Kotter on How to Save Good Ideas [I]

por Mario López de Ávila

Los hipotéticos lectores de este blog están a buen seguro familiarizados con situaciones en las que sus ideas son ignoradas, denostadas, brutalmente descuartizadas, sacrificadas en los altares de la cortedad de miras, la ruindad o el interés particular de algun individuo o grupo.  En otras palabras, todos nosotros, en alguna ocasión de nuestras vidas [probablemente en más de una], hemos tenido que defender una idea frente a una audiencia más o menos hostil.  Es por eso que a todos nos interesa leer lo que John Kotter tiene que decir al respecto en su último libro, ‘Buy-in’.  A mi me ha gustado. Os cuento.

Para el propósito de esta entrada, podríamos decir que el libro comienza en la página 73, porque la primera parte, escrita a manera de relato, nos introduce en una situación que por suerte o por desgracia conocemos bien.  La segunda parte del libro describe los fundamentos del método propuesto.

Comienzan los autores [firma el libro, junto con Kotter, Lorne A. Whitehead] describiendo las cuatro estrategias básicas empleadas por las personas para atacar las ideas de otras personas.  Estas estrategias pueden utilizarse de forma aislada o conjunta. El mero hecho de recordarlas puede ser de gran ayuda a la hora de enfrentarse a ellas.

El primero de los ataques básicos es infundir miedo. Se trata de despertar tal grado de ansiedad alrededor de la idea que un análisis racional de la misma se vuelve muy difícil o imposible.  Los interesados comienzan a imaginar toda clase de peligros, riesgos o consecuencias indeseadas que pudieran derivarse de la implantación de la idea.  El truco está, nos dice Kotter, en comenzar por un hecho incontestable a partir del cual se elabora una apocalíptica descripción de un futuro en el que vuestra idea se ha hecho realidad.  La lógica de la narración puede ser, y a menudo es, endeble o directamente errónea, pero en realidad eso importa poco.  Una vez que la ansiedad aparece, es difícil desalojarla empleando sólo la razón.

El segundo de los ataques básicos consiste en demorar el debate y/o toma de decisiones hasta que la idea pierda todo impulso, hasta que termine muriendo por sí sola.  Puede aparecer bajo la forma de una sugerencia perfectamente lógica que, de ser aceptada, acaba retrasando tanto la puesta en marcha de la idea que se pierda la ventana de oportunidad.  Trabajando por cuenta ajena tuve que lidiar con este tipo de ataques en multitud de ocasiones.  Se manifiesta de muchas maneras.  Por ejemplo, hay un tema que es más importante ahora [aunque nadie haya dicho nada al respecto hasta ese momento]. O bien hay que esperar a que termine otro proyecto, o se reúna un comité, o nos aprueben tal o cual cosa.

La tercera de las estrategias básicas consiste en crear confusión, por ejemplo aportando al debate hechos irrelevantes, lógica circular o tantas alternativas que sea muy difícil tomar una decisión.  Desviar el foco de atención hacia temas secundarios, detalles insignificantes que aparecen magnificados por el discurso del atacante.  No es necesario que el tema propuesto sea especialmente complicado para crear confusión.

Como nota al margen, estoy seguro de que muchos de vosotros habréis detectado la similitud existente entre las estrategias identificadas por Kotter + Whitehead y las maniobras F.U.D. empleadas en propaganda política o empresarial.

Por último, la cuarta de las estrategias básicas consiste en ridiculizar a las personas que están detrás de la idea [la vieja falacia ad-hominem].  La táctica puede volverse en contra del atacante, pero si sale bien compensa los riesgos asumidos, porque los efectos son devastadores: no sólo destruye la idea y la reputación del proponente, sino que saboteará cualquier propuesta que éste pueda presentar en el futuro, al menos hasta que la memoria del ataque sufrido vaya desvaneciéndose.

Los autores identifican hasta DOS DOCENAS de diferentes ataques en los que estas estrategias se concretan.  Estos 24 ataques son descritos junto con las tácticas más adecuadas para contrarrestarlos en el capítulo 7 del libro.  Me parece interesante destacar que estos 24 ataques son agrupados en tres secciones, basándose en la actitud implícita del atacante, que resultarán inquietantemente familiares para los lectores más veteranos de este blog:

  1. “No necesitamos tu idea, porque el ‘problema’ que ‘resuelve’ no existe”.
  2. “Ok, existe un problema, pero tu solución no sirve”.
  3. “Ok, existe un problema y tu solución lo resuelve, pero nunca funcionará aquí!”

En efecto, estas objeciones están recogidas en las “capas” o niveles de resistencia al cambio del proceso de Buy-in propuesto por Goldratt.  La principal diferencia [hay otras] está en el supuesto hecho por Goldratt de que estas “barreras” deben superarse en un orden determinado.  Este tema, el abordaje de la inducción al cambio en sistema humanos desde la perspectiva de la Teoría de las Limitaciones, fue precisamente el que elegí para escribir, en 2004, mi primera entrada pública sobre el cuerpo de conocimiento de TOC. Aunque tal vez suene raro que lo diga yo, os recomiendo que la (re)leáis.

El modelo de 6 [o 9, según las versiones] capas de Goldratt ha sido criticado, a veces con dureza, por algunos de los TOC practitioners más reputados del mundo, supuestamente por no aportar evidencias sólidas, obtenidas mediante experimentación e investigación científicas.  Por eso supongo que el hecho de que una personalidad de la talla de Kotter publique ahora algo que se parece mucho [de forma completamente independiente, estoy seguro] al modelo de Goldratt, será bien acogido entre la mayoría de la comunidad TOC.  También es cierto que Kotter añade algo que ha estado ausente del discurso de Goldratt durante muchos años [y por lo que también ha sido muy criticado], a saber, la necesidad de convencer no sólo racionalmente, sino también emocionalmente.

Kotter + Whitehead nos presentan, junto con su análisis de los ataques, la estrategia salvadora.  La componen unos pocos elementos, interrelacionados, ninguno de los cuales es especialmente complicado.  Hablaré de ella en mi próxima entrada.

Publicado en Nodos en la Red. Post original aquí.

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Standing On The Shoulders Of Giants [For Entrepreneurs]

por Mario López de Ávila

ogs-standing-croppedEl pasado 11 de junio (*) se cumplió el primer aniversario del fallecimiento del Dr. Eliyahu Goldratt, autor de ‘La Meta’, padre intelectual de la aportación más original, a la vez que efectiva, hecha al Management en el siglo XX, la Theory of Constraints [TOC].  Su trabajo sigue inspirándonos.

Meses antes de morir, el Dr. Goldratt puso a punto un proceso que denominamos ‘Standing on the Shoulders of Giants’ [SOG], a falta de un mejor nombre [también escribió un artículo con el mismo título en el que aborda desde otra perspectiva el mismo tema].  Su propósito es, hasta donde alcanza mi entender, ayudarnos a superar la cortedad de miras, la falta de ambición, la inercia mental que tan a menudo se convierten en trampas mortales para las organizaciones, grupos e individuos.  El Dr. Goldratt quería que supiéramos que cualquier situación, cualquier solución a cualquier problema, cualquier sistema, siempre, pueden mejorarse.  Y quería que actuáramos en consecuencia.  En seguida describiré de manera simplificada este proceso; permitidme que antes comparta con vosotros una reflexión.

He dicho en alguna otra ocasión en estas páginas, suelo repetir en cada foro al que se me invita, que necesitamos emprendedores capaces de construir organizaciones con modelos de negocio escalables [capaces de crecer de forma rentable].  Con todo, creo que el discurso de la escalabilidad a menudo nos hace pasar por alto otro requisito previo [en el que también insisto mucho, aunque empiezo a sospechar que no lo suficiente] que también es clave a la hora de determinar el atractivo de una oportunidad de negocio.

La ambición.

El deseo de hacer algo verdaderamente GRANDE.

Ok, volvamos a Goldratt.  El proceso SOG es fácil de describir, arduo de ejecutar. No hay garantías de éxito… pero si se consigue llevar a buen término, la recompensa puede ser, ni más ni menos, “una vida plena de significado”:

  1. Comenzad identificando a un GIGANTE, o algún binomio Problema-Solución que queráis llevar más allá de su estado actual.  Internet nos ofrece muchos ejemplos de tales Gigantes: Amazon, Facebook, Google… o, en menor escala, empresas como Groupon, Zynga… En cuanto a Problemas, fiaros de vuestra intuición. Buscad algo verdaderamente importante.
  2. Identificad el área, ámbito o aspecto no atendido [o no atendido de forma satisfactoria] por vuestro Gigante.  Un área lo suficientemente grande, enorme.  A vuestro alrededor encontraréis multitud de señales indicando cuánto falta por hacer en ese área.
  3. ‘Subiros’, metafóricamente hablando, a los hombros de vuestro Gigante: utilizad los conceptos empleados por éste, los que han venido funcionando bien hasta ahora.  Aprovechad la ventaja que os da la perspectiva histórica.  Tratad de entender la Solución encontrada por vuestro Gigante mejor aún de como lo hiciera él o ella [o ellos].
  4. Ahora, tratad de identificar la diferencia conceptual existente entre la Realidad que ha sido o fue mejorada de manera radical por vuestro Gigante con su Solución y el área de vuestro interés, aquel en el que la Solución no ha sido suficiente, no ha dado los resultados que se esperaban de ella.  Buscad ‘gaps’ e inconsistencias.
  5. Determinad en qué Supuesto o Supuestos erróneos que la Solución actual utiliza son los responsables de esa diferencia, de ese ‘gap’ o inconsistencia en los resultados, qué supuestos no son aplicables en el área de vuestro interés.
  6. Desarrollad a partir de aquí una Solución Ampliada o mejorada, idealmente utilizando el Proceso de Razonamiento completo de TOC.

Dicho de otra forma, la idea consiste en que cuando quieras mejorar una situación o solución existente, debes localizar dónde no está funcionando todo lo bien que debiera o en absoluto [el área donde quieres expandirte], averigües por qué no está funcionando [supuestos erróneos o no aplicables] y, utilizando el conocimiento previo, expandas la solución utilizando las herramientas lógicas desarrolladas por Goldratt y otros profesionales de TOC [identifica el problema de fondo, encuentra la dirección de la solución, etc].

Cuando tenía 17 años escribí [o copié] en una hoja de papel que todavía conservo la siguiente frase: “No malgastes tu vida en problemas pequeños.  Encuentra el desafío más grande, el más duro, el más frustrante y golpéalo con todo lo que tengas a mano.  Hagas lo que hagas, no te conformes con menos.”  A eso es a lo que me refiero.  Necesitamos emprendedores con coraje para abordar Problemas de tal magnitud que justifiquen el dedicar gran parte de nuestras vidas a resolverlos de manera satisfactoria para todos.  

Enfrentaos al reto con confianza y optimismo, porque viajáis a hombros de Gigantes.

(*) este post fué publicado originalmente el 08/28/2012.

Publicado en Nodos en la Red. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Los dilemas del emprendedor

Seguir leyendo:

Una aproximación a las competencias gerenciales elementales

Peter Drucker: El autocontrol a través de mediciones

El cisne negro, de Nassim Nicholas Taleb

Afrontando la complejidad. La simplicidad inherente

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Afrontando la complejidad. La simplicidad inherente

sistema solar

Por Montse Vila

Para las personas que sabemos poco de ciencias, el cosmos nos parece  un lugar complicado. Sabemos se trata de un “sistema complejo” en el que inexorablemente se cumplen unas determinadas leyes físicas  y que éstas  contribuyen a mantener  el orden y el equilibrio en el Universo.

En realidad  la complejidad sólo procede de nuestra incapacidad por comprender, de nuestra falta de conocimiento  y de nuestras dificultades de comunicación. Se dice que la simplicidad es inherente” a la naturaleza, sólo es preciso conocer sus mecanismos.

Haría falta estudiar muchísimo para conocer exactamente cada una de estas leyes y el porqué se cumplen. Y aún así nos resultaría  demasiado complejo el conocimiento íntegro y absoluto de todos los fenómenos, hechos y circunstancias que nos rodean.  Por ello necesitamos de mecanismos que nos permitan conocer solo  “lo esencial” de muchas cosas para poder  “profundizar” en muchas otras que nos sean de particular interés y utilidad.

Simplicidad

Nuestra vida cotidiana resulta con frecuencia compleja  pues son muchos los  inputs a los que hay que atender. Movernos en la complejidad provoca ineficacia, desgaste de energía y tiempo. Es preciso intentar desgranar lo complejo para convertirlo en simple. La simplicidad hace la vida más sencilla. No hay justificación de que las cosas se hagan complicadas, cuando pueden ser sencillas.

John Maeda es un gurú de la simplicidad de reconocido prestigio internacional. Profesor, tecnólogo y artista digital, ha dedicado toda su vida a estudiar qué características tienen las cosas simples. El resultado, parcial, de toda esa búsqueda ha quedado condensado en un libro llamado Las Leyes de la Simplicidad. Maeda explica en apenas 100 páginas lo que piensa sobre la simplicidad. Lo hace de manera sencilla y amena y propone  diez leyes. Recomiendo la lectura de este libro a cualquier persona que quiera ahondar en el tema de la simplicidad, aunque se refiere casi específicamente al diseño, estas leyes pueden aplicarse a muchas facetas de la vida.

Mecanismos que nos  hacen la vida más sencilla:

Confianza

Aunque desconozcamos en profundidad  las leyes que marca el Universo, confiamos en su buen funcionamiento. Diariamente  otorgamos nuestra confianza a la Naturaleza y salimos a la calle con fe en el orden del cosmos y con la convicción de que el sol aparecerá por el este y al anochecer vislumbraremos la luna y las estrellas.

Podríamos afirmar que la confianza, en este sentido amplio, es un mecanismo que permite reducir la complejidad. Ante un sistema complejo, como puede ser el Universo, la confianza reemplaza la insuficiente información que se dispone y la sustituye por una seguridad internamente garantizada,  generalizando las expectativas de comportamiento del sistema.

La confianza en nosotros mismos también nos ayudará a tomar conciencia de nuestras capacidades para resolver asuntos más o menos complejos.

Rutinas

El cerebro tiende a la simplificación y a economizar esfuerzos, por ello establece patrones de hábitos y rutinas para la percepción y la acción. Una vez adquirido el hábito, éste se realiza de forma fluida y sin dificultad, sin apenas percatarnos de la serie de acciones que realizamos. Establecer patrones de conducta y métodos de trabajo nos facilitará nuestra productividad y bienestar.

Creatividad

Vale la pena invertir un tiempo y dedicar un esfuerzo creativo para intentar encontrar una forma más sencilla de hacer las cosas. No siempre se encontrará un atajo, pero  si lo encontramos, los beneficios serán plausibles. Aunque las rutinas son útiles, es conveniente observar otras perspectivas, otros modos de actuación que quizás nos puedan facilitar un punto palanca  y avanzar considerablemente en nuestra tarea.

Conocimiento

A medida que se profundiza en un tema se adquiere experiencia sobre el mismo, adquiriendo la capacidad de dilucidar y filtrar  lo que es importante de lo que hay que ignorar. Estudiar y analizar con detenimiento los proyectos que se nos presentan nos permitirá conocer cuáles son estas premisas.

Todos los problemas son, inherentemente, simples de resolver.

El Dr. Eliyahu Goldratt , autor del famoso libro La Meta, desarrolló la  Teoría de las Restricciones (Theory of Constrains – TOC).

La TOC se basa en el supuesto de que cualquier sistema, no importa cuán complejo parezca, es gobernado por pocos elementos. Identificar sus  restricciones y gestionarlas adecuadamente produce resultados rápidamente y fomenta la armonía a través de todo el sistema.

 “Si nos sumergimos lo suficiente (en el problema) encontraremos que hay pocos elementos en la base, las raíces de la causa, las cuales a través de las conexiones causa-efecto  gobiernan todo el sistema. El resultado de aplicar sistemáticamente la pregunta – porqué? – no es una enorme complejidad sino mas bien maravillosa simplicidad”. ( Dr. Eliyahu Goldratt, The Choice).

Simple no significa fácil

Con frecuencia la explicación o la solución a algún problema es simple, pues una vez conocidos los elementos, las causas y los efectos que lo rigen, la complejidad desaparece. Sin embargo conocer lo que “hay que hacer” no significa que sea fácil implementarlo. Todos sabemos que es muy simple adelgazar. Basta con comer sano, reducir la ingesta de grasas y alcohol y hacer ejercicio. Sin embargo, no es fácil. Igual ocurre con dejar de fumar o cambiar la cultura organizacional de una empresa.

No podemos olvidar que nuestras acciones no solo se rigen por  leyes físicas, sino que también hay que lidiar y gestionar nuestras emociones. Y esto………. resulta más complejo.

Que tengáis un buen día.

Montse

Fuente: Buenhabit, por Montse Vila. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Planificando un Proyecto

Buscar problemas. Pensamiento productivo vs. pensamiento reproductivo

Remix de ideas. Cuando la productividad potencia la creatividad

El rendimiento óptimo se sitúa justo “al borde del caos”

Para seguir leyendo:

Normas, decisiones y complejidad

Toma de decisiones gerenciales, basados en el pensamiento complejo de Edgard Morín

La gestión de la incertidumbre. El desafío del liderazgo en contextos inestables.

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