Nadie puede bajar mi autoestima

por Dolores Rizo

Es importante conocer el significado de la palabra autoestima, para no confundirnos con el estado de ánimo. Ya que, a menudo, los confundimos y atribuimos una disminución de nuestra valoración o reconocimiento personal, cuando en realidad es una bajada de nuestro ánimo.

Además, con frecuencia, estos cambios los atribuimos a causas externas a nosotros, como a los demás o a las circunstancias, expresando así “que alguien o algo me ha bajado la autoestima”, cuando en realidad, la autoestima sólo depende de nosotros mismos.

“Sólo podemos amar cuando nos amamos a nosotros mismos”

-Abraham Maslow-

Los componentes de la autoestima

Por definición, “autoestima”, hace alusión a la estima que me aporto a mí mismo, es decir, a lo que me quiero. La autoestima es la capacidad y la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Por lo tanto, no cabe atribución externa en tal concepto, ya que depende completamente de nosotros. Además, se encuentra formada por diferentes componentes, como son:

  • Autoconcepto, se refiere a la definición que tenemos sobre nosotros mismos, en cuanto a las ideas o creencias acerca de nuestra persona.
  • Autorespeto, se trata de la forma en la que respetamos nuestras necesidades y nuestros valores, así como, la forma que tenemos de afrontar y resolver nuestras emociones y sentimientos.
  • Autoaceptación, es aceptarnos como somos, en nuestras diferencias con el resto del mundo, valorando lo bueno y siempre con la posibilidad de mejorar lo menos bueno.
  • Autoevaluación, es la capacidad de evaluar nuestro comportamiento y forma de actuar, siendo sinceros y justos con nosotros mismos, para poder aprender y seguir creciendo.
  • Autoconocimiento, nadie mejor que nosotros mismos, para conocer nuestras capacidades, cualidades y habilidades e incluso nuestras debilidades, defectos y limitaciones.

“No apruebo algunas cosas que he hecho o soy o he sido. Pero soy yo. Es bueno saberlo.”

-Elizabeth Taylor-

¿Cuándo se forma la autoestima?

Sin duda, el concepto que tendremos en nuestra vida de adulto de nosotros mismos, se gestó en nuestra infancia. Nuestra autoestima nació de la imagen que nuestros antecesores proyectaron en nosotros, junto con el tipo de relación que mantuvieron desde que nacimos.

Si nuestros progenitores se mostraron interesados por nuestras necesidades, mostrándonos afecto y amor, proyectándonos lo importantes que éramos para ellos. Sin duda, la imagen que nos vamos generando de nosotros mismos, será positiva, buena, lo que llamamos “alta autoestima”.

Si por el contrario, desde la infancia sufrimos carencias emocionales y afectivas en las relaciones con nuestros adultos, y si además éstos no nos mostraron nada bueno de cómo éramos, es seguro, que la imagen con la que fuimos creciendo de nosotros mismos, no era muy adecuada o positiva, definiéndolo así como “baja autoestima”.

¿Cómo nos relacionamos con los demás si tenemos “baja autoestima?

Nadie puede ser feliz si no tiene un buen ajuste personal, ya que la insatisfacción de no saber quién somos realmente, o de no reconocernos buenos en nada, genera infelicidad. Por ello, “subir la autoestima” se convierte en una necesidad para la supervivencia emocional.

Cuando nuestra autoestima está baja, tendremos la necesidad de buscar en los demás el reconocimiento, valoración y apoyo que no nos damos a nosotros mismos. De tal forma, que cuando obtenemos ese reconocimiento, creemos erróneamente que “sube mi autoestima”, sin embargo, cuando me falta o me fallan los demás en lo que esperamos, erróneamente también creemos que nos “baja la autoestima”.

“La gente que quiere más aprobación consigue menos y la gente que necesita menos aprobación consigue más”

-Wayne Dyer-

Pero nada de ésto es cierto, porque los demás no tienen la capacidad de modificar nada que pertenezca a nuestro interior. No pueden bajar la autoestima, ni subirla, porque si tenemos la necesidad de buscar en los demás cuánto nos estiman, eso significa, que en realidad, nuestra autoestima ya estaba baja.

¿Qué es el estado de ánimo?

El ánimo es un estado emocional fluctuante por momentos, por circunstancias, y por muchos motivos, por eso, podemos sentirnos alegres o podemos sentirnos tristes o desdichados, con relativa frecuencia. Así, el estado ánimo es algo pasajero. Es muy probable, que cuando no hallamos lo que esperábamos de los demás, como es su reconocimiento o valoración, nuestro estado emocional y anímico baje.

Pero, en ningún caso el estado de ánimo bajará nuestra autoestima, ya que probablemente ésta se encuentre baja, desde el momento que necesitamos que otros nos reafirmen en quienes somos, en lo que hacemos bien y en la imagen que tienen de nosotros.

La autoestima también varía

Indudablemente, la autoestima, como toda actitud o forma de relacionarnos, puede cambiar, aunque es un constructo más estable y profundo de nosotros mismos que el ánimo o estado emocional, y por ello, para que la autoestima varíe, necesita de un periodo de tiempo, debido al cual, puede modificarse la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Por ejemplo, puedo tener baja autoestima y aprender a subirla, con el trabajo de una terapia que nos enseña a profundizar en nosotros mismos. O bien, es posible, también, que de una buena autoestima, pasemos a tener una mala percepción de nosotros mismos, con frecuencia, relacionado con algún problema, situación o trastorno personal, que deja mella en nuestra valoración personal.

Por lo tanto, asumiendo la responsabilidad y el control que tenemos sobre nosotros mismos, podemos decidir restaurar y mejorar nuestro ajuste personal, sintiéndonos queridos y valorados por nosotros mismos, por quienes somos. Y por ello, disfrutando de una vida plena y feliz, independientemente de que a otras personas no les guste como somos.

Imágenes cortesía de Holly Sierra

Publicado en La Mente es Maravillosa. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

¿Por Qué es Necesario Establecer el Valor de mi Compañía?

por Julián Santiago Rendón Nuván

«Estableciendo un valor de compañía a través de la metodología adecuada, y teniendo un plan estratégico de operación.»

Existen dos clases de empresarios, los visionarios, que son aquellos que imaginan su empresa con un crecimiento sostenible de un negocio que los apasiona y quieren entregar a sus generaciones futuras el legado que han construido, y los comerciantes, quienes buscan hacer crecer su idea de manera exponencial para luego entregarla al mejor postor, para posteriormente emprender una carrera desenfrenada buscando un nuevo emprendimiento.

Ambas clases son admirables pues deben tener el tesón para afrontar los retos que conlleva crear y hacer crecer una empresa, sin embargo, por mas distintas que parezcan sus motivaciones tienen un punto de encuentro en donde deben darle valor a su compañía. Es precisamente en la “valoración de empresas” en donde nos enfrentaremos a un mar de posibilidades y metodologías que nos permitirán encontrar su valor.

¿Cual es la mejor metodología para dar con el valor de mi compañía?

Esta es una pregunta bastante difícil de responder a priori, en primera instancia debemos tener claro el propósito de la valoración de una compañía, se puede ser propietario de la compañía en donde se pretende conocer el valor para venderla o simplemente como indicador inter anual para evidenciar su comportamiento, o por el contrario ejecutar una operación de compra de compañía para lo cual convendría ubicar un menor valor de venta y así ganar en esta transacción. Y es precisamente al entender desde que posición se juega el con que ojos conviene ver la valoración de una empresa.

Es importante aclarar que ninguna compañía debería valorarse por debajo del valor de sus activos, premisa que resulta obvia. Existen dos metodologías bastante renombradas para realizar la valoración de compañías, calculo por multiplicadores y flujos de caja libre descontados; en la primera básicamente se revisa el comportamiento del sector y se estima cuales deberían ser los estándares de indicadores de valuación, es así como hemos escuchado decir que una compañía vale X veces su EBIDTA, sin embargo esta metodología puede resultar bastante ligera si se trata de una compañía distinta en un mismo sector económico, una compañía que muestra mejores manejos con máximas eficiencias y que al ser valorada por esta metodología resultaría castigada por en comportamiento de otras que quizás de optimizan toda su operación, si este es el caso resultaría bastante conveniente para una oferta de compra por parte de un tercero.

Tal vez la metodología mas utilizada para la valoración de empresas es la revisión de sus flujos de caja libre descontados, este método es mucho mas técnico, y se puede volver mas complejo ingresando diferentes variables, básicamente esta metodología busca traer a valor presente los flujos de caja libre de una compañía, proyectando su operación en X numero de años futuros y estableciendo cual es el costo medio ponderado de capital WACC (Weighted Average Cost of Capital) se calcula el valor presente con esta tasa de descuento. Este método de valuación espera un comportamiento a futuro de la compañía que si bien es incierto debe contemplar todas las variables de mercado para que el resultado en sus flujos anuales sea consistente y confiable.

Es importante aclarar que ningún método de valoración es infalible, se recomienda utilizar mas de uno para realizar comparativas y si es el caso gestionar modelos de valoración que permitan realizar una matriz máximos y mínimos de valor de empresa gestionada por algún tipo de inductor en combinación con un método de flujos de caja libre descontados.

Ahora bien, ya que se puede identificar un método de valoración lo suficientemente consistente para realizar una valoración de empresa, resultará no ser así para compañías que tienen un alto valor de sus activos en intangibles que aun no están contemplados en sus balances. Es acá donde se debe realizar una valoración de compañía mas sus intangibles, y para sorpresa de muchos estos intangibles pueden llegar a ser los determinantes en una transacción de compra o venta. El simple hecho de adquirir un producto de una marca reconocida mundialmente puede llegar a incrementar su valor, manteniendo sus costos constantes, es así como el intangible se convierte en el mas preciado de sus activos.

Dicho todo lo anterior, es fundamental entender que para realizar la valoración de una compañía debemos ir de lo general a lo particular, realizando análisis macro-económicos, análisis regionales, comportamientos del sector con inclusión de variables inductoras y valoración de intangibles si es el caso, para lograr concretar un valor de compañía que sea sustentable ante una junta directiva, un inversionista o un futuro comprador. Se recomienda realizar este ejercicio de manera anual, máximo con un intervalo de dos años de la mano de un experto.

Estableciendo un valor de compañía a través de la metodología adecuada, y teniendo un plan estratégico de operación que marque el rumbo, en donde con tableros de control se realice seguimiento continuo a la operación se convertirá en conjunto, en la herramienta mas fuerte para tomar mejores y mas rápidas decisiones sobre el negocio construyendo políticas organizacionales y marcando diferencias ante sus competidores, desarrollando un modelo de negocio mas exitoso.

Publicado en Revista Empresarial. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

La inteligencia contextual

Aquellos que esperan que las cosas les lleguen, es posible que reciban algunas, pero sólo las dejadas por aquellos que salen a buscarlas”. (Abraham Lincoln)

Como se puede desprender de la sicología contemporánea, en nuestros tiempos existen muchos más tipos de inteligencia que el cada vez más olvidado coeficiente intelectual (IQ), que sólo se delimitaba a la cognición, dejando de lado aspectos tan importantes, propios del hombre como lo son la inteligencia emocional, corporal, espacial y más.   Gardner habla de la existencia de ocho tipos de inteligencia: la lingüística y la lógico-matemática, la musical, espacial, corporal-cinética y naturalista, la intrapersonal e interpersonal.

Luego de eso, apareció Daniel Goleman y hablaba de la inteligencia emocional, que estaba compuesta por las inteligencias personales e impersonales, logrando un merecido reconocimiento por su función para la comprensión del comportamiento del ser humano.

Pero más allá de todos los tipos de inteligencias que pueda haber, hay quienes han fijado su atención en analizar a ciertas personalidades relumbrantes. Tal es el ejemplo de Tony Mayo y Nitin Nohria, con el libro En su tiempodonde proponen el concepto de “Inteligencia Contextual”, a través de una profunda investigación a las personas más destacadas de la historia económica estadounidense.

Los autores afirman que el contexto es importante porque refleja la estructura de las oportunidades existentes en un tiempo y espacio determinado. La demografía, la tecnología, las regulaciones gubernamentales, la geopolítica, las condiciones laborales y las convenciones sociales de un momento dado influyen poderosamente en las oportunidades de negocios disponibles. Por otro lado, los individuos son agentes de intención, no sólo son importantes porque miden las oportunidades de una era determinada, sino que crean las posibilidades de esa misma era.

Las personas que han poseído esta inteligencia, tuvieron el olfato para presentir oportunidades y evitar amenazas, pero también tenían otras características que los distinguieron: propensión al riesgo, claridad de visión, sed de innovación, un carisma influyente, entre otras cosas. Sin embargo, no basta con disponer de tales características, sino que depende de la habilidad del individuo en la aplicación de las mismas dentro de un contexto determinado. Se requiere estar constantemente en una actitud vigilante de las variantes del contexto para así saber cómo actuar. Es conocer el presente en el que se vive, es estar en completo contacto con el mundo que nos rodea. Incluso existe un título para aquellos avezados que han logrado sus objetivos estando con los ojos fijos en su entorno y realidad. Lo postularon Warren Bennis y Robert Thomas y ellos llamaron a estos exitosos como First class noticers (observadores de primera clase), por su notable talento en reconocer virtudes, identificar oportunidades e impedir caídas.  Los describen como quienes se hacen parte del motor del mundo y no se quedan esperando a que las oportunidades les lleguen por azar. Definitivamente tienen un rol activo ante las circunstancias de su presente, buscando llenar vacíos que están en su realidad y, además, buscan constantemente destacarse por sobre el resto a través de su especialización.

Un caso que demuestra esta capacidad de adaptación y saber leer el contexto en el que uno se encuentra es el de la empresa Cameo de Barcelona, que ha decidido agrupar a las productoras cinematográficas independientes para formar un pool, una unión de fuerzas, que pueda comercializar con muchas más eficiencia sus obras. Son parte de ella la productora de Almodóvar y muchas pequeñas compañías. Ellos vieron la necesidad de actuar de esta forma para poder comercializar mejor algo que por separado resultaba casi imposible. Sobre todo teniendo en cuenta que es una industria casi monopolizada por las grandes firmas internacionales o por entidades gubernamentales contra los cuales las pequeñas empresas no pueden competir.

Básicamente, la inteligencia contextual se fundamenta en la observación, ya sea externa: de lo que pasa a nuestro alrededor y observación  interna, es decir: quiénes somos, qué queremos hacer y qué podemos hacer. De la conjunción de ambas realidades surge la capacidad de adaptación y de acierto de estas personas, que les permite aprovechar sus habilidades y las oportunidades que el entorno actual les brinda.

 

Publicado en Revista Sansanos. Post original aquí.

El libro “En su tiempo” de Tony Mayo y Nitin Nohria puede leerlo en Google Books aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

La comunicación facilita el liderazgo y el liderazgo la comunicación

por Nuria Moreno

A veces vemos a una persona y vemos entereza, otras veces percibimos dirección. Algunos presentadores tienen presencia, otros carisma, ¿cómo es esto? ¿cómo se adquiere el carisma? ¿dónde se compra? ¿en Amazon? Unos apenas hablan y tienen la atención de todos, otros hablan rápido, y se les interrumpe rápido, otros hablan sin parar, pero poco dicen, y a su vez poco importa, pues tampoco se les escucha. ¿Con qué tienen que ver estas cosas? Muy fácil, como comunicamos tiene que ver en primera línea con nuestra naturaleza. No puedes transmitir lo que no tienes. Si tienes foco, fuerza y estructura, esto se ve en la concreción en el discurso y en la postura firme y estable en el cuerpo. Si por el contrario hay dispersión y una emocionalidad poco estable, una posición corporal recta, erguida, sólida y fuerte no va a estar, en su lugar habrá movimiento en las piernas y unos pies poco arraigados.

Como comunicamos influye en nuestro liderazgo y a su vez como lideramos tiene que ver con como comunicamos. Porque todo es una misma cosa. Las personas somos un sistema holístico donde todo está relacionado, no podemos trabajar el liderazgo sin trabajar a la vez confianza, gestión emocional, autoestima, asertividad, firmeza, y un largo etcétera de cualidades.

Según esto, analicemos al líder en fondo y forma y de los pies a la cabeza. ¿Cómo se reconoce al líder? ¿Cuáles son sus características personales y la expresión física de estas? ¿Y cómo se trabaja la comunicación con el liderazgo y al revés, al líder mediante el desarrollo de sus habilidades comunicativas?

En primer lugar, lo más básico que tiene que tener el líder es estructura. La persona no se va por las ramas, es breve, enumera, da datos y ejemplos concretos. En su forma física, hay rectitud. La persona está fuerte, las piernas no se doblan, no hay vaivén. A un líder con los pies en la tierra se le reconoce precisamente por esto, pies bien arraigados, paralelos, mirando al frente, con una postura firme y estable. Unos pies así posicionados nos llevan inmediatamente al aquí y al ahora, la persona no está en fantasías, actúa en el mundo, camina recto, no se deja llevar. Es realista, no pierde el tiempo ni la energía en misiones imposibles. El líder ejecutivo se caracteriza por una alta autoestima, proyecta confianza, determinación. Como es muy seguro de sí mismo, no necesita abrir en exceso las piernas haciendo un triángulo para posicionarse. No necesita hacerse más grande para ser, para estar o para imponerse. El foco está en la acción, la concreción, las metas, los hechos. Es el líder ejecutivo. Desde aquí generamos la capacidad de transmitir confianza y seguridad.

En segundo lugar, una vez hay estructura, foco y realidad, lo siguiente que tiene que tener un líder es una buena gestión emocional. Esta capacidad se mide por el movimiento. Todo lo que nos emociona, nos mueve. Y a su vez emocionamos, cuando nos movemos y somos capaces de conmover. Si al líder de los objetivos le caracteriza el plano vertical, su presencia, rectitud y estabilidad, al líder de las personas le caracteriza el horizontal, todo lo que se mueve de cintura para arriba, en expansión y conexión. Tronco, brazos, manos, cabeza y expresión facial, son la expresión del afecto. Las piernas muestran posición, rigor, profesionalidad; los brazos en cambio son la extensión del corazón, están para dar, servir, conectar y abrazar. El primero va recto, a lo suyo, el segundo con un equipo. Si una persona por tanto mueve las piernas al hablar, con vaivenes, balanceos os altivos, mientras su rostro permanece hierático, su liderazgo está haciendo el pino.

Lo importante a la hora de observar el movimiento y su significado es qué se mueve y cómo se mueve, es decir, si el movimiento es excesivo o acorde. En comunicación no verbal todo lo que es exagerado es mentira y por tanto resta a la persona credibilidad y autenticidad, que como decíamos en el artículo anterior es la mayor barrera que puede haber entre un comunicador y su público. El carisma tiene que ver con esto, con la autenticidad, con la capacidad de mostrarnos. Una persona que se esconde, que no se da, con manos a la espalda, agarradas o en bolsillos, que camina de lado o que no mira, no puede irradiar carisma.

La persona con una buena gestión emocional es expresiva a nivel facial, que es donde se encuentran los sentidos y por tanto donde mejor podemos generar la conexión con el otro. Lo siguiente que tiene más importancia son las manos, que se muevan de una manera acorde a lo que se dice, reforzando el discurso, que estén a la altura del tronco, denotando igualdad, ni inferioridad, ni superioridad, que no se escondan o muestren tensión. Que se muevan libres y con soltura. Que los brazos no se peguen al cuerpo y muestren pequeñez, sino apertura, con el tronco al frente y no de lado. Por donde no puede o no debe salir el movimiento de una manera incontrolada es en piernas con balanceos, vaivenes o saltitos. El movimiento está para emocionar, para conmover. Sin movimiento no hay afecto, no hay tacto, y el movimiento no solo se ve en el cuerpo sino también en la voz, en la variedad tonal, en la intensidad, el énfasis, el ritmo y el volumen. Movimiento y emoción por tanto son la base de la comunicación, no pueden estar restringidos, bloqueados o ausentes. El líder que conecta, mueve y emociona de una manera natural es el líder de personas. Desde aquí generamos la capacidad de gustar, persuadir, contagiar y ganarnos al otro.

Ya tenemos un líder que se rige con una fuerte voluntad por la consecución de objetivos, orientado a la acción pero que cuida a las personas. Cuando comunica tiene firmeza y autoridad, pero también tacto. ¿Qué faltaría? El tiempo y el espacio, o dicho de otro modo, la capacidad de escucha, la calma, la serenidad. Un líder que no escucha, no es un líder, igual que hablar no es comunicar. Para comunicar has de saber a quién tienes enfrente, cómo es, qué necesita, qué le mueve, qué le interesa. Para eso hay que escuchar. El buen comunicador sabe adaptar su discurso a las personas con las que trata. El primer requisito es escuchar. Y escuchar se hace con todos los sentidos. Podemos escuchar con la mirada, por ejemplo. Escuchar tiene que ver con ver al otro. Lo que caracteriza a la escucha es la capacidad de introspección y reflexión. La persona tiene un mundo interior rico, disfruta de los espacios consigo mismo y actividades tranquilas como la lectura, paseos o contemplación. Su vida no está regida por la acción. No corre. Cuando sale a hablar ante un público este tiempo y espacio le permite estar en sí mismo. No se precipita. No se vuelca en exceso. No se pone nervioso.

Una persona que vive en lo inmediato, no desarrolla la escucha. La persona así, no es dueña de su tiempo, no controla el ritmo, ni la velocidad, sino que vive dominada por la prisa, y esto hace que no pueda reflexionar y escuchar mientras habla. La escucha viene dada por la necesidad de parar y entender el significado profundo de las cosas que nos ocurren y nos llaman la atención. Impulsos y emociones pasan a ser sentimientos profundos a través de la escucha. Cuando la persona tiene espacio, esto se ve. El espacio interior gestiona las emociones y las regula, por eso la persona con capacidad de escucha no se pone nerviosa, no pierde las formas, no interrumpe, no falta al respeto, no insulta, sino que espera, tiene paciencia. No hay descontrol. No hay exceso. La voz es suave, la persona utiliza silencios, piensa antes de hablar, no se olvida nada de lo que quiere decir, argumenta en detalle de principio a fin y el uso de las palabras que emplea es selecto y refinado. La escucha además tiene que ver con la atención, con el respeto y con la calidad y la calidez del vínculo. ¡Qué importante la escucha! Desde aquí generamos la capacidad de desarrollar un concepto complejo, y si todo lo anterior está bien, si el líder ejecutivo y el líder de las personas están en su sitio, el racional es capaz de hacer lo complejo, simple, de modo que todos lo entiendan. Este es el líder ideológico. Un gran conocedor. Si la persona es racional, pero faltan los pies o faltan los brazos, es decir, si falta la acción o la emoción, la persona será capaz de desarrollar contenidos muy complejos, será capaz de gestionar y regular sus emociones, será respetuoso, no se atropellará, pero no será capaz de comunicar, de hacer esos contenidos comprensibles y útiles, y de llegar a su audiencia.

Tres capacidades básicas tiene que te tener un buen comunicador: la capacidad de concreción, la capacidad de conexión y la capacidad de reflexión. Si alguna de estas no está, no es posible ser un buen comunicador. Tres capacidades básicas tiene que tener un líder, la orientación por objetivos, la gestión emocional y la escucha, o dicho de otro modo, la competencia práctica, la emocional y la racional. Si alguna de estas tres no están, no se puede ser un buen líder.

Hay un proceso y hay un orden en la evolución de líder. Si lo anterior no está, el intelectual pierde la conexión con la realidad y con los otros, solo se comunica a un nivel intelectual. Eso no es comunicar. Con frecuencia cae además en el elitismo y la prepotencia. Vive en el mundo de las ideas. El cuerpo no está. Las manos van a la cabeza. La espalda se encorva. Los ojos leen, no miran, no ven, no conectan. Desde ahí, el erudito no llega a las personas, tampoco es eficaz. Se parapeta en las palabras y en los conceptos. Para comunicar hay que tocar los corazones. Hay que conmover. Y hay que ser concreto y realista.

Además de estas tres cualidades, hay un cuarto factor que nos permite llevar la comunicación y el liderazgo más allá, la capacidad de servicio. La persona con esta preferencia tiene una gran capacidad de análisis, visión de conjunto e intuición. Su necesidad de servir le hace tener una visión global. No se trata de mí, en primera persona, ni tampoco de los míos en primer lugar, mi familia, mi patria. No. Se trata de todos, la humanidad como familia, lo global es lo primordial, las cosas que nos afectan como sociedad y como humanidad. Y la visión a largo plazo. Estas personas se rigen fuertemente por los valores y desde aquí con gran humildad consiguen movilizar masas y transformar el mundo, poniéndose al servicio y sin ningún tipo de interés personal, salvo el de servir a un motivo mayor que sí mismos y ser fieles, eso sí, al propósito de su alma, con el que están fuertemente vinculadas. Cuando hablan, tienen la virtud de captar la atención y de una manera muy sutil introducirse en un espacio intacto en el interior de las personas accionando nuestra conciencia individual y colectiva. Es el líder transformacional. Un gran sabio. Tiene una gran capacidad de análisis y sabe llegar a la esencia de las cosas, a lo que verdaderamente importa. No se mueve en el mundo de las ideas, la información y los datos, como el racional, sino en el de las esencias, las verdades últimas y universales. Tiene una gran capacidad de discernir, una gran conciencia de lo que verdaderamente importa. Desde aquí generamos la capacidad de conmover, sensibilizar y transformar en cuestión des segundos. Las personas evolucionamos muy lentamente. Pero cuando la conciencia entiende, el cambio es inmediato.

Cuatro competencias básicas ha desarrollado el ser humano a lo largo de la evolución de las especies basadas en nuestra necesidad vital de sobrevivir, de pertenecer, de entender y de servir a los demás: la competencia práctica, la emocional, la intelectual y la social. Cuatro competencias básicas que se rigen por 4 motores. Acción, emoción, razón e intuición tienen una forma de comunicar en fondo y forma, en cuerpo y alma, verbal y no verbal. En términos de comunicación no verbal se corresponden con un mapa mental, una emoción básica, una configuración bioquímica, una preferencia cerebral y una forma corporal. ¿Sabíais que la comunicación no verbal abarca todas estas áreas?

En base a esta tendencia en cada persona sabemos cuál es su necesidad vital y mayor motivación, que rige sus hábitos, su forma de comportarse, de evolucionar, de liderar y de comunicar. Es muy fácil y lógico ¿verdad?

Nuestra oralidad y nuestra corporalidad muestran qué nivel de habilidad hemos logrado en cada una de estas competencias, y en función de esto y de nuestra naturaleza habrá en nosotros una preferencia según la cual podemos hablar de cuatro tipos de liderazgo: el ejecutivo, el personal, el ideológico y el transformacional.

Sin embargo, el ser humano es complejo, todos tenemos de todo. Además, esta naturaleza puede estar en equilibrio o desequilibrio. Ya lo sé, aquí la cosa se complica. No todo iba a ser tan fácil. Todos tenemos de todo, sí, pero todos tenemos una tendencia preferente. El buen comunicador no puede mostrar solo su tendencia natural, tiene que mostrar que tiene las cuatro competencias, y alternarlas, aunque una de ellas sea innata. El camino es observar nuestra naturaleza, cuándo y cómo se fortalece o desequilibra, cuando se va al polo negativo y cómo se reorganiza. Que está bien y qué está mal, frenado o restringido. Como dijimos en el artículo anterior, si estamos en marca o en contra marca. A partir de aquí podremos trabajar el liderazgo mediante la comunicación y al revés. Basándonos en quienes somos.

Trabajar comunicación es trabajar identidad, es transformación personal y es evolución. Pero esto lo veremos en el próximo artículo.

Y tú, ¿qué tipo de líder eres?

Publicado en Fundacom. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Por qué las personas inteligentes toman decisiones estúpidas

por Christine Comaford

Todos hemos estado allí.

Tomamos lo que pensamos que es una decisión racional. Y luego, segundos, minutos o días después, nos preguntamos “¿Qué estaba pensando?” ¿Fue un lapso temporal de cordura? ¿Estábamos distraídos y decididos de todos modos?

Sabíamos que no era la decisión correcta o la mejor decisión, pero en ese momento, tomamos una decisión de todos modos. Y terminó siendo estúpido. ¿Por qué?

La ciencia detrás de “estúpido”

¿Esto significa que somos realmente estúpidos? No. Simplemente significa que no todas las decisiones que tomamos son realmente racionales. Vemos lo que queremos ver filtrado a través de nuestros sesgos inherentes, y luego tomamos decisiones basadas en esos sesgos. Estos sesgos se denominan sesgos cognitivos y todos los tenemos.

Un sesgo cognitivo se  refiere al patrón sistemático de desviación de la norma o la racionalidad en el juicio. Estos sesgos hacen que las conclusiones, inferencias, suposiciones sobre las personas y las situaciones se dibujen de una manera menos que lógica. Todos creamos nuestra propia “realidad social subjetiva” a partir de nuestra percepción de la información que recibimos. Tanto desde afuera como internamente.

¿Cómo podemos dejar de tomar decisiones estúpidas y comenzar a tomar decisiones inteligentes? Al pasar tiempo entendiendo nuestros sesgos cognitivos. Comprender y verificar nuestros prejuicios conduce a mejores decisiones y una cognición (pensamiento) más precisa.  Cuando entendemos, tomamos mejores decisiones.

Mire este gráfico, luego, en unos minutos, lo guiaré a través de cómo lo usé para ayudar a un cliente a tomar una decisión inteligente en lugar de una estúpida.

¿Cuál es tu sesgo? O cómo el sesgo impacta en los negocios

Neil Jacobstein, experto en inteligencia artificial, señala que todos usamos IA y algoritmos para mitigar y compensar muchas de las siguientes heurísticas en cognición humana (pensamiento):

Sesgo de anclaje: tendencia a confiar demasiado, o “anclarse”, en un rasgo o información al tomar decisiones.

Sesgo de disponibilidad: tendencia a sobreestimar la probabilidad de eventos con mayor “disponibilidad” en la memoria, lo que puede ser demasiado optimista, sobreestimando los resultados favorables y agradables.

Efecto del carro: tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas personas hacen (o creen) lo mismo. Relacionado con el pensamiento grupal y el comportamiento de rebaño.

Sesgo retrospectivo: a veces llamado el efecto “Lo supe todo el tiempo”, la tendencia a ver los eventos pasados ​​como predecibles en el momento en que ocurrieron esos eventos.

Sesgo de normalidad: Negarse a planificar o reaccionar ante un desastre que nunca antes había sucedido.

Sesgo de optimismo: tendencia a ser demasiado optimista, sobrestimando los resultados favorables y agradables. 

Sesgo de falacia de planificación: tendencia a sobreestimar los beneficios y subestimar los costos y los tiempos de finalización de tareas.

Sesgo de aversión al costo hundido o a la pérdida: la desutilidad de entregar un objeto es mayor que la utilidad asociada con su adquisición.

Haga click aquí para obtener una lista completa de todos los sesgos cognitivos (en inglés).

A Jacobstein le gusta señalar que nuestra neocorteza no ha tenido un crecimiento importante en 50.000 años. Es del tamaño, la forma y el grosor de una servilleta. “¿Y que hubiera pasado”, pregunta, “si fuera del tamaño de un mantel? ¿O de California?”

Los beneficios del sesgo y cómo optimizar el tuyo

Los prejuicios pueden ser útiles. Filtran a través de la información abrumadora, ayudan a dar sentido al mundo, nos permiten tomar decisiones rápidas en un mundo acelerado. Observe este desafío reciente que se le presentó a uno de mis clientes de coaching ejecutivo.

Mi cliente necesitaba contratar un vicepresidente de marketing para llevar a la empresa al siguiente nivel. Tenía cuatro candidatos que habían llegado a la etapa de entrevista e incluso uno de ellos había sido propuesto para reunirse con cuatro partes interesadas clave diferentes en la organización. Le pregunté por qué favorecía a este candidato en particular. Mientras escuchaba escuché los siguientes prejuicios. Él me estaba mostrando:

• Sesgo de planificación de la falacia:  subestimar cuánto tiempo tomaría el proceso y cuánto costaría una gran contratación.

• Sesgo de anclaje:  Centrarse en una pieza de información (los logros laborales actuales del candidato pero no toda su carrera: su currículum tuvo dos décadas de roles de uno o dos años).

• Sesgo de disponibilidad:  debido a que el candidato tuvo éxito (en una gran empresa con toneladas de recursos disponibles) asumió que tendría éxito en una empresa mucho más pequeña (con aproximadamente 1/6 de los recursos a los que el candidato estaba acostumbrado).

• Sesgo de optimismo:  algo de esto también … pensando que tendríamos un candidato sólido identificado, seleccionado, contratado dentro de las seis semanas.

Expresé a mi cliente estas preocupaciones y cómo los prejuicios cognitivos pueden ser destruidos:

• Tómese su tiempo:  tomará mejores decisiones cuando no tenga urgencia, esté cansado o estresado. Tomar tiempo antes de tomar una decisión le permite pensar en el futuro y el impacto de su decisión .

• Obtenga una vista externa:  solicite la opinión de un asesor o un compañero de confianza.

• Considere las opciones: ¿Qué más podría hacer en este caso?

Mi cliente me pidió que entrevistara al candidato. Interrogué profundamente al candidato en cada una de las áreas de sesgo que tenía el cliente. ¿El resultado? No era el adecuado para la empresa. Ni por asomo. La excelente noticia es que mi cliente evitó un costoso error de contratación y que todavía tenía tres candidatos que podrían cumplir con los requerimientos en las entrevistas, evitando cuidadosamente los sesgos cognitivos.

Si bien todos tomaremos decisiones estúpidas de vez en cuando (¡bienvenidos a ser humanos!), una vez que comprenda los sesgos cognitivos, mitigará el riesgo de cometer errores.

Christine Comaford  es coach ejecutiva y autora de SmartTribes: How Teams Become Brilliant Together.

Publicado en Forbes. Post original aquí.

Traducción de MRM.

La imagen sobre Sesgos Cognitivos pueden encontrarla aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Análisis PESTEL, una herramienta de estrategia empresarial de estudio del entorno

por Pascual Parada Torralba

En mis cursos de formación a empresas y emprendedores, y como consultor de estrategia, cuando hablamos de dirección estratégica, la parte del marketing estratégico es la que se encarga de la fase de análisis, es decir, del análisis de los recursos y capacidades de la empresa, así como de definir el mercado de referencia en el que estaremos. (Si queréis profundizar en el concepto de marketing estratégico, os recomiendo este otro post que incluyen más conceptos del marketing estratégico y su aplicación en pequeñas empresas)

Para hacer esto, podemos utilizar la técnica PESTEL para describir el entorno en el que se desenvolverá nuestra Startup. Esta técnica consiste en describir el entorno externo a través de factores políticos, económicos, socio-culturales, tecnológicos, ecológicos y legales.

Si conseguimos describir el entorno actual y futuro en base a estas variables, estaremos realizando un ejercicio de reflexión que nos puede dar algunas pistas interesante sobre como se comportará el mercado en un futuro cercano. Os dejo esta infografía que resume algunas cuestiones que nos debemos plantear para cada uno de los factores del análisis PESTEL.

MODO DE APLICACIÓN DEL PESTEL

La aplicación de esta herramienta, al ser una técnica de análisis, consiste en identificar y reflexionar, de una forma sistemática, los distintos factores de estudio para analizar el entorno en el que nos moveremos, y a posteriori poder actuar, en consecuencia,  estratégicamente sobre los mismos. Es decir, estaremos intentando comprender que va pasar en el futuro próximo, y utilizarlo a nuestro favor. Esta herramienta deja libertad de aplicación, debéis ser vosotros los que decidáis cómo os resultará más cómodo trabajar, si identificar los elementos de análisis, o bien, detallando cada uno de los elementos identificados. Mi consejo es éste último. A continuación os detallo en mayor profundidad aquellos factores a estudiar:

  • Políticos. Aquellos factores asociados a la clase política que puedan determinar e influir en la actividad de la empresa en el futuro:
    • Las diferentes políticas de los gobiernos locales, nacionales, continentales e incluso mundiales. Es importante entender la globalidad de lo que ocurre y sus relaciones.
    • Las subvenciones públicas dependientes de los gobiernos
    • La política fiscal de los diferentes países
    • Las modificaciones en los tratados comerciales
    • Posibles cambios de partidos políticos en los gobiernos, y sus ideas sobre la sociedad y la empresa

 

  • Económicos. Consiste en analizar, pensar y estudiar sobre las cuestiones económicas actuales y futuras nos pueden afectar en la ejecución de nuestra estrategia. Hay que pensar en cuestiones como las siguientes:
    • Los ciclos económicos de nuestro país, y además, los ciclos económicos de otros países en los que ya trabajamos o que son de potencial interés.
    • Las políticas económicas del gobierno
    • Los tipos de interés
    • La inflación y los niveles de renta
    • La segmentación en clases económicas de la población y posibles cambios
    • Los factores macroeconómicos propios de cada país
    • Los tipos de cambio o el nivel de inflación que han de ser tenidos en cuenta para la definición de los objetivos económicos de la empresa.
    • La tasa de desempleo

 

  • Socioculturales. En este caso, lo que nos interesa reflexionar es sobre qué elementos de la sociedad pueden afectar en nuestro proyecto y cómo están cambiando (porque seguro que están cambiando). Buscamos identificar tendencias en la sociedad actual. Hay que pensar en cuestiones como las siguientes:
    • Cambios en los gustos o en las modas que repercutan en el nivel de consumo
    • Cambios en el nivel de ingresos
    • La conciencia por la salud
    • Cambios en la forma en que nos comunicamos o nos relacionamos
    • Cambios en el nivel poblacional, tanto a nivel de natalidad, como de mortalidad o esperanza de vida
    • Rasgos religiosos de interés

 

  • Tecnológicos. Este punto es más complejo, puesto que, aunque los cambios tecnológicos siempre han existido, la velocidad con la que se producen hoy día es realmente vertiginosa. Nos interesa la reflexión sobre como las tecnologías que están apareciendo hoy pueden cambiar la sociedad en un futuro próximo. Sobre todo es interesante el estudio de aquellos factores que más nos pueden afectar. Hay que pensar en cuestiones como las siguientes:
    • Los agentes que promueven la innovación de las TIC
    • La inversión en I + D de los países o continentes
    • La aparición de nuevas tecnologías relacionadas con la actividad de la empresa que puedan provocar algún tipo de innovación
    • La aparición de tecnologías disruptivas que cambien las reglas del juego de muchos sectores
    • La promoción del desarrollo tecnológico que llevará a la empresa a integrar dichas variables dentro de su estrategia competitiva
    • Cambios en los usos de la energía y consecuencias
    • Nuevas formas de producción y distribución
    • Velocidad de los cambios, y acortamiento de los plazos de obsolescencia

 

  • Ecológicos. Estos factores puede parecer que a priori sólo afectan a las empresas de sectores muy específicos, pero en realidad es todo lo contrario. Nos interesa estar al tanto no sólo sobre los posibles cambios normativos referidos a la ecología, sino también en cuanto a la conciencia social de este movimiento. Hay que reflexionar sobre cuestiones como las siguientes:
    • Leyes de protección medioambiental
    • Regulación sobre el consumo de energía y el reciclaje de residuos
    • Preocupación por el calentamiento global
    • Concienciación social ecológica actual y futura
    • Preocupación por la contaminación y el cambio climático

 

  • Legales. Estos factores se refieren a todos aquellos cambios en la normativa legal relacionada con nuestro proyecto, que le puede afectar de forma positiva o negativa. Por supuesto, si estamos inmersos en un negocio internacional, nos interesará estudiar los aspectos legales tanto del país de origen como de destino. Deberemos estudiar sobre cuestiones como las siguientes:
    • Licencias
    • Leyes sobre el empleo
    • Derechos de propiedad intelectual
    • Leyes de salud y seguridad laboral
    • Sectores protegidos o regulados

Recordad que el PESTEL puede ser complementado con otras herramientas del marketing como el Análisis DAFO, las 5 fuerzas de Porter, o la matriz de Ansoff.

Otro material sobre la herramienta estratégica PESTEL:

Si alguna vez necesitáis ayuda en consultoría empresarial para desarrollar estas técnicas u otras, estaré encantado de atenderos.

Un saludo!

Publicado en Pascual Parada. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Inteligencias múltiples y la creatividad

Según el psicólogo Howard Gardner, la inteligencia es una capacidad desarrollable y no sólo la habilidad de resolver problemas o la elaboración de productos que sean valiosos para diversas culturas. Hablar de inteligencia involucra varios aspectos no sólo lo académico, ser un deportista habilidoso o destacar en las relaciones humanas también forma parte de esta. En este artículo hablaremos acerca de las inteligencias múltiples y cómo están relacionadas a la creatividad. Según Gardner la inteligencia se agrupa en 8 tipos.

Inteligencia Lingüística:

Esta es considerada una de las más importantes. Los escritores y oradores la poseen. Son personas que conocen el significado y el orden apropiado de las palabras al momento de transmitir algún mensaje, ya sea escrito u oral. Entre las capacidades que permite desarrollar están: hablar y escribir de una forma eficaz. Aunque al principio mencionamos a los escritores y oradores, en otras profesiones o situaciones es posible que se de. Por ejemplo, un profesor o alguien que desarrolla labor de ventas, debe persuadir al comprador para conseguir su objetivo. También aquellas personas que laboran en medios como la televisión, la radio o escriben para algún periódico deben poseer este tipo de inteligencia.

Inteligencia Musical:

Varía de una persona a otra, pero se caracteriza por el buen oído que estas personas suelen tener aunado al buen manejo rítmico. Este tipo de inteligencia brinda a estas personas una gran capacidad para ejecutar un instrumento, bailar, diseñar coreografías o cantar, que para muchos representa una dificultad, sin embargo para ellos se da con mucha naturaleza. Estas personas también poseen la habilidad de analizar y crear música. Los perfiles profesionales son: músicos, compositores, críticos, profesores de danza, entre otros.

Inteligencia Numérica o Matemática:

Los pertenecientes a este grupo utilizan el hemisferio lógico del cerebro. Les es muy fácil dedicarse a actividades que estén relacionadas a las ciencias exactas. Normalmente las personas piensan que una persona inteligente es aquella quien obtiene 100 puntos en álgebra, aritmética o contabilidad. Regularmente este es el concepto que las personas conocen, pero no quiere decir que las personas que posean un tipo de inteligencia distinto a este no lo sean. Estas personas tienen la capacidad de resolver, formular y verificar procesos que estén vinculados a razonamientos.

Inteligencia Espacial:

Este tipo de inteligencia permite a las personas que la poseen la habilidad de desarrollar diferentes bocetos y alternativas a una misma situación de diferente forma. La poseen quienes laboran en ámbitos como la publicidad, arquitectura, fotografía, entre otros. Tienen un amplio panorama y su forma de ver las cosas hacen que las cosas parezcan fáciles, aunque no sea de esta forma.

Inteligencia corporal  o kinestésica

En este grupo se encuentran aquellas personas que utilizan los miembros de su cuerpo para la resolución de problemas o desarrollar alguna actividad. Controlan con mucha precisión cada movimiento que realizan. Entre las personas que cuentan con este tipo de inteligencia podemos mencionar a los grandes deportistas, cirujanos, masajistas, quiroprácticos, bailarines y escultores. Los aspectos que se ven involucrados en este tipo de inteligencia son: la fuerza, la velocidad, la motricidad fina y la coordinación.

Inteligencia Intrapersonal

A través de este tipo de inteligencia es donde los individuos logran una autocomprensión, permite que cada persona que cuenta con estas habilidades determine su estado de ánimo y aún así pueda actuar de la forma que necesita. Quienes tienen este tipo de inteligencia son capaces de plantearse metas muy específicas, conoce cuáles son sus ventajas y desventajas en diferentes situaciones, y sobre todo actúan con gran serenidad sobre algún pensamiento que les surja, no se dejan llevar fácilmente por impulsos. Saben cuáles son sus carencias y oportunidades, trabaja en sus defectos para mejorar cada día.

Inteligencia Interpersonal

En este tipo se vinculan cuestiones como la empatía, reconocer aquello que motiva a los demás, sus emociones y razones para realizar determinadas acciones. Se basa en la capacidad de manejar muy bien las relaciones humanas. Esta es un complemento de todas las anteriores. Para un líder es fundamental, pues le permite trabajar con las personas, ayudarlas e identificar cualquier problema que se presente y con base a esto establecer una solución viable.

Inteligencia Naturalística

Esta es utilizada cuando se observa la naturaleza, entre las personas que más la desarrollan debido a sus actividades están los biólogos, avistadores de especies como avistadores de aves por mencionar un ejemplo. Aquellos que disponen de la capacidad de estudiar el medio en el que vivimos los seres humanos y cualquier ser vivo son quienes más estimulan este tipo de inteligencia. Antes se hablaba de 7 tipos de inteligencia, esta es la última en incorporarse a las inteligencias múltiples que considera el psicólogo Howard Gardner.

Es un hecho que en la sociedad en la que vivimos se desarrollan teorías diferentes sobre la inteligencia, a tal punto que se cree que para ser inteligente se requiere de resolver problemas matemáticos muy complejos u obtener la calificación más alta en lenguaje, lo cual es una teoría equivocada. Existen personas que desarrollan más diferentes tipos de inteligencia lo cual los hace muy buenos en varias actividades que efectúan. Existen atletas de alto rendimiento que sorprenden por sus grandes capacidades y logros en su disciplina, como también existen excelentes músicos o artistas muy destacados, todos los anteriores muy exitosos y no precisamente por sus habilidades numéricas. O qué decir de aquellos que son capaces de resolver diversos problemas matemáticos, quienes no llegan a desarrollar habilidades artísticas.

Es imposible decir que la creatividad no está presente en los diferentes tipos de inteligencia, existe una combinación de algunas en un solo individuo, pero hay una que predomina y genera que esta persona destaque en áreas específicas.

Publicado en Ideas con Café. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

9 retos para Innovar

por Paulino Etxebeste

En estos tiempos en los que las organizaciones (en general) andan escasas de recursos, planteo una serie de retos o desafíos que pudieran plantearse los equipos de las mismas.
Los desafíos están enfocados a HACER MÁS CON MENOS:
1.- ¿Cómo podemos compartir información con proveedores, vendedores y clientes, con el fin de agilizar nuestro proceso de innovación?
2.- ¿Cómo podemos predecir mejor los cambios del mercado con el fin de aumentar nuestra eficiencia?.
3.- Cómo podemos predecir mejor qué productos o servicios tendrán éxito?
4.- ¿Cómo podemos reducir el re-trabajo en toda nuestra organización?
5.- ¿Cómo podemos identificar y eliminar todas las actividades innecesarias?
6.- ¿Cómo podemos implicar a nuestros clientes en la realización de algunas tareas que ahora son de exclusiva responsabilidad de nuestro personal?
7.- ¿Cómo podemos animar a nuestros vendedores y proveedores a formar parte de nuestro proceso de desarrollo de productos?
8.- ¿Cómo podemos capturar y compartir los nuevos aprendizajes en nuestra organización?
9.- ¿Cómo podemos descubrir las soluciones más elegantes para nuestros problemas más urgentes?
Para que este listado sea un decálogo, falta tu aportación!!

Publicado en el Blog de Paulino Etxebeste. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Silencio: nuestra adaptación y nuestra escucha.

Por Ricard Lloria Llauradó

Silencio: nuestra adaptación y nuestra escucha. Los antiguos sabían que había muchas épocas del año, y en nuestras vidas, eso señalaba un momento para desacelerar. Eran las horas y los días para una reflexión tranquila. Claramente, esos días terminaron en “tiempos modernos”. La realidad de la vida actual es que la cantidad de tiempo reservado para descansar ha disminuido drásticamente.

“Nada ocurrirá sin transformación personal” – Edward Deming

Otra “víctima” de la vida moderna es el silencio. En medio de la contaminación acústica y las interminables distracciones (muchas de ellas auto infligidas), el silencio se está convirtiendo en una rareza en la vida del siglo XXI. El silencio real es tan raro que muchas personas ni siquiera pueden tolerarlo. El vacío del silencio podemos llenarlo de sonido para mantenernos alejados de nosotros mismos. Actualmente cualquier sonido, incluso si nos ponemos el televisor, la radio, cualquier aparato electrónico que nos distraiga la mente, junto el hecho que ahora aprendemos temprano, todo ello nos hace siempre permanezcamos con la mente ocupada. Los estudios nos demuestran que una falta crónica de tranquilidad actúa sobre el sistema nervioso, interfiriendo con el sueño, la capacidad de concentración, provocando impaciencia y suprimiendo la inmunidad.

El ruido debilita nuestras fortalezas. Nunca recargamos, reponemos, restauramos. George Prochnik, en The ‘Pursuit Of Silence’ In A World Full of Noise  que nos dice que: “Nunca avanzaremos hacia la creación de un mundo más tranquilo hasta que aprendamos a comprender nuestra historia de amor secreta con el ruido. Parte de lo que tenemos que reconocer es que el ruido es un estimulante convincente. Este ruido puede ser adictivo y agregar tu propio ruido a la mezcla puede convertirse en una forma de ejercer control. Alejarse de toda la estimulación no es fácil, pero se puede hacer“.

Como McDonnell y Elmore (1987) en Educational Evaluation and Policy Analysis han señalado, los seres humanos dejan de estar  predispuestos a seguir instrucciones. Nuestra capacidad y propensión a la libre voluntad, y nuestro interés en la búsqueda de nuestras propias agendas, significa que los mandatos, como las normas y políticas, si se quiere que seamos eficaces, se pueden desarrollar con los procesos de supervisión de cumplimiento en mente. Entonces, para traer más espacios de tranquilidad y descanso a nuestra vida, podríamos considerar hacernos estas tres preguntas:

  • ¿Cuánta tranquilidad existe en nuestras vidas diariamente?
  • ¿Cómo utilizamos el ruido como distracción de nuestros pensamientos y sentimientos? (siendo este último nuestra clave)
  • ¿Cuánto silencio queremos tener en nuestras vidas en el futuro?

Leyendo el [PDF] Repensando la Educación desde la crisis nos dice  que: Estamos viviendo una crisis que nunca imaginamos. Una crisis que afecta a todo el mundo y que nos ha obligado a repensar lo que hacemos, cómo vivimos y cómo nos relacionamos con los demás y con la naturaleza. Una crisis que nos obliga a repensar el futuro. Y, como dice Pedro Zabala: “Hay dos formas de cerrar el futuro. Una es dejarnos absorber por el miedo; y la otra es el fatalismo. Pero hay otra postura más inteligente: la de afrontar el futuro, lo cual supone la creencia en nuestra libertad limitada y responsable y capaz de abrirse a la esperanza para abrir vías hacia una sociedad más fraterna y más justa”.

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.” (Texto atribuido a Albert Einstein)

Imaginémonos caminando por el bosque. Movámonos con cuidado y pisamos lentamente el suelo irregular donde incluso las raíces expuestas de los árboles están cubiertas por hojas. Nos adaptamos al entorno. Aunque los árboles pueden parecer estáticos e inamovibles, siguen siendo flexibles y adaptables.

Se adaptan al entorno circundante y, por lo tanto, se vuelven aún más estables. Dejemos de consumir energía extra para subir directamente. Es natural que se adapten a la declinación del suelo cuando crecen.

Yo que crecí dentro de un árbol tendría mucho que decir, pero aprendí tanto silencio que tengo mucho que callar y eso se conoce creciendo sin otro goce que crecer, sin más pasión que la substancia, sin más acción que la inocencia, y por dentro el tiempo dorado hasta que la altura lo llama para convertirlo en naranja. (Silencio – Pablo Neruda)

Todos tenemos que adaptarnos a nuestro entorno, o en las artes marciales al oponente, y a los errores que cometamos durante la pelea. Solo podemos hacer esto siendo flexibles. En la vida cotidiana hay una gran cantidad de eventos y problemas que requieren nuestra adaptación.

¿Pero somos capaces de adaptarnos rápidamente? ¿Cómo sabemos qué hacer? Cuando alguien tropieza y está a punto de caer, nuestro cerebro comienza a funcionar a gran velocidad. Cuando somos muy jóvenes o estamos muy borrachos, simplemente lo dejamos ir y caemos. Los niños ruedan con él o simplemente se caen sueltos, y debido a esta reacción, la mayor parte del tiempo no sufre lesiones graves.

¿Qué pasa con el resto de nosotros? Nuestra primera reacción es violenta; comenzamos a gesticular salvajemente con nuestras manos. Empezamos a contradecir lo obvio que sucede de todos modos. La mayoría de las veces, en lugar de doblar las rodillas, detenemos la caída con los brazos y muchas veces nos rompemos las muñecas.

Olvidamos cómo caer y dejamos de saber cómo ajustarnos a este evento que nos ha sucedido muchas veces antes en nuestras vidas. Reaccionamos presas del pánico. Por lo tanto, volviendo a las artes marciales, concretamente cuando hace unos años hablamos sobre “Aprender a través del Liderazgo en las Artes Marciales”, podemos ser como las aguas en movimiento, que están llenas de vida y salud; sólo en aguas tranquilas hay estancamiento y muerte. Pero, de nuevo, si se conduce demasiado, esto deja de producirnos y darnos frutos. Si intentamos apresurarnos en las cosas, esto deja de conducirnos a ninguna parte.

Cuando los hombres son empujados demasiado lejos, están obligados a cavilar y buscar venganza sin saber por qué. Aquí tenemos que entender el juego del equilibrio necesario para ajustarnos. El equilibrio deja de involucrarnos solo el mundo físico real, sino que también nos involucra nuestro mundo mental interno.

Por lo general, existe un equilibrio entre nuestras mentes emocionales y racionales, con lo emocional alimentando e informando las operaciones de la mente racional, y la mente racional refiriéndose ya veces vetando la entrada de nuestras emociones. Sin embargo, las mentes emocionalmente y racionalmente son facultades semiindependientes, cada una de las cuales nos refleja el funcionamiento de circuitos distintos pero interconectados en el cerebro (Daniel Goleman- Inteligencia emocional 1996). La estabilidad utilizada incorrectamente impulsa a uno a defender rigurosamente sus posturas.

Vivimos en un mundo cambiante y ser estable significa ser adaptable. Solo las personas que han perdido su adaptabilidad naturalmente se resisten al cambio. Observando aún más nuestra estabilidad y ajuste llegamos a la noción de estar quieto, uno necesita ajustar su respiración. Nuestros cuerpos están acostumbrados a adaptarse y adaptarse todo el tiempo. Si necesitamos más oxígeno debido al esfuerzo físico, se bombea más sangre para llegar al oxígeno que proviene de la respiración profunda.

Cuando nos movemos, nos adaptamos a nuestro entorno y a la inestabilidad provocada por nuestras acciones o por el entorno externo. Un proverbio chino dice: “La hierba amaina en la dirección en la que sopla el viento” Durante una pelea, un individuo tiene que seguir adaptándose al entorno y a su oponente. Volviendo al entorno organizacional, empresarial y al liderazgo: si no es internamente estable, no podrá adaptarse al entorno y los eventos cambiantes.

Para hacer esto tienes que escuchar y ser flexible para adaptarte. Así es como los grandes maestros y líderes de las artes marciales realizan su “lucha” y controlan a los demás.

Podemos finalizar con Pablo Neruda que nos ha acompañado mientras en silencio estamos en una continua adaptación, en escucha de nuestros sentidos y sentimientos, nuestros pensamientosreflexiones:

Ahora me dejen tranquilo. Ahora se acostumbren sin mí.

Yo voy a cerrar los ojos

Y sólo quiero cinco cosas, cinco raíces preferidas.

Una es el amor sin fin.

Lo segundo es ver el otoño. No puedo ser sin que las hojas vuelen y vuelvan a la tierra.

Lo tercero es el grave invierno, la lluvia que amé, la caricia del fuego en el frío silvestre.

En cuarto lugar el verano redondo como una sandía.

La quinta cosa son tus ojos, Matilde mía, bien amada, no quiero dormir sin tus ojos, no quiero ser sin que me mires: yo cambio la primavera por qué tú me sigas mirando.

Amigos, eso es cuanto quiero. Es casi nada y casi todo.

Ahora si quieren se vayan.

He vivido tanto que un día tendrán que olvidarme por fuerza, borrándome de la pizarra: mi corazón fue interminable.

Pero porque pido silencio no crean que voy a morirme: me pasa todo lo contrario: sucede que voy a vivirme.

Sucede que soy y que sigo.

No será, pues, sino que adentro de mí crecerán cereales, primero los granos que rompen la tierra para ver la luz, pero la madre tierra es oscura: y dentro de mí soy oscuro: soy como un pozo en cuyas aguas la noche deja sus estrellas y sigue sola por el campo.

Se trata de que tanto he vivido que quiero vivir otro tanto.

Nunca me sentí tan sonoro, nunca he tenido tantos besos.

Ahora, como siempre, es temprano. Vuela la luz con sus abejas.

Déjenme solo con el día. Pido permiso para nacer. (Pido Silencio – Pablo Neruda)

“No habrá nada que te pueda asustar si te niegas a tener miedo”. Mahatma Gandhi

Podemos contactar  aquí o en LinkedIn.

Gracias por leer,  por compartir. Seguimos aportando.

By  Ricard Lloria  @Rlloria

Bibliografía qué ha ayudado para poder realizar esta entrada: George Prochnik, en The ‘Pursuit Of Silence’ In A World Full of Noise

McDonnell y Elmore (1987) en Educational Evaluation and Policy Analysis June 1987 9(2) DOI: 10.2307/1163726

[PDF] Repensando la Educación desde la crisis

Silencio – Pablo Neruda

Aprender a través del Liderazgo en las Artes Marciales

Daniel Goleman- Inteligencia emocional 1996 (PDF)

Pido Silencio – Pablo Neruda

Photo credit: Imagen Lanscape de enriquelopezgarre en Pixabay Photo credit: Imagen Cliff de  enriquelopezgarre en Pixabay

Licencia de Creative CommonsEsta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.

 

Publicado en Liquadora de Ideas y Pensamientos. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Bloqueos a la comunicación interna

Por Manel Muntada Colell

No creo que a nadie se le escape que, hoy por hoy, la comunicación es una de las asignaturas más castigadas en los resultados de las encuestas de satisfacción así como, paradójicamente, uno de los principales determinantes de productividad en las organizaciones. Digo lo de paradójico porque a la vista de tamaña importancia parece como si se le debiera conceder más atención de la que, a fin de cuentas, realmente se le da.

Quiero aprovechar este espacio para formalizar y retener, a la vez que compartir, una serie de aspectos recogidos aquí y allá a lo largo de mi colaboración en varios proyectos relacionados con la mejora de la comunicación interna durante este último año y medio.

Lejos de referirme a los mensajes, mecanismos o canales, voy a centrarme en las personas y, más concretamente, en aquellas variables de los equipos directivos que considero verdaderos bloqueantes de los comportamientos que engrasan, facilitan y que, en suma, son la base para que fluya la comunicación entre las personas a lo largo, ancho y alto de la Organización.

Así pues y sin que el orden suponga una prioridad, las principales variables bloqueantes que he detectado por parte de directivos y mandos intermedios son:

> La comunicación como una opción más: La comunicación entendida como vehículo de la dirección, coordinación, implicación y cohesión del equipo es una opción más supeditada a los gustos, neuras y habilidades de cada uno, como lo puede ser la ISO, el tipo de navegador utilizado o el ir al trabajo en transporte público. A partir de aquí cualquier aspecto, desde la formación de base recibida hasta el nivel de complejidad “intelectual” de las tareas realizadas por el equipo, son motivo suficiente para dudar de los beneficios de esta opción o para relegarla a aquel departamento más especializado y sensible a sus entresijos y complejidades.

> Diversidad de formas de entender qué supone dirigir: Existen, en el mismo equipo directivo, diferentes maneras de interpretar la propia responsabilidad en el desarrollo de la función directiva. Hay quien piensa que simplemente se trata de dar instrucciones [mandar], o quien va más allá y cree que su función incluye el señalar la meta a la que se quiere llegar incluyendo el quién, el cuándo y el cómo [dirigir] y, aunque menos abundante, también hay quien piensa que una atención adecuada a los equipos y a las personas es fundamental para mantener una salud organizativa orientada a la obtención de unos resultados de calidad [liderar]. Este aspecto incide de manera importante en la diversidad del compromiso que se observa cuando se trata de desarrollar actuaciones concretas en materia de comunicación interna.

> Poca empatía y dificultad para controlar las propias emociones: En algunos casos, la dificultad para llevar a cabo los comportamientos asociados a la capacidad de desarrollar una comunicación de calidad es debida a la distancia interpersonal que conlleva la poca flexibilidad, la falta de atención a la diversidad de maneras de enfocar un mismo tema, la baja tolerancia a la frustración y la consecuente e inevitable falta de control emocional. Estas variables desembocan en el individualismo, la creación de prejuicios y la disminución de la posibilidad de trabajar realmente en equipo. Este aspecto suele ser especialmente resistente al cambio cuando la persona lo quiere ver como una parte de su personalidad o un rasgo inamovible de su carácter…que, en la práctica, viene a ser lo mismo.

> Resistencia al cambio: Ocupar durante mucho tiempo un puesto de trabajo conlleva, en muchos casos, el acomodamiento a lo que son verdaderas zonas de confort caracterizadas, básicamente, por una serie de rutinas comportamentales en las que cada uno puede predecir el comportamiento del otro y donde introducir variaciones es una opción que, en el caso de no llevarse a cabo, tampoco se echará de menos. La resistencia al cambio y el hecho de que éste comporte la necesidad de aprender nuevas maneras de hacer, o la posibilidad de que cambiando puedan generarse nuevas tipologías de conflicto, acaba reflejándose en una pereza del directivo a hacer las cosas de manera diferente a como se han venido haciendo, independientemente de las consecuencias que suponga para la mejora continuada o en la productividad de las personas y de los equipos.

> Falta de conocimiento en la utilización de técnicas y herramientas al servicio de la comunicación: En no pocos casos, el bloqueo a la comunicación interna viene determinado por la falta de conocimiento de técnicas específicas para manejarse con personas o con grupos. Así pues, ciertas carencias en aspectos como la comunicación interpersonalhablar en público o la conducción de reuniones participativas no han superado todavía aquel punto de emergencia que requieran de su aseguramiento más allá de organizar el típico taller o curso opcional al que puede apuntarse el directivo y que, las más de las veces, son utilizados por aquellos a los que menos falta les hace. Por otro lado, la falta de formación específica y ciertas fobias encubiertas respecto a las tecnologías de la información y de la comunicación se hallan detrás de muchas posturas resistentes o en la defensa de arcaísmos en la forma de conducirse en materia de comunicación.

> La orientación a resultados, el “qué” hace perder de vista el “cómo: Cuando la cultura de la Organización está muy centrada en valorar el correcto funcionamiento a partir de la obtención de resultados tangibles y concretos, puede determinar cierta dificultad a la hora de gestionar aspectos más intangibles y complejos como aquellos que tienen que ver con las relaciones entre las personas. En este sentido, el magnetismo hacia el logro de resultados puede hacer perder de vista, en algunos casos, lo que se necesita y el cómo se gestionan de manera eficiente los recursos para conseguirlo.

> La cultura de la incidencia y de la urgencia: Cuando la Organización está muy afectada por el tratamiento que se hace de las incidencias o por la continua gestión de crisis, puede haber desarrollado una cultura de la urgencia donde no se encuentra o, lo que es lo mismo, se considera una pérdida de tiempo prestarle atención a aquellos aspectos más relacionados con el liderazgo y el bienestar de las personas. Esta concepción impaciente de haber de reaccionar lo antes posible a la incertidumbre que plantea el entorno, junto con la necesidad de obtener resultados inmediatos, abona conductas directivas o de mando más centradas en dar instrucciones cortas, concretas y que aseguren resultados a muy corto plazo [mandar] que en proveer a las personas de aquellas condiciones necesarias que favorezcan su compromiso con la Organización, su iniciativa o su autonomía en anticiparse o proponer alternativas a los modos habituales de enfocar las actuaciones [dirigir o liderar].

Publicado en CumClavis. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

A %d blogueros les gusta esto: