9 características de un Líder Poderoso

Los líderes en las empresas forman un papel importante dentro de las relaciones internas y sobre el cumplimiento de los objetivos de las empresas, los hay de todos tipos: coercitivo, pacifico, motivador, alegre o hasta castigador.

Pero si dentro de nuestra formación buscamos ser líderes a nivel internacional debemos buscar la formación de habilidades superiores que animen a los otros a trabajar con nosotros y hacerlos sentir inspirados a la hora de realizar sus funciones.

Un líder poderoso no es solamente aquel que trabaja en una gran empresa multinacional, sino también aquel que ayuda a convertir una empresa común en una organización de valor y con potencial internacional. Aquel que hace de sus ideas una oportunidad y tendencia para el mercado, que sabe anticiparse y trabajar con un grupo de personas, convenciéndolos de que su visión es la adecuada para que ellos actúen motivados en consecuencia.

Para profundizar listamos las 9 características de un Líder Poderoso:

1. Saber Administrar con Seres Humanos 

Como mencionamos existen muchos tipos de líderes, muchos de ellos en puestos altos sin tener la capacidad de gestionar a un grupo de personas, pero si con el conocimiento y experiencia. Para ser un verdadero líder es necesario desarrollar la capacidad de empatía y escucha, sobre todo conocer perfectamente a cada empleado y el valor que representa para un proyecto en especifico, es contundente un líder que no sabe manejarse ante las personas esta condenado a fracasar.

Daniel Goleman lo pone de manifiesto en su libro Inteligencia Emocional, “Tenemos personas muy habilidosas en la comprensión y regulación de sus emociones y muy equilibradas emocionalmente, pero con pocos recursos para conectar con los demás. Lo contrario también ocurre, pues hay personas con una gran capacidad empática para comprender a los demás, pero que son muy torpes para gestionar sus emociones”

Pero también esta la otra cara de la moneda, donde un líder tiene que tomar decisiones que a veces no son muy gratas para los empleados o incluso despedir a un colaborador que no esta funcionando. Y es aquí donde un verdadero administrador de seres humanos da la cara, ya que no debe ser el más agradable para todos, ni la más espectacular de las personalidades, pero si debe convencer aunque las decisiones que tome sean en algún momento fuertes para la empresa, o totalmente diferentes de lo que ha pasado. Piense por un momento en el cambio de las maquinas de escribir a las computadoras, o de un recorte de personal de 200 puestos, o la negociación de una disminución en los bonos. Un líder sabe identificar el momento adecuado de hacer las cosas, lo que nos lleva al siguiente punto:

2. Gestionar sus Acciones 

Hay una habilidad muy especial en este tipo de personas y es que sus propuestas e ideas vienen en grandes cantidades, por default son personas muy creativas y analíticas al mismo tiempo, se trata de proponer, gestionar e implementar sus acciones en el momento adecuado para la industria, su la empresa y para su equipo.

Identificar el momento oportuno se vuelve trascendental, para ello hay distintos tipos de matrices para hacerlo como el benchmarking y DAFO

No existe rápido o lento para ir con las estrategias, todo depende del movimiento del mercado, del personal a cargo, de su capacidad para realizar y ejecutar acciones, los recursos disponibles, nuestro tamaño como empresa y la habilidad para crear un diferencial.

3. Gestionar Información 

Debemos tener en cuenta que la información debe fluir libremente, un colaborador informado, es más fiel a la empresa, a su trabajo y por supuesto a quién le comparte esta información.

Pero no solo debemos hacer pública la información evidente, que tenemos disponible fácilmente, son los propios empleados lo que deben generar nueva información que ayude a otras áreas a su funcionamiento. De esta manera lograremos una interrelación positiva para que el trabajo sea más eficiente y el clima laboral sea mejor. No dude siquiera en compartir cualquier información por mínima que sea y fomente en sus empleados la apertura.

4. Soportar la Presión 

Quién dijo que ser líder es fácil, o que sería siempre de lo más agradable, como observamos siempre existen dificultades. Pero la habilidad de resilencia de una persona es la clave de su crecimiento. Consiste en sacar el mejor provecho de las situaciones difíciles o de fracaso, en pocas palabras es nuestra capacidad de reinventarnos en la adversidad.

Soportar la presión muchas veces es complicado por que implica un grado alto de estrés, sobre todo en proyectos donde implica una fuerte inversión y una volatilidad alta en el mercado, pero desarrollar capacidades que nos permitan controlarlo y soportar decisiones es importante para no perder cosas como el tiempo en nuestra vida personal, nuestra calidad de vida o incluso ¡nuestro cabello!

5. Conocer el Negocio 

Cualquier persona que se haga llamar líder o que intente serlo debe conocer su negocio desde la raíz. Es inútil vender o hacer crecer algo que no conoce. Concentrarse en aprender todo en un mercado y la empresa para la que trabaja es esencial. También lo es conocer sus productos y servicios así como su funcionamiento. La base de nuestro siglo es el conocimiento.

6. Adaptabilidad Cultural 

Un Líder Poderoso sabe de culturas, idiomas y puede tropicalizar experiencias y marcas en un lugar en especifico, para ello se vale de todo el talento posible en el lugar. Se rodea de los mejores para conocer su mercado y es capaz de sumar talento internacional a sus filas.

Además crea una red de contactos importantes a través del mundo que le ayudaran en la búsqueda y cumplimiento de sus objetivos. Es por eso que es naturalmente sociable, conoce las tradiciones de distintas regiones del mundo y es capaz de por lo menos hablar un idioma perfectamente además de su lengua nativa.

7. Entender y asumir puntos de vista ajenos 

El líder debe dejar el ego de lado, ya que asume que otros tienen un punto de vista importante que ayudará a alimentar y enriquecer de forma activa sus puntos de vista y las estrategias que ha diseñado. Fomenta la participación y el dialogo entre los suyos, respetando roles y funciones pero sin demeritar el trabajo de otros en departamentos ajenos a los de su naturaleza.

8. Ejercer una función innovadora 

Formar un hábito creativo innovador es un requisito fundamental en el desarrollo de un líder poderoso, y aún mejor, sabe provocar un clima innovador en su equipo.

Siempre apunta sus ideas y las desarrolla al máximo, las mejores estrategias vienen a cualquier hora, en cualquier lugar, por lo que tiene la costumbre de siempre cargar con una “libreta de ideas” para después desarrollar su estructura en la carpeta de su computadora llamada “Desarrollos y estrategias”. Comparte esta carpeta para que la desarrolle su equipo y se vean beneficiados además de que recibe el mismo número de ideas que el genera.

9. Marcan las tendencias 

El líder conoce tan bien, su mercado, sus productos, que se ha relacionado tan bien y conoce los puntos débiles y fuertes de donde trabaja, es capaz de adaptarse y proveer flexibilidad para ganar, puede crear en cualquier momento ideas innovadoras. Todos los puntos anteriores unidos hacen que por inercia marque tendencias, donde lo siguen, se sabe líder y le gusta ese papel. Ha completado un trabajo arduo con sus empleados, sus hábitos, experiencia y se preocupa siempre por obtener conocimientos con humildad.

Un líder internacional marca un nuevo camino donde trabajar que genera nuevo conocimiento para el mercado, casos de estudio, artículos y libros sobre su trabajo, su voz es escuchada y respetada, pero siempre toma en cuenta a los demás. Es un proceso largo que se construye con mucho trabajo y esfuerzo pero ¿Estamos dispuestos a emprenderlo?

Publicado en El Arte de la Estrategia. Post original aquí.

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La tecnología del líder son las conversaciones: dos tipos de innovación

Por Virginio Gallardo (@virginiog)

Quien habla de liderazgo habla de innovación. Quien habla de innovación habla de ideas. Quien habla de ideas habla de las conversaciones que permiten su creación y difusión. Hablemos de las conversaciones.

Ahora que nadie duda que la innovación es la clave de la competitividad empresarial se hace necesario pensar en cómo gestionarla y esto consiste básicamente en gestionar conversaciones.

Nuestra competitividad empresarial depende de cómo provocamos que haya muchas ideas de excelente calidad, pero sobre todo cómo aseguramos que se difundan y se hagan realidad.

Para ello deberemos dominar las conversaciones que se producen en las organizaciones en los dos tipos básicos de innovación que una empresa puede utilizar y que están estrechamente relacionados entre sí.

 

Los dos tipos de innovación: estructurada y difusa

La gestión de la innovación se ha entendido tradicionalmente como la innovación basada en una idea que se presenta de forma estructurada mediante un proyecto, que se evalúa mediante unas matrices, a veces con un software, con comités y otras herramientas y que finalmente acaba siendo un proyecto, un proyecto que suele ser complejo y que requiere equipos y una adecuada gestión del cambio mediante metodologías específicas como la del viaje de las ideas. Este es el primer tipo de innovación con conversaciones estructuradas.

Pero hay un segundo tipo de innovación, una innovación difusa o continua, que es la que se produce todos los días en nuestras empresas de forma imperceptible, en forma de conversaciones muy numerosas que afectan a todos los trabajadores de manera cotidiana. Estas conversaciones contienen ideas (memes) que se trasladan en pequeñas mejoras que se producen en cualquier puesto de trabajo. Son a menudo imperceptibles, pero sumadas y miradas con perspectiva pueden ser muy importantes.

La paradoja es que las empresas, cuando quieren sistematizar su proceso de innovación, se olvidan de este segundo tipo de innovación. No les importa tomar medidas que promuevan la creatividad y la innovación continua, sólo potencian el primer tipo de innovación estructurado, pues no creen en el poder innovador de las conversaciones organizativas.

 

La innovación con conversaciones sistematizadas: pensar dentro de las cajas

El primer tipo de innovación aún se debe potenciar más. La capacidad que tiene una organización de gestionar proyectos innovadores es limitada, pero muy superior a lo que la mayoría de las organizaciones hace. La innovación más estructurada y compleja tiene un enorme recorrido en nuestras empresas.

Todas las organizaciones deberían contabilizar sus gastos en función de lo que Vijay Govindarajan, en su famoso artículo Thinking inside the box denominó tres cajas:

  •  Caja 1: Proyectos y acciones que permiten gestionar el presente.
  •  Caja 2 : Acciones y proyectos que de forma premeditada abandonen el pasado.
  •  Caja 3: Acciones que ayuden a crear el futuro.

Las cajas 2 y 3 deberían tener presupuestos asignados que se deberían ejecutar en función de  la importancia estratégica y el impacto en resultados de cada proyecto o idea. Para ello las empresas deben crear procesos de gestión sistematizada: buzones de ideas electrónicos, procesos de comité por comunidades de innovación, personas cuya misión sea señalar ideas, procedimentar e implantar estas ideas: agentes de cambio, integradores de ideas….

En la innovación sistematizada podemos calcular el número de proyectos aceptados o rechazados, el coste y la rentabilidad de los mismos, su éxito o retraso…  Se producen conversaciones dentro de estos procesos de innovación, pero con un protocolo más “cartesiano” y preestablecido.

 

La innovación continua: gestionar conversaciones desorganizadas

Cuando se habla de innovación continua o difusa, la dificultad es establecer cómo provocamos que haya muchas conversaciones con ideas, pequeñas ideas que cambian a la organización de forma rápida e imperceptible, para hacerla más eficiente.

En este segundo tipo de innovación la gestión es más compleja, no la podemos medir con la misma facilidad ni sistematizar. De hecho, nuestras organizaciones ya cambian así, sólo se trata de acelerar y hacer más eficiente el proceso.

Para ello hay que trabajar con las denominadas culturas innovadoras, culturas que facilitan que las ideas surjan más rápido y se implanten más rápido. Hay que establecer cómo es el liderazgo transformador que es el que conoce que las culturas son conversaciones y es capaz de controlar este proceso caótico.

En la actualidad es muy fácil crear herramientas 2.0. que permiten facilitar el proceso y controlar más las conversaciones organizativas, medirlas y analizar su impacto en el negocio.

Algunas de estas conversaciones y microideas (memes) derivarán en “proyectos” que seguirán procesos estructurados, pero la mayoría serán microcambios en actitudes, en pequeños hábitos, en pequeñas tareas… Pero muchos microcambios sumados harán que esa organización cambie e innove más rápidamente y sea más competitiva.

A muchos les incomoda esta forma “serendípica” de innovación, especialmente cuando se produce en conversaciones externas mediante los principios de la organización abierta.

Pero este segundo tipo de innovación continua suele ser la clave del éxito pues además de provocar más cambio, mejora el proceso de creatividad de la innovación sistematizada (primer tipo de innovación) y lo que es igual de importante, de su implantación. Por ello se debe actuar en paralelo sobre los dos tipos de innovación.

 

La cultura innovadora son conversaciones

Tendremos que acostumbrarnos a un nuevo lenguaje en el que se hablará de la optimización de la inteligencia organizativa, de análisis de redes sociales, de hibridación de ideas, de mecanismos de dinamización de la colaboración mediante culturas innovadoras. Tendremos que conocer los secretos de la innovación, de la memética, de la gestión de las comunidades, pero especialmente la herramienta básica de la innovación: las conversaciones.

La competitividad empresarial depende del manejo de ambos tipos de innovación, por ello los líderes son los que dominan ambos tipos de innovación, procesos demasiado estratégicos para dejarlos sin gestionar.

Son líderes que conocen la naturaleza humana de sus colaboradores, que los hace creativos y sociales, con ganas de compartir y mejorar si se establece un adecuado marco cultural, pero que sobre todo dominan la principal tecnología de la cultura: las conversaciones organizativas.

 

Foto @Chris Hambly, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

Publicado en Con tu negocio. Post original aquí.

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La ilusión de perseguir un sueño…

Por Manel Muntada Colell

Supongo que si me plantease hacer un viaje lejos y, posteriormente a haberlo decidido, averiguase los recursos de los que dispongo, me podría plantear ir más lejos que si primero averiguase los recursos de que dispongo y en función de estos me plantease viajar.
La diferencia entre las dos aproximaciones estriba en el hecho de viajar a dónde quiero o a dónde puedo.
Si al final decidiese ir a dónde puedo, sólo significaría, entre otras cosas, que lo que quiero, no lo quiero tanto como para invertir en ello recursos y tiempo.
Esta época del año es, para mí, tiempo de dibujar ideas, de diseñar escenarios junto a los clientes con los que colaboro y me encuentro a menudo con situaciones parecidas a la de la analogía del viaje.
En muchos casos parece imposible disociar el momento de decidir a dónde voyde los problemas que surgen mientras se piensa en ello, de tal suerte que, al final, lo más probable es que se construya o diseñe algo a la medida de la situación de la que se parte, algo que seguramente se pueda realizar pero que no llegue a la altura de lo que realmente se desearía hacer. Algo que no ilusione o que resigne a nuestra ilusión.
Desde mi punto de vista, es mejor separar la idea que nos gusta, y de la que partimos, de aquellos inconvenientes que, de momento, se tenga o se prevea que pueden aparecer, así como del método o técnica utilizados para llevarla a cabo.
En un principio, lo mejor es profundizar en ella, en las motivaciones que nos impulsan, en los beneficios y valor que añade a la organización, a sus personas, a los equipos, etc. Hemos de escribirlo, listarlo, ilusionarnos
Una vez la idea de lo que queremos esté realmente clara y alineada con nuestro deseo, ahora sí que toca identificar aquellos factores que generen inconvenientes o dudas para su logro. Aquí es donde se podría encajar el manido Diagrama de Ishikawa, aunque no para buscar determinantes de problemas sino para identificar problemas… [¿Qué diría el japo del nombre raro?]
Identificados los factores, buscar, para cada uno de ellos, los obstáculos que prevemos [que si los sindicatos, que si puede haber poca participación, que la dificultad para tratar los datos… ya sabes, los problemillas…] y plantear aquellas soluciones a los problemas detectados que preserven al máximo la idea [el sueño] inicial.
En fin, que ya sé que es muy básico, pero todo sea por hacer lo que realmente queremos hacer [o algo muy parecido] y no sólo lo que podemos hacer… es tan mediocremente común y tan aburrido…
Publicado en CumClavis. Post original aquí.

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Todo puesto en duda. La gestión de ideas es clave para nuestra estrategia de innovación.

“No dejes que los éxitos se te suban a la cabeza y los fracasos te invadan el corazón”. Marcos Galperin

Las ideas son la nueva moneda en la nueva economía creativa, por tanto, necesitamos herramientas para gestionar este valioso activo como parte de nuestra estrategia global de innovación. La gestión de las ideas la solemos pasar por alto como un componente crucial en el proceso global de la innovación en las organizaciones.

Es por ello que hoy viajaremos en una idea muy licuada de forma líquida.

Si hay algo, que todos sabemos es que sin creatividad no hay innovación, a lo que podemos decir, que sin ideas no podemos innovar, sin nuevos pensamientos tampoco.

La mayoría de las organizaciones tienen muchas ideas. Nuestros fracasos de innovación ocurren en otras etapas del proceso, tenemos herramientas disponibles para medir cómo lo estamos haciendo de bien a la hora hacer en cada uno de estos pasos.

¿Cuáles son las características que necesitamos en nuestro sistema de gestión de nuestras ideas?

  1. Cuando capturamos y hacemos un seguimiento de la idea.
  2. La evaluación de nuestra idea.
  3. Rasgo esencial, la fomentación de la colaboración en la creación y proceso de la idea.
  4. Realizamos un seguimiento de nuestras ideas a través de nuestro proceso de innovación, creando puertas abiertas para la generación de más ideas.
  5. Hacemos pausas entre ideas, mediante la posibilidad de pausar las ideas
  6. Los retos de la innovación es cuando nos apoyamos, ayudamos y colaboramos entre todos.

Esto nos lleva a un punto, en cuando lo ponemos todo en duda, a veces, las dudas ya parten dentro de nosotros mismos. Es por ello que a veces, si nos conocemos desde lo más profundo, el resurgir de nuestros pensamientos, nuestras ideas, nos pueden llevar a algo, que lo podríamos llamar innovación o hacer algo que hasta ahora no habíamos realizado.

Así que hubo dos transformaciones paralelas a lo largo de este camino, llamado vida, que me encontré, mientras miraba un documental sobre el país de Mongolia. Me acordé de un ejercicio que tiempo atrás ya había realizado, una buena tarde conseguí poder entrar en lo más profundo de mi corazón, sacando esas capas de cebolla que tan ocultas tenía dentro, esto me permitió que pudiera hacer a menudo, durante unos minutos al final del día una de las conexiones más profundas del corazón, la profundidad en la que llegué ese día nunca más lo he podido lograr de nuevo, pero si he ido profundizando en muchos sentidos, desde el amor con otra persona, así como las emociones, pensamientos que había tenido anteriormente en un estado casi exclusivamente verbal e intelectual; la segunda está implicada simplemente ver cómo la gente puede vivir y contento por con lo que tiene.

Nos preguntamos ¿qué tiene esto que ver con el principio del texto?

Tiene que ver mucho, dado que en última instancia, que hacemos frente a la decisión entre la libertad y la seguridad, es aquí si elegimos una cosa u otra, nos dará una idea u otra. Elegí la libertad, a pesar de que sin duda me sentía como si otras personas eligieran por mí.

Es en el amor por “algo” que nos movemos, al igual que las ideas, las ideas nos impulsan a crear “algo”, es aquí cuando nosotros si sabemos lo que tenemos, sabemos con lo que vivimos, es cuando podemos ver si existe alguna necesidad, y esto es cuando ocurre en las organizaciones, ver dónde estamos para ver dónde vamos a poner puntos de mejora, creatividadgeneración de ideas.

Vimala Thakar, activista social en India, profesora de espiritualidad, autora de publicaciones sobre yoga, meditación, que murió en marzo de 2009, una influencia increíble en el pasado reciente. Sus escritos resuenan con mi propia experiencia de la vida y de la investigación sobre la meditación, la creación, de una manera que realmente nos alienta a seguir este camino particular. Recientemente, me encontré con un pasaje sobre el amor, que nos puede llamar la atención los cuales nos dicen:

“El amor es un estado del ser en el que uno ha llegado a la humildad para actuar sin el ego; en el que uno no quiere nada de nadie en el mundo; en el que uno no quiere utilizar la vida como un medio para un fin, pero se cumple en vivir la vida como un fin en sí mismo. Tal persona es capaz de amar”.

Según el texto nos lleva a la idea que uno de nosotros es capaz de amar o ¿no sabemos nada sobre el amor como así nos lo define la propia autora de este pasaje? Estamos tan lejos de nuestro concepto convencional sobre el amor, que sin embargo, vemos que tiene mucho sentido. Para la creación de ideas, la eliminación de juzgar a los demás (sean personas o organizaciones, en lo personal o en lo profesional), comparar, prefiriendo, y el deseo de seguridad que se nos traduce en una relación de “amor”, nos parecería ser la única manera de poder amar de verdad. Pero, ¿cuántos de nosotros realmente hacemos esto? O incluso ¿queremos hacer esto? Lo podemos llamar “amor” de pareja, “amor” por una marca, por un grupo, por una organización, el denominado “Love it”.

Sigamos con la creación.

A pesar de los lazos familiares que son muy fuertes en Mongolia, dónde siguen un estilo de vida tradicional en el campo, viviendo en una casa de una habitación circular con miembros de la familia, sin privacidad y divisiones muy circunscritas de trabajo basadas en el género; nos gustaría volver a pensar que nuestras vidas son más representativas hacía la libertad que la seguridad.

Cuando uno no se presenta con opciones sobre la manera de vivir, puede parecer que se trata de servidumbre, pero diríamos que, en cierto modo, es la elección incesante que nos proporcionan y el miedo al cambio, que realmente tanto en organizaciones, en empresas, en personas (pero sobre todo se nos viene en mente la esclavitud moderna). En Mongolia, el ganado es libre de vagar, los perros siempre están sin cadenas, incluso en las ciudades. La mayor parte de la tierra, que es tan escasamente poblada y de extraordinaria belleza, se considera común (es decir, no le dan importancia a la propiedad privada). Estas cosas afectan a una cultura.

Es cuando vemos que dicha cultura, podría ser extrapolable a la organización a la muerte de las jerarquías, dónde cada persona sabe cómo, cuándo y por qué hacer algo. El crear “algo” en todo su conjunto del grupo de la población, es decir en una organización, sería como el crear a partir de una idea.

Una comunidad de pastores de renos, cada día viven lo que podría ser el nacimiento y la muerte. Bastante literal. ¿Cómo podemos discutir con la ley de no pertenecer a nada en estas condiciones? ¿Dónde existe ahora el pertenecer a un grupo u organización?

Mientras tanto, si sólo ponemos toda la energía en conocer y entender a los demás, pero no recibimos sus puntos de informaciónque nos quieren dar, sólo damos pero no recibimos, no hacemos el trabajo duro conjuntamente. Y lo queremos tanto que no podemos aceptar cualquier otro resultado posible.

A veces, es mejor perder, dar un paso hacia atrás para poder mirar hacia adelante, es aquí donde el progreso y la innovación aparecerán, a través de las ideas.

Se nos en ciega la vista que no nos permite ver más allá, volvemos al “amor”, ciegos por el mismo, lo que nos impide avanzar, por lo tanto nos impide crear, innovar.

Pero cuando se trata de los demás, de otras personas, organizaciones, es en última instancia, cuando todo está fuera de nuestro control. No podemos hacer nada para cambiar esto, pero si nos podemos avanzar.

Pero quizás esta asociación ideal no es nuestro camino, ya sea con una persona o cualquier organización y más en un entorno VUCA. La cantidad de ideas que claramente perderemos por intentar acercarnos a lograr un éxito basado en una idea la cual no exista tanto desde la idea como desde las personas una acercamiento de relación sin que la captación y el deseo, con un motivo de interés y la investigación sea pura y dura. Libres de las medidas convencionales de lo que llamamos el “progreso” y el “éxito” en la vida que están unidos a los conceptos de trabajo y familia, de negocio y resultados, es cuando nos damos cuenta, que hasta ahora, “algo” en su forma, que habíamos estado viviendo, trabajando, intentando llevar o crear no era la realidad, el saber dónde estamos para poder así ver si es nuestro futuro proyectado. Pero ¿qué nos ocurre ahora? ¿Qué hemos de vivir nuestra vida ahora? ¿Qué vamos a crear ideas de la nada? ¿Vamos a estar innovando con algo con lo que no creemos?, por lo tanto con algo que no le tenemos nada de “amor”, ni pasión, ni actitud en todo nuestro conjunto.

Si bien Mongolia, en el documental que estuve observando, el breve tiempo en que duraron muchas ideas me venían a la cabeza, pero la intensa relación de todas ellas, eran como catalizadores, la trayectoria de esta vida en particular, el recordar las palabras de Vimala Thakar que encontramos en On an Eternal Voyage, (Bombay: R. Raman, at Inland Printers, 2nd ed., 1972):

“No sabemos lo que es el movimiento de la energía total dentro de nosotros. Y en ese silencio, cuando la energía no se disipa, no es dispersado en cualquier dirección, el movimiento de esa energía total provoca la mutación, transformación. Ese movimiento de la energía total puede ser llamado: el movimiento de la inocencia; movimiento del siempre fresco con nuevo sentido de la vida,. Puedo llamarlo movimiento de renuncia: una persona se mueve en la vida sin querer adquirir nada psicológicamente de cualquier persona en el mundo. Se mueve sin esperar, anticipar, seleccionar o rechazar. Él ve la vida como viene. Él entiende la vida que se desarrolla en sí. Él mira la vida, pero no trata de imponerse sobre ella”.

“Los miedos que no enfrentamos se convierten en nuestros límites”. Robin Sharma

Gracias por leerme, por difundir, por compartir.

Sigamos aportando.

Ricard Lloria by @Rlloria

Photo Credit: Now old stock Photographer: Collection by Cole Townsend

Photo Credit: Now old stock Photographer: View from top of roller coaster VPL 12276v from Vancouver Public Library Historical Photographs

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.

Publicado en Liquadora de Ideas y Pensamientos. Post original aquí.

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El Péndulo y la Innovación

Por: Eduardo Kastika – @EduardoKastika

Por más que haya tendencias que nos parezcan irreversibles, es bueno saber que toda tendencia esconde, en sí, una contra-tendencia.

1. La lógica pendular de los mercados

Comprender el aspectos pendular de los mercados es esencial. En principio, para quienes se dedican al marketing y exploran nuevos productos, mercados, tendencias y oportunidades. Pero también, y sobre todo, para quienes diseñan estrategias y emprenden nuevos proyectos.

Podemos explicarlo como nos guste. Por ejemplo, desde la dinámica de sistemas, apelando a la ley de los ciclos (un ciclo positivo es seguido de un ciclo negativo, luego uno positivo y así sucesivamente) o a la de los límites al crecimiento (nada crece para siempre). O podemos pensar en la dialéctica. O podemos recurrir al yin/yang y pensar en fuerzas opuestas complementarias.

A mi me gusta la figura del péndulo. Todo vuelve, de alguna manera. No sabemos cuándo, ni en en qué formato, ni por que motivos. Pero sí sabemos que vuelve.

2. Los libros para colorear dedicados a adultos

La ilustradora escocesa Johanna Basford vendió millones de libros para colorear especialmente enfocado a adultos entre 2014 y 2016. Lo mismo el ilustrador Richard Merritt. Parece ser que el ritual de sentarse a colorear prolijamente es un modo de reducir el estrés y hasta una actividad terapéutica.

Esta tendencia (o moda, no importa aquí la distinción) resultó increíble tanto para las empresas del mundo editorial como para las dedicadas a la fabricación de lápices, crayones y marcadores de colores (Crayola, Faber-Castells, Stabilo y otras). La venta de lápices de colores de 2015 fue un boom histórico y en algunos mercados, los libros para colorear superaron a los de cocina.

3. El “versus” engaña

Vemos presente, al péndulo, oscilando entre mundo tecnológico y el de “carne y hueso”: informática – instrumentos musicales; escritura a mano – procesadores de textos; libros – e.books. O entre la conexión virtual y la presencial: snapchat – bares; sitios virtuales – parques y plazas; “likes” – abrazos. O entre la velocidad y la lentitudfast food – veganismo; clips – ciclos de cine independiente; música electrónica – músicos indie.

La lógica del péndulo está en todos lados. Criticar una idea porque propone “lo contrario a lo que se usa ahora”, es un enorme error. Una mirada creativa, en cambio, tomaría esta idea “opuesta a la tendencia” y se preguntaría “¿por qué no?”. Y aquí empieza el camino de reconocer cómo los opuestos van desarrollándose y complementando a lo que ya existe de maneras absolutamente sorprendentes.

Publicado en Kastika, Micro-Blog. Post original aquí.

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La innovación es sobre todo gestionar talento

Todos sabemos que la innovación y el crecimiento empresarial y económico van de la mano. La innovación implica los resultados futuros y la supervivencia de la empresa. ¿Hay alguna otra prioridad? ¿Hay algo más estratégico? Probablemente, no.

Recientemente expertos en management e innovación, como Gary Hamel o Maritza Adasme, nos recuerdan las claves de la solución y nos dicen que el principal reto de RR.HH. es la innovación. Pero muchos directivos aún se preguntan: ¿qué tiene que ver la innovación con Recursos Humanos?

Hacer frente a la innovación no es un reto  simple. Pero hay algunos aspectos de la estrategia de innovación que son simples y es importante tener claros, probablemente el primero es que la naturaleza de la innovación es gestionar talento. La innovación es básicamente un proceso de gestión de personas.

 

Algunos aspectos que pueden inducir a engaño

La innovación históricamente ha estado en el ámbito de la economía, de hecho muchos la sitúan con Schumpeter y su concepto de innovación disruptiva. Sin abandonar la economía, los expertos en tecnología e ingeniería ocuparon posiciones importantes cuando la innovación se confundía con innovación en producto y más concretamente con producto tecnológico; se habló mucho de “empuje de la demanda” o “empuje de la oferta”, y se relacionó con temas de producción y de calidad.

Hubo momentos en que hablar de innovación era hablar de I+D, de patentes o de número de doctores en la empresa, con lo que para la mayoría de organizaciones públicas o privadas era algo ajeno y tenía poco que ver con su estrategia.

En otros momentos, la innovación se ha considerado como un tema relacionado con la estrategia de la empresa, con su porfolio, con su forma de relacionarse con el entorno mediante clusters, hasta con su forma de presupuestar o de organizarse, de tal forma que algunas empresas crearon áreas de innovación, cuyo responsable solía estar más cercano a aspectos relacionados con el desarrollo de negocio.

 

El centro de la innovación es la gestión del talento

Pero de una forma paulatina cada vez se hablaba más del valor de las ideas, de la creatividad y de las competencias relacionadas, de la importancia de la cultura, de la participación de la ‘intraemprendeduría’, de los líderes o de la colaboración, y se hacía en términos de talento, y las personas comenzaban a situarse el centro del discurso, aunque mayoritariamente quienes lo hacían no eran expertos en temas de gestión de personas.

La innovación disruptiva y transformadora se ha convertido para muchos una cuestión de gestión del cambio, donde no sólo se habla de procesos de gestión de personas, sino que se tratan los temas más emocionales y culturales de esta gestión. La clave de la gestión del cambio es la gestión de las emociones organizativas.

La innovación continua es para muchos un proceso de gestión cultural, de desarrollo organizativo. La innovación continua obliga a enfrentarse con la parte más compleja de la gestión del talento, que implica tratar aspectos como el conocimiento implícito y explícito, el aprendizaje organizativo y sus aplicaciones en el ámbito de la mejora continua.

 

Gestionar la innovación es gestionar el talento en red

Estos fenómenos que han ido situando la innovación como un proceso cuyo centro es la gestión del talento, por alguna razón extraña no eran responsabilidad del área de gestión de personas de las empresas (RR.HH.). La innovación, el aspecto más estratégico de la empresa que estaba íntimamente relacionada con la gestión del talento era un área extraña para los que se suponía que tenían que gestionar dicho talento.

En la actualidad, con las nuevas formas de gestión de talento en red, que suponen una revolución organizativa sin precedentes, que aceleran los procesos de aprendizaje, creatividad e innovación y que suponen la nueva forma de innovar mediante la inteligencia colectiva, te volverá a pasar lo mismo. Vendrán tecnólogos, expertos en redes, pero casi no oirás a hablar a tus expertos en gestión del talento.

Pero no te dejes engañar, estas apasionantes nuevas formas de innovar en red que nos trae la digitalización también son fenómenos sobre todo relacionados con la gestión de talento.

La clave del éxito en la innovación empresarial, la clave del futuro del éxito de la empresa, consiste en entender que la innovación es gestionar el talento. En términos más prácticos, consiste en asegurarse de que las personas que impulsan las áreas relacionadas con la innovación son verdaderos expertos en gestión de talento y que los expertos en gestión del talento lo son en innovación. Tampoco parece tan difícil, ¿no?

Foto: Exhibición Innovar 2011

Publicado en Con tu negocio. Post original aquí.

 

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Planificar en la incertidumbre e ir hacia la sustentabilidad

por Sofía Terrile


“Todo cambio estratégico requiere un alto grado de planificación y alineamiento. En nuestro contexto, hay alta variabilidad e incertidumbre. ¿Cómo se adaptan?”, preguntó Christoff Poppe, country manager de United Airlines Argentina en la última jornada de la tercera edición de Management 2020. Los cinco directivos presentes -Juan Farinati, de Monsanto; Gabriel Martino, de HSBC; Claudio Belocopitt, de Swiss Medical Group; Juan Curutchet, de Banco Provincia y Marina Díaz Ibarra, de MercadoLibre- contaron cuáles fueron sus decisiones más audaces para adecuarse a los cambios.

Belocopitt habló sobre la implementación de un sistema para clínicas y centros de diagnóstico, que es un desarrollo propio y que permite que enfermeras y médicos sepan, por ejemplo, si un paciente ya recibió una medicación. El programa permite “ahorrar tiempo y ganar seguridad”. En lo personal, dijo que vive “en la audacia”, ya que los empresarios en la Argentina viven “apostando para adelante” para permanecer a pesar de que “los gobiernos de turno pasen”.

“Mi decisión más audaz en lo profesional fue haber tomado la decisión de salir de una zona de confort, en la que toda la vida hice mercado financiero, para manejar un banco en forma global”, expresó Martino. Por otro lado, explicó que “no haber abandonado al país durante las épocas malas” fue otra de sus opciones más osadas. El directivo volvió a la Argentina en 2002 luego de seis años afuera, por lo que conoce cómo es trabajar en contextos de crisis.

Farinati se refirió a su decisión de irse al exterior -más específicamente a Singapur, a 30 horas de vuelo desde Buenos Aires- y exponer a su familia “a una diversidad cultural extrema”. Explicó que aquella experiencia marcó “un antes y un después” en su carrera, porque le permitió tener “una visión global de una región remota” a la que él no estaba habituado. En lo que respecta a Monsanto, destacó la compra de la empresa de información climática The Climate Corporation en 2013 por 1200 millones de dólares. “Fue un acierto, porque hoy logramos ayudar a productores a predecir qué tienen que hacer con sus campos”, expresó.

También a nivel institución, Curutchet subrayó la decisión que tomó, cuando era vicepresidente del Banco Ciudad, de limitar el manejo de efectivo en la sucursal Tribunales con el fin de “transmitir una visión cultural de un cambio de fondo” y de “poner fin a alguna «corruptela»” de sus colegas. “Hay muchas cosas en el sector público que uno considera menores, y terminan teniendo un grado de conflictividad muy alta”, reflexionó. “En lo personal, pasar al Provincia fue todo un tema. En el Ciudad me hubiera quedado en la zona de confort. La decisión no fue tan difícil porque el atractivo del desafío es grande”, finalizó.

Por último, Díaz Ibarra enfatizó la redefinición de Mercado Libre en una empresa de tecnología, en lugar de considerarse únicamente como un e-commerce. “En términos de cambio, fue lo más jugado, porque las compañías tienden a cuidar mucho el corazón de lo que hacen”, afirmó. En lo profesional, dijo que mudarse a Estados Unidos -estudió en Wharton y trabajó para Under Armour y Nike- fue difícil, pero que más lo fue volver a la Argentina.

En el segundo turno de “la pregunta del CEO”, la silueta de Daniel Herrero, presidente de Toyota, apareció en las pantallas del escenario. “¿Qué estrategias han tomado para ser sustentables en el negocio en el largo plazo? En esa estrategia, ¿qué prioridad le asignan a la competitividad de la empresa y en qué trabajan para lograrlo?”, consultó el directivo de la automotriz.

Farinati respondió que, para buscar la sustentabilidad, decidieron enfocarse “en el agricultor como guía” para todo lo que hacen, en lugar de centralizarse en el producto como antes. Y cambiaron el foco de la firma para pasar a estar “basada en la información”, buscando la unificación de las plataformas y los procesos globales de toma de decisiones.

Finalmente, Díaz Ibarra mencionó “dos grandes decisiones” que le permiten la sustentabilidad a MercadoLibre. “Primero, definirnos como una empresa de tecnología y no como un e-commerce“, describió. Afirmó que eso les permitió incursionar en otros negocios. “La segunda decisión fue abrir la plataforma: toda la información que tenemos la ponemos a disposición de otros desarrolladores. Muchas de las innovaciones que van a redefinir la industria pueden estar en un montón de grupos de desarrolladores en un garaje”, concluyó.

La pregunta del CEO

Christoff Poppe

United Airlines Argentina

Todo cambio estratégico requiere un alto grado de planificación; cuando hay incertidumbre, ¿cómo se adaptan?

Daniel Herrero

Toyota

¿Qué estrategias tomaron para ser sustentablesen el largo plazo?

Tener capacidad para crecer

Algunas claves adoptadas por las compañías que avanzan

80%

Empatía

Ocho de cada diez firmas líderes creen que las asociaciones más importantes son las que involucran a los clientes

93 %

Meta: ser sustentable

Casi todos los CEO de las compañías consideran la importancia de la sustentabilidad para el éxito,según una investigación de Accenture

78%

Bajo observación

Son muchos los inversores que afirman que el hecho de buscar ser sustentables es hoy un factor diferenciador al momento de determinar quiénes son los líderes de cada industria

Vía rápida

Ocho años tardó Google en construir una empresa de 1000 millones de dólares; Airbnb demoró cinco años y Facebook, sólo dos

La agilidad, un requisito

Según el reporte realizado por Accenture, “para poder aprovechar las oportunidades de cara a este rápido, complejo y volátil panorama, las compañías deben ser mucho más ágiles y adaptables y deben estar mucho más alineadas”

Publicado en La Nación. Post original aquí.

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La “estupidez funcional”: la gran demandada en muchas empresas

por Valeria Sabater

Por mucho que nos cueste decirlo en voz alta, es una evidencia: a día de hoy la estupidez funcional sigue siendo el principal motor en muchas organizaciones. La creatividad no se aprecia, tener un pensamiento crítico es toda una amenaza para ese empresario que prefiere que nada cambie y que busca ante todo empleados dóciles.

Somos conscientes de que en nuestro espacio hemos hablado en más de una ocasión sobre el gran capital humano que puede ofrecer un cerebro creativo a una organización. Sin embargo, pensar de modo diferente, siendo más libre y conectado a nuestras intuiciones, a veces, es más un problema que una ventaja en nuestros entornos laborales.

Es duro decirlo. Sabemos, no obstante, que cada organización es como una isla peculiar con sus propias dinámicas, sus políticas y sus climas internos. Habrá empresas que sean todo un ejemplo en innovación y eficacia. Sin embargo, a día de hoy, el pretendido cambio aún no se ha puesto en marcha. Las grandes corporaciones e incluso las pequeñas empresas buscan personas preparadas, no hay duda, pero también que sean manejables, solícitas y silenciosas.

La innovación basada en ese capital humano que nace de la mente abierta, flexible y crítica es todo un peligro. Lo es porque la dirección sigue viendo con temor las nuevas ideas. Porque nuestras organizaciones siguen basándose una envergadura estricta, en un esquema vertical donde la autoridad ejerce un control voraz. A su vez, también los compañeros de trabajo tienden a ver con incomodidad a esa voz que trae nuevas ideas, y que por tanto, les pone en evidencia al resaltar capacidades que ellos mismos no tienen.

Es una realidad compleja en la que deseamos reflexionar.

La estupidez funcional, la gran triunfadora

Mats Alvesson, profesor de la “School of Economics and Management” de la Universidad de Lund (Suecia) y Andre Spicer, profesor de comportamiento organizacional, han escrito un libro muy interesante sobre el tema titulado “The Stupidity Paradox”. Algo que todos sabemos es que vivimos en una actualidad donde palabras como “estrategia” o “management” tienen mucho peso.

Se aprecian competencias basadas en la creatividad o en el “Mental System Management” (MSM), pero de valorar a permitir que se apliquen es otro cosa bien distinta, de hecho, se extiende todo un incómodo abismo. Porque la innovación es demasiado cara, porque siempre será mejor ajustarse a lo que ya funciona en lugar de arriesgarse a probar lo que aún no se conoce. Todo ello abona una realidad tan cruda como desaladora: la economía basada en la innovación, la creatividad y el conocimiento es más un sueño que una realidad patente.

A su vez, hay que tener en cuenta otro aspecto. La persona brillante y bien formada también es alguien necesitada de un empleo. Al final, asumirá tareas rutinarias y poco prestigiosas porque la resignación y la asunción de la estupidez funcional es básica para mantener el trabajo.

No importará tu formación, tus ideas o tus fabulosas competencias. Si levantas la voz, aparecen al segundo tus depredadores: directivos y compañeros menos brillantes y creativos que te pedirán silencio en el interior de ese rebaño de blancas ovejas. Porque los pones en evidencia, porque tus ideas romperían la “férrea cadena de montaje” basada muchas veces, en perpetuar la propia mediocridad.

No lo hagas, no te conviertas en un estúpido funcional

Es posible que la propia sociedad no esté preparada para recibir a tanta gente formada o capaz de ofrecer un capital humano alternativo: más crítico, dinámico, creativo. Ni la demanda se relaciona con la oferta ni las empresas son receptivas a esa chispa basada en la innovación. La estupidez funcional se cristaliza porque “no tenemos más remedio” que aceptar lo que sea para llegar a fin de mes.

Ahora bien, la estupidez funcional que impera en muchas de nuestras estructuras sociales está habitada como ya sabemos, por profesionales competentes y brillantes pero terriblemente desaprovechados. Todos nosotros podríamos dar muchísimo más si las condiciones fueran favorables.

Sin embargo, nos diluimos por completo en esta supuesta imbecilidad para sostener un sistema que se mantiene, que sobrevive, pero que no avanza. Y esto, no es un buen plan. No lo es porque en este contexto nos sentimos frustrados, y ante todo, infelices.

Problemas en los que reflexionar

Mats Alvesson y André Spicer, autores del libro antes citado, The Stupidity Paradox, nos indican que hay cuatro aspectos que vertebran este problema:

  • Buscamos agradar a quien tiene el poder en la organización.
  • Tenemos la necesidad de no provocar problemas y de no decir a ciertas personas cosas que no desean oír.
  • El tercer problema es que, muchas veces, ser un “estúpido funcional” hace que todo nos vaya más o menos bien: mantenemos el trabajo y somos aceptados.
  • El cuarto problema es evidente: la inmensa mayoría de los trabajos actuales demandan esta característica. Si deseas ascender y aún más, conservar tu trabajo, es mejor ser solícito, servicial y no cuestionar lo que se lleva a cabo.

Muchos definen nuestra sistema actual como una economía basada en la innovación, la creatividad y el conocimiento. Sin embargo, podríamos decir casi sin equivocarnos que solo un 20% lo está poniendo en práctica. ¿Qué ocurre entonces con todos esos cerebros brillantes? ¿Con tantas personas dispuestas a dar lo mejor de sí?

Posibilidades y cambios

Nos pasamos gran parte de nuestra vida escolar y académica buscando nuestro “elemento”, que diría Sir Ken Robinson, esa dimensión donde confluyen nuestras aptitudes naturales y las inclinaciones personales para que al final, llegado el momento de entrar al mundo laboral, todo falle. La rendición no es buena, convertirnos en una pieza más de un motor decimonónico y discriminatorio no hará que las cosas cambien.

Tal vez, el cerebro creativo también deba entrenarse en valentía y en iniciativa. En asumir riesgos y salir de estos círculos caducos para crear nuevas empresas capaces de ofrecer servicios innovadores a una sociedad cada vez más demandante. Los grandes cambios no llegan de un día para otro. Sino con el rumor cotidiano, con ese crujido lento pero constante que precede siempre a la apertura de algo nuevo e imparable.

Imágen principal “Tiempos modernos”, Charles Chaplin (1936)

 

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Talento Creativo

Por Elsa Rodriguez Díaz

Resulta evidente que para muchas empresas, la innovación y la creatividad se están convirtiendo rápidamente en un asunto de supervivencia económica. En un mundo en constante cambio, ya no es que necesitemos adaptarnos sino que tenemos que intentar adelantarnos, y sólo las organizaciones capaces de liderar el cambio saldrán fortalecidas de esta crisis.

Sin embargo, uno de los mayores problemas de nuestro país es la Innovación o mejor dicho, la falta de ella. A pesar de haber realizado importantes inversiones en I+D+i y convocado un sinfín de ayudas y subvenciones para fomentarla, hay que reconocer que en España no se innova o se innova poco.

¿Por qué? ¿No se supone que somos un país de Quijotes? ¿Imaginativos, espontáneos y soñadores? Entonces, si no nos falta imaginación, ¿qué nos frena?

La creatividad no está reservada para algunos elegidos. De alguna forma, en mayor o menor medida, todos somos creativos, todos nacemos con ese don innato al ser humano. Sin embargo, con el paso de los años, nuestros propios miedos nos frenan, adormecen nuestras ideas y ponen nuestra creatividad en estado “off”. Y así vamos funcionando por la vida, con el botón de nuestra imaginación apagado, olvidándonos que está ahí para presionarlo, para ponerlo en marcha…

En una reciente entrevista publicada en La VanguardiaDietrich Grönemeyer, catedrático, médico y padre de la microterapia, nos recordaba cómo nacemos sin prejuicios ni preocupaciones, con una inocencia y una libertad que como adultos debemos recuperar.

Y como ejemplo, os comento lo que pasó hace unos meses, en una charla de Marcos Álvarez @chispadefuego a la que asistí. En un momento de la misma preguntó a los asistentes quiénes sabíamos cantar. ¿Cuántos creéis que levantaron la mano? Pues habría unas doscientas personas en la sala y en los primeros instantes se hizo un silencio sepulcral. Todos estábamos autoevaluándonos de forma severa y como probablemente ninguno cantábamos como para concursar en “La Voz” preferimos guardar silencio…no vaya a ser que nos hiciese cantarc;). Sin embargo, si esa misma pregunta se la formulas a un grupo de niños, ya os imagináis lo que pasa, que todos, sin excepción van a levantar la mano porque saber saben cantar, claro que sí. Porque seamos sinceros ¿de verdad no sabemos cantar? ¿no podemos producir con la voz sonidos, formando palabras o sin formarlas pero con cierta melodía o ritmo?. Entonces, ¿qué nos frena de nuevo?.

Está claro que nacemos con una importante capacidad creativa que se va reduciendo a medida que pasan los años, debido a una triple socialización: primaria, en la familia; secundaria en los sistemas educativos y terciaria, en el trabajo. Richard Barret, el creador del modelo de los siete niveles y fundador de Values Center argumenta, a partir de estudios empíricos longitudinales, que los niños muestran cómo la potencialización creadora se reduce a medida que avanzamos en la socialización.

Esa triple socialización amordaza nuestra creatividad y nos impide avanzar. Pero aún estamos a tiempo, podemos actuar, sobre todo en el ámbito de la educación potenciando nuestras habilidades cognitivas y de pensamiento creativo con el fin de educar a verdaderos “profesionales del conocimiento”.

Os dejo a continuación un vídeo muy bueno del educador británico Ken Robinson. Él  sostiene que la creatividad se aprende, igual que se aprende a leer, pero que la escuela nos corta las alas y uniformiza nuestro pensamiento. Según sus tesis, el 98% de los niños de educación 0-3 serian “genios” en pensamiento divergente o lateral pero si se les examinase de nuevo 5 años después, este número se reduciría en 50% y así sucesivamente. Es un vídeo muy ilustrativo, así que mejor lo veis completo.

Para mí, está claro que es la propia escuela la que nos uniformiza y “ahoga” las voces que divergen del discurso único. La que corta las alas de nuestra creatividad, la que nos dice que no sabemos cantar. Es necesario que re-aprendamos a retar lo establecido, que recordemos que hay otro pensamiento posible, el lateral, que nos dispongamos a ir un paso más allá, que superemos los miedos y barreras que nos impiden expresar nuestro talento creativo. Porque todos lo tenemos. Sólo tenemos que dar al botón “on” y conectarnos de nuevo con nuestra alma de niño, sin miedos y con ilusión.

Venga, ¿lo intentamos?

 “Todos estamos rodeados de oportunidades. Pero éstas sólo existen cuando las reconocemos. Y sólo las reconocemos cuando las buscamos”

Edward de Bono.

Publicado en Nuevas Empresas y Nuevos Trabajadores para Nuevos Tiempos. Post original aquí.

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Las diez caras de la Innovación

por Paulino Etxebeste

Esta es la primera entrada que reedito en este blog. Lo hago después de haber completado en 10 entradas, los diferentes roles o personajes de la innovación que vinculo desde esta entrada.

El especialista en creatividad Tom Kelley, director general de IDEO, propone en este libro las diez estrategias clave para impulsar la innovación.

La innovación es el alma de toda empresa, el combustible que mantiene en marcha una organización en un mercado muy complicado. Sin embargo por su propia naturaleza resulta muy difícil planificarla, cuantificarla y darla a conocer a través de la formación.

Las organizaciones de hoy, se valoran menos por sus ofertas que por su capacidad de cambiar, adaptarse y de soñar con algo nuevo.
Las diez caras de la innovación, es un libro sobre innovación con rostro humano. Trata de los individuos y los equipos que promueven la innovación en las grandes organizaciones.
Todas las buenas definiciones sobre innovación relacionan las ideas con la acción, la chispa con el fuego.
En un mundo posdisciplinario en el que los viejos descriptores pueden suponer una limitación, los nuevos roles tienen la capacidad de facultar una nueva generación de innovadores.
El libro describe 10 nuevos roles, agrupados en tres campos:
1.- PERSONAJES DEL APRENDIZAJE. Se guían por la idea de que, aunque una organización vaya muy bien, nadie puede caer en la complacencia. El mundo está cambiando a un  ritmo acelerado y la gran idea de hoy podría ser el anacronismo de mañana. Las personas que adoptan los roles de aprendizaje son lo suficientemente humildes para cuestionar su propio punto de vista, y al hacerlo permanecen abiertas a nuevas perspectivas todos los días. Distingue en este campo tres distintos roles:
2.- PERSONAJES ORGANIZADORES. Lo desempeñan individuos que conocen los procesos de cómo las organizaciones sacan adelante las ideas. Incluso las mejores ideas deben competir continuamente por el tiempo, la atencióan y los recursos. Los que adoptan estos roles organizadores no tachan el proceso de presupuestación y asignación de recursos de “política y burocracia”, sino que lo identifican como un complejo juego de ajedrez y juegan a ganar. Los tres roles que identifica en este campo son:
3.- PERSONAJES CONSTRUCTORES. Aplican los puntos de vista de los roles de aprendizaje y canalizan a los roles organizadores para lograr que se produzca la innovación. Cuando las personas adoptan estos roles, dejan huella en la organización; son muy visibles y, casi siempre, se encuentran en el centro de la acción. Los cuatro roles son:
Pensar en los diez elementos de innovación como personajes, y  no como herramientas, nos recuerda que la innovación es un objetivo permanente en todas las organizaciones modernas, no solo una tarea que haya que comprobar de manera periódica.
Cuando empieces a formar tu equipo, recuerda que no existe una fórmula fija para utilizar los personajes. Todos podemos adoptar múltiples roles.
Este libro es una invitación a que cada uno ampliemos nuestra paleta de colores.
Es un libro que me ha encantado, por su concreción, aplicabilidad y originalidad. (Se publicó en 2006).
Publicado en el Blog de Paulino Etxebeste. Post original aquí.
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