Silencio: nuestra adaptación y nuestra escucha.

Por Ricard Lloria Llauradó

Silencio: nuestra adaptación y nuestra escucha. Los antiguos sabían que había muchas épocas del año, y en nuestras vidas, eso señalaba un momento para desacelerar. Eran las horas y los días para una reflexión tranquila. Claramente, esos días terminaron en “tiempos modernos”. La realidad de la vida actual es que la cantidad de tiempo reservado para descansar ha disminuido drásticamente.

“Nada ocurrirá sin transformación personal” – Edward Deming

Otra “víctima” de la vida moderna es el silencio. En medio de la contaminación acústica y las interminables distracciones (muchas de ellas auto infligidas), el silencio se está convirtiendo en una rareza en la vida del siglo XXI. El silencio real es tan raro que muchas personas ni siquiera pueden tolerarlo. El vacío del silencio podemos llenarlo de sonido para mantenernos alejados de nosotros mismos. Actualmente cualquier sonido, incluso si nos ponemos el televisor, la radio, cualquier aparato electrónico que nos distraiga la mente, junto el hecho que ahora aprendemos temprano, todo ello nos hace siempre permanezcamos con la mente ocupada. Los estudios nos demuestran que una falta crónica de tranquilidad actúa sobre el sistema nervioso, interfiriendo con el sueño, la capacidad de concentración, provocando impaciencia y suprimiendo la inmunidad.

El ruido debilita nuestras fortalezas. Nunca recargamos, reponemos, restauramos. George Prochnik, en The ‘Pursuit Of Silence’ In A World Full of Noise  que nos dice que: “Nunca avanzaremos hacia la creación de un mundo más tranquilo hasta que aprendamos a comprender nuestra historia de amor secreta con el ruido. Parte de lo que tenemos que reconocer es que el ruido es un estimulante convincente. Este ruido puede ser adictivo y agregar tu propio ruido a la mezcla puede convertirse en una forma de ejercer control. Alejarse de toda la estimulación no es fácil, pero se puede hacer“.

Como McDonnell y Elmore (1987) en Educational Evaluation and Policy Analysis han señalado, los seres humanos dejan de estar  predispuestos a seguir instrucciones. Nuestra capacidad y propensión a la libre voluntad, y nuestro interés en la búsqueda de nuestras propias agendas, significa que los mandatos, como las normas y políticas, si se quiere que seamos eficaces, se pueden desarrollar con los procesos de supervisión de cumplimiento en mente. Entonces, para traer más espacios de tranquilidad y descanso a nuestra vida, podríamos considerar hacernos estas tres preguntas:

  • ¿Cuánta tranquilidad existe en nuestras vidas diariamente?
  • ¿Cómo utilizamos el ruido como distracción de nuestros pensamientos y sentimientos? (siendo este último nuestra clave)
  • ¿Cuánto silencio queremos tener en nuestras vidas en el futuro?

Leyendo el [PDF] Repensando la Educación desde la crisis nos dice  que: Estamos viviendo una crisis que nunca imaginamos. Una crisis que afecta a todo el mundo y que nos ha obligado a repensar lo que hacemos, cómo vivimos y cómo nos relacionamos con los demás y con la naturaleza. Una crisis que nos obliga a repensar el futuro. Y, como dice Pedro Zabala: “Hay dos formas de cerrar el futuro. Una es dejarnos absorber por el miedo; y la otra es el fatalismo. Pero hay otra postura más inteligente: la de afrontar el futuro, lo cual supone la creencia en nuestra libertad limitada y responsable y capaz de abrirse a la esperanza para abrir vías hacia una sociedad más fraterna y más justa”.

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.” (Texto atribuido a Albert Einstein)

Imaginémonos caminando por el bosque. Movámonos con cuidado y pisamos lentamente el suelo irregular donde incluso las raíces expuestas de los árboles están cubiertas por hojas. Nos adaptamos al entorno. Aunque los árboles pueden parecer estáticos e inamovibles, siguen siendo flexibles y adaptables.

Se adaptan al entorno circundante y, por lo tanto, se vuelven aún más estables. Dejemos de consumir energía extra para subir directamente. Es natural que se adapten a la declinación del suelo cuando crecen.

Yo que crecí dentro de un árbol tendría mucho que decir, pero aprendí tanto silencio que tengo mucho que callar y eso se conoce creciendo sin otro goce que crecer, sin más pasión que la substancia, sin más acción que la inocencia, y por dentro el tiempo dorado hasta que la altura lo llama para convertirlo en naranja. (Silencio – Pablo Neruda)

Todos tenemos que adaptarnos a nuestro entorno, o en las artes marciales al oponente, y a los errores que cometamos durante la pelea. Solo podemos hacer esto siendo flexibles. En la vida cotidiana hay una gran cantidad de eventos y problemas que requieren nuestra adaptación.

¿Pero somos capaces de adaptarnos rápidamente? ¿Cómo sabemos qué hacer? Cuando alguien tropieza y está a punto de caer, nuestro cerebro comienza a funcionar a gran velocidad. Cuando somos muy jóvenes o estamos muy borrachos, simplemente lo dejamos ir y caemos. Los niños ruedan con él o simplemente se caen sueltos, y debido a esta reacción, la mayor parte del tiempo no sufre lesiones graves.

¿Qué pasa con el resto de nosotros? Nuestra primera reacción es violenta; comenzamos a gesticular salvajemente con nuestras manos. Empezamos a contradecir lo obvio que sucede de todos modos. La mayoría de las veces, en lugar de doblar las rodillas, detenemos la caída con los brazos y muchas veces nos rompemos las muñecas.

Olvidamos cómo caer y dejamos de saber cómo ajustarnos a este evento que nos ha sucedido muchas veces antes en nuestras vidas. Reaccionamos presas del pánico. Por lo tanto, volviendo a las artes marciales, concretamente cuando hace unos años hablamos sobre “Aprender a través del Liderazgo en las Artes Marciales”, podemos ser como las aguas en movimiento, que están llenas de vida y salud; sólo en aguas tranquilas hay estancamiento y muerte. Pero, de nuevo, si se conduce demasiado, esto deja de producirnos y darnos frutos. Si intentamos apresurarnos en las cosas, esto deja de conducirnos a ninguna parte.

Cuando los hombres son empujados demasiado lejos, están obligados a cavilar y buscar venganza sin saber por qué. Aquí tenemos que entender el juego del equilibrio necesario para ajustarnos. El equilibrio deja de involucrarnos solo el mundo físico real, sino que también nos involucra nuestro mundo mental interno.

Por lo general, existe un equilibrio entre nuestras mentes emocionales y racionales, con lo emocional alimentando e informando las operaciones de la mente racional, y la mente racional refiriéndose ya veces vetando la entrada de nuestras emociones. Sin embargo, las mentes emocionalmente y racionalmente son facultades semiindependientes, cada una de las cuales nos refleja el funcionamiento de circuitos distintos pero interconectados en el cerebro (Daniel Goleman- Inteligencia emocional 1996). La estabilidad utilizada incorrectamente impulsa a uno a defender rigurosamente sus posturas.

Vivimos en un mundo cambiante y ser estable significa ser adaptable. Solo las personas que han perdido su adaptabilidad naturalmente se resisten al cambio. Observando aún más nuestra estabilidad y ajuste llegamos a la noción de estar quieto, uno necesita ajustar su respiración. Nuestros cuerpos están acostumbrados a adaptarse y adaptarse todo el tiempo. Si necesitamos más oxígeno debido al esfuerzo físico, se bombea más sangre para llegar al oxígeno que proviene de la respiración profunda.

Cuando nos movemos, nos adaptamos a nuestro entorno y a la inestabilidad provocada por nuestras acciones o por el entorno externo. Un proverbio chino dice: “La hierba amaina en la dirección en la que sopla el viento” Durante una pelea, un individuo tiene que seguir adaptándose al entorno y a su oponente. Volviendo al entorno organizacional, empresarial y al liderazgo: si no es internamente estable, no podrá adaptarse al entorno y los eventos cambiantes.

Para hacer esto tienes que escuchar y ser flexible para adaptarte. Así es como los grandes maestros y líderes de las artes marciales realizan su “lucha” y controlan a los demás.

Podemos finalizar con Pablo Neruda que nos ha acompañado mientras en silencio estamos en una continua adaptación, en escucha de nuestros sentidos y sentimientos, nuestros pensamientosreflexiones:

Ahora me dejen tranquilo. Ahora se acostumbren sin mí.

Yo voy a cerrar los ojos

Y sólo quiero cinco cosas, cinco raíces preferidas.

Una es el amor sin fin.

Lo segundo es ver el otoño. No puedo ser sin que las hojas vuelen y vuelvan a la tierra.

Lo tercero es el grave invierno, la lluvia que amé, la caricia del fuego en el frío silvestre.

En cuarto lugar el verano redondo como una sandía.

La quinta cosa son tus ojos, Matilde mía, bien amada, no quiero dormir sin tus ojos, no quiero ser sin que me mires: yo cambio la primavera por qué tú me sigas mirando.

Amigos, eso es cuanto quiero. Es casi nada y casi todo.

Ahora si quieren se vayan.

He vivido tanto que un día tendrán que olvidarme por fuerza, borrándome de la pizarra: mi corazón fue interminable.

Pero porque pido silencio no crean que voy a morirme: me pasa todo lo contrario: sucede que voy a vivirme.

Sucede que soy y que sigo.

No será, pues, sino que adentro de mí crecerán cereales, primero los granos que rompen la tierra para ver la luz, pero la madre tierra es oscura: y dentro de mí soy oscuro: soy como un pozo en cuyas aguas la noche deja sus estrellas y sigue sola por el campo.

Se trata de que tanto he vivido que quiero vivir otro tanto.

Nunca me sentí tan sonoro, nunca he tenido tantos besos.

Ahora, como siempre, es temprano. Vuela la luz con sus abejas.

Déjenme solo con el día. Pido permiso para nacer. (Pido Silencio – Pablo Neruda)

“No habrá nada que te pueda asustar si te niegas a tener miedo”. Mahatma Gandhi

Podemos contactar  aquí o en LinkedIn.

Gracias por leer,  por compartir. Seguimos aportando.

By  Ricard Lloria  @Rlloria

Bibliografía qué ha ayudado para poder realizar esta entrada: George Prochnik, en The ‘Pursuit Of Silence’ In A World Full of Noise

McDonnell y Elmore (1987) en Educational Evaluation and Policy Analysis June 1987 9(2) DOI: 10.2307/1163726

[PDF] Repensando la Educación desde la crisis

Silencio – Pablo Neruda

Aprender a través del Liderazgo en las Artes Marciales

Daniel Goleman- Inteligencia emocional 1996 (PDF)

Pido Silencio – Pablo Neruda

Photo credit: Imagen Lanscape de enriquelopezgarre en Pixabay Photo credit: Imagen Cliff de  enriquelopezgarre en Pixabay

Licencia de Creative CommonsEsta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.

 

Publicado en Liquadora de Ideas y Pensamientos. Post original aquí.

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

El Silencio y el Miedo en la Organización, barreras para la Innovación

Por Isabel Carrasco González

David K. Williams y  Mary Michelle Scott, CEO y Presidente respectivamente de Fishbowl, (una de las empresas de software norteamericanas que está experimentando mayor crecimiento en la actualidad), en Harvard Business Review  Blog Network del pasado 10 de diciembre, planteaban que el mayor impedimento para la innovación es el miedo y el silencio y proponían medidas para vencerlos.

Comenzaban por recordar como una investigación llevada a cabo en el año 2004 por Elizabeth Wolf Morrison y  Frances J. Milliken para  la Academy of Management Review  encontraba que el miedo y el silencio resultante de trabajar en una cultura en la que impera el temor son los mayores obstáculos para la innovación.

En dicho estudio planteaban que en muchas organizaciones los profesionales que en ellas trabajan conocen la razón y la solución de muchos de los problemas que afectan a las mismas pero no se atreven a hablar con sus superiores. Piensan que se encontrarían con repercusiones negativas si lo hacen y que el resultado de todas formas sería el mismo, puesto que no se tendrían en cuenta sus ideas.

A este fenómeno las investigadoras lo llaman el “silencio organizacional” y es un potencial impedimento peligroso para el aprendizaje y el cambio organizacional, ya que frena el desarrollo de organizaciones pluralistas en las que se estimula y valora la expresión de múltiples perspectivas y opiniones. Diversos estudios sobre el proceso de toma de decisiones han demostrado que la calidad de las decisiones aumenta cuando se consideran diversas perspectivas y alternativas. la innovación se ha comprobado que se produce cuando los profesionales pueden sentirse libres para ofrecer ideas totalmente nuevas y cuando pueden cuestionarse las creencias y prácticas habituales.

Otro efecto negativo del silencio organizacional sería el bloqueo del feedback negativo o de informaciones que puedan sugerir que las prácticas habituales no están obteniendo los resultados esperados. Sin el feedback negativo los errores tienden a perpetuarse o a aumentar. Al mismo tiempo  los directivos pueden no ser conscientes de que carecen de información importante e interpretar el silencio como una señal de consenso y hasta de éxito.

En los profesionales la existencia de este fenómeno tiene como consecuencia que sientan que tienen falta de control sobre las decisiones que les afectan y sobre su entorno lo que ocasiona que su motivación disminuya y se produzca su inhibición tanto física como psicológica sobre los temas que afectan su trabajo, rechazo hacia el mismo, que puede llevar hasta a actos de sabotaje y su rendimiento se ve afectado muy negativamente.

El silencio organizacional puede hacer que surja la disonancia cognitiva en los profesionales ya que éstos ven que existe una discrepancia entre sus creencias y los comportamientos que se ven obligados a asumir. Esta disonancia puede originar altos niveles de ansiedad con lo que el rendimiento disminuirá.

Estas situaciones van a afectar fundamentalmente a los profesionales cuyas ideas suelen discrepar de las de la mayoría, ya que van a sentir con más fuerza la presión para permanecer callados.

Morrison y  Milliken señalaban que en su opinión el silencio organizacional se produce por dos factores principales:

1.- El miedo de los altos directivos a recibir feedback negativo, especialmente si procede de sus subordinados. Éstos se pueden sentir amenazados por las críticas y por lo tanto tratar de evitarlas o pueden intentar ignorar los mensajes que transmite dicho feedback, desecharlo por inexacto o cuestionar su credibilidad. Se ha comprobado que si éste procede de los subordinados, en lugar de los superiores, se considera que ofrece menos exactitud y legitimidad y más como un ataque al  poder y a la  credibilidad de los directivos. Como consecuencia de todo lo anteriormente se crea una estructura y se fomenta una cultura que impide o dificulta la comunicación ascendente.

2.- Las creencias, conscientes o no,  de los directivos de que sus subordinados sólo se ocupan de sus intereses y por lo tanto no se puede confiar en ellos. Consecuentemente  los directivos son los únicos que van a conocer bien lo que es importante para la organización. Otra creencia errónea es la de que  la unidad y el consenso que parecen manifestarse en las organizaciones que se caracterizan por el silencio son  un síntoma de buena salud de las mismas, por lo que deben evitarse las voces discrepantes.

 Las actitudes que  estos dos factores pueden provocar en los directivos  son entre otras:

a).- Excluir a los colaboradores de la toma de decisiones y no solicitar feedback de los mismos.

b).- Considerar que los profesionales se resisten a sus   ideas o a los cambios que puedan proponer porque los encuentran amenazadores y no porque no los entiendan o porque crean que puedan ser perjudiciales para la organización.

c).- Escuchar sólo las opiniones de los profesionales con ideas afines a las suyas.

La consecuencia es que se puede producir el fenómeno de la profecía autocumplida: los directivos opinan que los subordinados no son de confianza por lo que no existe comunicación ascendente y éstos responden desvinculándose cada vez más de la organización.

Las características de los equipos directivos también juegan un papel importante en el desarrollo de este fenómeno:

1.- Si el equipo directivo se ha mantenido estable durante mucho tiempo es más fácil que tengan creencias compartidas y se aferren a ellas sin cuestionarlas.

2.- La  diversidad en el perfil demográfico ( género, raza, edad,…) existente entre los directivos y sus profesionales influye ya que varias investigaciones demuestran que tendemos a confiar más en las personas a las que consideramos similares. los directivos pueden mirar con suspicacia e interpretar erróneamente las “malas noticias” si proceden de profesionales que no conocen bien o que no consideran similar a ellos.

3.- Si el equipo directivo se caracteriza por defender fuertemente la jerarquía y la autoridad formal los subordinados saben que no pueden cuestionar en ningún momento las decisiones de sus jefes.

4.- La existencia de muchos niveles jerárquicos en la organización influye ya que si existe una gran distancia entre la alta dirección y los profesionales se producirán pocas ocasiones de interacción entre ellos.

5.- La cobertura de los puestos de alta dirección con profesionales ajenos a la organización en lugar de promover la promoción interna facilita el distanciamiento y la desconfianza entre los distintos colectivos.

Las investigadoras plantean que todos estos factores van creando el clima de silencio ya que cuando los profesionales ven que la toma de decisiones está fuertemente centralizada, que existen pocos canales de comunicación ascendentes sus opiniones no importan  y si los directivos responden a sus planteamiento, cuando se atreven a hacerlos, con resistencias o rechazándolos, interpretarán que hablar es arriesgado e inútil. en ocasiones se puede producir el hecho de que si los directivos no tienen los canales adecuados de comunicación cualquier decisión que tomen a nivel individual: rechazar una propuesta determinada por no considerarla adecuada o no promocionar a un profesional  puede ser considerada como un rechazo a todos los trabajadores y como signo de una cultura en la que debe imperar el silencio organizacional.

Morrison y  Milliken en su estudio sugieren una serie de recomendaciones para evitar que se produzca este fenómeno, ya que una vez instaurado en una organización es muy difícil de vencer, para ello los directivos deben:

1.- Instaurar los mecanismos adecuados para recibir feedback sincero de forma habitual.

2.- Evitar “matar al mensajero” que les transmita malas noticias.

3.- Crear un clima en el que los profesionales puedan expresar libremente sus ideas y que tengan la garantía de que van a ser escuchadas y consideradas.

4.- En los casos en los que ya se ha producido el silencio organizacional puede ser eficaz cambiar de directivos.

 David K. Williams y  Mary Michelle Scott continúan en el  artículo mencionado anteriormente haciendo mención a una reciente encuesta realizada, en el presente año,  por Robert Half Group  que confirma que el problema sigue existiendo. Los profesionales citan, en dicho estudio, los siguientes temores que sienten en sus trabajos:

a).- Miedo a equivocarse. Es el que destacan principalmente.

b).- Miedo a ser despedidos o a parecer que no dedican suficiente tiempo al trabajo si cogen vacaciones. Los datos del estudio mostraban que dejaron  sin disfrutar una media de 11 días de vacaciones en el año 2011.

c).- Miedo a tratar con clientes difíciles.

d).- Miedo a tener conflictos con sus jefes.

e).- Miedo a hablar en público.

f).- Miedo a tener discusiones o desavenencias con los compañeros.

Sólo un 3% de los encuestados declararon no sentir temor en su puesto de trabajo. Estos resultados muestran que la innovación es difícil que se desarrolle en estos entornos.

Los autores de la encuesta destacan que la comunicación clara y en todos los sentidos: ascendente, descendente y horizontal es  la clave para evitar o disminuir la mayor parte de los miedos detectados.

Williams y  Scott proponen los siguientes tres pasos que los directivos deben dar  para lograr que los profesionales venzan sus miedos y sean innovadores:

1.- Aprender a confiar realmente en los subordinados. Potenciar sus fortalezas y su creatividad. Conceder el poder que necesitan para poder realizar adecuadamente su trabajo y transmitirles que se confía que lo utilicen de forma correcta.

2.- Apoyarse en principios, no en políticas para tomar decisiones y definir actuaciones. En lugar de dirigir a través de políticas y reglas considerar la posibilidad de hacerlo a través de unos principios rectores. Los autores destacan 7 como no negociables: respeto, confianza, lealtad, fe, coraje, gratitud y compromiso. Si todos los asumen los profesionales podrían tomar sus decisiones y actuar sin casi necesidad de supervisión o de analizar su desempeño y fundamentalmente sin temor a equivocarse.

3.- Fomentar el que los profesionales experimenten y sean creativos. Un trabajador atemorizado nunca va a arriesgarse a experimentar. En un ambiente de confianza, en cambio los individuos y los grupos aprovechan todas las ocasiones a su disposición para crear nuevos abordaje. Entienden las oportunidades que se pueden obtener de los errores y se sienten lo suficientemente seguros para dedicar toda su energía, creatividad y pasión hacia su organización y sus metas.

Licencia de contenido del blog de “Hablemos de liderazgo”

Publicado en Hablemos de Liderazgo. Post original aquí.
Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Tercera derivada

everystockphoto-nasa-space-52948-o

Por Antonia Arévalo @AntoniaAreval

Si la función f ‘ es derivable, podemos calcular la derivada de esta función y obtenemos una nueva función que llamamos derivada segunda de f y representamos por f ”. Si razonamos de forma análoga con f ”, podemos obtener la derivada tercera de f que llamamos f ”’ y así sucesivamente: f iv, f v,…
No me he vuelto loca, ni he reconvertido Mayeútika en un blog de exactas… Es sólo que me tiene impresionada nuestra complejidad y eso me ha llevado a los tiempos (hace ya…) en los que descubrí el maravilloso e infinito mundo de las derivadas, en el que suposición tras suposición, tras suposición, debíamos encontrar un resultado, a veces un punto de inflexión, aquel en el que la función cambia de sentido (o algo así creo que era).
Y vuelvo a ese mundo cuando me pierdo en la complejidad de nuestros comportamientos, cuando me pierdo en la complejidad de las interpretaciones, de las suposiciones, cuando me faltan datos, cuando las lagunas me impiden entender qué está pasando. Cuando la necesidad de entendimiento, de comprender, hace que rellene esos espacios en blanco. Es entonces que empiezo con las derivadas y para cuando me doy cuenta aparezco en un lugar desierto, un lugar árido, un lugar inventado, un punto de inflexión. Que poco o nada tiene que ver con lo que quizás sea porque una de las derivadas que introduje fue el miedo, otra fue la protección, otra la rabia, otra los celos, quizás venganza, quizás resentimiento, inmovilismo, instinto de conservación, cualquier cosa menos esencia, menos intuición auténtica, menos amor.
Y ya te puedes reír, pero sé que a ti también te pasa.


Son aquellas situaciones en las que las relaciones no están claras, porque no es clara la conversación. Aquellas situaciones que nos llegan al alma, cuando esperamos una respuesta en un sentido y no llega, pero tampoco llega en el contrario, llegan respuestas sin sentido. Hoy si, mañana no, hoy lo propio, mañana lo contrario. Algún quizás entre tanto. Cuando deseamos una señal del otro, una señal clara y…el otro no nos la manda. O sí, pero emborronada. Es entonces que se inicia el mundo de las derivadas: Me ha dicho que no quiere saber nada, pero me desea los buenos días, será por… Me ha dicho que le olvide, pero me da likes, será por… Me ha dicho que le espere, pero no viene, será por… No me ha confirmado la promoción, pero creo que lo hará, será por…. No hemos concretado la fecha pero me quiere ver, será por…. No ha contestado a mi correo aunque me dijo que le escribiera, será por…
Nos falta información y en automático la rellenamos con los “será por…” y a ese será por, le sigue un “entonces es que… “ Seguido de un “porque claro si… entonces…” Y superamos la tercera derivada y entramos en el mundo de las derivadas sucesivas.
Confiesa, a ti también te pasa.
Vaya por delante que, como ya dije en https://mayeutika.es/2015/11/07/silencio-cobarde/, no soporto ese silencio que nos deja colgados en el limbo, en la necesidad de derivarnos. Nada podemos hacer con el silencio del otro, en nada podemos obligar a rellenar ese silencio, esas lagunas, sus motivos tendrá, sus razones, sus límites, sus capacidades, su momento, sus circunstancias, sus, sus, sus…
“Sus” que como no sabemos, no nos podemos inventar y menos desde ese escenario que nos lleva a ningún lugar. Si está de nuestra mano decidir qué hacemos nosotros con esas lagunas, cómo y desde dónde las rellenamos. Porque rellenarlas, las necesitamos rellenar.
He aprendido que lo mejor es actuar desde lo que nosotros necesitamos, desde lo que nosotros deseamos, desde nuestra propia libertad, sin interpretaciones del otro, sin hacernos trampas.
Una laguna nos genera mucha inseguridad, incertidumbre, impaciencia, por ello solemos reaccionar desde el miedo, desde la defensa a un hipotético ataque. Y es entonces que vamos a ese ningún lugar, que la fastidiamos. Echamos la culpa al otro por generar lagunas, cuando cabe la posibilidad de que tal laguna sólo exista a nuestros ojos, a nuestro sentir, que para el otro no sea tal, por tanto, la opción que más beneficio nos reporta es la de actuar proactivamente, desde lo que queremos conseguir, en lugar de reactivamente desde lo que “entendemos” que el otro quiso decir.
Una laguna se puede rellenar con lo que queramos, como cualquier línea de puntos, como cualquier línea en blanco. Por qué entonces eliges rellenarla con lo que más daño te hace, con lo que menos posibilidades te da, con lo que cierra puertas, con lo que quema tu libertad?
Las cosas deben ser más simples, más fáciles, más fluidas, de hecho lo son. Las complicamos con nuestros miedos y sus infinitas derivadas.
Te propongo que ante una laguna, actúes desde el amor, verás que desaparecen las lagunas, se evaporan. No hay derivadas, porque lo que hay es amor, confianza, legitimidad, para aclarar, para preguntar, para proponer, construir, avanzar. Déjate de derivadas, déjate de interpretar, déjate de usurpar al otro y sé tú, Qué tú quieres? Qué tú necesitas decir? Qué tu necesitas saber? Qué tu quieres contestar?
El amor no tiene derivadas, sólo es amor, es simplicidad.
Actuando desde ese lugar, cuanto menos lo que te garantizo es que tu no te vas a perder, nunca sabemos el otro, pero tu no te vas a perder, actuarás desde tu autenticidad, desde lo que eres, desde lo que debería tener en cuenta el otro para integrar, cualquier otra cosa nos lleva a perdernos, a integrar esas lagunas desde un falso yo, a que la relación sea débil, construida sobre falsos cimientos, antes o después, se derrumbará.
Sólo sé tu y olvídate de las derivadas…lo harás? Quieres intentarlo a ver qué pasa?
………………………………………………………………………………………….. (Rellénalo con lo que a ti te apetezca!!)

Os dejo con Mercedes Sosa y “Volver a los diecisiete”

“…Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber
Ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento
Todo lo cambia al momento cual mago condescendiente
Nos aleja dulcemente de rencores y violencias
Solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes…”

Mil besos!

Photo credit: Giant Twisters in the lagoon Nebula- everystockphoto

Publicado en Mayeutika. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

De que hablamos cuando no hablamos de lo que deberíamos hablar?

Gestionar el Talento está de moda

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

El vacío necesario

negra

Por Manel Muntada Colell

Periodo de práctica laboral ininterrumpida. Los proyectos se siguen y se encadenan sin apenas espacio para pensar en lo que estoy haciendo, para cristalizar impresiones, para conversar y convertir en conocimiento las sensaciones e ideas que se desprenden de las diversas experiencias a las que estoy expuesto.
Seguro que está sucediendo, pero no tengo la sensación vívida de estar aprendiendo. Falta espacio para revisar las anotaciones que voy recogiendo. Para desarrollarlas hasta destilar de ellas el principio activo de esa revelación que me inspire a moldear la masa de barro con la que concibo mi conocimiento experto, el cual sólo adquiere una forma comprensible bajo la atenta supervisión de mi mirada.
No tengo tiempo de mirar. El ocio se ha convertido en tiempo robado y temo que la paciente espera de mi intimidad sospeche de si alguna vez voy a acudir realmente a esa cita.
En este contexto y como hecha a medida me llega, como una revelación, la aportación que me hizo mi buen amigo Iago.
Iago me comentó que explicando el sentido de la pausa en sus películas, el director de cine de animación Hayao Miyazaqui decía que en japonés existe una palabra para definirlo, “ma”, el vacío y que está ahí a propósito. Para ejemplificarlo, Miyazaki aplaudía lentamente: “El espacio entre cada palmada es ma. Si tienes acción sin parar, sin tiempo para respirar, no consigues más que un lío. Pero si haces una pausa, la tensión que creas va tomando una nueva dimensión”.
Y veo la necesidad de abrir este espacio entre cosa y cosa, un vacío que no conlleva ni mucho ni poco tiempo, sólo el necesario para separar las diferentes acciones en las que se desgrana el día. Puede ser un momento de quietud, una respiración pausada y contemplativa del entorno.
Un punto de silencio, que como en la música, separe las frases y permita al violinista recuperar arco para poder ejecutar, detenidamente, una nueva melodía, desde el talón hasta la punta.
Un espacio que singularice y le dé carácter y sentido propio a cada cosa que sucede. Un espacio ocupado de vacío, un vacío necesario.
—–
Sobre la imagen: En música el silencio se considera como una nota que no se ejecuta y como tal también tiene su duración. La imagen corresponde a la figura musical con la que se indica un silencio de negra.

Publicado en CumClavis. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

La motivación secuestrada

El efecto del afecto

Para seguir leyendo:

El Silencio

Silencio… cobarde

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Silencio… cobarde

Por Antonia Arévalo @AntoniaAreval

silencio-cobarde-852331-o (1)

Me encanta el silencio, ese silencio que llega donde no alcanzan las palabras, donde sobran las palabras, ese silencio que surge del alma, del corazón, del amor, la esencia, de la conexión. Ese silencio que surge de las emociones más auténticas. Ese silencio que nos acompaña en los momentos intensos.

Cuando se ama y llega ese momento en que ya sobran las palabras, en que se puede estar a su lado en ese silencio que envuelve, que acompaña, que deja espacio para sentir la intensidad de la emoción, cuando fluye el amor, cuando no necesita adornos, cuando la mirada silenciosa expresa la apertura del alma. Me encanta!

Cuando acompañamos en la tristeza a alguien querido y tampoco son necesarias las palabras porque no hay palabras de consuelo y en silencio le abrazas, en silencio le dices estoy aquí contigo para lo que haga falta. Me encanta!

Cuando acompañamos en la alegría a alguien querido por la consecución de un reto, una meta, porque se siente satisfecho y el amor hace que se nos caiga la baba de orgullo, de nuestra propia satisfacción por el éxito del otro, cuando el sentimiento de orgullo nos desborda y deja corta a las palabras y entonces le abrazas y saltas y confieso que yo lo acompaño de un ahahaiiiiii!!!. Me encanta!

Acompañar al otro en su silencio, cuando lo que necesita es reflexión, sin pretender llenar su silencio con nuestras palabras, nuestras reflexiones, nuestras preocupaciones, dejando el espacio a las suyas propias, solo acompañando. Me encanta!

Nuestro propio silencio, cuando estamos ante una decisión difícil o un momento complicado, cuando somos capaces de acallar nuestra mente y centrarnos en el sentimiento, en la intuición, en el ritmo del latido, cuando a través del silencio más profundo indagamos en lo que sentimos en lo que necesitamos. Me encanta!

Hay emociones, sentimientos que sólo el silencio puede expresar, que se estropean cuando nos empeñamos en acompañarlos de palabras, créeme, no hacen falta! No rompas ese silencio, ese silencio reconforta a quien lo recibe, reconforta a quien lo da. Y….sin embargo…cuanto nos cuesta acallar las palabras.

“El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio” – Friedrich Nietzsche
 
“No hables a menos que puedas mejorar el silencio” – Borges 
 
Hay otro silencio que no soporto y ya lo siento, pero sí hay cosas que me enervan! Y una de ellas es el silencio cobarde, ese que se utiliza cuando lo que son necesarias son las palabras, ese que se utiliza para cubrir la cobardía ante una situación, ese con el que se intenta cubrir con un tupido velo, a ver si así se pasa, se evapora, desaparece, se olvida, se desvanece… No lo soporto!

Ese silencio que impide cerrar, ese silencio que nos deja suspendidos en el limbo, nos confunde, nos agota, nos hunde. Ese silencio que da paso a la interpretación, a las interpretaciones, porque deja tanto espacio…que todo cabe. No lo soporto! Me parece de cobardes!

Y lo siento si suena a juicio y respeto que cada uno hace lo que puede, pero…seguro que no podemos más? Ese silencio lleva implícito una nota de desprecio, Seguro qué es eso lo que queremos transmitir? Es desprecio lo que sentimos? Ese silencio está lleno de ruidos, ruidos contaminantes, Seguro qué es eso lo que pretendemos? Contaminar, ser tóxicos? Ese silencio deja desvalido a quien lo recibe, Seguro qué es eso lo que queremos para el otro? Machacar? Ese silencio es alimento para la distancia, para el problema, siempre los agranda, jamás un problema desaparece ante el silencio, muy al contrario, lo multiplica exponencialmente, Seguro que es esa nuestra intención? Empeorar la situación? Si las respuestas son sí, me quedo corta con lo de cobarde. Si las respuestas son no, cabe reflexionar sobre cómo cambiar, cómo llenar con palabras, como mantener esa conversación difícil, no te parece? Y si lo que piensas es que hablando será peor… recuerda qué es lo que estás transmitiendo con tu silencio: Cobardía, desprecio, toxicidad, desvalía, agresividad… Tú decides!

“A veces el silencio es la peor mentira” – Miguel de Unamuno
 
Un abrazo enorme a quienes mantienen el silencio sincero, a quienes afrontan las conversaciones difíciles, a quienes se acercan a su mejor versión!

Os dejo con Simon & Garfunkel, The sound of silence:

“..la gente charlaba sin hablar, 
la gente oía sin escuchar, 
la gente escribía canciones 
que ninguna voz compartiría. 
Nadie se atrevía… 
a romper el sonido del silencio”

Publicado en Mayeutika. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Nuevas Estrategias, Viejas Culturas… Colisión inminente

Discúlpame si no te llamo Líder

XXI, el siglo de la espiritualidad

Seguir leyendo:

El Silencio

20 notas pequeñas sobre comunicación

El poder de la resonancia colectiva

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

20 notas pequeñas sobre comunicación

Por Xavier Marcet

Andrea Mantegna 7Notas operativas sobre comunicación, personales pero transferibles.

  1. No cansarnos de cultivar la brevedad.
  1. Saber escribir mientras descansamos.
  1. Saber leer mientras trabajamos.
  1. Compendiar contenidos con herramientas de alta visibilidad tipo Flipboard.
  1. Ser muy disciplinado con el perfil de Twitter, a fuer de ser predecible. Declinar las redes sociales que uno no pueda gestionar.
  1. Evitar el auto – spam. Dar de baja sistemáticamente de todos los boletines ya no deseados o nunca solicitados.
  1. Intentar responder los mails siempre el mismo día.
  1. Impedir que Google nos derrote. Aprender a vivir con dosis razonables de información, sin obsesionarse.
  1. No perder ocasión de entrenar la empatía.
  1. Considerar la síntesis una habilidad profesional prioritaria.
  1. Dejar que las noticias las ponen los medios, pero intentar que los criterios los construyamos nosotros.
  1. Escuchar una voz interesante entre el ruido o en el cansancio.
  1. Reservar poca memoria para los tópicos y para los profesionales de la palabrería.
  1. Si no podemos comunicar nada con calidad contrastada, mejor abstenernos.
  1. Mantener la buena costumbre de hablar haciendo esquemas en un papel. Mi favorito: garabatear ideas en un DIN A3.
  1. Algunas palabras deben viajar con el seguro puesto, no vayan a dispararse sin querer.
  1. Aprender a desconectar y no descuidar una gestión inteligente del silencio.
  1. Comunicar consiste en que tu interlocutor pueda reproducir razonablemente las arquitecturas que propones.
  1. Tener un amigo que te avise del síndrome del algunos tertulianos, diletantes que se creen Montaigne.
  1. Releer lo que escribes, son prototipos mejorables.

(la imagen pertenece a una obra de Andrea Mantegna)

Publicado en XavierMarcet.com . Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Innovación Abierta. Update.

10 cosas que nos desesperan profesionalmente

¿Seguir leyendo?

Los 5 Axiomas de la Comunicación de Paul Watzlawick

Diez técnicas para una comunicación asertiva

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

Desarrolla empatía y mejora tus relaciones personales

empatiaLa Empatía es una habilidad esencial en nuestras relaciones interpersonales. La gran mayoría de nosotros ocupamos aproximadamente el 70 % de nuestro tiempo en tratar de comunicarnos con otras persona, el 45 % de ese tiempo en escuchar. Todos nosotros queremos ser entendidos pero a veces hacemos realmente poco por entender al otro.

Empatía es entender las emociones del otro y sentir como si fuéramos la otra persona. Esto es una tarea que debemos hacer conscientes, tratar de abrir los oídos, el cerebro y el corazón para realmente entender el punto de vista del otro.

Haciendo que la comunicación sea mucho mas influida. Empatía es escuchar con los oídos, los oídos, con la mente y con el corazón, es respetar la emoción escuchada, es reafirmar las emociones del otro, es desarrollar intimidad y apertura en las relaciones interpersonales.

Piensa por un momento en un apersona que realmente te entienda, a quien puedes acudir para contarle algo personal, sabiendo que realmente te va a entender. Esa persona es generalmente muy importante para nosotros, le entregamos nuestra confianza y consideración. Esto es lo que puedes lograr desarrollando Empatía.

¿Como ayuda la Empatía en las relaciones interpersonales?.

Muestra que entiendes a la otra persona y que te interesa entenderlo. Esto crea un clima de confianza, la persona puede abrirse mucho mas, tú podrás obtener mayor información y tomar decisiones más certeras con respecto a esa persona. Puedes dirigir la conversación hacia tópicos emocionales importantes.

Generalmente tenemos una especie de coraza que no deja aflorar nuestras verdaderas emociones por miedo a parecer débiles, en una conversación empática esas emociones fluyen de una manera especial.

Deja saber al otro que es aceptado en su entendimiento de la realidad, invitándolo de esa manera a expresar sus temas más íntimos. Esto lo hace sentir muy cómodo contigo y consigo mismo.

Genera relaciones más significativas y profundas. Buenas relaciones de amistad y compañerismo, esto es excelente en un equipo de trabajo, también en las relaciones personales, de familia y pareja.

Genera un espacio seguro donde conversar sobre temas personales de esa manera se pueden expresar emociones y así mismo explorar el origen de esas emociones y opiniones.

Con la Empatía nace el coaching personal. Para desarrollar Empatía se requiere estar interesado realmente en saber sobre las percepciones de la otra persona. La Empatía es igual a 20% de técnica y 80% de actitud y disposición.

La técnica

Hazte eco del contenido del mensaje del otro, escucha y ve.

Reconstruye en contenido del mensaje. ¿Lo que tú quieres decir es…?. Menciona las emociones del otro. “me doy cuenta que estas muy molesto… 2, “debe ser difícil sentirse tan decepcionado”.

Reconstruye y refleja emociones y pensamientos. Sólo úsalo en situaciones que así lo ameriten.

La actitud representa la disposición de querer trabajar en la relación interpersonal a largo plazo.

La empatía es una técnica; sin embargo, también implica una actitud, querer entender, escuchar y desarrollar intimidad. Por lo tanto en importante empatizar que la técnica sin la actitud y la disposición será vista como una manipulación.

Ejercer empatía requiere un alto nivel de paciencia, ya que mantenerse en silencio es un elemento esencial, así como la conciencia que de no podemos involucrarnos en indagar e investigar por que el individuo esta sintiendo o pensando de la manera en que lo esta haciendo.

Fuente: Gestiopolis.com

Publicado en Management Journal. Post original aquí.

Seguir leyendo:

Innovación Abierta. Update.

La empatía nos hace humanos

El poder de la empatía

Empatía y simpatía

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

El poder de la resonancia colectiva

Por Andrés Schuschny

100811085416-large

Vibración, energía, afinidad, fluir, … ¿cómo podemos llamar a esa mágica sensación que a veces logramos tener cuando interactuamos en grupos que se aglutinan con el fin de alcanzar alguna dada meta? ¿Sintieron alguna vez esto que trato ahora de describir? ¿Se vieron en un mutuo fluir en algún contexto grupal? ¿Podríamos hablar de la existencia de una suerte de conocimiento intuitivo que se produce cuando un grupo de individuos se congregan por algún propósito que consideran maravilloso?

Todavía hoy, más de 10 años después, recuerdo cuando me encontraba con el grupo de meditación en el que participaba, cuando vivía en Argentina. Oh, sí!! ¡¡Cuánta energía!!, momentos vividos de intensa densidad casi tangible; cuanta sensación de vida se generaba luego de unos instantes de silencio en el que todos nos decantábamos y, por casi mágica afinidad, una resonancia de plenitud emergía. Estoy convencido de que esa experiencia no era propietaria de nadie sino que a todos nos pertenecía, el despliegue de una unidad subyacente, una coherencia, un ritmo, un fluir del que todos eramos parte.

Dicha sensación de conexión grupal (no puedo hablar de emoción) se podía sentir a un nivel físico, pero tremendamente sutil. Era fruto del intercambio vibratorio de todos hacia todos. A veces podíamos comunicar verbalmente ese suceder y compartirlo entre risas llenas de frescura o profundos llantos transformadores, otras, apenas éramos conscientes de su presencia, pero, en efecto, algo sucedía… Y, sí, cuando la gente se aglutina y se abre a compartir, algo sucede. La resonancia del conjunto emerge y carga de vitalidad a todos quienes son parte de él. Acaso, esta experiencia que estoy tratando de conceptualizar (si es que se puede) no forma ya parte de nuestro lenguaje, por ejemplo, cuando hablamos de “tener la misma onda con otros” o “estar en sintonía” con otras personas?

En efecto, algo sucede,cuando nos conectamos con nuestros semejantes, algo muy sutil, profundo y, a la vez, valioso que amerita procurar entender; o, al menos, procurar identificar cuándo, en qué contexto y cómo es que dicho tipo de experiencias se generan. ¿Cómo es que emergen estas experiencias? ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que tengan lugar? Supongo que no hay respuestas unívocas y científicamente implacables. Sin embargo, sí es posible a ojímetro, aunque sea, marcar algunas pautas generativas de la resonancia colectiva que en este post trato de dar cuenta.

cof

En primer lugar, se trata de experiencias que acontecen cuando los que participan comparten, por un cierto tiempo, un espacio común. La tentación de explicar o describir estas experiencias grupales sólo en términos de las dinámicas psicológicas, emocionales, espirituales o hasta energéticas es válida. Sin embargo, no debemos desmerecer el contexto y los aspectos físicos del lugar donde estas experiencias acontecen. No es lo mismo congregarse, por ejemplo, en un patio desordenado colmado de basura que en un ambiente cuidado y decorado al detalle. La ubicación, su belleza, decorado y contexto, efectivamente importan.

Así mismo, es fundamental tener alguna intención compartida, algún objetivo o meta común, algún propósito que grupalmente se desee perseguir. Dicha intención actúa como foco atencional que ubica a todos los miembros del grupo en un espacio cognitivo común y afín, preparando el terreno para la emergencia de dicha experiencia.

Por otro lado, la potencialidad de la experiencia de resonancia colectiva se incrementa a medida que se incrementa la confianza mutua entre quienes participan del grupo. Dicha confianza es fruto de la propia interacción en la que las circunstancias, la autenticidad y la transparencia de la comunicación son fundamentales para generarla.

Otro elemento enriquecedor activante es el relato. Tanto que hoy se habla de “story telling”. Las palabras tienen su propia vibración, y cuando estas se amalgaman en relatos, adquieren su propia resonancia, jugando una danza rítmica en la que pausa, significado y sentido se potencian. Las historias y relatos facilitan la intimidad, son, como los mitos, el barro de la transformación, de la comunicación de sentidos espontáneos, al son del ritmo de las palabras. Las historias organizan la imaginación desplegándolas en el humor colectivo.

El sonido, la rítmica y la música, también pueden hacer lo suyo. El ritmo nos conecta con nuestro operador tribal interior. Viene a mi mente la escena de mayor humanidad de la película Matrix, cuando en la “Ciudad de Zion” todos se fusionan en un baile carnal al ritmo de tambores y de música hipnótica. Hace muchos años tuve el privilegio de pasar unos meses viviendo en la Ciudad de Rio de Janeiro y estar allí durante el famoso carnaval. Recuerdo que, por esos, días participé del Bloco de Ipanema: Simpatia é Quase Amor. Fue una experiencia increible. Miles de personas congregadas, haciendo una recorrida que duraba muchas horas. Emoción, intensidad, ganas de pasarla bien. Después de algunas horas de cantar la fantasía y de bailar, se apoderó de mi, casi de repente, una fuerza extraordinaria, me vi flotando, danzando, sintiendo la energía del conjunto, resonando mágicamente. En efecto, música, ritmo, canto y movimiento es energía física transubstanciada en humanidad, y si de resonancia colectiva hablamos, nada puede estar más cerca de nuestra más primal humanidad.

Otra cosa que puede generar experiencias catárticas grupales, es la vulnerabilidad compartida. Al fin de cuentas, todos somos vulnerables, todos buscamos algo, todos celebramos la apertura personal, el crecimiento como seres, etc. Encontrar todo esto en la sinceridad compartida de otro que (en apariencia) pierde control de sí y se abre a hablar y compartir con autenticidad también nos abre a nosotros mismos y, como grupo nos potencia pues nos saca a todos de nuestra personal zona de confort.

Podemos hablar también de la actuación como instrumento de transformación, la participación en grupos musicales, en coros, momentos en los que el aura de la música se deja brotar, el asumir nuevos roles en juegos de dinámica de grupos y un sinnúmero de posibilidades inducidas por alguna técnica guiada, etc.

Sin embargo, no puede faltar, el SILENCIO. El silencio como un factor transformador de experiencias internas en conjunto. El silencio nos une y nos desidentifica, por eso solemos temerle, el silencio nos permite reconocernos desde un nuevo espacio, nos conecta profundamente con un otro que no es el otro con el que solemos interactuar; el silencio es una pausa en estado de espontaneidad. El silencio, cuando se conjuga con la mirada evapora al ego, el silencio que cabalga sobre la respiración conciente transubstancia todo instante convirtiéndolo en experiencia para el Ser. El silencio nos saca de la zona de confort y nos acerca a la tranquila zona de los sagrado. El silencio es un regalo que hay que saber recibir, un regalo cierto y profundo … y cuando se comparte genera una energía de enlace que no deja a nadie sanamente perturbado y conmovido.

Publicado en Humanismo y Conectividad. Post original aquí.

Para seguir leyendo:

Los 7 errores del gobernar y controlar

El Silencio

Estrategia 3.0: importancia y claves

Si te ha interesado este post, no olvides dejarnos tus comentarios. También apreciamos que los compartas con tus amigos y contactos en las redes sociales. Muchas gracias.

Share

El Silencio

Por Mariano Ramos Mejía

Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio. (Proverbio hindú)

Si se os pregunta: “¿Qué es el silencio?” Responded: “La primera piedra del templo de la filosofía” (Pitágoras)

silencio-7

En la sociedad en que vivimos, el silencio nos asusta: pareciera que tenemos que llenarlo de sonidos, de palabras, de ruidos. Ocultarlo. Olvidarnos de que detrás de todo el sonido sigue estando su presencia inconmovible.

La música, por ejemplo, necesita del silencio para tener sentido. La pausa, el espacio del silencio le dan profundidad, volumen y permiten personalizar una interpretación. Pueden ser las mismas notas, pero la diferencia está en el detalle, en la extensión del silencio.

Lo mismo ocurre con la escritura, pero aquí el silencio está señalado con los signos de puntuación: una coma, un punto aparte, unos puntos suspensivos, sugiriendo pausas, silencios y reflexiones.

En la meditación, el silencio es imprescindible para encontrarse a uno mismo, dándose la paradoja que uno puede encontrarse a sí mismo aún dentro del mas violento de los ruidos.

Pero tememos al silencio. Cuando en un concierto la gente escucha Mozart, por ejemplo, sonríe y se mueve con la música, pero con un compositor contemporáneo que utiliza notas aisladas y silencios, se siente intranquilo, y comienzan las toses y distintas (extrañas) onomatopeyas. ¿Es preferible para la gente escuchar sus extraños sonidos que soportar el silencio?

Si el profesor permanece en silencio, los alumnos comienzan a sentir inquietud. ¿Qué es lo que está pasando? ¿porqué no me siguen diciendo lo que tengo que hacer? (que es más fácil que tener que decidirlo por mí mismo).

Encontremos al silencio como pausa para crecer, para meditar, para encontrar caminos. Si no tenemos nada que decir, simplemente como espacio de descanso.

Para dejarlos pensando (en silencio) sobre el tema, les dejo cómo música de fondo un video con la obra de John Cage:  4´33. Que lo disfruten.

(Cariñosamente dedicado a mis alumnos del Seminario de Integración y Aplicación – Carrera de Contador Público – Facultad de Ciencias Económicas – UBA – Abril 2011, hoy seguramente Contadores Públicos)

Share