Incertidumbre, empatía e inteligencia emocional

por  José Manuel Castro Díaz

El ser humano siempre intenta buscar una explicación a todo lo que acontece a su alrededor y a lo que le ocurre a él mismo, a las causas de los acontecimientos, de los hechos, de sus actos. Desde sus primeros tiempos como ser inteligente, el hombre ha sentido curiosidad por todo lo que le rodea. Cuando no encontraba una explicación lógica, se inventaba respuestas mágicas o apelaba a la voluntad o al capricho de los dioses. La filosofía, la madre de todas las ciencias, nació precisamente por aplicar un sentido racional a las preguntas y a sus respuestas. Sin embargo, a pesar de los enormes avances en todos los campos de la ciencia, las preguntas sobre los grandes misterios de la vida siguen sin encontrar respuestas convincentes.

Esta semana ha ocurrido un hecho terrible que nos ha conmovido profundamente: el accidente de un avión de la Compañía Germanwings provocado por el copiloto Andreas Lubitz. Según todos los indicios el citado copiloto aprovechó un momento que se quedó solo en la cabina para cerrar la puerta, impedir que se pudiera abrir desde fuera y hacer descender el avión hasta que se estrelló en los Alpes con 150 personas a bordo que murieron instantáneamente. Y a partir de ese momento comenzaron a buscarse explicaciones indagando en su pasado: que estaba siendo tratado por un Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), que estaba pasando por una crisis existencial, que sufría desprendimiento de retina lo que le impediría pilotar un avión y provocaría una profunda depresión… Seguramente todas ellas y alguna causa más que desconocemos, unido a una personalidad compleja, determinaron su acción final. Y con ella no sólo provocó su muerte sino también la de 149 personas más.

Lo que quiero explicar con todo lo anterior es algo muy distinto: la enorme complejidad del ser humano, que en interacción con todo lo que le rodea, convierte su vida en una fuente de incertidumbres. No es que no podamos controlar nuestro destino, es que son tantos los imponderables que nunca podremos llegar a preverlos todos: accidentes, catástrofes naturales, casualidades… Esto no nos debe paralizar ni sumir en la desesperación. Siempre ha sido así, es y será de este modo y debemos ser conscientes y realistas. Lo queramos o no, la incertidumbre existe y nos rodea (recomiendo la lectura de El Mundo ¿Por qué es imposible eliminar la incertidumbre?). Creo que este es buen punto de partida y un buen tema para trabajar con nuestros estudiantes de secundaria: la incertidumbre, lo que podemos y no podemos controlar, cómo deberíamos afrontar nuestra vida, cómo tomar buenas decisiones…

Lo que debemos hacer es vivir nuestra vida como si fuéramos capaces de controlarlo todo, por lo menos lo que está en nuestras manos. Lo que nos queda es intentar mejorar lo más cercano, lo que conocemos, lo que podemos, en cierta medida, explicar. Y empezar por nosotros mismos, intentando conocernos y cambiar lo que consideramos más negativo. Vivir y convivir con los demás, ayudarlos y dejar que nos ayuden, quererlos y dejar que nos quieran. Puede ser un buen momento para apelar a dos conceptos sobre los que hemos hablado varias veces, la empatía y la inteligencia emocional y aprovechar una de las entradas del Blog Justifica tu respuesta de Santiago MollLa respuesta empática, ¿por qué la gente no escucha? Si desde nuestra más temprana edad se nos educa en la empatía, seguro que la convivencia, la tolerancia, el respeto serían mucho más visibles en nuestra sociedad. Y desde la escuela y desde los Institutos podemos realizar una labor muy positiva. En el siguiente cuadro se resume de manera muy clara la forma de responder de alguien que no tiene empatía de aquél que sí la tiene y la diferencia entre aquel que comprende e intenta ayudar y el que sólo piensa en sí mismo y en sus problemas. Quizás Andreas Lubitz fuera muy inteligente y estuviera muy bien preparado. Pero carecía de algo fundamental: el respeto a sí mismo y a los demás.

Publicado en Orientación Machado. Post original aquí.

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Algunas causas que explican la mediocridad empresarial

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Vivimos en una realidad donde se nos habla de excelencia empresarial, cuando lo que vemos día tras día es una mediocridad empresarial galopante. Un mundo disonante con líderes que exaltan y manifiestan un camino a la excelencia, a la disrupción… cuyos comportamientos, y acciones sin embargo evocan unas convergencias y unas igualdades preocupantes. No nos confundamos, en la empresa estamos gobernados y rodeados por Procustos.

Causas que explican la mediocridad empresarial

Éstas son algunas de las causas que explican la mediocridad empresarial.

El principio de Peter

El trabajador más productivo no es siempre el mejor candidato para los puestos de mando. Es lo que explica el Principio de Peter (Laurence J. Peter), que fue probado por el interesante estudio “Promotions and the Peter Principle” de Alan Benson, Danielle Li & Kelly Shue.

Dicho principio explica que en muchas ocasiones, el ascenso se pueda convertir en un camino hacia la incompetencia organizacional: el puesto original pierde a un profesional de máxima competencia, y el puesto gerencial se puede volver incompetente. En lugar de permitir al empleado brillar reconociéndole el éxito, el premio es un caramelo envenenado para el empleado (y un alivio para el que está jerárquicamente en la cúspide).

 

 

 

 

 

 

 

 

La proliferación de los ‘Bozos’ o complejo de Hipersimofobia

Para identificar síntomas avanzados de mediocridad en las empresas es interesante analizar lo que dijo Peter Thiel en Zero to One. Básicamente afirmaba que las organizaciones más disfuncionales eran justo aquellas en las que señalar que se está trabajando se convertía en una mejor estrategia para ascender. No es de extrañar la proliferación en la demanda de soluciones “tecnológicas” hechas por las consultoras de siempre para darle a esos directivos mediocres ese producto que les permita demostrar que se merecen el puesto (no te pierdas este artículo de Eduardo Manchón al respecto).

Sin embargo, se pueden identificar mucho antes los primeros síntomas de la expansión de la mediocridad en las empresas. Steve Jobs con su concepto Bozo, ha ilustrado mucha literatura alrededor de ese concepto, que no deja de ser el “Complejo de Hipersimiofobia”.

Al final, los mediocres imperan hasta que el reto decide que se terminó…. “‘You know who the best managers are? They are the great individual contributors who never ever want to be a manager but decide they have to be a manager because nobody else will do a better job than them”. El líder cree que elige al reto, pero no, antes o después es el reto el que acaba eligiendo al líder.

Síndrome de la Amapola alta

El síndrome de la alta exposición es especialmente cruel con los más competentes y sobresalientes. Los líderes incompetentes, y la propia organización, buscarán cortar aquellas cabezas que sobresalen, igualando por abajo. En general, los mediocres no se atreven a dejar volar demasiado en la organización a aquellos perfiles que sobresalen, no sea que destaquen demasiado, amenazando el status quo de la mediocridad empresarial. Para ello se preocupan muy mucho de dejar claro a los “nuevos”, hasta dónde se puede crecer, y cuáles son los senderos por dónde es peligroso moverse.

Al hacerlo, obligan al excelente a estar encerrado en una jaula. Es el motivo por el que en los colegios los niños con altas capacidades esconden su nivel, llegando incluso a suspender para no sobresalir.

Homogeneidad de pensamiento

Y sobre miedos e inseguridades, otro de los problemas que tienen los mediocres es encontrarse con críticas que siembren dudas. Ocurre mucho que personas y equipos y organizaciones que hablan con la boca grande de diversidad, tratan de expulsar más veces de las que se dice, y siempre bajo el pretexto de la toxicidad, a la diversidad de opinión, en lugar de aprovecharse de todo lo que aporta la afrenta al status quo.

Como decía Einstein, “una velada en donde todos los presentes estén absolutamente de acuerdo es una velada perdida”. Y a pesar de que es un hecho que los empleados díscolos son mejores empleados para la empresa que los serviles, la mediocridad empresarial elige siempre al servil y obediente.

El efecto Dunning Kruger

Lo del fenómeno del mediocre que se cree competente está muy extendido. Esto es un fenómeno conocido como síndrome Dunning-Kruger. Es un sesgo cognitivo, según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimientos sufren de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su habilidad por encima de lo real. Imagina lo que puede potenciarse este sesgo en un empleado mediocre al ser ascendido.

La elusión de la responsabilidad individual

En 2019, la fundación BBVA publicaba el estudio Internacional de Valores y actitudes en Europa acerca de la esfera pública. En uno de los apartados se mide el rol que se atribuye al Estado en asegurar las condiciones de vida digna de los ciudadanos respecto al propio ciudadano (responsabilidad individual). El clásico, “he suspendido” vs “el profe me tiene manía”.

De acuerdo a esto, sólo el 20% de españoles (o el 29% de italianos), consideraban que es cada persona la que debe ser responsable principal de asegurar su propio nivel de vida digno.

La servidumbre al estado es una corriente muy implantada en Europa, (una de las causas por las que creo que China y USA están cada día más lejos) y se basa en una premisa fundamental: el estado paternalista, un ente que debe resolver mis problemas, en lugar de favorecer un entorno para que yo pueda desarrollarme. Lejos de alejarse de esta forma de enfocar el desarrollo de los trabajadores, las empresas están favoreciendo ese paisanaje de empresas paternalistas, generando un mindset en el que ilusoriamente se piensa que los problemas de uno, los debe resolver el otro, y la consecuencia es clara, empleados mediocres, INDOLENTES e IRRESPONSABLES. Y económicamente las derivadas son claras…

Yo soy de la opinión de Charles Dickens: “en todas las cosas debe el hombre confiar más en su propia actividad que en la ajena.” Lo contrario es un mindset que acerca peligrosamente al individuo a una senda de servidumbre para con el estado.

En la empresa, esta actitud también existe. No son pocos los empleado que evitan asumir responsabilidades y que consideran que es la empresa la que debe garantizarle su nivel de vida, su formación, y su estatus, pase lo que pase. Y es lógico, el sistema laboral en España es un sistema paternalista donde los empleados suelen considerar que la empresa les paga poco, aunque a su vez, parecen obviar que la gran mayoría de su Seguridad Social la paga la empresa.

Este caldo de cultivo genera una absoluta dependencia al puesto de trabajo, un incentivo perverso a la rotación y favorable a permanecer en la empresa, haciendo que por una mera cuestión de coste-beneficio, se tienda a favorecer que sea la empresa la que deba asegurar el sustento económico de cada trabajador.


¿Cómo atajar la mediocridad empresarial?

La verdad es que el camino es complejo, y el reto mayúsculo. Habrá quién diga que haciendo del I+D+i una parte intrínseca de la cultura de la empresa puede lograr esquivar la mediocridad… pero seamos honestos, eso es tremendamente difícil. Los procustos son un ejército con más armas que nunca (redes sociales y cámaras de eco) para no sólo opinar, sino decidir.

Ya lo dice Alain Deneault: “Los mediocres se organizarán para adularse unos a otros, se asegurarán de devolverse los favores e irán cimentando el poder de un clan que irá creciendo atrayendo a sus semejantes”. Y no lo olvidemos, si los mediocres medran, gobiernan y dirigen la actividad empresarial, la solución de cada problema tendrá efectos negativos multiplicados.

Tal vez la única manera de salir de un mundo lleno de Damastes sea construirse un entorno donde minimices la dependencia de procustos, evitando así que no te igualen por abajo. ¿Qué opinas tú?

 

 

 

Publicado en makertan. Post original aquí.

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7 tips para llevar las finanzas de tu empresa o PYME

por 

Foto de Scott Graham en Unsplash

Según los datos generales, el número de PYMES en España en general ha aumentado un 0,21% respecto al año anterior. Sin embargo, si vamos a leer los números específicos, veremos que no es tan así.

El número de empresas pequeñas, sin asalariados ha aumentado y se ha mantenido firme durante todo el año.  Por el contrario, las pequeñas con asalariados, medianas y grandes ha sufrido un descenso importante este año,  aunque de a poco están empezando a recuperarse.

Hemos oído mucho a lo largo de los años que quienes realmente mantienen al país son las PYMES y es verdad. Sobre todo las pequeñas y medianas, son quienes crean empleo, enriquecen el tejido industrial del país y pagan impuestos para que todo pueda funcionar bien.

Sin embargo, también son las que más sufren con las crisis o vaivenes económicos. A menudo son llevadas por gente que no sabe manejar ni llevar una empresa. Simplemente se trata de gente que realiza una actividad y por cuestiones de números, se ha visto obligado a montar una PYME.

Es por esto que aquí os damos 7 tips clave que te ayudarán a manejar mejor las finanzas de tu  pequeña y mediana empresa.

1. Ten claras tus metas y cómo conseguirlas

No es obligatorio que sea a principio de año, pero si es recomendable. Al fin y al cabo, por mucho que queramos hacer otra cosa, el año fiscal es quien rige el calendario de las empresas.

Tienes que conocer bien a tu empresa y poner metas realistas. De nada sirve apuntar a la luna, si no hay manera de que puedas construir un cohete.  Además, si conoces a la perfección tu empresa, evitas posibles futuros problemas que puede arruinar tus planes.

Una vez que tienes claras tus metas, lo siguiente es crear un plan de acción para conseguirlas. Puedes ponerte plazos dependiendo de cuánto crees que tardarás. Ten en cuenta que en finanzas se trabaja mucho con análisis para calcular, pero hay factores que no podemos controlar.

Pon un plazo realista, no muy corto, pero tampoco muy holgado. No quieres estar presionado por un plazo difícil de cumplir, pero tampoco relajarte del todo por un plazo demasiado lejano.

2. Ten todo bajo control

Foto de Carlos Muza en Unsplash

De la mano con lo dicho anteriormente, es crucial que controles todos los aspectos de tu empresa. No solo debes conocer los activos y pasivos de tus finanzas, sino que también debes hacer un control periódico de estos.

No necesariamente debes encargarte de todo personalmente, puedes delegar en alguien en quien confíes. Lo importante es que no  le des la espalda a ningún concepto, por muy pequeño que te parezca. ¿No sabes sobre la materia? Infórmate, pide ayuda.

En este aspecto, una de las cosas importantes que debes conocer es el flujo de caja. Si no sabes de cuánto dinero dispones (o vas a disponer en un futuro)y de donde viene, es imposible que puedas, por ejemplo, pensar en gastarlo.

 

3. Un software puede ser tu mejor aliado

Antiguamente o sabías de contabilidad, o tenías que externalizar. Tener a alguien que te lleve las cuentas de tu empresa y te haga todos los trámites relacionados. Hoy en día eso ha cambiado, y mucho.

Cada vez son más las empresas que utilizan un software de contabilidad. Son el mayor as bajo la manga de muchas empresas que han visto simplificada su contabilidad y reducido costes.

No es necesario ser un experto ni mucho menos, con tener conocimientos básicos y una buena herramienta de contabilidad puedes realizar todos tus trámites, conocer tus finanzas y controlarlas. Con avisos y asistencia personalizados.

Mucha gente aún es reacia a informatizar los procesos, y es normal. Pero no hay nadie que, una vez que ha utilizado un software de contabilidad, haya vuelto atrás.

4. Reducir costos / Aumentar beneficios

Estos dos pilares quizás sean tus objetivos estacionales o anuales. Quizás sea lo que quieres conseguir a largo o corto plazo. Y en sí no está mal. El problema es que lo consideres un objetivo temporal.

Debes grabar a fuego estos dos conceptos, ya que tienen que ser tus objetivos implícitos durante todos los ejercicios. No siempre van de la mano ni se pueden conseguir los dos. Lo importante es, al menos, conseguir uno de ellos.

Y no, no son equivalentes ni van de la mano. No siempre el reducir costos se traduce en beneficios. Puedes reducir costos por un lado, pero que esto signifique aumentarlos por otro. Lo mismo al revés: puedes conseguir una manera de cumplir con tu objetivo de aumentar las ventas pero a la vez estar aumentando los costes, lo que hace que realmente no aumente el beneficio real.

5. Si vas a invertir, hazlo bien

Pongamos que lentamente has empezado a ver beneficios. Estás haciendo las cosas bien, el mercado va bien y empiezas a tener dinero disponible. Lo inteligente, en este caso, sería invertir. No hablamos de bolsa ni de acciones, hablamos en invertir en tu empresa.

Hay muchas maneras de hacerlo:

  • Invertir en personal – Puede ser una manera de acelerar procesos o dar descanso a tu personal actual
  • Invertir en formación – ya sea propia o de nuestro personal, añade valor a tus trabajadores y a la empresa
  • Invertir en infraestructura – Más comodidad, mejor imagen y menos gastos
  • Invertir en modernizar la empresa – Siempre necesario para estar al día de las últimas tecnologías y descubrir cómo pueden facilitarnos el trabajo
  • Invertir en agilizar procesos de producción – una fantástica manera de reducir costes y amortizar rápidamente la inversión.

Analiza tu situación, y piensa qué inversión le conviene más a tu empresa.

6. Nunca pierdas de vista el mercado

Los mercados son como una jungla: uno nunca puede relajarse. Cuando piensas que tienes todo bajo control, te descuidas un segundo y aparecen miles de competidores. Con mejores precios, mejores productos, mejor atención, etc.

Aunque creas que tu producto es único, siempre puede aparecer alguien con una versión mejorada. Es necesario que siempre mires el mercado y la competencia para actuar a tiempo.

Si el mercado en el que te mueves es estacional, además deberás prestar especial atención a esto.

Encuentra el patrón de cuando empieza la “temporada alta” y cuando no. Salvo que vendas tanto en los meses buenos que puedas aguantar durante todo el año, busca estrategias para incentivar las ventas en los meses malos.

Evalúa cómo está el mercado, si tu producto está perdiendo valor o tiene un precio muy elevado. Evalúa la competencia, cómo está actuando, que valoran los clientes, que puedes dar que ellos no tengan.

Una vez que tengas todo bajo control, podrás anticiparte y estar siempre un paso por delante. Haz que los demás sean quienes tengan que adaptarse a tus movimientos y no al revés.

7. Finanzas de la empresa y personal, asunto separado

A pesar de ser lo último, esto es quizás lo más importante. Te lo dirá cualquier persona a la que le preguntes y que sepa de este tema: debes aprender a separar las cuentas de la empresa de tu cuenta personal.

No es fácil. Recurrir a la cuenta de la empresa cuando necesitas un dinero extra es tentador.  Y ¿Por qué no? Al fin y al cabo es tu empresa. Pero hay mucho más detrás de este simple gesto.

Por un lado, todo gasto que hagas debe justificarse y quizás te encuentres con un problema contable en un futuro. Si bien hay cosas justificables, no todo lo es.

Por otro, esto afecta directamente a tu empresa. Puedes estar poniendo en riesgo los salarios, los pagos con proveedores, o un flujo de caja con el que contabas que ahora ya no está.

Pero también puede pasar lo contrario, tu empresa tiene necesidades y tiras de tus ahorros para costearlos. Puede funcionar bien una vez puntual, pero puede convertirse en costumbre y afectar a tu economía personal.

Gestionar bien una empresa implica saber diferenciar lo empresarial de lo personal, aunque todo sea de la misma persona. Si eres el director de la empresa, debes establecer un sueldo fijo, invariable, que no trastoque la economía de la empresa

Foto de  William Iven en Unsplash

Desde luego, si algo sacamos en claro de estos tips es que dirigir una empresa no es fácil. Por eso mismo, hay que hacerlo a conciencia y bien, de lo contrario es probable que nuestra PYME o empresa fracase.

Con esto no queremos decir que estos tips son una receta infalible para el éxito de tu empresa. Hay factores que podemos controlar y otros que escapan a nuestro poder.  Sin embargo, seguir correctamente estos tips puede ser una buena ayuda para ir por el camino correcto.

El control, el análisis y saber actuar a tiempo y tomar decisiones acertadas son clave para la gestión de empresas. Está en cada uno saber cómo hacerlo y sacar lo mejor de cada situación. No siempre nuestras decisiones serán acertadas, pero hay que saber reaccionar en caso de que las cosas no salgan como planeábamos.

Publicado en Managers Magazine. Post original aquí.

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La paradoja de Moravec y el futuro de la inteligencia artificial

por Matias Rizzuto

¿Te has preguntado alguna vez si la inteligencia artificial podría superar la inteligencia humana? Acompáñanos a descubrirlo en el siguiente artículo.

La inteligencia artificial (IA) avanza a pasos agigantados, pero aún así enfrenta desafíos sorprendentes. La paradoja de Moravec, postulada en la década de 1980, nos recuerda que las habilidades humanas básicas, como la percepción y el movimiento, todavía son muy difíciles de replicar en máquinas.

Con el auge de los modelos de lenguaje generativos, como ChatGPT, se logran increíbles mejoras en el razonamiento y creatividad de la IA. Aunque esto motiva la imaginación de muchos ingenieros informáticos y cultores de la tecnología en torno a la posibilidad de una inteligencia que supere la humana, resulta difícil afirmar esto de manera convincente. Profundicemos en el tema.

¿Qué es la paradoja de Moravec?

Hans Moravec, Rodney Brooks y Marvin Minsky describieron esta paradoja. Al inicio de la investigación en inteligencia artificiallos científicos creían que resolver problemas lógicos y matemáticos llevaría a máquinas a replicar habilidades humanas simples.

La lógica y las matemáticas eran vistas como signos de inteligencia, sugiriendo que cualquier habilidad mental podría desglosarse en problemas lógicos y ser resuelta por aparatos.

Vemos que las computadoras desarrollan complejas estructuras sintácticas y predicen de manera favorable nuestras peticiones escritas. Del mismo modo, solucionan complejos cálculos matemáticos y estadísticos. Pero las máquinas aún fallan en habilidades cognitivas básicas que un niño pequeño ejecuta de manera sencilla y natural.

Contrario a las intuiciones tradicionales, las tareas de alto nivel que requieren razonamiento abstracto (como el ajedrez o las matemáticas) son relativamente fáciles de implementar en una máquina. No obstante, las tareas de bajo nivel que requieren percepción sensorial y motricidad (como reconocer un objeto o caminar) son difíciles de replicar en robots o sistemas de IA.

Inteligencia y evolución

La teoría de la evolución propuesta por Charles Darwin sostiene que las especies se adaptan a las presiones ambientales y a la competencia por recursos, transmitiendo características ventajosas a futuras generaciones. Esta lucha por la supervivencia y la reproducción impulsa la evolución en todas las especies, incluyendo a los humanos.

Moravec atribuye esta paradoja al hecho de que las habilidades perceptivas y motoras son el resultado de millones de años de evolución. No obstante, el pensamiento abstracto es una capacidad reciente en términos evolutivos. La mayoría de las tareas que hacemos día a día con naturalidad, en realidad requieren una enorme cantidad de procesos cognitivos de los cuales no somos conscientes.

Por ello, aunque las máquinas superen a los humanos en tareas específicas, replicar a través de técnicas computacionales la complejidad y profundidad de la conciencia humana continúa como un desafío monumental.

Un nuevo enfoque sobre la paradoja

Dadas las implicancias de la paradoja de Moravec, el estudio y desarrollo de inteligencia artificial adquirió un nuevo rumbo durante las últimas décadas. Ya no se intenta imitar los complejos sistemas humanos, sino desarrollarlos a otros niveles donde se limiten las posibilidades de error.

Además, como las máquinas encuentran más fácil realizar tareas cognitivas complejas que habilidades motoras básicas, gran parte de la investigación en IA se centra en áreas como el procesamiento de datos, el análisis y la toma de decisiones.

El exdirector del MIT, Rodney Brooks, señaló en un artículo de Artificial Intelligence que una de las distinciones fundamentales es que los seres humanos podemos hacernos representaciones muy complejas de la realidad y las máquinas no.

Aunque los nuevos sistemas de inteligencia artificial simulen una conversación, no lo hacen mediante la conceptualización y representación de ideas. Cuando obtenemos una respuesta de un chat-bot solo recibimos una aproximación estadística de lo que debería responder.

Humanos y máquinas: fortalezas y debilidades

A menudo, se teme que los sistemas de inteligencia artificial reemplacen a los humanos en la mayoría de los trabajos. Sin embargo, es difícil que esto suceda en el corto plazo debido a la dificultad de replicar los sistemas cognitivos creados por la evolución natural.

Tanto los humanos como las máquinas tienen sus propias fortalezas y debilidades. Mientras que las máquinas superan a los humanos en tareas cognitivas complejas, luchan con habilidades motoras y perceptivas que el hombre encuentra intuitivas. Esta comprensión es esencial para establecer expectativas realistas y dirigir la investigación adecuadamente.

En lugar de ver a las máquinas como competidores, deberíamos considerarlas como complementos. Existen áreas donde las máquinas son inigualables y otras donde los humanos tienen una ventaja natural. Al reconocer esto, es posible diseñar sistemas donde humanos y máquinas trabajen juntos, aprovechando las fortalezas de cada uno.

Hacia un continuo desarrollo

Aunque la paradoja destaca las limitaciones actuales de la robótica y la inteligencia artificial, también es cierto que existe una continua evolución en el campo. Con el tiempo, es probable que veamos avances que reduzcan o, incluso superen, algunas de las limitaciones actuales.

La paradoja de Moravec no es solo un enigma técnico, sino también una reflexión sobre la naturaleza de la inteligencia, la habilidad y el papel de la tecnología en nuestro mundo. La conciencia humana sigue siendo un profundo misterio difícil de comprender mediante el desarrollo técnico.

Publicado en La Mente es Maravillosa. Post original aquí.

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Psicología en Finanzas: los Sesgos Cognitivos II

El pasado lunes os explicábamos la importancia de la psicología a la hora de tomar decisiones de inversión. En concreto, hablábamos de los sesgos cognitivos. Hoy estrenamos segundo capítulo de Psicología aplicada a finanzas retomando los sesgos. Explicaremos tres tipos más con los que seguro que te sentirás identificado. Hablaremos del sesgo de aversión a las pérdidas, el efecto de dotación y la falacia del coste hundido. Si te perdiste qué son los sesgos, puedes leer nuestro post aquí.

Sesgo de aversión a las pérdidas

Este tipo de sesgo cognitivo es un pensamiento muy habitual que se manifiesta no sólo en el mundo de la inversión sino también el cotidiano de las compras y el día a día.  Y, ¿en qué consiste? Nuestro cerebro nos hace preferir evitar una pérdida antes que recibir un beneficio a cambio. Puede sonar algo irracional pero nuestra mente, a veces, funciona así. Concretamente y en el ámbito de las finanzas, muchas veces preferimos evitar una pérdida monetaria antes que una ganancia equivalente. “Las pérdidas pesan mucho más que las ganancias”. Un ejemplo claro es no vender una inversión cuyas pérdidas son claramente evidentes por ese vínculo que nos une a ella o por pensar que al perder esa inversión, por muy mal que le vaya, estamos perdiendo más, cuando en realidad estamos ganando al venderla.

Si te sientes identificado con este hecho y este mecanismo mental, los expertos aconsejan que, antes de invertir, tengas muy en cuenta el riesgo que estás dispuesto a asumir y establezca pequeños planes B.

Efecto dotación, de propiedad o legado 

El efecto de dotación, de propiedad o también conocido como efecto legado consiste en darle mayor importancia a los bienes que ya poseemos sólo por el hecho de tenerlos. Al igual que el sesgo de aversión a las pérdidas, puede ser un comportamiento irracional e incluso infantil. En marketing se usa mucho este tipo de sesgo. De hecho, está íntimamente vinculado con nuestra parte más emocional ya que nos hace aferrarnos aún más a nuestras cosas.

Un ejemplo: Todas las mañanas nos compramos un café al lado de la oficina para afrontar el día con cafeína. Pero justo, el lunes ves que la cafetería está cerrada por vacaciones durante una semana. Nuestro pensamiento más racional sería “buscar otra cafetería y prescindir de ese café”. Pero el ser humano y su lado más emocional se aferra a ese recuerdo: a lo rico que estaba, el camarero ya nos conocía, sabía cómo nos gustaba la temperatura de la leche, nos preguntaba sobre el fin de semana, etc. Recuerdos, vínculos y emociones que hacen que la “pérdida” de ese café durante una semana suponga una “triste pérdida de algo más”. ¿Por qué? Porque ese café no era sólo cafeína, implicaba una parada obligatoria dentro de la rutina de nuestro día a día. Una ruptura o pérdida de algo que habíamos hecho nuestro.

En el mundo de las inversiones podemos evitar este apego reflexionando sobre los costes de oportunidad y clarificando si es mero apego o realmente obtenemos beneficios.

Falacia del coste hundido

Para cerrar nuestro post de hoy, hablamos de la falacia del coste hundido. Un sesgo muy relacionado también con el apego y el vínculo emocional que tenemos hacia las cosas, objetos o acciones en inversión. Consiste en no perder la esperanza y continuar en un proyecto, momento o situación que ya está roto. Tratamos de arreglar algo cuando no se puede arreglar, sólo con cuestión de esperanza o un golpe de suerte. Un ejemplo muy claro sería seguir invirtiendo dinero en un proyecto cuando ni nos gusta ni nos está dando frutos pero nos supuso un desembalo inicial en su momento y sólo por eso nos merece la pena mantenerlo y seguir invirtiendo dinero en él.

De forma irracional, nuestro cerebro da valor a una inversión personal relevante en nuestra vida y nuestro pasado aunque ya sea irrecuperable pero seguimos manteniéndola por la esperanza. En este sesgo también vemos cómo entra en juego el sesgo de aversión a las pérdidas.

 

Publicado en Miralta Bank. Post original aquí.

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Aprendiendo a ser asertivos

por Àngels Mora

¿Qué es y para qué sirve la asertividad? ¿Se trata de una moda pasajera o realmente tiene sentido aproximarse a este concepto? ¿Es una cualidad intrínseca o se puede adquirir o mejorar?… Como suele ser habitual, lo realmente importante no son las preguntas sino las respuestas.

Se pueden encontrar varias definiciones cuando se habla de asertividad. Ésta podría ser una de ellas: “La asertividad es aquella conducta que permite al individuo expresar adecuadamente cuestiones como la oposición a una idea (decir no) o el afecto (elogiar), de acuerdo a sus intereses y objetivos, respetando el derecho de los otros e intentando alcanzar la meta propuesta”.

En definitiva, la conducta asertiva es aquélla que podría también denominarse “socialmente hábil”, dado que es uno de los métodos más eficaces a la hora de mantener relaciones interpersonales bien consolidadas. La asertividad no es un rasgo de la persona, sino que los individuos se comportan asertivamente o no en función de la asimilación de una técnica o un hábito conductual.

La capacidad de expresar las emociones o ideas tal y como se conciben implica una gran cuota de confianza tanto en uno mismo como en el interlocutor. Si expresamos asertivamente, pero cuidadosamente, nuestras impresiones, obtendremos como consecuencia directa una apertura del interlocutor hacia nuestros planteamientos y esto creará las bases de una relación sólida y abierta.

Conducta asertiva o socialmente hábil

La conducta asertiva no tiene siempre como resultado la ausencia de conflicto entre las dos partes, aunque su objetivo es la potenciación de las consecuencias favorables y la minimización de las desfavorables.

La asertividad implica, simultáneamente, afirmarse y hacerlo en armonía con el otro. Y aunque para ello es necesario que exista una buena autovaloración, no es suficiente pues la asertividad no es un rasgo de la persona, sino que el individuo se comporta asertivamente o no en una variedad de situaciones. Así pues, es un elemento que requiere una articulación práctica y, como tal, puede entrenarse para mejorar su aplicación.

La asertividad suele estar asociada a derechos humanos básicos:

  • Ser escuchado.
  • Tener y cambiar de opinión.
  • Tomar decisiones propias y a elegir.
  • Cometer errores y, por tanto, a decidir, aun a costa de equivocarse.
  • Ser tratado con respeto.
  • Decir NO y no sentirse culpable por ello.
  • Hacer menos de lo que humanamente se es capaz de hacer.
  • Tomarse tiempo para tranquilizarse y pensar.
  • Tener y expresar los propios sentimientos.
  • Pedir información.
  • Sentirse bien consigo mismo.
  • Poder reclamar los propios derechos.
Conducta pasiva

La no asertividad muestra una falta de respeto hacia las propias necesidades. Su objetivo es el apaciguar a los demás y el evitar conflictos a toda costa. Comportarse de este modo ante la mayoría de situaciones comporta, en primer lugar, consecuencias no deseables para el propio individuo: la probabilidad de que la persona no asertiva satisfaga sus necesidades o de que sean entendidas sus opiniones se encuentra sustancialmente reducida debido a la comunicación indirecta o incompleta. Después de varias situaciones en las que un individuo ha sido no asertivo, es probable que termine por estallar. Hay un límite respecto a la cantidad de frustración que un individuo puede almacenar dentro de sí mismo.

Pero el que recibe la conducta no asertiva puede experimentar también una variedad de consecuencias desfavorables: tener que inferir constantemente lo que está realmente diciendo la otra persona o tener que leer los pensamientos de la otra persona es una tarea difícil y abrumadora que puede dar lugar a sentimientos de frustración, molestia o, incluso, ira hacia la persona que se está comportando de forma no asertiva.

Conducta agresiva

Defensa de los derechos personales y expresión de los pensamientos, sentimientos y opiniones de una manera inapropiada e impositiva, atacando los derechos de las otras personas.

La conducta agresiva a corto plazo puede traer como resultado consecuencias favorables como una expresión emocional satisfactoria, un sentimiento de poder y la consecución de los objetivos deseados. No obstante, pueden surgir sentimientos de culpa, una enérgica contra agresión directa en forma de un ataque verbal o físico por parte de los demás o una contra agresión indirecta bajo la forma de una réplica sarcástica o de una mirada desafiante. Las consecuencias a largo plazo de este tipo de conductas son siempre negativas. Las víctimas de las personas agresivas acaban, más tarde o más temprano, por sentir resentimiento y por evitarlas.

Estrategias asertivas

Mucha gente no es asertiva porque carece de autoestima. Es importante recordarse a uno mismo que se es tan importante como los demás y tomar en serio las propias necesidades.

Planificar los mensajes. Conseguir que todos los hechos y puntos estén aclarados con antelación, confeccionando notas de referencia si la situación lo permite.

Ser educado. Enfadarse provoca confusión en uno mismo y hace que los demás vean al individuo débil, histérico y con una baja credibilidad. Hay que recordar que se deben tomar en consideración los puntos de vista de los demás y comunicarles que se entiende su punto de vista. Negar o ser testarudo no suele funcionar a largo plazo. Es mejor guardar la calma y educada, pero firmemente, exponer la opinión propia.

Guardar las disculpas para cuando sean necesarias. No se deben pedir excusas, a menos que sea necesario hacerlo. Si se reservan las disculpas para cuando sean apropiadas, no se disminuirá ni su valor ni el propio, y los demás tomarán al individuo en serio para otros asuntos.

No arrinconar a los demás. El hecho de hacer esto habitualmente provocará cólera y resentimiento, lo cual siempre dificulta las relaciones. Si uno se quiere asegurar la cooperación de los demás, siempre se les debe proporcionar, cuando sea posible, una salida (con suerte, la salida que uno desea) y se deben esbozar las consecuencias constructivas de tal alternativa para los demás y para uno mismo.

Nunca recurrir a las amenazas. Si se responde a cualquier injusticia con fuertes amenazas, la credibilidad y la cooperación que se pretenden desaparecerán.

Aceptar la derrota cuando sea necesario. La asertividad comporta comprensión, aceptando la derrota con elegancia y en buenos términos con el otro. Si se le ve aceptar situaciones cortésmente tras una discusión, la gente le respetará más. A nadie le gusta ser un mal perdedor.

Prueba a decir “no” asertivamente

Siguiendo el siguiente esquema conseguirás más fácilmente no acceder

a las demandas de los demás, respetando tus derechos y los suyos y sintiéndote bien.

  1. Escucha con atención en interés.

Para que la otra persona tenga claro que has entendido perfectamente su petición y que no hace falta que te la repita nuevamente ni que entre en detalles cuando no accedas a ella.

  1. Di “no (ahora)” y explica los motivos.

Si explicas a la otra persona las razones que te impiden considerar su demanda, estarás facilitándole que se ponga en tu lugar y entienda que tu negativa es “razonable”, que no se trata de algo “personal”, ni de un capricho ni de una provocación.

  1. Ofrece opciones alternativas.

¿Estás seguro de que eres la única persona en el mundo que puede atender ese encargo en ese preciso momento? Por mucho que nos guste sentirnos útiles, pocas personas son verdaderamente imprescindibles e insustituibles. Prueba a recordar a quien te solicita el favor qué otras personas podrían igualmente ayudarle o de qué otra forma podría conseguir sus objetivos sin involucrarte a ti. Y en el caso de que nadie más pudiera llevar adelante esa tarea, podrías proponer un breve aplazamiento para terminar lo que tenías previsto realizar en ese intervalo.

Publicado en Human Performance. Post original aquí.

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4 cosas que comparten un líder y un director de orquesta

La esencia del liderazgo es un enigma, que, si lo tiene, aún busca su ADN. En una charla TED, Benjamin Zander, reconocido director de orquesta estadounidense nos da algunas pistas sobre los elementos que lo componen, mediante una analogía entre: música, su rol como director de orquesta y liderazgo.

El director, comienza contando la historia de dos vendedores que viajaron a África para vender zapatos. Al volver, uno de ellos dijo: “no hay posibilidades están descalzos”, el otro, por el contrario, vio en esta circunstancia una gran oportunidad, “tenemos un gran mercado, todos están descalzos”.

Este es el preámbulo para pasar a derribar otro mito de “los imposibles”: la música clásica es sólo para unos pocos: apenas un 3% de la población, que tienen “oído musical” y son capaces de entenderla. “Todos tenemos oído”, dice Zander, “somos capaces de escuchar, de hablar por teléfono, de reconocer voces y todo esto es música. Por lo tanto, nadie está excluido de sentir y comprender la música clásica”.  “Si ustedes logran transmitir a sus equipos la visión que son capaces de todo, que no están limitados por las barreras que se autoimponen y lo hacen convencidos de lo que les están diciendo, entonces conseguirán lo que se propongan”.

De lo que Zander quiere hablar utilizando esta metáfora, es de la confianza.  Del líder en sí mismo y en su equipo. Este es el punto de partida, no puede haber misión ni visión compartida si no se establece sobre la base de la confianza. Un líder, como en el ejemplo de los vendedores, ve oportunidades donde otros no y es capaz de transmitir esta visión a sus equipos, porque él realmente lo cree.

Otro de los elementos necesarios es la sintonía en la comunicación. Una pieza musical es un diálogo entre las notas y los acordes que la componen. “Zander se sienta al piano e interpreta piano distintos acordes, que evidencian al público la lógica y la necesidad existentes entre una nota y otra”. Lo mismo sucede en una conversación con las palabras en su conjunto, el mensaje tiene que tener una lógica, una coherencia y para que sea efectivo tiene que estar en sintonía con nuestro interlocutor.

Finalmente, el director de orquesta revela que fue a sus 45 años, cuando tuvo plena conciencia en qué consistía su rol “Un director no ejecuta ni una sola nota, hace movimientos con el cuerpo todo el tiempo ¿Para qué? Para que otros ejecuten las notas, pero no cualquier nota, sino las mejores que puedan dar. Esa es la definición de un director de orquesta”, cierra.

Y es también la de un líder, quien no deja de ser una persona que dirige una orquesta, en la cual no hay partituras, sino procesos. Colaboradores que inclusive pertenezcan a distintas áreas. El líder a través de la comunicación, la confianza y la sintonía consigue que juntos logren un trabajo que eleve la experiencia del cliente. Necesita de todos y cada uno de estos elementos: confianza, comunicación y sintonía.

Sin olvidar, el más importante: que es el vínculo emocional que hará posible que el mensaje se comprenda. La música clásica, que no tiene palabras, pero gracias su dialogo perfecto hace que todos sepamos a qué estación corresponde cada una las cuatro estaciones que componen en el concierto de Vivaldi (y si no hagan la prueba), también la sensación vibrante que sentimos cuando escuchamos el “Himno a la alegría”.

Todo este conocimiento es meramente sensitivo, por lo tanto, emocional. No necesita ser explicado, ni podemos hacerlo, simplemente lo sentimos.

Quizás por ello, la música se considere como el lenguaje más puro, por no necesitar palabras, nos ayude a descubrir cómo construir un liderazgo que tenga cimientos sólidos: confianza, comunicación, sintonía y un vínculo emocional. Y a utilizar las palabras que digan lo que queremos decir.  Como vemos un director de orquesta y un líder tienen más cosas en común de las que podríamos imaginar.

Publicado en Call Center News. Post original aquí.

Para ver la charla Ted que se menciona, le sugerimos leer el post “Con los ojos brillantes” de Anna Cabañas, aquí.

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La innovación como un Sistema de Intentos

por: Eduardo Kastika – @EduardoKastika

Noticias, revoloteos, análisis apresurados y el storytelling de la innovación

Amazon acaba de presentar un servicio de atención médica. Funciona de manera virtual, se llama Amazon Clinic y permite consultar con médicos especializados sobre ciertos síntomas comunes.

Esta es la noticia.

A partir de la noticia, se pueden disparar cataratas de comentarios, opiniones, críticas, predicciones, conclusiones… “Me parece bien”, “me parece pésimo”, “coincido con Jeff”, “Jeff se va a quedar con todo”, “va a ser un éxito”, “no va a andar”, “un mundo cada vez más polarizado”, “todos competimos con Amazon, Google, Apple…”, etc., etc.

Esto es el revoloteo alrededor de la noticia.

Por otra parte, están los comentarios pretendidamente sesudos. Comentarios de todo tipo y desde distintos puntos de vista: financieros (“la acción de Amazon no se movió”), de negocios (“las healthtech llegaron para quedarse”), Marketineros (“el logo es horrible”), etc, etc.

Estos son los (supuestos) análisis.

Y, dentro de los análisis, están los que a mí más me interesan: los vinculados a la innovación. Suelen usar palabras como “Disrupción”, “Hipercompetencia”, “Growth Hacking”, “Novedad”, “Leverage”, “Pivot”…

Y, a continuación de los análisis, las conclusiones rápidas, los tips, las recomendaciones, etc., etc.

Este es el storytelling de la innovación.

Las diferencias entre explicar la innovación e innovar en serio

Desde mi punto de vista, ver a Amazon Clinic como una “innovación” en sí misma es un error. O, al menos, es una perspectiva demasiado acotada.

En realidad, no importa demasiado discutir si es o no es un gran idea; si va a tener o no va a tener futuro; si agrega o no agrega valor real.

Lo que sí creo que importa es entender el cuál es la estrategia de innovación de Amazon. Esto es lo verdaderamente relevante: la estrategia detrás de cada acción que (desde la comunicación, el marketing, las relaciones públicas, etc.) se presenta como innovación.

Si nos dedicamos a ver con un poco más de detalle la forma en que Amazon busca innovar, notaremos que Amazon Clinic es uno más dentro de decenas de fuertísimos intentos de Amazon por “revolucionar” distintos sectores de la economía.

Amazon intentó ingresar al negocio de los smartphones (AmazonFire), del turismo (Amazon Destinations), de los juegos en línea (Crucible), de las billeteras electrónicas (Amazon Pay), de la música (Amazon Music), de las finanzas (Amazon Haven), del espectáculo (Amazon Tickets), de la moda (Amazon Spark) y los ejemplos siguen.

Todos los anteriores fueron intentos fallidos. Otros parecen funcionar de manera excelente: Kindle, Prime, Alexa, etc, etc.

El modelo de innovación de Amazon consiste en una apuesta permanente para convertirse en un potente jugador de diferentes sectores económicos. Siempre desde Amazon y con fuertísimas inversiones destinadas a probar. Amazon innova probando y sabiendo que muchas de estas pruebas pueden no tener éxito.

(Por supuesto, todo esto se combina con las movidas emprendedoras de Jeff Bezos invirtiendo en Twitch, Zappos, Juno, Workday, etc., etc.)

Conclusión

No me parece que hay que ver a Amazon Clinic como una innovación. Hay que verla como una prueba. Como una apuesta. Una apuesta más, dentro de un sistema de apuestas que no considera que “perder” sea un fracaso. Si sale mal, se acepta, se analiza y se sigue.

Perder es parte del sistema. Un sistema que se alimenta de aprendizaje, intentos, negocios que funcionan y negocios que no funcionan.

Publicado en Kastika, Micro-Blog. Post original aquí.

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Importancia de la Planificación Financiera

por

Planificación Financiera

Sin planificación, es como que si nos subimos a un carro, pero sin saber a donde vamos, podemos pasar la vida dando vueltas. Por ello hoy traemos el tema: «Importancia de la Planificación Financiera«, y de forma sencilla «la planificación financiera es un proceso que da foco, dirección y significado a cada una de las decisiones financieras que se tomen a lo largo de la vida; y se logra mediante varias etapas: se debe partir de un diagnóstico de la situación financiera actual y de los objetivos financieros que se quieren alcanzar» (1)

Claro que tenemos un amigo de esta casa, que experto en en ello, Ernesto R. Scardigno, y que tiene una anotación con nosotros. Nos atrevemos de aprendices a tocar el tema porque, en la anterior anotación, también hablamos de situación actual. Y sin conocimiento, ni dirección (hacia donde vamos, que queremos lograr)…como decíamos al incido daremos palos de ciego por todas partes.

¿Qué la Planificación Financiera?

«La planificación financiera es el proceso de elaboración de un plan financiero integral, organizado, detallado y personalizado, que garantice alcanzar los objetivos financieros determinados previamente, así como los plazos, costes y recursos necesarios para que sea posible.

El proceso de planificación financiera comprende cuatro etapas:

  1. El establecimiento de los objetivos perseguidos y su prioridad.
  2. La definición de plazos para alcanzar dichos objetivos.
  3. La elaboración del presupuesto financiero, es decir, la identificación de las diferentes partidas necesarias para conseguir resultados satisfactorios: inversión en renta fija, variable, selección de fondos, planes de pensiones, etcétera.
  4. La medición y el control de las decisiones financieras tomadas para evitar desviarse de la ruta que lleve al objetivo u objetivos planteados.»(2)

«las teorías más recientes de planificación financiera indican que debes evaluar también, en esta diversificación, cómo están tus activos intangibles, es decir, aquellos que no tienen un valor monetario.»

El capital humano son todos tus ingresos futuros traídos a valor presente, y es claro que en la medida que el tiempo va pasando, el capital humano va disminuyendo. Para contrarrestar esa caída, durante todo el tiempo productivo de una persona, se va ahorrando y acumulando riqueza financiera. (3)

Hay mucho hilvanar sobre este tema, y mucho que aprender… hace poco encontramos un video, muy interesante que toca 5 puntos, muy importantes, pero de una forma que te sorprenderá…

  1. Trabajar duro
  2. Desesperanza aprendida
  3. No pensar a largo plazo
  4. Pensar que no podemos hacer más
  5. No usar todos los recursos que tienes

que es muy enriquecedor, si estas pensando en tu planificación financiera

Fuentes:

(2) LAS 4 CLAVES DE LA PLANIFICACIÓN FINANCIERA: OBJETIVOS, PLAZOS, PRESUPUESTO Y CONTROL DE LAS DECISIONES

(3) Tus activos tangibles e intangibles, en diferentes cestas

(4) How Financial Planning Can Help You Achieve Your Business Growth Goals

Publicado en Profusion Real Estate. Post original aquí.

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Sesgos cognitivos y toma de decisiones

por  Javier Martínez Argudo

Los psicólogos y economistas del comportamiento han identificado una serie de sesgos cognitivos que afectan la toma de decisiones de las personas.

¿Qué es un sesgo cognitivo?

Un SESGO COGNITIVO es un efecto psicológico que provoca una alteración en la forma en la que se capta la información del exterior. Esto crea una distorsión o falta de lógica que produce que la decisión que se toma tienda al error.

Tipos de sesgos cognitivos

Algunos de estos sesgos cognitivos son:

  1. Contabilidad mental.Las personas solemos dividir el dinero en diferentes categorías conocidas como cuentas mentales, en función de en qué lo empleamos. Así, algunas personas derrochan el dinero cuando están de vacaciones porque consideran que se lo han ganado, o porque ya se han gastado mucho dinero y ¿qué más da gastar 20 euros más en estas vacaciones, si ya me he gastado mucho más?Sin embargo, esas mismas personas pueden mirar con lupa los precios en un supermercado para ahorrarse esos mismos 20 €.

Las personas también tienen diferentes cuentas mentales según de donde venga el dinero. Concretamente, las personas suelen dar mayor valor al dinero que ha costado mucho trabajo ganar o ahorrar y lo gastarán con más cuidado. Por otro lado, dan menor valor al dinero que se obtiene de manera fácil, por ejemplo, al ganar un premio, por lo que lo gastan más fácilmente. No tiene sentido, ya que deberían tratar el mismo dinero con el mismo cuidado.

  1. Efecto ancla.Las personas suelen dar demasiada importancia a la primera información que reciben, ya que se crea un ancla en su subconsciente. Por ejemplo, si te pregunto ¿piensas que Cervantes vivió más o menos de 40 años? y a continuación te preguntó ¿a qué edad crees que murió Cervantes? El número 40 se ha quedado anclado en tu mente, y probablemente des una cifra parecida (Cervantes murió con 68 años).

Un ejemplo de ancla es el precio que se viene a la mente en el primer momento que vemos un producto. Esta es una estrategia muy usada por muchas tiendas, que primero informan de que algo tiene un precio muy elevado, para luego bajarlo y así parecer más barato.

  1. Efecto manada.En ocasiones, las personas hacen ciertas cosas porque las demás las hacen. Por ejemplo, si a medio curso te cambian a una clase y ves que todo el mundo toma notas del profesor, es bastante probable que tú también tomes notas. Si queremos tomar un café en una terraza, elegimos sentarnos en una cafetería porque está más llena que otra.

Muchos pubs y discotecas intentan aprovechar este efecto, y a primera hora ofrecen ofertas o descuentos con el objetivo de que entren clientes a sus locales, lo que servirá así de reclamo para que otros entren más tarde.

  1. Efecto marco.Las personas pueden estar inclinadas a tomar decisiones diferentes dependiendo de como se les presenten las opciones.  Así, solemos elegir las opciones que se presentan de una manera positiva. Por ejemplo, si te planteasen dos opciones, ¿cuál elegirías, una marca de leche cuyo 99% estuviese libre de grasas, u otra que contuviera solo un 1% de ella? Muchas personas eligen la primera opción porque les parece más sana, cuando en realidad, las dos marcas tienen el mismo porcentaje de grasa.

Así, empresas de cosméticos siempre nos presentan el mensaje “te sentirás más joven”, en lugar de “frenará el envejecimiento”.

  1. Efecto dotación. Las personas suelen dar más valor a un bien cuando ya lo tienen.  Por ejemplo, el dueño de una casa suele pedir un precio más alto para venderla, de lo que ofrecería para comprar esa misma casa.

Muchas empresas aprovechan este efecto para ofrecer un producto a un precio inicial muy bajo (como una suscripción a una plataforma de televisión de pago). Una vez que el consumidor ya considera el producto como “suyo”, los clientes están más dispuestos a aceptar subidas de precios.

  1. Aversión a las pérdidas.La mayoría de personas prefieren evitar pérdidas antes que obtener ganancias. Si caminando por la calle y encontramos un billete de 5 euros, estaremos contentos. Sin embargo, si perdemos ese dinero después, la sensación de pérdida que aparecería sería mayor que el sentimiento positivo inicial.

Imagina que hay posibilidad de hacer una inversión donde hay un 50% de posibilidades de ganar dinero y un 50% de posibilidades de perder. La posible ganancia sería 100 euros y la posible pérdida sería 50. Lo lógico sería llevar a cabo la inversión, pero mucha gente no lo hará por el miedo a la posible pérdida, aunque la posible ganancia sea mucho mayor.

  1. Efecto señuelo.Muestra como la introducción de un tercer producto puede cambiar la elección entre los dos primeros. Por ejemplo, si nos ofrecen un móvil por 300€ y otro por 350€, habrá gente que se decante por el primero y otros por el segundo. Sin embargo, si nos introducen otro modelo mucho más caro, a 800€ por ejemplo, la mayoría de personas elegirán ahora el móvil de 350€, ya que consideran que por solo 50 euros más, pueden llevarse el “modelo intermedio”.

Publicado en ECONOSUBLIME. Post original aquí.

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