Nuevo enfoque de estrategia organizacional: Cooperación más que Competencia

strategic_partnersLa estrategia bajo la sombra de su atractivo
Por Diego Torres Borda
Pensamiento y Decisión Estratégica

El gran atractivo de la palabra estrategia ha estimulado su uso entre los profesionales de la administración. Lamentablemente, su extensa utilización ha dañado la comprensión que se tiene del concepto hasta ocultarlo detrás de su gran atractivo.

La palabra estrategia ha sido siempre muy atractiva, tanto para pronunciarla como para escribirla. Pero, ¿sabemos de qué hablamos cuando hablamos de estrategia? Este fue un planteo que me hice tiempo atrás. La respuesta fue simple: no, no se de qué hablo cuando hablo de estrategia.

El encanto de esta palabra parece ser no sólo cuestión propia, sino que en toda revista o publicación de negocios o administración, la palabra estrategia atrae lectores. Entonces, aparecen “El Marketing Estratégico”, “La Administración Estratégica de los Recursos Humanos”, “La Planificación Estratégica”, “La Estrategia de las Pymes”, “La Estrategia Competitiva”, “La Estrategia Maquiavélica”, etcétera.

Descubrí que no era el único confundido, claramente me sentí aliviado, o al menos, acompañado.

En cierto momento decidí darme a la búsqueda del significado de estrategia. Pretendía responder preguntas muy sencillas, que resultaron tener respuestas no tan sencillas, como ser: ¿Qué es estrategia? ¿Qué no es estrategia? ¿Qué es hacer estrategia? ¿Quiénes hacen estrategia?

En este momento, estoy transitando ese camino, y quisiera compartir con el lector aquello que fui develando.

¿Qué es estrategia? ¿Qué no es estrategia?

Según el diccionario es el arte de dirigir un conjunto de disposiciones para alcanzar un objetivo, en la guerra o en los negocios. Pero esta escueta definición no nos dice mucho.

Lo primero a señalar, es que la estrategia es cosa de los seres humanos. Sólo un ser inteligente y con voluntad puede hacer estrategia. Por ello, ni la naturaleza ni otros seres vivos hacen estrategia. No existe tal cosa como la estrategia de huída de una presa o la estrategia de aniquilamiento de un escorpión. Añado, no se hace estrategia contra la naturaleza.

It takes two to tango

Para hacer estrategia se necesitan dos, dos seres humanos conviviendo una misma realidad, dos empresas compitiendo y cooperando por el mismo mercado, un Gobierno tratando de lograr legitimar un aumento de impuestos, por citar algunos ejemplos. Es decir, voluntades compartiendo una realidad. A esta situación natural de los seres humanos se la llama conflicto, considerando a este no como un estado patológico sino como el estado natural de las relaciones humanas.

La función principal de la estrategia es permitir a esas voluntades, que comparten una realidad, que están inmersas en un mismo conflicto, convivir de la mejor manera posible –cada una de acuerdo a su escala de valores- en una situación de interdependencia recíproca.

Entonces, ¿Qué es estrategia?

La estrategia es el esquema para pensar las situaciones de convivencia cuando hay intereses comunes e intereses contradictorios, es decir, situaciones en parte cooperativas y en parte competitivas, entre seres humanos. En este sentido, la estrategia es como una negociación no explícita, una negociación con palabras y acciones, que implica un intercambio de intereses entre las partes.

Y entonces, ¿Qué es hacer estrategia?

Hacer estrategia no es ni más ni menos que conducir estas situaciones de convivencia en función de nuestros valores, ideas, preferencias, teniendo “siempre” muy presente las ajenas. Y conducir no es más que tomar decisiones para pasar de las ideas a la acción.

Pero la conducción a nivel estratégico no es cualquier conducción, es aquella que inmersa en una situación de interdependencia mutua apunta a la voluntad de los otros para conducir el conflicto. Esta diferencia es esencial. La conducción estratégica no está dirigida hacia la materia, hacia los objetos, sino hacia la voluntad que utiliza los objetos. La conducción estratégica busca manejar estas situaciones de convivencia, en parte cooperativas y en parte competitivas, para hacerlas viables.

Luego, la conducción estratégica es comunicación, es envío de mensajes, ya sea por la acción o por la palabra. Hacer estrategia es concebir los mensajes a enviar a los otros; para comunicarles lo que pretendemos y lo que estamos dispuestos a hacer para lograrlo, y averiguar lo que los otros pretenden y lo que están dispuestos a hacer para lograrlo.

Quiénes hacen estrategia?

Todo ente con inteligencia y voluntad, es decir todo ser humano, y por agregación toda entidad social, es decir, toda organización. La estrategia es un hacer subjetivo y volitivo dirigido a otros seres humanos en razón de la interdependencia mutua.

Por último, quisiera agregar que en la actual bibliografía de organizaciones existe un sesgo, perjudicial, a mi entender, de la estrategia hacia las relaciones de competencia, poniendo el foco en los intereses contrapuestos.

La estrategia es más amplia que ello, siempre implica un conflicto mixto, es decir, una situación competitiva y cooperativa a la vez. Este sesgo tiene como consecuencia más nefasta, la idea de que la finalidad de la estrategia es ganar, vencer al oponente. Siendo que la finalidad de la estrategia es sentar las bases de convivencia para el logro de nuestros fines.

Publicado por  Diego Torres Borda

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Fuente: Pensamiento y Decisión Estratégica  

Imagen: Strategic partnership  

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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Principios para gestionar el cambio

El río que fluye

Por Manel Muntada Colell

Se ha hecho realidad algo que no es nada original pero que los tiempos que corren exigen que nos planteemos, de verdad. Me refiero a la necesidad de gestionar el cambio en nuestras organizaciones, algo que, supuestamente, siempre nos ha parecido evidente pero que siempre ha sido una opción más a seguir en aras de ser más o menos modernos o innovadores.

Paradójicamente, esto que es a todas luces tan claro, choca con el caudal de la cultura organizativa que fluye desde hace tiempo y nos obliga a remontar penosamente, como salmones, el cauce de lo que siempre hemos hecho y de aquello en lo que siempre hemos creído, y aquí nos tienes expuestos a todo tipo de peligros a cada salto que damos, siendo incierta la posibilidad de salir con vida y acabar desovando en algún meandro tranquilo y protegido de las corrientes.
Este nuevo mundo en el que ya vivimos exige que nos replanteemos seriamente la concepción clásica que tenemos de las personas, de los grupos y de las organizaciones. Y es que, siguiendo con la metáfora fluvial [escribo esto desde una zona que me inspira…], nuestras concepciones de siempre han llegado al delta donde las tranquilas aguas se confunden y se diluyen en la inmensidad de un mar que… ¿cómo decirlo?… va de otro palo y sabe distinto.
A la hora de abordar un proyecto de cambio organizativo es muy importante detenerse un momento y armarse de una serie de principiosque nos inspiren y ayuden a enfocarlo. Hemos de concretar una serie de premisas que estén en consonancia con el entorno que nos rodea, conformen nuestra mirada, nos aporten criterios y doten de sentido a nuestra actuación.
De las posibles ideas/principios de los que partir y, aprovechando la reflexión realizada en el marco de un proyecto artesano con un exsocioysinembargoamigo, quiero resaltar estas:
  • Conocimiento: Es en la organización donde reside el conocimiento y la capacidad para adecuar sus actuaciones a los requerimientos y a las necesidades cambiantes de su entorno; y este conocimiento está distribuido entre todas y cada una de las personas que la conforman. Hay que llevar a cabo actuaciones para transformar el conocimiento tácito en explícito.
  • Disposición: El cambio organizativo está normalmente determinado por el entorno y tanto la organización como las personas están inmersas en él y, por tanto, lo conocen y están dispuestas a aceptarlo.
  • Confianza: La confianza en las personas es la base para su participación y ésta, a su vez, fundamental para el cambio. Implicar en el cambio supone no dudar de la capacidad de las personas para percibir que es necesario cambiar.
  • Conversación: La conversación es la comunicación más efectiva. Las conversaciones entre seres humanos suenan como humanas y tienen voz humana. Si las conversaciones son humanas, sus opiniones, sus chistes, sus argumentos, sus perspectivas, son usualmente abiertas y naturales, ¿por qué cambiarlo? [del Manifiesto Cluetrain]
  • Participación: Las plazas son el centro por excelencia de la vida de las comunidades. En ellas se concentra la conversación a través de una variedad de actividades. Hay que crear el equivalente de plazas públicas en la organización para favorecer la conversación y, por ende, la participación de la mayoría de las personas.
  • Liderazgo: Liderar consiste fundamentalmente en movilizar y aprovechar los liderazgos que existen en todos los niveles de la organización. Se trata de diluir el Yo entre el Nosotros.
  • Innovación abierta: La innovación se genera a través de la conversación y, especialmente, gracias a la conversación con terceros. Las fuentes de innovación no se encuentran tanto en el interior de las corporaciones como en las ideas de sus usuarios, clientes y colaboradores.
  • Aprendizaje extendido: El protagonismo de la formación dirigida y encapsulada en entornos cerrados y controlables, como las escuelas y las aulas, en una sociedad hiper-comunicada y de abundancia de información, cede paso a un modelo centrado en el aprendizaje autónomo y personal alimentado por un sinnúmero de canales abiertos.
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    La foto es de Antonio Devilla y podéis ver su serie aquí.

Publicado en CumClavis. Post original aquí.

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Eduardo Kastika: “En las crisis, los grises no son buenos”

Entrevista a Eduardo Kastika

ekastikaCircula la creencia de que la creatividad y la innovación son motores del desarrollo de toda sociedad. Pero, ¿qué implican realmente estos dos conceptos? ¿Quiénes pueden implementarlos?

En una entrevista exclusiva con esta Revista DOSmasDOS, Eduardo Kastika (consultor y referente argentino con más de 20 años de trayectoria en estos temas) desentrañó ambos significados, destacó las ventajas de trabajar aplicándolos, analizó las diferentes dinámicas existentes tanto en PyMEs, como en grandes empresas y se refirió a los conceptos de originalidad -en relación a colocarle la impronta propia a un proyecto- y co creatividad.

DOSmasDOS: Suele hablarse de su importancia, pero ¿cuál es la diferencia entre creatividad e innovación?

Eduardo Kastika: El creativo se caracteriza por producir aportes nuevos y valiosos, mientras que el innovador es un implementador de esa creatividad.

A lo que me refiero es que innovar implica que esa idea sea adoptada por la gente. El creativo también aplica sus ideas; por ejemplo, puede hacer una exposición con su obra y tener un público que aprecie sus habilidades. La diferencia radica, entonces, en que la creatividad se valora, pero la innovación se adopta, se introduce dentro de la vida de las personas y produce transformaciones.

¿Disponemos todos de las herramientas para trabajar en estos conceptos?

Todos podemos. Se necesitan tres cosas centrales. En primer lugar, ser bueno en algo: tener conocimiento y habilidades en el rubro en el cual querés ser creativo.

Además, se debe ser una persona flexible, que se adapte y entre en contacto con otros fácilmente.

Por último, manifestar motivación y pasión por lo que uno hace.

Que quede claro: nadie es creativo si no siente verdadera pasión por aquello en lo que se desenvuelve.

“No es verdad que si uno no es creativo, muere en el intento. Sin embargo, la creatividad te permite crecer y desarrollarte a otra escala; dar saltos cualitativos más intersantes”.

¿Cómo surge una buena idea? ¿Cuáles son los pasos para concretarla?

El sistema que más se utiliza para explicar el proceso es el de divergencia y convergencia. La divergencia implica, primero, generar muchas ideas; abrir la cabeza y proponer sin juicio previo. Por su parte, el segundo paso consiste en saber elegir entre las opciones planteadas.

¿Cómo saltar de la simple idea y convertirse en un emprendedor?

La clave está en la palabra prototipo y en empezar a probar de a poco.

Por ejemplo, ¿querés publicar un libro?: editá 50 ejemplares y repartílos entre tus conocidos. Después de obtener resultados, realizá una edición de 150 y vendéselo a cierto grupo previamente estipulado.

De esta manera, vas realizando pruebas e implementando tu idea a través de prototipos progresivamente más complejos e interesantes. En la actualidad, la nueva vía de implementación a tener en cuenta es la tecnología digital: Internet y las redes sociales. Gracias a ellas resulta más fácil llevar a cabo proyectos que años atrás.

¿Se puede decir que hay dueños de ideas? En ocasiones, si se toma un proyecto de otro y se lo reformula, se debe convivir con las críticas…

Es un tema demodé. Hoy en día, ya no se puede decir que determinada idea es de una sola persona. Cuando uno está generando una idea, lo está haciendo a partir de conocimientos que tomó de otros. Pero hoy más que nunca, toda creación es una co creación. Las ideas se comparten: nadie crea sólo, ideamos entre todos. ¿Por qué la autofoto de actores y la presentadora en los Oscar 2014 tuvo tantos retwits? Porque cada uno de los que salió en la imagen, la retwitteó y, como tenían numerosos seguidores, se concretó una suma explosiva.

Y esto sucede con el tema de las ideas: mientras a más gente la misma le convenga, más probabilidad de éxito tiene.

Pero en algunos ámbitos de competencia, se suelen cuidar celosamente los proyectos…

Ya no es tan así. Si bien existe el juego de patentes y derechos de autor, la mejor manera de cuidar una idea es teniendo más y aplicándolas rápido.

“A partir de la revolución digital, la creatividad dejó de ser esa habilidad de tener ideas para ser la de juntarlas o seleccionarlas y ganar a partir de saber aplicarlas y compartirlas”

¿Cuáles son las ventajas de trabajar de forma creativa o innovadora?

Existen dos centrales. Por un lado, te permite conseguir mejores resultados.

No es verdad que si uno no es creativo, se muere en el intento. Hay mucha gente que carece de esta cualidad, pero sobrevivir, sobrevive.

Sin embargo, la creatividad te permite crecer y desarrollarte a otra escala, dar saltos cualitativos más interesantes.

En segundo lugar y según descubrimientos de los últimos años, cuando uno trabaja creativamente es más feliz, goza de un mayor bienestar, se siente autorealizado. A su vez, el estar motivado, te vuelve más creativo.

Escribiste un libro titulado “Resolver la crisis. Ideas, recomendaciones y guías metodológicas para resolver la crisis con creatividad”. ¿Quiénes superan los momentos críticos?

Prevalecen dos tipos de actitudes diferentes. Por un lado, el que es ingenioso, astuto, y sabe adaptarse y resolver cuestiones utilizando lo que tiene.

Pero también sobrevive el que tiene una convicción tan grande por lo que hace que está dispuesto, incluso en épocas de crisis, a seguir firme con sus proyectos y convicciones.

El que pierde, en definitiva, es quien es creativo por conveniencia y especuló con un proyecto pero no está convencido del mismo. Los grises en las crisis no son buenos.

Se debe tomar el riesgo de llevar a cabo lo propuesto con seguridad…

Tenés que tener un proyecto lo suficientemente interesante para vos como para sobrellevar los cambios y sacrificios que las crisis implican.

Introduciéndonos en un caso puntual, existen profesionales que se excusan en la falta de tiempo para no implementar herramientas de gestión o innovar en sus emprendimientos…

Cuando algo es prioritario para vos, lo llevás a cabo. Detrás de carecer de tiempo para algo, se esconde la realidad de que no le asignas dedicación.

El que realmente está detrás de un proyecto y lo quiere apasionadamente, lo lleva a cabo. El problema se genera si tenés un negocio sólo para subsistir: de no precisar dinero, no lo harías.

En ese esquema se inserta la cuestión de la “falta de tiempo”.

En cambio, cuando hacés algo que te apasiona, siempre vas a encontrar tiempo y espacio para dedicarle.

Adentrándonos en el mundo de las empresas, ¿cuáles son más creativas? ¿Las PyMEs o las grandes? Suele pensarse que las segundas aplastan la creatividad, porque muchas ideas no llegan donde se toman las decisiones…

En realidad y en muchos casos, las grandes empresas son innovadoras no porque la gente de adentro sea creativa, sino porque tienen la espalda suficiente para poder comprar ideas novedosas de emprendedores. Es decir que lo que hizo fue asociarse, comprar, sponsorear o tener algún tipo de vínculo con un innovador.

Hoy en día, las corporaciones si no innovan desde adentro, lo hacen a través de personas exteriores a su establecimiento, pero lo llevan cabo.

Entonces, las PyMES son células de innovación y existe una oportunidad enorme para ellas porque hay un montón de deseos y necesidades que se generan, y que necesitan rapidez para suplirse y convicción en torno a un proyecto, y esto sólo pueden hacerlo las pyme.

Por eso están cada vez mejor posicionadas mundialmente. Además, en las pequeñas y medianas empresas se deben aprovechar las oportunidades que implican ir a lugares a los que las grandes corporaciones no están dispuestas a ir.

“No es lo mismo emprender por necesidad que llevar adelante un proyecto porque se visualizó una posibilidad concreta.
La verdadera innovación surge de la motivación”.

En la actualidad, conviven tres generaciones en el mundo laboral: baby bommers, X e Y. Además, la Z está comenzando a insertarse. ¿Quiénes son más creativos?

No tiene que ver con la edad sino con la actitud. Hay un quiebre importante en torno al concepto de creatividad a partir de la revolución digital. Cambió la forma sustancialmente. La creatividad dejó de ser la habilidad de tener ideas para convertirse en la de juntarlas o seleccionarlas y ganar a partir de saber aplicarlas y compartirlas.

Todo se relaciona más con decidir qué hacer con la idea que con simplemente tenerla.

Los grandes innovadores son personas que comprendieron las nuevas reglas de las redes y los vínculos e innovan a partir de eso.

En otras ocasiones, mencionaste que creatividad es también reconocer las ideas del otro. ¿Esta tendencia conlleva un mayor acercamiento hacia el paradigma del asociativismo?

Cuando uno valora la idea del otro también está siendo creativo, eso implica la co creatividad. No sé si vamos a un paradigma del asociativismo, pero cada vez se comprende en mayor medida que la creatividad es una cuestión de co creatividad y que las estructuras demasiado jerárquicas complican su desarrollo.

¿Por qué es tan importante crear en relación a otros?

Cuando ideás junto a otros estás agrandando la torta y no simplemente creando para quedarte con un pedazo de ella, sacándoselo a otros.

Hablamos, entonces, de una forma de creatividad más sustentable que es mucho más útil en el largo plazo.

Estás permitiendo que otros también creen. Hoy las posibilidades de desarrollo de proyectos de las personas, a modo individual, se agrandaron muchísimo. Por ejemplo, años atrás, a alguien que escribía poesías le era difícil mostrar sus obras si no conseguía una editorial, hoy puede compartir sus ideas a través de Internet y recaudar a través de crowdfunding (financiación masiva voluntaria mediante Internet).

Si tu idea es buena, podes difundirla.

Frente a esta nueva dinámica, la co creatividad se vuelve fundamental porque nace de moverse en este mundo en el que cada vez existen más ideas, las cuales se van aplicando rápidamente y entre todos los involucrados.

Foto Kastika 1Una cuestión interesante que planteás es la de la originalidad vinculada al origen (a la persona) y no a alguna invención fuera de lo normal.

En la actualidad, ya nada es totalmente original salvo que tenga que ver con tu origen. No tiene sentido que se te ocurra una rareza, sino algo que tenga que ver con vos. No hay diferencia entre el producto y la persona creadora del mismo, forman un sistema. Y eso hoy es ser original.

Implica colocar tu impronta…

Sí, tu firma. La obra de Salvador Dalí vale porque es suya y por la obra en sí misma. Sin la firma, no sirve. Y el pintor, sin las obras, tampoco.

Un informe emitido este año por el Banco Mundial fue titulado “El emprendimiento en América Latina, muchas empresas y poca innovación”. ¿Representan sus conclusiones de forma correcta la situación actual?

Me parece que sí. Existen muchas empresas a las que les va bien pero no son innovadoras. Para poseer esta característica, deben crecer por encima de la media del mercado. En ese documento en particular, se afirmaba que no es lo mismo emprender por necesidad (porque perdiste el trabajo) que llevar a cabo un proyecto porque se visualizó una oportunidad. La verdadera innovación surge en mayor medida a partir de la motivación que de una situación desavenida.

Por último, ¿innovar te da mayor rentabilidad y garantía de prevalecer en los mercados?

Rentabilidad a largo plazo sí, garantía de sobresalir en el mercado, no

Fuente http://dosmasdos.com.ar/2014/05/en-las-crisis-los-grises-no-son-buenos/

Publicado en GrandesPymes. Post original aquí.

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La principal barrera de la innovación está en la mente del directivo


cerebro-abierto1Por Virginio Gallardo

Nos encanta simplificar la realidad, para hacerla más sencilla, nos encanta disponer de píldoras milagrosas que sin complicaciones nos permitan ser más felices, pero los mensajes simples son muy peligrosos.

El nuevo talismán del éxito, espoleado por el auge de la psicología positiva, se llama autoconfianza, la energía en forma de motivación para la superación de objetivos, lo que te permite multiplicar tu rendimiento para llegar donde los demás nunca podrán llegar. Ya lo habrás oído: “La mente puede conseguir cualquier cosa que sea capaz de concebir o soñar… sueña…” Y todos lo sabemos es tan fácil soñar,…es tan fácil tener las manos llenos de deseos,…

Sin embargo los efectos de este nuevo “elixir” del éxito es el responsable del peor de los pecados del directivo que supone la principal barrera de la innovación que destruye implacablemente a las empresas ¿Quién sabe quizás te este afectando a ti?

Autoconfianza,  autoestima o autoeficacia

Ya habrás oído la sencilla tesis que nos propone que para realizar lo que nos proponemos, para poder dar lo mejor de nosotros, para potenciar todas nuestras otras habilidades y competencias específicas necesitamos de la autoconfianza y la autoeficacia como la capacidad de sentirse capaz de tareas y proyectos: “Tendemos a ser lo que creemos que somos“.

Hasta ahora cientos de poetas y escritores de esos llamados de “autooayuda”  habían lanzado un mensaje realmente agradable de escuchar: “debes pensar que puedes conseguir lo que quieras”.

Es tan agradable que te digan que tu éxito depende de que vivas sin miedo, que sólo basta que sientas que la suerte te acompañe, que sólo basta que pienses que los sueños no son imposibles, que sólo basta con que los intentes tocar con tus dedos… si realmente es tan agradable.

Aunque para algunos suenan a palabras frágiles de cristal, palabrería de charlatanes o de bienintencionados humanistas. Lo cierto es que el fondo de estas tesis esta avalada por la psicología. El creador de la teoría de la autoeficacia es  Albert Bandura probablemente el psicólogo académico contemporáneo más serio y más citado. O el que más lo ha promovido es nada menos que el padre de la psicología positiva  Martin Seligman como presidente de la American Psychological Association.

Son cada día más los estudios que intentan demostrarnos que la capacidad de autoconfianza es la que explica el éxito incluso entre individuos de inteligencia general equivalente y que nuestras propias expectativas suelen ser las mejores predictoras de lo que obtengamos.

¿Que pasa cuando hay mucha autoestima (= Amarse a uno mismo) en directivos?

Si, que sucede cuando alguién tiene demasiada “autoestima”, que sucede cuando su “autoconcepto” es muy elevado.

Muchos dirían que estas personas han sido tocados por el dedo de los dioses. Han superado el mal al que están destinados al resto de los mortales que escuchan “el no puedo” que “son los enemigos de si mismos”, que se sienten poco capaces de asumir los grandes retos, de correr riesgos, lo que les provocan inacción y vivir por debajo de tus posibilidades por el paralizante miedo.

El individuo que se quiere a sí mismo aparentemente es todo lo contrario: confía en si mismo extraordinariamente. El mensaje de “Ama a tú prójimo, como a ti mismo” se convierte en “amate a ti para que el mundo te ame”  Y si “te amas mucho el mundo te amará más”

Muchos directivos que han llegado a la cima de sus organizaciones tienen este “amor por si mismo” extraordinariamente desarrollado y confían extraordinariamente en si mismos como única compañía de una casi una segura soledad que el poder su posición desgraciadamente  les condena.

Ello hace que para tomar sus decisiones confíen en si mismos, que se basen en su experiencia exitosa, resultado de una dura y prolongada selección de los mejores, o al menos, de los profesionales “mejor” adaptados a un determinado entorno organizativo. Tras muchos años, muchos años, han ido incrementando su autoeficacia demostrada una y otra vez en las duras batallas en el duro mundo empresarial.

Pero este tipo de trayectorias crean un extraño fenómeno,  el principal cancer directivo, que mata lenta pero implacablemente: la autocomplacencia (el exceso de amor hacía si mismo).

La extraña enfermedad de la “alta estima”

Lo que ayer nos permitió tener éxito, puede que no sea lo que mañana nos lo dará. El éxito suele ser el peor enemigo de la transformación personal y de transformación empresarial

Nuestras emociones no nos permiten ver la “necesidad de cambiar”. Esto le sucede a cualquier ser humano, pero tiene connotaciones diferentes en los directivos pues afecta a toda la empresa.

Si la “enfermedad” que provoca más muertes directivas es la obsolescencia directiva, la incapacidad de cambiar, es el  peor de los “virus” que la provoca se llama autocomplacencia (o si se quiere “una alta estima de si mismo”).

El poder, la posición y el status no ayudan a mantener una escucha activa sobre cuáles son las necesidades de cambio personal ni del cambio organizacional. Entre los altos directivos son pocos los que tengan subordinados o colegas que se atrevan a sugerir de forma seria a sus jefes que aspectos deberían ser cambiados. Para muchos directivos, incluso esto podría ser percibido cómo un signo de debilidad.

Se diría que una vez llegado a directivo no hay nada que aprender y que cuesta más escuchar sobre que hay que hacer.

En nuestro entorno son frecuentes Culturas Organizativas donde los directivos se manejan con elevados signos de estatus y donde la cercanía con sus subordinados o colegas no se promueve. Donde la alabanza fácil de los subordinados y compañeros es la moneda común.

En estos entornos no es necesario tener una personalidad narcisista para que los efectos de ocupar un rol directivo durante muchos años sean tan devastadores cómo si efectivamente el directivo tuviese este tipo de personalidad patológica: relaciones interpersonales distantes, baja humildad, dificultad de aprender de colaboradores y colegas y ninguna motivación para el conocimiento de las ideas de los demás o la autocrítica.  Al final deriva en un efecto devastador para la organización la incapacidad para detectar ideas creativas e innovadoras, para detectar los errores o mejorar.

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La clave del éxito consiste en autodestruirse sistemáticamente

Los directivos necesitan desarrollar una automirada crítica en todo lo que hacen que es lo que permite detectar la necesidad de cambiar de perspectivas. Necesita de elevadas dosis de humildad que le permitan luchar contra el entorno que se crea en las posiciones directivas donde suele haber autenticas “borracheras” de éxito y “poder” difíciles de evitar.

Sabemos que el  éxito genera “alta estima” y que es el fenómeno que hace que seamos profundamente vulnerables. Por ello el éxito del directivo duradero, como la de cualquier otro profesional, consiste en ponerse en duda constantemente. Poner en duda todo lo que sabemos, en desconfiar de nosotros mismos, en desconfiar de nuestra autoeficacia y establecer mecanismos para destruirnos sistemáticamente, por que sabemos que lo que sabemos y que nuestras competencias son exitosas, pero fugaces.

La rapidez del cambio hace que sólo aquellos que cambien muy rápidamente puedan adaptarse. Esto implica la búsqueda constante y casi paranoica de las debilidades de nuestra eficacia, ponerse  en duda cada día y desconfiar de lo que uno sabe, de tener cierto miedo … de dudar, de de analizar como destruir lo que fuiste.

Sólo si sabes que “debes ser tu principal enemigo” y que lo peor que puedes hacer”es amarte demasiado a ti mismo”, sólo si sabes que el objetivo final es destruirte a ti mismo de forma sistemática e implacable y dejar lo fuiste un día, sólo así  tienes algunas  posibilidades reales de sobrevivir.

Si, sólo así podrás reinventarte cada día y podrás reinventar tu organización, si no lo consigues, como la mayoría, envejecerás y harás envejecer a tu organización, que morirá al mismo ritmo implacable que morirás tu. Por qué la principal barrera de la innovación que debes superar es la autocomplacencia, especialmente desarrollada en la mente del directivo.

Publicado en Supervivencia Directiva. Post original aquí.
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10 formas de enfrentarse al cambio y a la incertidumbre
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La empatía nos hace humanos
Ironizando sobre algunos estilos directivos al uso…
El fin de la estrategia según Ferrás: Innovación 6.0
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¿Y yo para que quiero diseñar una estrategia?

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Por Juan Sobejano

A veces nos encontramos con clientes que parecen no comprender la importancia de una buena estrategia. Centran su gestión en el día a día, con una visión cortoplacista y buscando resultados, fundamentalmente económicos, no más allá de unos meses. Así van improvisando y gestionando de una manera reactiva dependiendo de los vaivenes del mercado y las acciones  de la competencia. Están en una clara posición de debilidad.

Nosotros siempre les decimos que es fundamental diseñar una clara estrategia, y ello por varias razones:

  • 1 – Nos ayuda a conocernos mejor. Toda estrategia parte de un análisis previo que nos a permitir saber cuál es nuestro modelo de negocio, cómo está la competencia y cómo nos afecta el entorno.
  • 2 – Nos permite pensar a largo plazo. Con lo que podemos planificar mejor, mejorar nuestros costes y adelantarnos a posibles problemas que puedan surgir.
  • 3 – Nuestros objetivos son más ricos. Es decir, no nos centramos sólo en los objetivos monetarios, lo que va a permitir que seamos más fuertes y sostenibles.
  • 4 – Podemos tener una posición proactiva en el mercado. Al hacer previsiones y proyecciones futuras podemos disponer de recursos que nos permitan marcar las pautas del mercado y adelantarnos a las decisiones de la competencia.

No olvidemos, sin embargo, que el diseño de una estrategia no significa escribir la Biblia, no es un documento inmutable que debemos adorar. Una estrategia, un modelo de negocio incluso, es un marco de actuación que puede cambiar si las condiciones en las que se diseñó, tanto internas como externas, cambian.

El método del diseño y las herramientas que lo componen nos permite, entre otras cuestiones, testear la dinámicas de un modelo de negocio para planificar una empresa sostenible. En las empresas con base tecnológica la parte débil es la tecnología. Quiero decir con esto que, a no ser que la propia tecnología sea el producto, y a veces incluso aquí, no importa lo interesante que sea nuestra tecnología, sin un modelo de negocio que nos ayude a llegar al mercado no seremos más que un proyecto.

Creemos necesario trabajar adecuadamente nuestros modelos de negocio y nuestros planes estratégicos para ser sostenibles y desarrollar nuestros proyectos en mercados concretos. El impacto de la racionalización en nuestras empresas es muy superior al de la improvisación. Sin embargo no hay que olvidar mantener unas dosis adecuadas de creatividad que nos permita construir procesos enfocados a la innovación disruptiva. De esto hablaremos en otro artículo.

Publicado en Innodriven. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Gestión de la incertidumbre

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La Capacidad 360º de los Medios Sociales: LA “COOPETICIÓN”

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Por Mercedes Hortelano VdP @MyKLogica

Cuando hablamos de concepto 360º, hablamos de hacer converger y compatibilizar diferentes necesidades y soluciones para pasar de la “competición” a la “colaboración”, favoreciendo la competitividad de la comunidad gracias a las sinergias establecidas mediante la colaboración de sus miembros … o, dicho de otra forma, lo que se comienza a conocer como “coopetición”, de forma que el 100% de clientes, proveedores…usuarios nos sintamos plenamente satisfechos con el servicio que recibimos y/o prestamos, cada uno con nuestro perfil correspondiente, gracias a las comunidades “coopetitivas” que vamos creando, retroalimentándonos y beneficiándonos por contenidos, experiencias, referencias, económicamente …

Ahora bien, toda “evolución” es un proceso dinámico, con sus “valles” y “puntas, en el que nos hemos de ir adaptando hasta que cada uno encontramos nuestro posicionamiento, por lo que es normal, en dicho proceso, encontrarnos debates, que nos enriquecen a todos, que lo actualicen e integren nuevas variables y necesidades que van surgiendo.

Bajo mi perspectiva, esto es lo que está sucediendo actualmente en la blogosfera, con la cantidad de debates que nos encontramos sobre los autoempleos que se están generando gracias a los medios sociales y el valor de los mismos, en este caso relacionados directamente con profesiones como community mgr., social media strategist …  el debate está servido entre quienes se cuestionan si se puede pagar 100€, 200€ ó cuál es el precio de un buen servicio …

Sin embargo ¿estamos hablando de lo mismo?

Lo primero que hemos de plantearnos es qué es un buen servicio, lo cual normalmente va en función de dos parámetros, la inversión disponible y las necesidades específicas de quien lo requiere:

El otro día fui a comprar un pendrive. El primero que me ofreció el profesional que me atendió fue el último modelo para puertos USB 3.0. No me preguntó qué tipo de ordenador tenía, de qué año era … sino que lo primero que me expuso fue que su velocidad de transferencia era mucho mayor que los pendrives con tecnología 2.0 (y en voz más baja me avisó que, eso sí, si mi ordenador carecía de puertos USB 3.0, la velocidad sería la misma que uno 2.0).

Expongo este ejemplo porque no siempre lo “más” es lo más eficaz ni el mejor servicio …

en mi caso que mi ordenador tiene puertos USB 2.0 y para lo que lo quería (hacer back-ups) ¿para qué me sirve tener un superpendrive 3.0 cuyas prestaciones van a quedar en nada?

medios-sociales

Si este ejemplo lo trasladáramos a los Medios Sociales:

Hay micropymes, autoempleados y autoempleadores que, hoy por hoy, lo máximo que pueden pagar es 50€, 100€, por decir una cantidad, porque comprometerse a pagar más es irreal para ellos y, además, quizás no necesiten toda una estrategia de inicio aunque sí es recomendable que entren.

Hay sobrinos, hijos, estudiantes … que están en las redes, que les apasionan ciertos temas y que para ellos 50€, 100€ es una “sobrepropina” y encantados de llevarlo a cabo porque les supone un plus en todo: en su economía, su entretenimiento, en su desarrollo de responsabilidad profesional …

Ahora bien, para una pyme establecida, que desee iniciar su andadura por las redes y los medios sociales, le recomendaría contratar servicios profesionales que le van a permitir ir directamente a su público objetivo, estar en las redes que mejor se adecuen a su producto o servicio, construir su “escaparate” virtual (marca y reputación) y lanzarla a su particular “milla de oro”, mucho más rápido que si lo tuviera que hacer alguien sin la experiencia ni los “apoyos” que ya han construido quienes se dedican (nos dedicamos) a ello.

¿Cuál es el mejor servicio? El que se adecúe a mis necesidades actuales, teniendo en cuenta a dónde quiero llegar y qué quiero conseguir.

¿Cuánto cuesta? Irá en función de lo que contrate, el tiempo que quiera invertir y la amplitud del proyecto que tenga en mente.

Retomando el tema con el que inicié este artículo, en estos momentos las personas que nos encontramos y trabajamos en los Medios Sociales tenemos la oportunidad de decidir cómo queremos que sea nuestro futuro, competitivo, denostando lo diferente, ir a por todas y recrear el 1.0 en los Medios Sociales o trabajar por la coopetición, creando sinergias que nos beneficien a todos, especializándonos en lo que más nos gusta y resalta nuestro valor añadido y transfiriendo proyectos a aquellos colegas que, por valores o especialización, pueden obtener mejores resultados con determinados clientes.

¿Cuándo he pasado o paso un proyecto?

  • cuando mi “conexión” con la persona falla, nos malentendemos

  • cuando mis valores son diferentes

  • cuando necesitan otro tipo de perfil (ya sea por especialización o por experiencia)

¿Por qué lo paso?

Porque me interesa estar en proyectos 10, en los que el 100% de mi energía se dirige a construir y aportar el máximo valor añadido, de forma que cuando se acabe el proyecto el cliente se encuentre plenamente satisfecho de los resultados y del valor pagado.

En definitiva por posicionamiento presente y futuro: reputación, credibilidad y referencias.

¿Y tú? ¿compites o coopites? ¿te apuntas a la coopetencia, al 360º en los Medios Sociales?

——–

 Mercedes HVdP (@MyKLogica), consultora de estrategia y desarrollo profesional, con foco en Medios Sociales en MyKLogica.

Tenaz, franca y directa. Apasionada de mi trabajo. Coach ejecutiva desde 1998 y una practicante del desarrollo de la Inteligencia Emocional. Me posiciono en calidad y me he especializado en Estrategia, Liderazgo y Comunicación 3.0. Bloguera desde 2006, tuitera desde 2009 y curadora de contenidos desde 2012. Actualmente colaborando en proyectos nacionales de estrategia en Medios Sociales para PyMes y desarrollo de competencias 3.0 y en proyectos europeos de auditorías de competencias.

Créditos: Agradecer a Julio Aliaga, a Sergio Ramírez y a SMRevolution el haberme invitado a formar parte del grupo y darme la oportunidad de escribir en este blog. ¡Gracias!

Imagen 1: OpenSpace Comarcal vía Google

Imagen 2: Consultorías360º  vía Google

Publicado en #SMrevolution. Post original aquí.

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Cómo superar NUESTRA resistencia al cambio. 4 consejos.

do-not-fear-changeCómo vencer la resistencia al cambio.  
Por Aida Baida Gil.  

DeGerencia. 

Muchas veces uno de los mayores obstáculos a la hora de hacer un cambio importante, o de arriesgarte a hacer algo diferente es la incertidumbre o, en concreto, el miedo a lo que pueda pasar, a no ser capaz de superarlo, y al fracaso. El problema es que la incertidumbre va a estar siempre ahí (a no ser que tengas una bola de cristal).

Así que la única forma de superarlo es cambiar tu forma de pensar y de actuar. Esa es la principal diferencia entre los que consiguen lo que quieren o al menos lo intentan, y los que no hacen nada, la distinta formar de ver las cosas.

Por supuesto cambiar tu percepción de las situaciones no es tan fácil, pero por qué no empezar a ver las cosas con otra perspectiva. Por ejemplo:

1.- Toma de decisiones.

En lugar de estresarte y obsesionarte con la decisión perfecta, por qué no te planteas que tomes la decisión que tomes, será buena, porque eres capaz de apañártelas con el resultado final. Al fin y al cabo todos nos adaptamos a todo, y en muchos casos, puedes cambiar de opinión.

¿No es más tranquilizador pensar que pase lo que pase podrás sacar algo bueno y por tanto nunca tomarás una decisión errónea? Lo que haces es asumir la total responsibilidad de tu vida y aceptar que tú eres el responsable de que las cosas que están en tu mano salgan bien y, sobre todo, el responsable de tu actitud.

2.- Vivir en el presente.

Hace poco leyendo el libro “El poder del ahora” me llamó mucho la atención una de sus frases: “No dejes que el pasado distorsione tu visión del presente”. Es tan cierto que muchas veces vivimos en el pasado, recordando malas experiencias, traumas o miedos, y que eso hace que veas el presente con otros ojos, ¡los del pasado! Así que céntrate en el presente, en la persona que eres ahora no en lo que fuiste o hiciste antes.

De igual manera, no dejes que el futuro te preocupe demasiado, porque no tienes una bola de cristal y no sabes qué va a pasar. Por supuesto eso no es nada fácil, ¿verdad? Lo que nos gusta anticipar las cosas (y con malos resultados, claro) y preocuparnos, para que muchas veces ni siquiera sucedan.

Céntrate en lo que puedes hacer ahora y libérate del futuro. Como mencioné antes quizá te ayude la idea de que, pase lo que pase, vas a ser perfectamente capaz de manejar las consecuencias.

Date cuenta de la importancia de esa frase, si supieras que eres capaz de desenvolverte, de responder bien ante cualquier circunstancia, ¿por qué tener miedo? Y la realidad es que lo eres, o si no no habría tantísimos casos de personas que superan lo que parece insuperable. Incluso en las épocas más dificiles somos capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos. No pierdas la perspectiva.

Os dejo una frase que leí en Twitter (de @soloquotes) “Toda historia tiene un final feliz… Si no eres feliz, entonces no es el final.”

3. Deja de esperar que algo o alguien te salve.

Muchas personas viven esperando que un día pase algo o alguien que le cambiará la vida para mejor, y mientras esperan ese día, desperdician el presente. ¿Quieres estar satisfecha con tu vida, conseguir tus objetivos, disfrutar de lo que tienes? Pues deja de pensar que van a venir a sacarte las castañas del fuego y empieza a encargarte tú de tu vida.

Poner tu vida en manos de un algo o alguien no es una buena idea y mucho menos si ni siquiera sabes si algún día va a llegar. Y si llegara, es mucho más satisfactorio hacerlo tú por tu cuenta, ¿o no? Si quieres ver cambios es hora de ponerse manos a la obra.

4. Acepta el fracaso y los errores como parte de la vida

Y considéralos un paso más hacia la consecución de tus objetivos. No es tan difícil como parece, de todo se aprende, y aunque es algo muy dicho, ¡es la verdad!

¿Qué harías diferente si pensaras de esta manera?

AUTOR(A): Aida Baida Gil

PUBLICADO: 13/01/2012

Licencia:

Este artículo es Copyright de su autora, quien es responsable por el contenido y las opiniones expresadas, así como de la legitimidad de su autoría. El contenido puede ser incluido en publicaciones o webs con fines informativos y educativos pero no comerciales.

Acerca de Aida Baida Gil

Coach personal certificada por la Coach Training Alliance, licenciada en Biologia, doctora en Genetica. Trabaja con mujeres profesionales que quieren ganar seguridad en si mismas, decidir el siguiente paso a dar y diseñar su vida y su carrera según sus intereses y valores. Visita www.coachdelaprofesional.com para mas información.

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Fuente: DeGerencia  

Imagen: Change fear  

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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Tensión y dolor del cambio de paradigma

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¿los emprendedores son los buenos y los empresarios los malos?

Por Xavier Marcet

Leonardo Da Vinci 17Hay un relato del emprendimiento que se repite por doquier, cual nuevo demiurgo. Se trata de imaginar ejércitos de emprendedores que multiplican la prosperidad o remontan las crisis. No es un relato o un deseo equivocado, pero su materialización no es fácil puesto que detrás del emprendedor hay, ni más ni menos que una cultura, una forma de entender la vida. Las culturas no se instauran por decreto ni las inercias se disuelven con reglamentos.

Para ser emprendedor no basta con pedir subvenciones, hay que vencer la aversión al riesgo y hacer algo más que tener ideas: esforzarse seriamente para implementarlas. Hay que saber concebir y expresar las propuestas sintéticamente, desarrollar su factibilidad y probar suerte. Hay que saber redactar business plan para poder constatar que la realidad no cabe en los planes pero que estos sirven para construir criterio mientras los modificamos. Hay que tener hambre, muchas ganas.  El relato siempre es benévolo con los emprendedores, incluso cuando aborda el fracaso. Pero emprender es duro, ni que se haga en equipo. Emprender, fracasar y volver a emprender, es todavía más duro. No se trata de héroes, simplemente de gente con convicción y un propósito que les mueve todas las horas.  Se emprende porqué se quiere desplegar una oportunidad y darle forma de empresa, pero también se puede emprender pensando en mejorar la sociedad.

Se puede emprender porqué se entiende que hacer empresa es, no solamente enfrentar un reto personal, si no una forma de vertebrar la sociedad, de combinar responsabilidad personal con responsabilidad social. Las nuevas empresas de los emprendedores deberían compartir más valores con la sociedad, desde el principio.

¿Los emprendedores lo son mientras se trata de empresas jóvenes,  pequeñas y muy “tech”? ¿cuándo las hacen crecer ya son empresarios y, por tanto ya se les puede denostar? Nos interesan emprendedores que hagan crecer sus empresas y que demuestren que el trade – off entre empresa y sociedad es falso porqué saben compartir valores que hacen crecer a ambas. Los emprendedores no son los buenos y los empresarios los malos, detrás hay el mismo riesgo, el mismo esfuerzo y deberían haber los mismos valores.

Me viene a la cabeza una de esas frases que Churchill dejó para la eternidad : “Some see private enterprise as a predatory target to be shot, others as a cow to be milked, but few are those who see it as a sturdy horse pulling the wagon”.

(el dibujo pertenece a una obra de Leonardo Da Vinci)

Publicado en XavierMarcet.com . Post original aquí.

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Ideas para negociar eficazmente

negociacion-colectiva
Por Isabel Carrasco González
Deepak Malhotra y Max H. Bazerman en su  artículo “Investigative Negotiation” publicado en la revista Harvard Business Review presentan cinco principios que consideran que son importantes a la hora de la preparación y del desarrollo de una negociación:
PRIMER PRINCIPIO: No discutir sólo sobre lo que la parte contraria quiere, hay que encontrar las razones de por qué lo quiere. Este conocimiento nos va a permitir intentar llegar a un acuerdo en que las dos partes consigan aquello que les importa más.
SEGUNDO PRINCIPIO: Tratar de entender y mitigar las restricciones que la otra parte tiene para negociar. Existen fuerzas externas que intervienen y limitan la capacidad de negociar de forma eficiente, tales como limitaciones legales,  normas corporativas que pueden dificultar el hacer concesiones, el miedo a sentar precedentes peligrosos, los compromisos con otros grupos de interés, la presión del tiempo y otros muchos factores. Estas restricciones pueden hacer que alguna de las partes tenga actuaciones que parecen poco racionales y que si no se conocen las causas ocasionen distorsiones importantes en la negociación.

Los buenos negociadores intentan descubrir cuáles son las limitaciones que tiene la otra parte a la hora de negociar y procuran superarlas antes que descartarlas por irrazonables. Nunca consideran que son exclusivamente los problemas de la otra parte y conociéndolos pueden ayudar a mitigarlos y convertirlos en oportunidades.

TERCER PRINCIPIO. Considerar las demandas de la otra parte como oportunidades. Cuando reciben peticiones que parecen poco razonables los negociadores normalmente adoptan una postura defensiva: ¿Cómo puedo conseguir evitar aceptar lo que piden? Los negociadores que investigan por el contrario enfocan la situación preguntándose que pueden aprender de la insistencia de la otra parte en ese tema concreto y qué es lo que esta petición me transmite sobre las necesidades e intereses de la parte contraria. También se puede aprovechar para analizar cómo se puede utilizar esa información para capturar y crear valor.

CUARTO PRINCIPIO: Crear un territorio común con los adversarios. Hay que intentar conocer la perspectiva de la otra parte y buscar puntos de cooperación, en lugar de competición. La relación con la parte contraria no tiene que ser unidimensional, puede a la vez ser de cooperación y de competición en otros aspectos pero siempre es conveniente encontrar puntos de interés común.

QUINTO PRINCIPIO: Continuar investigando aunque parezca que el acuerdo se ha roto. Después de que se hayan roto las negociaciones los  negociadores deben investigar las causas que han impedido llegar al acuerdo y preguntarse sobre lo que realmente les hubiese costado llegar a alcanzarlo. Puede servir por un lado para replantear la negociación y volver a intentarlo o para adquirir información que puede resultar de utilidad en futuras negociaciones.

Como reflexión final sobre estos principios vemos que muestran que la información es fundamental. Aquellos negociadores que saben cómo obtener información obtienen mejores resultados que aquellos que se limitan a trabajar con la que tienen en un inicio.

Los autores, en el artículo mencionado nos hablan, también, sobre tres tácticas que se pueden utilizar para conseguir información en condiciones en que existe desconfianza entre los negociadores.

I.- Compartir información, buscando reciprocidad. Si la parte contraria en una negociación se muestra reticente a compartir la información, tenemos que empezar a hacerlo, dejando claro que se espera reciprocidad. Para ello hay que marcar las reglas explícitamente: “yo voy a empezar y luego tú continuas”. Tenemos que asegurarnos que la otra parte está de acuerdo y se compromete a actuar así. Es conveniente, también, empezar a compartir esa información de forma paulatina, turnándose cada parte. No hay que desvelar toda la información de una vez, ya que así conseguimos minimizar los riesgos si la otra parte no responde como esperamos.

II.- Negociar muchas cuestiones simultáneamente. Normalmente en negociaciones complejas se tiende a negociar un aspecto y cuando se ha llegado o no a un acuerdo se pasa al siguiente. Esta forma de actuar tiene el riesgo de que a todas las cuestiones se les pueda asignar la misma importancia con lo que es difícil discriminar cuáles son los intereses que más valoran cada una de las partes.

Con frecuencia resulta más oportuno negociar distintos aspectos de forma simultánea, con lo que conseguimos ir haciendo ofertas y contraofertas considerando distintas cuestiones, valorando la distinta importancia que tiene cada una dentro del contexto global de la negociación. Para averiguar cuáles son los temas centrales para la parte contraria podemos:

a).- Observar cuál es el aspecto al que la otra parte  vuelve constantemente.

b).- Ver qué cuestión es la que le pone más tenso cuando se plantea.

c).- Observar qué cuestiones se plantean cuando la parte contraria intenta controlar la conversación en lugar de escuchar.

d).- Analizar  en qué circunstancias se muestra  la otra parte más obstinada y reticente si pedimos una concesión o llegar a un compromiso.

III.- Realizar múltiples ofertas al mismo tiempo. Es conveniente plantear ofertas que sean igual de importantes pero que difieran en los detalles de dos o tres aspectos. Esto va a permitir un mayor margen para negociar y da una imagen de mayor flexibilidad y empatía.

Licencia de contenido del blog de “Hablemos de liderazgo”

Publicado en Hablemos de Liderazgo. Post original aquí.

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Creencias erróneas sobre la Estrategia

Las trampas en la toma de decisiones estratégicas

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La mirada estratégica

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Las paradojas del cambio y de la resolución de problemas

creative-problem-solvingLas paradojas del cambio  

Por Enrique Sacanell Berrueco 

La danza del cambio   

Paul Watzlawick, en el libro titulado “Cambio: formulación y solución de los problemas humanos” (1974), elaborado junto a John H. WeaklandRichard Fisch, nos plantea dos tipos de cambio.

El primero de ellos es el cambio que se produce dentro de un determinado sistema, un cambio que no cuestiona los paradigmas, los modelos mentales desde dónde vemos la realidad que queremos cambiar. Otros autores se refieren a este tipo de cambio como “aprendizaje de primer orden”.

El segundo tipo de cambio es el que supone cambiar el propio sistema, la forma en que enfocamos la situación que nos preocupa. Este segundo cambio implica cambiar “el observador” que somos, adoptar una mirada diferente, desde otras premisas.

Con estos cimientos construye su reflexión, en la que subraya que “lo que promueve el cambio es la desviación con respecto a alguna norma”. En consonancia con otras aproximaciones al fenómeno del cambio, será la consideración de que el estado actual de las cosas no es el deseable, el que genere el impulso que el cambio necesita.

Aquí se abre una línea interesante de reflexión al preguntarnos: “no deseable” ¿para quién? ¿qué hace a esta situación no deseable para alguien? Sin embargo, al introducir estas preguntas estamos situándonos en clave del cambio de segundo tipo ya que nos hace preguntarnos por el marco de referencia en el que nos situamos al definir un problema.

En esta línea, siguiendo la reflexión de Watzlawick, los problemas surgen ante situaciones no deseadas que se encuentran frente “a callejones sin salida, situaciones al parecer insolubles, crisis, etc., creados y mantenidos al enfocar mal las dificultades”.

De ese enfoque inadecuado puede surgir de tres grandes tipos planteamientos:

Se intenta una solución negando que el problema lo sea en realidad, lo que lleva precisamente a no hacer nada para solventarlo. Por ejemplo, aunque las encuestas nos muestran un importante grado de insatisfacción en nuestros trabajadores eso se debe a que sobre todo han respondido los enfadados o cualquier otra argumentación que lleva a considerar que ese problema no existe.

Se intenta un cambio para eliminar una dificultad que desde el punto de vista práctico es inmodificable o bien inexistente, lo que provoca hacer cosas que no se deberían haber hecho. Un ejemplo podemos tenerlo en las políticas prohibicionistas frente al alcohol o a otras drogas.

Se comete un error de enfoque al pretender generar un cambio dentro de los paradigmas que han generado la dificultad (cambio de tipo 1), cuando lo que se necesita es un cambio de perspectiva (cambio de tipo 2). Un ejemplo de esta situación podemos tenerlo en la anécdota que cuenta cómo la NASA gastó un ingente presupuesto en encontrar un bolígrafo capaz de escribir en un entorno de gravedad 0, mientras que sus competidores soviéticos optaron por un lapicero.

Así pues, son las acciones que se llevan a cabo para promover el cambio que se desea a fin de para modificar una determinada situación, las que se convierten en generadoras de un problema que puede ser incluso mayor que el existente.

Otro aspecto interesante que nos plantea Watzlawick es “el mito de que para resolver un problema se ha de comprender su porqué”.

Partiendo de su experiencia clínica, y no tan solo clínica, nos plantea cómo podemos encontrar cambios profundos y duraderos que surgen sin llegar a entender las razones que generaron el problema o la situación indeseada. En este sentido, nos orienta a preguntarnos no por el ¿por qué?, sino por ¿qué es lo que aquí y ahora sirve para perpetuar el problema y qué se puede hacer aquí y ahora para efectuar el cambio?. Peter Senge y los enfoques sistémicos hablan de “la palanca de cambio” del sistema.

Finalmente nos plantea cuatro etapas para abordar un problema:

Definirlo con claridad en términos concretos. Lo que supone preguntarnos en qué consiste realmente el problema, para quién es un problema, cómo de importante nos resulta, qué estamos dispuestos a hacer para afrontarlo,…

Investigar las soluciones ya intentadas, de tal manera que podamos identificar qué es lo que sabemos que no funciona, qué es lo que contribuye a mantener la situación tal y como está.

Definir con claridad el cambio concreto que se quiere producir. Frecuentemente el cambio deseado se formula de manera demasiado vaga y genérica, lo que lo hace mucho más difícil de alcanzar.

Formular y poner en marcha un plan para producir ese cambio, de tal manera que sea clara la pauta de acción a realizar.

Termino con algunas citas sugerentes que aparecen en el libro:

Mientras perseguimos lo inalcanzable, hacemos imposible lo realizable” Ardrey.

Todo cambio es contradictorio; por tanto, la contradicción es la auténtica esencia de la realidad” Heráclito.

No son las cosas mismas las que nos inquietan, sino las opiniones que tenemos acerca de ellas” Epicteto.

La verdad no es aquello que descubrimos, sino lo que creamos” Saint Exupéry.

Publicado por Enrique Sacanell en 15:08

sábado 7 de mayo de 2011

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Fuente: La danza del cambio  

Imagen: Problem solving   

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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