende mucho sobre el mundo a través del estudio de las monedas. Tengo una niña que colecciona muñecas y a la otra le interesa la ropa. Todos tienen sus fortalezas y debilidades. Quiero ayudarlos a averiguar cómo pueden contribuir al mundo, para que puedan decir que tuvieron buena vida, pero que también hicieron la vida mejor a otras personas. A veces parte de la inteligencia es adaptarse o a veces cambiar de entorno. Me pasó a mí. Renuncié a un trabajo muy bien pagado. Después de unos meses vi que los valores de las personas en esta institución simplemente no coincidían con los míos. Necesitas encontrar entornos que conozcas, que te hagan sentir quién eres.
–¿Cree que hay que fomentar la competencia sana entre escolares?
–No estoy muy seguro. En la vida, siempre hay competencia de algún tipo, pero a menudo las escuelas enfatizan demasiado la competencia, cuando la forma de resolver problemas es a través de la colaboración. Por eso es extraño que pasemos tanto tiempo diciendo quién hizo mejor tal prueba. Lo que tenemos que hacer es trabajar juntos. La invasión de Ucrania fue un muy buen ejemplo. Los países aprendieron que no pueden seguir cada uno su propio camino, hubiesen fracasado frente a Rusia. Yo tengo una teoría del amor y creo que una de las cosas que mata las relaciones es cuando las parejas están tan acostumbradas a competir que comienzan a competir entre ellos, en lugar de ser felices con el éxito de los demás. Incluso he visto a padres compitiendo con niños, es una locura.
–¿No es una exageración?
–No. ¿Por qué compiten con sus hijos? Si hablo del aumento del narcisismo, los padres se molestan. Mis hijos [mayores] son más exitosos que yo, tienen grandes hijos, buenos trabajos ― en mi vida hay una serie de fracasos― y eso me hace feliz. No me hace sentir que ellos están teniendo éxito y yo no. Y eso puede pasar con los niños, los hermanos, los padres… Es realmente destructivo competir, es absurdo. Pero, ya sabes, estos son tiempos difíciles.
–Luego están los llamados “padres helicóptero” que sobrevuelan por encima de la educación de sus hijos, sin dejar que sean autónomos.
– Mis padres nunca se involucraron, no terminaron la secundaria, por lo que no pudieron ayudarme. Pensé que era una desventaja, porque había niños cuyos padres eran médicos o abogados, mientras mi padre vendía botones. Pero luego llegué a la conclusión de que tenía una ventaja: nadie me iba a hacer triunfar. No iba a hacerme cargo del negocio de mi padre. Hay muchas personas que las miras y piensas: si no fuera por sus padres… Los hijos de Donald Trump podrían estar vendiendo zapatos en su zapatería.
–¿Hay que aburrirse para llegar a ser creativo?
–No. Ser creativo es principalmente una forma de vida, no algo que obtienes cuando estás aburrido. Surge cuando tú decides que no haces las cosas como los demás. Pero cuando eres creativo pagas un precio, porque a la gente no le gusta. Incluso cuando te dicen que quieren que seas creativo, lo que realmente quieren decir es: sé creativo mientras no amenaces mi trabajo o mi forma de pensar. Para ser creativo tienes que estar dispuesto a desafiarte a ti mismo.
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Nos encontramos inmersos en una era de rápidos avances tecnológicos, y es la inteligencia artificial – IA- uno de los elementos clave de esta revolución. En este contexto, los líderes al interior de las organizaciones, en donde se incluyen también a las bibliotecas, desempeñan un papel crucial en el éxito y la adaptación de estos cambios. Los líderes de la revolución tecnológica no necesitan controlar a sus colaboradores, ahora son conscientes de la importancia de motivarlos. Este es uno de los aprendizajes que trae la inteligencia artificial frente al liderazgo en las organizaciones. Sin inteligencia humana no existe inteligencia artificial.
Si hay algo que caracterice a un buen líder es su mentalidad flexible para abrazar la naturaleza cambiante del liderazgo, la cual es fundamental en la era de la inteligencia artificial – IA – que llega también a transformar las formas de liderar; enfocándose en nuevas estrategias disruptivas, una cultura organizacional coherente y el desarrollo de habilidades del ser de sus colaboradores, pues en escenarios donde esta presente la innovación, la creatividad, la motivación, y el trabajo en equipo a través de redes de apoyo la IA difícilmente será competencia.
El rol de líder frente a la IA
Cuando el alcance de la IA es cada vez mayor, un líder debe estar preparado, preparar a su equipo y su organización para:
Desarrollar, mantener y fortalecer la mentalidad flexible para aprender a desaprender y aceptar la diferencia. El panorama que presenta la IA requiere de líderes de mente abierta para adaptarse, aprender de nuevos enfoques muy especialmente de humildad y consciencia para desaprender las viejas maneras de hacer las cosas; interactuando con diversas profesiones, profesionales de nuevas generaciones cada vez más jóvenes, con estilos de trabajo diferentes, disruptivos y retadores.
Apropiarse rápidamente de las tecnologías cambiantes, al mismo tiempo que desarrolla en sí mismo y en su equipo habilidades del ser y capacidades técnicas multidisciplinarias; estos dos elementos necesitan ser desarrollados conjuntamente para mantener cohesión y conexión entre ellos disminuyendo brechas, sesgos y riesgos que puedan desarticular los procesos.
Generar, mantener y permanecer con mentalidad creativa en ambientes de innovación y experimentación, generar ideas, llevarlas a cabo desarrollando y teniendo un pensamiento crítico. La IA está en permanente evolución, aunque actualmente esté de moda y suene por todas partes, apenas se están dando los pasos iniciales de todo lo que puede traer. Por esto es fundamental que un líder pueda motivar a su equipo a probar nuevas tecnologías y enfoques, sin temor al fracaso.
“Durante la próxima década, la IA no reemplazará a los líderes o managers, pero los líderes que sepan cómo usar la IA a su favor, sí que reemplazarán a los que no lo hagan”.
Trabajar por la conciencia ética; los líderes desempeñan un papel activo en la definición de políticas éticas y responsables en el uso de la IA, lo cual propicia la generación de nuevos roles como “directores de ética en IA” encargados de establecer estándares claros y asegurarse de que se analicen cuidadosamente las aplicaciones que ésta trae a las organizaciones y sociedades.
Algunos líderes mundiales están implementando acciones para que la era de la IA permanezca la humanidad, es el caso de El Vaticano, que en el año 2020 convocó a organizaciones clave en el desarrollo de IA como la Academia Pontificia para la Vida, Microsoft, IBM, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Gobierno Italiano para firmar el Rome Call for AI Ethics“Llamamiento de Roma para la ética en la IA”, donde se proponen seis principios que guian el desarrollo y el uso de la inteligencia artificial en las organizaciones. Este compromiso ético fue renovado en enero de 2023
Privacidad de datos: Deben estar protegidas de prácticas abusivas de datos a través de protecciones integradas y deben tener conocimiento sobre como se utilizan los datos.
Aviso y explicación: Deben saber que se utiliza un sistema automatización y entender cómo y porqué además del impacto que esto tiene.
La inteligencia artificial contribuye la automatización de tareas repetitivas, procesar grandes volúmenes de datos e información y anticipar tendencias. Las personas que abanderen estos escenarios deben ser “líderes nuevos”, con nuevos pensamientos, actitudes, valores, propósitos y habilidades; capaces de fomentar la cultura de confianza mutua y, sobre todo, liderar capacidades colectivas. La inteligencia artificial requiere un aprendizaje específico. El liderazgo en la era de la IA, también.
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