Lo más importante en un proceso de comunicación no es lo que se quiere decir, sino lo que la otra persona entiende. Ahí está la clave de la comunicación eficaz.Y, para ello, debemos ser conscientes de que, además del componente verbal, es decir, el mensaje que queremos transmitir, en la recepción e interpretación del mensaje influyen otros elementos paralingüísticos y no verbales, que debemos conocer y aprender a controlar para mejorar nuestras habilidades comunicativas en sus tres niveles (cognitivo, comunicativo y sociocultural):

- Componentes verbales: hacen referencia al contenido de la conversación, que es la herramienta que generalmente utilizamos las personas para relacionarnos con los demás. Expresiones que utilizamos, reglas que tenemos en cuenta, etc.
- Componentes paralingüísticos: aspectos como el tono de voz, la fluidez y la velocidad del habla, que modulan el contenido de los que decimos.
- Componentes no verbales: variables como la expresión facial, la mirada, los gestos, la distancia interpersonal… son comunicativas en sí mismas, y a la vez cambian y/o matizan el contenido de un mensaje.
Claridad, brevedad, orden en el mensaje, insistencia, ilustración, información completa y feedback son algunas de los requisitos que debe cumplir el mensaje verbal.
En cuanto a los componentes paralingüísticos, se trata de variables de la voz, diferentes al contenido del mensaje, pero que lo modulan. Son, en muchas ocasiones, difíciles de controlar, y necesitan de un esfuerzo y trabajo personal para tratar de cambiar aquellos aspectos que nos perjudican en nuestras interacciones sociales. A continuación destacamos los más importantes:
1. LATENCIA. El tiempo que transcurre entre el final de la frase que emite el usuario y el comienzo de otra por parte del interlocutor.
2. VOLUMEN. En realidad no existe una norma general sobre el volumen a utilizar en las situaciones, sino más bien es la situación concreta la que determina el volumen de voz más adecuado, aunque la tendencia que debe guiarnos siempre es la de no gritar, pero a la vez conseguir que se nos escuche con claridad.
El volumen alto de voz puede indicar seguridad y dominio. Sin embargo, hablar demasiado alto (que sugiere agresividad, ira o tosquedad) puede tener también consecuencias negativas – la gente podría marcharse o evitar futuros encuentros -. Los cambios en el volumen de voz pueden emplearse en una conversación para enfatizar puntos. Una voz que varía poco de volumen no será muy interesante de escuchar.
3. TONO. Cualidad que se produce por la mayor o menor tensión de las cuerdas vocales, dando como resultado una voz más aguda o más grave. Un tono que no varía puede ser aburrido o monótono. Se percibe a las personas como más dinámicas y extrovertidas cuando cambian la entonación de sus voces a menudo durante una conversación.
4. FLUIDEZ VERBAL.
5. CLARIDAD.
6. VELOCIDAD.
7. EL TIEMPO DEL HABLA. Se refiere al tiempo que se mantiene hablando el individuo. El tiempo de conversación de una persona puede ser problemático por ambos extremos, es decir, tanto si apenas habla como si habla demasiado. Lo más adecuado es un intercambio recíproco de información.
En próximos posts hablaremos sobre los componentes no verbales y algunas habilidades que nos van a ayudar a potenciar, desde la inteligencia emocional y el coaching, nuestras habilidades comunicativas, como la escucha activa, la asertividad o la proactividad.
Publicado en Comunicación en Cambio. Post original aquí.
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Estamos iniciando un nuevo año (*) y con ello enfrentamos el desafío de cumplir los objetivos y las metas determinadas para este período. Para lograrlo, es seguro que hemos “planificado” el quehacer necesario para ello y tenemos producto de ello, un muy buen plan. E incluso, es posible que lo hayamos hecho en el mes de Octubre o Noviembre pasado y ahora en este primer mes del año, estamos preparados (según nosotros) para enfrentar este nuevo desafío.
Por Marta Morón Torres



La imaginación siempre lleva consigo una connotación creadora innata en el ser humano que evoca a las imágenes o momentos vividos, o a sueños por realizar. De hecho, en no pocas ocasiones, lo que imaginamos que estamos viviendo puede cambiar realmente lo que percibimos, y es esa nueva dimensión en la que nos movemos, la que permite que veamos desde otra realidad aquello que estamos buscando. En este entorno, se sustantiva la famosa frase de Albert Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento”.
(El siguiente texto es un resumen personal elaborado para compartir rápidamente mis aprendizajes del libro de Stephen Covey. Juan Carlos Jiménez)
El pasado 11 de junio (*) se cumplió el primer aniversario del fallecimiento del Dr. Eliyahu Goldratt, autor de ‘La Meta’, padre intelectual de la aportación más original, a la vez que efectiva, hecha al Management en el siglo XX, la Theory of Constraints [TOC]. Su trabajo sigue inspirándonos.