Nadie puede bajar mi autoestima

por Dolores Rizo

Es importante conocer el significado de la palabra autoestima, para no confundirnos con el estado de ánimo. Ya que, a menudo, los confundimos y atribuimos una disminución de nuestra valoración o reconocimiento personal, cuando en realidad es una bajada de nuestro ánimo.

Además, con frecuencia, estos cambios los atribuimos a causas externas a nosotros, como a los demás o a las circunstancias, expresando así “que alguien o algo me ha bajado la autoestima”, cuando en realidad, la autoestima sólo depende de nosotros mismos.

“Sólo podemos amar cuando nos amamos a nosotros mismos”

-Abraham Maslow-

Los componentes de la autoestima

Por definición, “autoestima”, hace alusión a la estima que me aporto a mí mismo, es decir, a lo que me quiero. La autoestima es la capacidad y la percepción que tenemos sobre nosotros mismos. Por lo tanto, no cabe atribución externa en tal concepto, ya que depende completamente de nosotros. Además, se encuentra formada por diferentes componentes, como son:

  • Autoconcepto, se refiere a la definición que tenemos sobre nosotros mismos, en cuanto a las ideas o creencias acerca de nuestra persona.
  • Autorespeto, se trata de la forma en la que respetamos nuestras necesidades y nuestros valores, así como, la forma que tenemos de afrontar y resolver nuestras emociones y sentimientos.
  • Autoaceptación, es aceptarnos como somos, en nuestras diferencias con el resto del mundo, valorando lo bueno y siempre con la posibilidad de mejorar lo menos bueno.
  • Autoevaluación, es la capacidad de evaluar nuestro comportamiento y forma de actuar, siendo sinceros y justos con nosotros mismos, para poder aprender y seguir creciendo.
  • Autoconocimiento, nadie mejor que nosotros mismos, para conocer nuestras capacidades, cualidades y habilidades e incluso nuestras debilidades, defectos y limitaciones.

“No apruebo algunas cosas que he hecho o soy o he sido. Pero soy yo. Es bueno saberlo.”

-Elizabeth Taylor-

¿Cuándo se forma la autoestima?

Sin duda, el concepto que tendremos en nuestra vida de adulto de nosotros mismos, se gestó en nuestra infancia. Nuestra autoestima nació de la imagen que nuestros antecesores proyectaron en nosotros, junto con el tipo de relación que mantuvieron desde que nacimos.

Si nuestros progenitores se mostraron interesados por nuestras necesidades, mostrándonos afecto y amor, proyectándonos lo importantes que éramos para ellos. Sin duda, la imagen que nos vamos generando de nosotros mismos, será positiva, buena, lo que llamamos “alta autoestima”.

Si por el contrario, desde la infancia sufrimos carencias emocionales y afectivas en las relaciones con nuestros adultos, y si además éstos no nos mostraron nada bueno de cómo éramos, es seguro, que la imagen con la que fuimos creciendo de nosotros mismos, no era muy adecuada o positiva, definiéndolo así como “baja autoestima”.

¿Cómo nos relacionamos con los demás si tenemos “baja autoestima?

Nadie puede ser feliz si no tiene un buen ajuste personal, ya que la insatisfacción de no saber quién somos realmente, o de no reconocernos buenos en nada, genera infelicidad. Por ello, “subir la autoestima” se convierte en una necesidad para la supervivencia emocional.

Cuando nuestra autoestima está baja, tendremos la necesidad de buscar en los demás el reconocimiento, valoración y apoyo que no nos damos a nosotros mismos. De tal forma, que cuando obtenemos ese reconocimiento, creemos erróneamente que “sube mi autoestima”, sin embargo, cuando me falta o me fallan los demás en lo que esperamos, erróneamente también creemos que nos “baja la autoestima”.

“La gente que quiere más aprobación consigue menos y la gente que necesita menos aprobación consigue más”

-Wayne Dyer-

Pero nada de ésto es cierto, porque los demás no tienen la capacidad de modificar nada que pertenezca a nuestro interior. No pueden bajar la autoestima, ni subirla, porque si tenemos la necesidad de buscar en los demás cuánto nos estiman, eso significa, que en realidad, nuestra autoestima ya estaba baja.

¿Qué es el estado de ánimo?

El ánimo es un estado emocional fluctuante por momentos, por circunstancias, y por muchos motivos, por eso, podemos sentirnos alegres o podemos sentirnos tristes o desdichados, con relativa frecuencia. Así, el estado ánimo es algo pasajero. Es muy probable, que cuando no hallamos lo que esperábamos de los demás, como es su reconocimiento o valoración, nuestro estado emocional y anímico baje.

Pero, en ningún caso el estado de ánimo bajará nuestra autoestima, ya que probablemente ésta se encuentre baja, desde el momento que necesitamos que otros nos reafirmen en quienes somos, en lo que hacemos bien y en la imagen que tienen de nosotros.

La autoestima también varía

Indudablemente, la autoestima, como toda actitud o forma de relacionarnos, puede cambiar, aunque es un constructo más estable y profundo de nosotros mismos que el ánimo o estado emocional, y por ello, para que la autoestima varíe, necesita de un periodo de tiempo, debido al cual, puede modificarse la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Por ejemplo, puedo tener baja autoestima y aprender a subirla, con el trabajo de una terapia que nos enseña a profundizar en nosotros mismos. O bien, es posible, también, que de una buena autoestima, pasemos a tener una mala percepción de nosotros mismos, con frecuencia, relacionado con algún problema, situación o trastorno personal, que deja mella en nuestra valoración personal.

Por lo tanto, asumiendo la responsabilidad y el control que tenemos sobre nosotros mismos, podemos decidir restaurar y mejorar nuestro ajuste personal, sintiéndonos queridos y valorados por nosotros mismos, por quienes somos. Y por ello, disfrutando de una vida plena y feliz, independientemente de que a otras personas no les guste como somos.

Imágenes cortesía de Holly Sierra

Publicado en La Mente es Maravillosa. Post original aquí.

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Las 22 leyes inmutables del Marketing de Al Ries y Jack Trout

por 

Al Ries y Jack Trout son consultores con más de 40 años de experiencia en estrategia de marketing en empresas internacionales. Esa amplia experiencia acumulada entre los dos les permitió identificar los principios que gobiernan el mundo del marketing estratégico y les llevó a escribir el libro Las 22 leyes inmutables del Marketing. Se trata de un completo manual que contiene numerosos ejemplos de éxitos y fracasos empresariales que son de gran utilidad para cualquier profesional del marketing o desarrollo de negocios. Este es un resumen de las 22 leyes inmutables del Marketing.

Al Ries y Jack Trout

1. LA LEY DEL LIDERAZGO

Es mejor ser el primero que ser el mejor.

La cuestión fundamental en marketing es crear una categoría en la que se pueda ser el primero. La gente percibe el primer producto como el mejor. El marketing es una batalla de percepciones, no de productos. Por ello, es preferible ser el primero que ser el mejor. Es mucho más fácil entrar en al mente del consumidor siendo el primero que tratar de convencer a alguien que se tiene un producto mejor después. Siempre recordamos al primero, pocas veces al segundo.

La marca líder en cualquier categoría es casi siempre la primera marca en la mente del consumidor. Una razón por la que la primera marca tiende a mantener su liderazgo es que a menudo se convierte en un producto genérico. Algunos ejemplos son: Coca-colaKleenexGilletteGore-tex, etc.

Ejemplos: 

  • Gatorade fue la primera bebida para deportistas. ¿Cuál fue la segunda?
  • Neil Armstrong fue el primer hombre en pisar la luna. ¿Quién fue el segundo?
  • George Washington fue el primer presidente de Estados Unidos ¿Quién fue el segundo?

 

2. LA LEY DE LA CATEGORÍA

Si no puedes ser el primero en una categoría, crea una nueva en la que puedas ser el primero.

Si no se ha podido entrar primero en la mente del consumidor, se puede crear una nueva categoría en la que si se pueda posicionar primero. Por ejemplo, en el sector de los ordenadores personales, DELL creó la nueva categoría de venta por teléfono y generó un negocio de 900 millones de dólares en su momento.

Cuando lancemos un nuevo producto, la pregunta que debemos hacernos no es ¿en qué es mejor este producto que los de la competencia?, sino ¿el primero en qué? Es decir, ¿en qué categoría este nuevo producto es el primero?

 

3. LA LEY DE LA MENTE

Es mejor ser el primero en la mente del consumidor que el primero en el punto de venta.

La ley de la mente es una consecuencia de la ley de la percepción. Si el marketing es una batalla de percepciones, no de productos, entonces la mente tiene prioridad sobre el punto de venta.

Un producto que tiene presencia en la mente de los consumidores es preferido ante un producto del cual no se tiene ningún tipo de información aunque haya llegado primero a la tienda.

 

4. LA LEY DE LA PERCEPCIÓN

El marketing no es una batalla de productos, es una batalla de percepciones.

No hay una realidad objetiva. Toda  verdad es relativa. No hay mejores productos. Lo único que existe en el mundo del marketing son percepciones subjetivas en las mentes de los clientes actuales y potenciales. La percepción es la realidad. Todo lo demás es una ilusión.

 

5. LEY DE LA CONCENTRACIÓN

El concepto más poderoso en marketing es apropiarse de una palabra en la mente de los consumidores.

Cuando una empresa consigue apropiarse de una palabra en la mente de los consumidores, el producto será identificado por esa palabra. Y no solo para identificar el producto. Puede además identificar a la empresa. El secreto está la utilización de palabras sencillas.

 

6. LA LEY DE LA EXCLUSIVIDAD

Dos empresas no pueden poseer la misma palabra en la mente de los clientes.

Cuando una empresa se apodera de una palabra en la mente de los clientes, es inútil que otra empresa intente apropiarse de la misma palabra. No se puede cambiar la mente de los consumidores una vez se ha estructurado.

 

7. LA LEY DE LA ESCALERA

La estrategia a utilizar depende del escalón que se ocupe en la escalera.

En la mente de los clientes existe una jerarquía de marcas preferidas que se utiliza para tomar decisiones. Los clientes se inclinan por el orden de preferencia que tienen en la mente, es decir, que si una marca es percibida como la número 1, será la preferida antes que la segunda y la tercera. Cada empresa debe asumir el escalón que ocupa en esa escalera de la mente del cliente y partiendo de esa posición, diseñar la estrategia a utilizar para tratar de influir sobre el cliente.

 

8. LA LEY DE LA DUALIDAD

A la larga, cada mercado se convierte en una carrera de dos participantes.

En la lucha del marketing siempre quedan dos marcas que se disputan el primer lugar; esto ocurre normalmente entre la marca de confianza y el aspirante. Aunque la lucha se concentra entre dos participantes, otro que este en un tercer lugar puede sacar provecho planificando una estrategia a corto plazo.

 

9. LA LEY DE LO OPUESTO

Si escoges el segundo puesto, tu estrategia estará determinada por el líder.

Cuando una empresa se sitúa en el segundo lugar, sus estrategias deben ir enfocadas al punto fuerte de su competidor, en este caso el líder. Después de descubrir el punto fuerte, el competidor del segundo lugar debe presentar al consumidor lo opuesto, es decir, no ser mejor, sino diferente. Si en un producto hace énfasis en su fortaleza no será difícil saber su debilidad; pero esa debilidad a la cual será orientada la campaña debe tener cierto grado de veracidad.

 

10. LEY DE LA DIVISIÓN

Con el tiempo, una categoría se dividirá para convertirse en dos o más categorías.

Una categoría comienza siendo única pero a lo largo del tiempo se desglosa en otras subcategorías. La cerveza comenzó de la misma manera. Actualmente hay cerveza nacional y de importación, de barril o de botella, con alcohol y sin alcohol, etc. Algunas empresas utilizan la ley de división para tener varias subcategorías de un producto.

Cada subcategoría tiene su razón de ser y su propio líder, que en pocas ocasiones coincide con el líder de la categoría original.

 

11. LA LEY DE LA PERSPECTIVA

Los efectos del marketing son a largo plazo.

Al realizar una acción de marketing, los efectos a largo plazo son a menudo opuestos a los efectos a corto plazo. Por ejemplo, las rebajas a corto plazo aumentan el negocio al incrementarse las ventas, pero a largo plazo lo reducen porque incitan a los clientes a no comprar a los precios habituales.

Un error muy frecuente en marketing es hacer uso de la extensión de línea. Cuando se tiene éxito y se diversifica el negocio, se suele emplear el mismo nombre a todos los productos. A corto plazo, la extensión de línea invariablemente aumenta las ventas, pero a largo plazo ocurre justo lo contrario.

 

12. LA LEY DE EXTENSIÓN DE LÍNEA

Existe una presión irresistible para extender el valor de la marca.

Normalmente, las empresas comienzan enfocadas en un solo producto, que es altamente rentable. Posteriormente se dispersan los esfuerzos en muchos productos y se pierde dinero. Cuando se intenta ser todo para todos, se termina siendo casi nada para nadie. Es preferible ser fuerte en algo, que débil en todo. 

 

13. LA LEY DEL SACRIFICIO

Tienes que renunciar a algo para conseguir algo.

La ley del sacrificio es la opuesta a la ley de extensión de línea. Si se quiere tener éxito, se debe renunciar a algo. En una empresa hay tres cosas que sacrificar:

  • Línea de producto: Es mejor especializarse en un producto concreto que intentar ampliar la gama. Es mejor ser un pequeño especialista que un gran generalista.
  • Mercado objetivo: No se puede alcanzar a todo el mercado, por ello es necesario sacrificar una parte y enfocarse en el segmento con mayor potencial.
  • Cambio constante: Es mejor mantener la estrategia si funciona y sacrificar la tentación de hacer cambios constantemente.

 

14. LEY DE LOS ATRIBUTOS

Por cada atributo, hay otro contrario igual de efectivo.

Una empresa no puede poseer la misma palabra o posición que un competidor. Debe buscar un atributo que le permita diferenciarse del líder.

El marketing es una batalla de ideas. Por tanto es mejor tener un atributo propio que copiar uno de la competencia. No todos los atributos son iguales, por ello es fundamental centrarse en el más importante.

 

15. LA LEY DE LA SINCERIDAD

Cuando admitas algo negativo, el consumidor te reconocerá algo positivo.

La sinceridad desarma. Toda afirmación negativa que haga sobre sí mismo es aceptada instantáneamente como una verdad. Las afirmaciones positivas, por el contrario, son consideradas dudosas, en el mejor de los casos. El propósito de la sinceridad no es ofrecer disculpas, sino crear un beneficio positivo que convenza al cliente potencial.

 

16. LA LEY DE LA SINGULARIDAD

En cada situación sólo una acción producirá resultados sustanciales.

Al presentarse un problema en una empresa solo una opción dará resultados significativos. Lo que funciona en marketing es lo mismo que en lo militar: lo inesperado.

 

17. LA LEY DE LO IMPREDECIBLE

Salvo que escribas los planes de tus competidores, no podrás predecir el futuro.

Una empresa no puede predecir el futuro, no puede predecir las acciones de sus competidores, pero sí puede estar atento a las tendencias. La batalla del marketing es a largo plazo. No hay que pensar solo en los resultados a corto plazo, sino orientar la dirección de marketing a largo plazo. Una forma de enfrentarse a lo impredecible es lograr ser lo suficientemente flexible en la organización. Es decir, adaptarse con celeridad a los cambios en su categoría.

 

18. LA LEY DEL ÉXITO

El éxito suele llevar a la arrogancia y la arrogancia al fracaso.

El éxito consiste en ser el primero en la mente del consumidor, concentrar el enfoque o apoderarse de un atributo importante. El éxito suele alimentar el ego hasta el punto de utilizar el nombre de un producto de éxito a otros productos. El resultado suele ser éxito rápido y fracaso a largo plazo. Cuanto más se identifique una empresa con su marca o nombre corporativo, es más probable que caiga en la trampa de la extensión de línea. Es necesario tener empatía y pensar como un cliente potencial. El mundo es todo percepción y lo único que cuenta en el marketing es la percepción del cliente.

 

19. LA LEY DEL FRACASO

El fracaso es parte de nuestra vida y tenemos que aceptarlo.

Cuando las cosas no funcionan es mejor abandonarlas, en lugar de intentar arreglarlas. Curiosamente, en las empresas ocurre justamente lo contrario.

El estilo de gerencia japonés es reconocer rápidamente los errores y hacer los cambios necesarios. Tienen un enfoque “sin ego”, es decir, es más fácil vivir con el “Estábamos todos equivocados”, que con el devastador “Yo estaba equivocado”. Por ello las decisiones de marketing deben tomarse en función del impacto que tendrán sobre la competencia o el enemigo, y nunca sobre el impacto de la carrera personal del individuo, ya que si no se estaría conduciendo a una falta de toma de riesgos. (Es difícil ser primero en una categoría sin tomar riesgos).

 

20. LA LEY DE LA NOTA SENSACIONALISTA

En muchas ocasiones la situación es lo contrario de lo que aparece en la prensa.

La historia está repleta de fracasos de marketing que triunfaron en la prensa. Hay que olvidar los grandes anuncios. Las pistas sobre el futuro se pueden encontrar en las pequeñas historias del periódico. Nadie puede predecir el futuro. Las únicas revoluciones que se pueden predecir son las que ya han comenzado.

 

21. LA LEY DE LA ACELERACIÓN

Los programas que triunfan no se construyen sobre caprichos, sino sobre tendencias.

Si una novedad es como una ola en el mar, una tendencia es como una marea. Una novedad tiene mucho repercusión mediática, mientras que una tendencia muy poco. Una novedad puede ser rentable a corto plazo, pero no beneficia a la empresa, ya que sus efectos duran poco tiempo. Es un error confundir una novedad con una tendencia, puesto que la novedad puede llevar a la empresa a emplear muchos recursos en un período de tiempo muy corto, y cuya rentabilidad podría llegar en un mayor plazo de tiempo. Cuando desaparece la novedad, la empresa puede encontrarse con problemas financieros.

 

22. LA LEY DE LOS RECURSOS

Sin los recursos adecuados, una idea no despegará del suelo.

Además de tener una buena idea se necesitan los recursos necesarios para invertir en ella. Para alcanzar la mente de los consumidores y permanecer en ella es necesario invertir en comunicación.

Las 22 leyes inmutables del Marketing está disponible en Amazon y otras tiendas online.

Publicado en Diego Sánchez Blog. Post original aquí.

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