Derechos asertivos

por Mario López de Avila

Hace unos meses, en el marco de un cometido para uno de mis mejores clientes, me encontré con la necesidad de preparar a un equipo de voluntarios para la complicada tarea de entrevistar a la práctica totalidad de la plantilla con relación a un tema muy delicado.

En la preparación de este equipo de entrevistadores interno, un componente crítico del aprendizaje fue una introducción a los principios y técnicas de la Comunicación Asertiva – es decir, aquella que afirma los propios derechos y aspiraciones sin necesidad de manipular los ajenos, sin connotaciones defensivas o agresivas.  En definitiva, una comunicación sana.  Incluso, según creo, “terapéutica”.  Debería ser la forma ‘normal’ de relacionarse, pero no lo es.  Desde muy corta edad, vamos adoptando estrategias de relación “no adecuadas”, pero que dan resultado – al menos al principio, o a corto plazo.   Lo hacemos porque ‘funcionan’, pero también, en realidad, porque no conocemos ninguna alternativa.  Nadie nos enseña a ser asertivos.  Es más, la mayoría de nosotros aprende a NO serlo.  Algunos de nosotros aprendemos a usar la violencia verbal para conseguir lo que queremos – la coacción, la agresión.  Otros aprenden a manipular, chantajear, engañar o mentir.  Otros optan por intentar pasar desapercibidos o… en fin, hay tantas ‘estrategias’ como personas.  La mayoría de ellas apestan, incluso – o especialmente – las que empleamos con nuestros seres queridos.

La comunicación asertiva utiliza “técnicas” para interactuar con los demás desde el respeto, a nosotros mismos y a nuestro interlocutor.  Está pensada para resolver el tipo de dilemas a los que nos enfrentamos con frecuencia en nuestras relaciones personales o profesionales, por ejemplo cuando te sorprendes pensando “Si digo NO, me sentiré culpable, pero si digo SÍ, sentiré asco de mí mismo”.  Las técnicas son importantes, pero aún más lo son los principios sobre los que se sustentan.  Escribo este post para darlos a conocer a los hipotéticos lectores que no tengan noticia de su existencia.  Nuestros ‘derechos asertivos’ constituyen “una estructura básica para la sana participación de cada individuo en toda relación humana”.  Todos deberíamos conocerlos, darlos a conocer, ejercerlos y defenderlos. Ahí van.

1. Tenemos derecho a juzgar nuestro propio comportamientonuestros pensamientos nuestras emociones, y a tomar la responsabilidad de su iniciación y de sus consecuencias.
2. Tenemos derecho a no dar razones o excusas para justificar nuestro comportamiento.
3. Tenemos derecho a juzgar si nos incumbe la responsabilidad de encontrar soluciones para los problemas de otras personas.
4. Tenemos derecho a cambiar de parecer.
5. Tenemos derecho a cometer errores… y a asumir la responsabilidad por los mismos.
6. Tenemos derecho a decir “no lo sé”.
7. Tenemos derecho a ser independientes de la buena voluntad de los demás a la hora de relacionarnos con ellos.  Dicho de otra forma, el comportamiento del otro no es una excusa para que no nos relacionemos con los demás de forma sana, asertiva.
8. Tenemos derecho a tomar decisiones ajenas a la lógica.
9. Tenemos derecho a decir “No lo entiendo”.  Mil veces, si es preciso.
10. Tenemos derecho a decir “No me importa”.

Uno de los grandes divulgadores de la terapia asertiva – como él la denomina – es el Prof. Manuel J. Smith.  Ha publicado varios libros sobre entrenamiento asertivo que al ojo poco entrenado pudieran parecer “verborrea new age” o “panfleto de autoayuda”, pero nada más lejos de eso.  Sus libros siguen siendo, 20 años después, las mejores referencias de que dispongo sobre los principios, metodologías y técnicas de la comunicación asertiva.  Creedme, se ha publicado mucho sobre el tema, pero los suyos siguen siendo los mejores.  Si queréis educar a vuestros hijos para que sean personas asertivas, os recomiendo su magnífico libro “Sí, puedo decir no”, publicado hace un millón de años por Editorial Grijalbo.  Si queréis algo más ‘adulto’, su clásico “Cuando digo NO me siento culpable” es la mejor opción.  Podéis encontrarlo en prácticamente cualquier librería, puesto que han sido reeditados una y otra vez.

Publicado en Nodos en la Red. Post original aquí.

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5 Recomendaciones para tener resultados en tu negocio

por Aida Baida Gil

¿Te has preguntado alguna vez por qué algunas personas consiguen resultados y otras no, aunque parezca que hacen lo mismo? Yo lo hago continuamente y la cuestión es que aunque “parece” que hacen lo mismo, seguramente no es así. Entonces, ¿qué marca la diferencia?

Yo le he estado dando vueltas a qué hago yo en mi negocio para tener resultados y estas son las cosas que considero que son sido imprescindibles para tener resultados tanto en tu negocio como en tu profesión:

1. Hacer lo que tienes que hacer

Me escriben muchas personas diciéndome que no hacen algo porque “es que no estoy motivada, es que no me apetece, es que estoy cansada” y un largo etc. Cada uno tiene sus circunstancias y prioridades, pero una cosa está clara, si quieres que tu negocio (o tu profesión) salga adelante tienes que hacer, no solo pensar o planear, HACER. Como escuché una vez decir a Juanjo Azcárate: “Ni miedo, ni pereza, ni vergüenza”.

Solo hay una excepción, cuando realmente no quieres hacer algo porque no concuerda con tus valores, por ejemplo, eso es otra cosa. Pero como siempre les digo a mis clientas de coaching, si te da vergüenza/miedo/pereza, te aguantas.

Hacer en vez de pensar y planificar marca la diferencia. Y sí, todos somos humanos y podemos flaquear algunas veces, no pasa nada, se acepta y se sigue adelante.

2. No hacer las cosas al azar. 

Que hagas lo que tienes que hacer no significa que hagas cualquier cosa. Mis clientas saben que yo siempre hablo de seguir una estrategia para todo. Nada de levantarte y decir “a ver qué hago hoy”, así lo único que consigues es perder el tiempo. Siempre tienes que tener claro cuál es tu siguiente paso y esto sirve tanto para negocios como para tu carrera. Aquí es donde entra en juego la planificación, saber en cada momento donde estás y dónde quieres llegar, para poder decidir qué movimiento es el más práctico en este momento.

Esto es especialmente importante porque estamos desbordados de información y si no tienes claro qué tienes que hacer, acabarás perdida, ocupada con mil cosas pero sin hacer nada de verdad relevante o que saque adelante tu negocio.

3. Mejorar. 

Personalmente, yo siempre estoy experimentado y probando como mejorar mis resultados, continuamente aprendiendo cosas útiles para mi negocio, no me quedo estancada ni aunque me vaya bien. Cuando tienes una estrategia y sabes donde estás también sabes qué puedes mejorar y te centras en eso. Por supuesto hay etapas de menor actividad donde en vez de remar dejas que te lleve la corriente, por así decirlo, pero solo para tomar un respiro.

También puede suceder que estés completamente satisfecha como estás y no quieras crecer o cambiar nada, entonces perfecto sigues haciendo lo que funciona mientras te vaya bien. Eso dependerá de tus objetivos y del tipo de negocio que quieras. No tienes por qué hacer lo que los demás están haciendo, puedes quedarte como estás o puedes ir a por más, es tu decisión, lo importante es que estés contenta con lo que haces.

4. Divertirte. 

Yo disfruto mucho con lo que hago en mi negocio, desde hablar con mis clientas, hasta escribir artículos, o aprender como aumentar porcentajes de conversión o a vender mejor. Me encanta. Por supuesto, no todo me gusta, siempre hay alguna parte que te gusta menos y es normal, que nadie piense que te tiene que gustar absolutamente todo, eso no es real.

Para mi es imprescindible disfrutar con lo que hago, no tiene por qué ser cierto para ti también, quizá para ti el trabajo es simplemente un medio para conseguir otras cosas y está bien. En mi caso disfrutar hace que no me canse, que persista y, cómo no, cuando te gusta lo que haces, los demás también lo notan. No es lo mismo.

No sólo eso sino que también es importante divertirte en tu tiempo libre porque, por un lado, quién sabe, puede ser una nueva fuente de ingresos en un futuro. Como cuando me apunté al curso de coaching simplemente porque me gustaba, por ejemplo, y mira donde estoy.

Además, cuando cuidas tu desarrollo personal y disfrutas, también se nota en la parte profesional.

5. Invertir

En mi opinión es fundamental invertir para aprender a hacer las cosas bien. Intentar hacerlo todo tu sola para ahorrarte dinero no funciona y cuanto antes lo aceptes, antes prosperarás. Mucha gente quiere tenerlo todo sin invertir nada, lo siento pero no funciona así. En primer lugar si tu no inviertes en nada por qué alguien va a invertir en ti. No seas el tipo de cliente que no quieres para ti…

Para mi negocio, invertir en programas y mentores ha supuesto un antes y un después en todos los aspectos, motivación, energía, resultados e ingresos. Poco más hay que decir. Empieza con lo que puedas y ya sabes, si tienes un negocio no te queda otra, es parte del juego.

Estos son mis cinco imprescindibles, y tu ¿qué estás haciendo para salir adelante? Cuéntame en los comentarios qué consideras tu imprescindible o con cual de mis puntos te identificas más.

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5-recomendaciones-para-tener-resultados-en-tu-negocio
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Publicado en De Gerencia. Post original aquí.

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Lecciones del fundador de Netflix para emprendedores sin grandes ideas

Por Arturo Solís

Para Marc Randolph, cofundador de Netflix, lo que importa no son las grandes ideas de negocio, sino tener muchas y un sistema para probarlas, incluso las malas.

El empresario no cree que los emprendedores comiencen por resolver grandes problemas como el de educación en África o hallar la cura contra la malaria, sino con problemas que conozcan de su vida diaria.

“Mark Zuckerberg quería conocer chicas, entonces creó Facebook. Nosotros queríamos rentar DVDs, entonces creamos Netflix”, dijo Randolph durante su participación en la convención 26 de aseguradores de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

Los mejores emprendedores tampoco son los estudiantes que sacan 10 de calificación, sino aquellos que obtienen siete u ocho”, dice fundador del mayor servicio de transmisión de video por internet del mundo.

Las mejores personas para emprender son aquellas que toleran el riesgo, pero no para tomarse una selfie peligrosa, sino para emprender un viaje para el que no conocen el destino o pedir algo en un menú de comida que no conocen, aclaró.

Si piensas que tu futuro es emprender, pero no tienes idea por dónde comenzar, te presentamos tres consejos del co-creador de Netlfix para emprendedores como tú.

1. Tolera el riesgo y las críticas

La aversión al riesgo es el primer obstáculo para un emprendedor. Por ejemplo, la esposa del cofundador dijo que Netflix era “la peor idea del mundo”.

En respuesta, el empresario estadounidense cita al guionista William Goldman: ” nadie sabe nada”, en referencia a que es imposible saber cuán bien puede irle a una película con presupuestos exorbitantes o a películas como La Bruja de Blair, que con 35,000 dólares de presupuesto recaudó 200 millones de dólares (mdd) en las salas.

La empresa que hoy tiene 80 millones de suscriptores mundiales comenzó rentando y vendiendo películas en formato DVD por internet, relató Randolph.

Hoy Netflix posee una capitalización de mercado por 25,500 mdd según Forbes, pero en 1997 tuvo que arriesgarse y cambiar su modelo de negocio, que era la venta y renta de películas -90% de sus ingresos-, y apostar por la renta, pues firmas como Sony pronto irían tras el formato emergente.

Tres años después, lograron más de 150,000 suscriptores online.

2. Busca el dolor

Randolph recomienda que los emprendedores busquen el dolor de los problemas en la vida cotidiana.

“El mundo es un lugar imperfecto y hay cosas que no funcionan. Hay ideas, pero primero deben preguntarse ¿Qué está mal?”.

Ejemplifica con los envases de pintura, con los que sufrió durante un verano en el que intentó pintar su casa y se dio cuenta que para abrir las latas necesitaba una herramienta especial y un removedor para que la pintura no se secara.

Randolph, hasta la fecha, no ve una solución práctica a este tema, con envases tipo tetrapack o detergente para ropa, que son fáciles de abrir.

3. Ten docenas de ideas

La innovación no es esperar la mejor idea. “El éxito es proporcional a las ideas que los emprendedores prueben”, comentó Marc Randolph.

Además no todas deben ser disruptivas. Randolph ejemplifica con Post-it que es un pedazo de papel, pero hoy existe en 50 colores, 8 tamaños y factura 1,000 mdd anuales.

A Randolph, que vivía en Santa Cruz, California, lo despidieron de su empresa al estilo Sillicon Valley, donde mantienen a la gente en su puesto durante seis meses más en caso de que haya dudas. Mientras seguía en la oficina, todos los días él y Reed Hastings, el otro fundador de Netlfix, viajaban juntos al trabajo y pensaban qué negocio crear, con 16 de ideas el lunes, ocho ideas el martes, hasta que, con suerte, llegaba una idea al fin se semana. “Una de esas fue Netflix”.

El promedio de vida de una idea es de 24 horas, dijo Randolph. “Entonces debes ejecutarla rápidamente.”

El cofundador del servicio de streaming está consciente de que hay personas mejor preparadas o que trabajan más que él, pero sabe que cualquiera puede lograrlo, por lo que recomienda a los emprendedores que escuchen rechazos de sus jefes, familia o amigos sobre sus ideas, repetirse mentalmente: “no esta vez. Voy a hacer que funcione”.

“Y si todo mundo les dice que esa idea no va a funcionar, llámenme, porque a mí me gustan todas las ideas”, dijo Randolph.

Publicado en Escuela para Ricos. Post original aquí.

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Cambios en las Organizaciones, Incertidumbre, Estrés y Resistencia a los Cambios

Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo

Se ha vuelto un tópico a considerar que el cambio sería siempre una solución en sí misma y se tiende a asumir que el cambio es siempre beneficioso. Sin embargo, no cabe duda que el cambio, al poner en movimiento elementos que configuran el sistema organizacional, no sólo genera posibilidades de optimización y desarrollo de la organización, si no que igualmente debilita las bases sobre las que se sustentaba el equilibrio organizacional previo, pudiendo eventualmente abrir la puerta a la inexperiencia y a veces a improvisaciones sin rumbo.

por Carlos Díaz Cánepa

Las últimas décadas han estado marcadas por una particular atención a los requerimientos de flexibilidad y cambio en las organizaciones. Esto como producto de los nuevos desafíos planteados por el paso desde una lógica industrial instalada en las certezas de los principios de la modernidad y de lo tangible, hacia un escenario en el que irrumpe lo contingente y lo virtual, generando la percepción de desmaterialización del quehacer organizacional y de acortamiento del horizonte en el que este quehacer se proyecta.

Si bien resulta comprensible el esfuerzo que realizan las organizaciones por adecuarse a las nuevas demandas que plantea este contexto, no es menos cierto que los cambios en las organizaciones introducen efectos a menudo inesperados, exacerbando la casuística operacional, generando incertidumbre y redundando a menudo en una degradación del clima organizacional, del estrés y su correlato en licencias médicas y rotación del personal.

La actividad de las personas estaría en buena medida mediado tanto por las características de la estructura organizacional, de las prescripciones que regulan su quehacer, como por las herramientas sobre las que se apoyan para la realización de sus tareas. En ese contexto, las personas van construyendo prácticas que se inscriben en un entramado cultural, el que a su vez va estableciendo lo deseable, lo posible y lo importante a realizar. Cuando algunos de los aspectos que configuran el contexto organizacional cambian, las personas se ven enfrentadas a la exigencia de reestructurar la manera como se representan sus roles y prácticas, dando pie a la incertidumbre, el estrés y la resistencia a los cambios.

¿Qué Afecta a las Personas?

Distintos autores señalan que los cambios discontinuos serían psicológicamente más costosos que cambios continuos. Esto, por las mayores exigencias asociadas a las sucesivas adaptaciones que acompañarían a la discontinuidad de los procesos, así como por la eventual pérdida de sentido de congruencia que los saltos de un escenario de cambio a otro acarrearía para los miembros de la organización. También se reporta que, mientras más cambios experimenten las personas en su trabajo, como es el caso de transiciones mayores, más se reportarían emociones negativas.

Tales procesos tiene en común la presencia de importantes cuotas de incertidumbre, por lo que cabe recordar que incertidumbre y estrés en el trabajo son fenómenos que se encuentran comúnmente asociados.

Incertidumbre y Resistencia a Los Cambios

Se ha vuelto un tópico a considerar que el cambio sería siempre una solución en sí misma y se tiende a asumir que el cambio es siempre beneficioso. Sin embargo, no cabe duda que el cambio, al poner en movimiento elementos que configuran el sistema organizacional, no sólo genera posibilidades de optimización y desarrollo de la organización, si no que igualmente debilita las bases sobre las que se sustentaba el equilibrio organizacional previo, pudiendo eventualmente abrir la puerta a la inexperiencia y a veces a improvisaciones sin rumbo. Estas situaciones favorecerían a que las personas tiendan a presentar una actitud ambivalente frente a los cambios: por una parte, reconociendo la necesidad de realizarlos, pero por otra, manifestando dudas sobre algunos de sus aspectos o modos de realizarlos.

Por último, es posible señalar que por lo general las personas no se resistirían al cambio en sí, si no que a las eventuales pérdidas de status, de remuneraciones o de confort. A pesar que los cambios puedan brindar oportunidades para la renovación, sería habitual que las personas tiendan a percibir preferentemente las consecuencias negativas y a no visualizar crecimientos en su situación de trabajo o de la efectividad organizacional.

Publicado en RH Management. Post original aquí.

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Peter Senge: Cómo es una organización que aprende

Desde su libro La quinta disciplina, aparecido en 1994, y reconocido recientemente por la revista Harvard Business Review como uno de los principales aportes al management de los últimos 75 años, Peter Senge revolucionó la gestión de empresas con la teoría de que las organizaciones, como sistemas complejos adaptativos, son capaces de aprender, y como tales dependen de la interacción y desarrollo de las personas que las conforman. Las empresas que prosperan en el tiempo, plantea, son las “organizaciones inteligentes”, es decir aquellos grupos de personas que alinean talentos y capacidades para aprender a triunfar en conjunto y lograr los resultados deseados, aun frente a escenarios cambiantes.
Con un enfoque de pensamiento sistémico, Senge alienta a ampliar el campo de observación de las organizaciones para comprender complejidades e interacciones. Mientras que la visión tradicional de las empresas era la de fenómenos parcelados independientes entre sí, el enfoque sistémico propone pensar en totalidades y hacer conexiones, buscando puntos de mejora o apalancamientos que restablezcan el equilibrio del sistema y le permitan volverse abierto al aprendizaje y la autosuperación. Así, el aprendizaje organizacional requiere de un desarrollo a largo plazo tanto de los individuos como de sus empresas.
Las cinco disciplinas que propone Senge son:
• Dominio o excelencia personal, para manejar la tensión entre las aspiraciones y la realidad y prepararse para tomar mejores decisiones.
• Reconocimiento de los modelos mentales que determinan nuestro modo de percibir el mundo, actuar y sentir, y que por ser inconscientes no suelen revisarse.
• Generación de una visión compartida que oriente la acción de individuos y grupos hacia objetivos y futuros comunes.
• Trabajo en equipo, basado en comunicación, interacción y alineación de talentos para que los resultados sean mayores que la suma de los aportes individuales.
• Enfoque sistémico para ser capaces de reconocer interacciones que puedan conducir a mejoras significativas y duraderas, es decir buscar soluciones de fondo a los problemas y no atacar sólo los emergentes o síntomas.

Esta visión interactiva entre empresas, individuos y realidad permite enfrentar problemas nuevos como la motivación de los empleados, la ecología o el desarrollo sustentable, que Senge aborda en sus libros más recientes, y desde la Sociedad para el Aprendizaje Organizacional, de la que es fundador y presidente, organización que busca descubrir, integrar e implementar teorías y prácticas para el desarrollo interdependiente de los individuos y sus organizaciones.
Una visión humana y ecológica de las empresas que permite abordar la complejidad de los desafíos del siglo 21.

Mini-bio: estadounidense, nacido en 1947. Se graduó como ingeniero en la Universidad de Stanford, tiene una maestría en Modelación de Sistemas Sociales y un doctorado en Management del MIT. Actualmente es profesor universitario en el MIT, orador en numerosas conferencias y lleva adelante una sociedad para el aprendizaje organizacional.

Temas: desarrollo organizacional, organizaciones abiertas al aprendizaje, pensamiento sistémico, trabajo en equipo, liderazgo, organizaciones inteligentes, ecología.
Bibliografía destacada: La quinta disciplina, La quinta disciplina en la práctica.
Más información: Sociedad para el Aprendizaje Organizacional www.solonline.org

Publicado en Mercado. Post original aquí.

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Océanos Azules y Mapa de Empatía

por Jose Antonio de Miguel (Yoemprendo)

Este video es fruto de la colaboración entre el portal www.emprenderalia.com y yoemprendo.
En este video tratamos la combinación entre el mapa de la empatía como herramienta de identificación de necesidades de nuestros futuros clientes y la estrategia del océano azul.
Esperamos que os resulte útil!!

 

La estrategia de océano azul es un concepto acuñado por W. Chan Kim y Renée Mauborgne en el libro del mismo nombre publicado en 2005.

Este concepto innovador se contrapone a los oceános rojos tradicionales, que son los mercados en los que compiten ferozmente una serie de empresas para controlar cada día un poquito más de cuota, normalmente a través de millonarias campañas de marketing.

Encontramos entonces que la estrategia de océano azul huye de esta competencia feroz, innovando en la creación de valor para directamente establecer nuevos mercados o resegmentar los ya existentes con el objetivo de reducir la competencia y producir una rentabilidad sostenible. Como vemos se trata de una alternativa muy atractiva que pasa por la apuesta por la innovación. Podeís ampliar la información con esta sesión sobre océanos azules (empieza en el minuto 2).

En el vídeo podremos ver como usar el mapa de empatía, que nos permite ponernos en la situación de nuestros clientes, para trabajar con la estrategia de océano azul.

Publicado en Emprenderalia. Post original aquí.

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La Magia de la Ambigüedad, Un mundo de Oportunidades para las personas y la industria!

Por Cristian Murillo Villegas

Usamos la palabra Ambiguo cuando queremos expresar la alternativa de algo, un dicho, una acción, un comportamiento, entre otras opciones, pueda ser comprendido de diversas maneras o que desencadene diferentes interpretaciones. En la industria todos los días vemos ambigüedades que generan angustias o frustraciones. El nuevo Objetivo esta en convertir estas angustias y frustraciones en nuevas oportunidades. Una de las Ambigüedades mas recurrentes se generan a la hora de tomar decisiones, muchas veces tenemos solo una parte de la información necesaria para decidir que hacer y a su vez nos falta el tiempo necesario para estar tranquilos y seguros que la decisión tomada es la correcta. A eso le sumamos que el tiempo es un factor sumamente valioso que no se recupera, la pregunta seria, que hacer ??? Aquí una solución,  la Oportunidad es Amiga de la Ambigüedad, cuando el escenario no esta definido con claridad la Oportunidad  permite definir una decisión  que seguramente como toda decisión vendrá acompañada de riesgos y ganancias, sin embargo en este escenario la oportunidad sustenta un momento donde la ambigüedad funciona como reactora y no como impulsora. La industria necesita agentes impulsores, no reactores.

Otro escenario complejo lo encontramos en comités, reuniones, charlas, juntas o cualquier otro escenario donde se reúnen dos o mas personas a debatir temas de diferentes frentes. Encontramos muy repetitivamente personas generando opiniones sobre temas que no conocen, que no manejan, que no entienden. Sin embargo quieren hacer parte de la conversación y emiten conceptos, algunos equivocados, otros enredados, algunos lógicos, otros totalmente perdidos, etc.  Ahí es donde la Oportunidad nuevamente cobra importancia. cuando estos escenarios se presentan, tenemos la oportunidad de evaluar ópticas no convencionales de comentarios no convencionales que nos pueden llevar a explorar conceptos tal vez no lógicos que pudiesen en algún momento mejorar la idea inicial. por ejemplo : en los años 80 una muy buena presidente de una industria automotriz en un comité directivo expreso la necesidad que los hombres fabricaran camionetas vestidos como mujeres para que entendieran lo difícil que era para las mujeres usar un carro alto y normalmente proyectado para los hombres. La ambigüedad empezó hacer de las suyas, camionetas hechas para hombres pensada para mujeres? luego aparece la oportunidad, operadores fabricando camionetas visualizadas para hombres vestidos de mujeres ? en ese año las ventas se multiplicaron por 8 para la camioneta insignia de la marca. Encontraron que hacían falta mas espejos, un espacio donde guardar un bolso, estribos para apoyar las piernas cuando se usa falda, un sistema de audio mas cercano y amigable, una dirección mas suave y asistida y jamas perdieron de vista lo ruda y fuerte de la camioneta.

Vea Tambien: Como hacer que los procesos y las personas se apoyen para generar resultados constantes y sostenibles.

Aprovechar la ambigüedad como una oportunidad para pensar diferente, actuar diferente y visualizar diferente puede en muchísimos escenarios marcar una diferencia entre lo que parece ser lógico y lo que no lo es. La industria todos los días persigue lógica en sus procesos y operaciones, sin embargo los clientes todos los días son mas diversos en sus gustos y necesidades, ambigüedad entre la lógica en el hacer y lo que busca el demandante? Eso parece!

Pensemos la industria desde esa óptica, desde la óptica donde lo lógico puede ser ambiguo y lo frustrante puede ser una oportunidad. permitamos todos los debates al interior de nuestra organización por ambiguos que estos parezcan, garantizo que una nueva locura que genere millones podría estar al levantarse de una reunión.

Cristian Murillo Villegas

Filosofia Lean Power Management

Publicado en La Revista.in. Post original aquí.

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“Emptiness”, la causa de que haya tanta estupidez en la empresa y en la educación

Mats Alvesson realiza una atinada radiografía de lo que va mal en nuestra sociedad. Buscamos lo que brilla pero nos olvidamos de las cosas relevantes.

Mats Alvesson, profesor de la School of Economics and Management de la universidad de Lund (Suecia)

En la sociedad actual hay un enorme énfasis puesto en la imagen, algo que se considera vital para tener éxito tanto en la vida privada como en la profesional. Sin embargo, ese deseo de brillar no pasa por hacer visibles nuestras cualidades, sino simplemente por vestir de forma atractiva una cáscara vacía. Como narra en The triumph of emptiness (Oxford) Mats Alvesson, profesor de la School of Economics and Management de la universidad de Lund (Suecia), en nuestra época la marca termina siendo más importante que el producto, la apariencia que la sustancia, la actitud más que la calidad del trabajo y la imagen más que la profesionalidad. El foco está puesto en la superficie y no en lo de dentro, lo cual está generando contradicciones llamativas.

Alvesson identifica tres ámbitos en los que ese deseo de ofrecer una imagen más refulgente de uno mismo funciona de modo habitual. El consumo es el primero de ellos, porque cada vez más nos definimos por los objetos que compramos y por los signos identitarios que éstos nos atribuyen. La formación es otro de esos campos de batalla en los que buscamos distinciones que nos hagan relevantes: todo el mundo trata de conseguir títulos prestigiosos, aunque luego tengan escasa validez práctica.

La perturbadora realidad

La empresa es el último de estos terrenos: allí palabras como ‘estrategia’ y ‘management‘ son muy importantes, aun cuando no sirvan de mucho en la actividad diaria de la compañía. El trabajo es un terreno paradójico, señala Alvesson, por varios motivos: en la medida en que todo el mundo quiere aparecer como alguien brillante, que aporta ideas e innovación, la mayor parte del trabajo, esa que tiene menos prestigio, se realiza deficientemente porque poca gente sabe hacerlo bien. En segundo lugar, ese perseguir las modas en la gestión puede ser efectivo como imagen, pero no genera casi nadie cree en ellas, y menos aún los directivos sénior.

En el ámbito laboral se produce, además, una utilización simbólicamente importante de este deseo de aparentar. Las redes sociales son cada vez más utilizadas por empleados y profesionales para ampliar a una escala mucho mayor lo que antes se denominaba hacer pasillo. Muchos de ellos llevan a cabo allí las actividades que antes tenían lugar en la máquina de café, a la hora de la comida o con la cerveza tras acabar el trabajo: darse importancia, meterse con los compañeros, alabar a los amigos, hacer la pelota, tratar de medrar. Alvesson, creador del término estupidez funcional, ha respondido a El Confidencial sobre este perturbador conjunto de actitudes.

PREGUNTA. No parece que tengamos muy claro que la formación más cualificada, los títulos más prestigiosos o el estatus profesional son un juego de suma cero. Nos comportamos como si fueran bienes ilimitados y al alcance de todo el mundo, y no es así. ¿Qué problemas nos genera?

RESPUESTA. Exageramos los buenos resultados que podemos conseguir y ponemos mucha energía, tiempo y esperanzas en alcanzar una buena vida, pero todo el mundo intenta hacer estas cosas en un mercado muy estrecho, el de la educación superior y de los buenos empleos, a veces cercano a cero. Por supuesto, muchas cosas tienen un valor intrínseco (la educación superior puede hacer a una persona más inteligente, conseguir que tenga un gusto más cultivado o mejorar sus intereses intelectuales) pero fundamentalmente es un terreno en el que el objetivo es superar a los demás. El estatus es un juego puro de suma cero. Un título es útil en el mercado de trabajo siempre y cuando no lo tenga todo el mundo. El aumento de estatus ocurre, por definición, a expensas de alguien.

P. En ese juego por aparentar, hay elementos que son más valorados que otros. La tecnología es uno de los principales. Dices en tu libro que un teléfono móvil, más que un objeto, es una oportunidad para convencerte a ti mismo y a los demás de que eres alguien sofisticado, que te manejas bien con la técnica y que además tienes un nivel adecuado de ingresos. ¿Por qué se ha convertido la tecnología en un elemento tan prestigioso en ese nivel chusco?

R. Las funciones más importantes de la tecnología, que son también las básicas, las puede usar cualquiera. Sin embargo, la primera persona que tuvo un teléfono móvil, que a lo mejor era alguien torpe y simple, se convirtió desde ese momento en una estrella a los ojos de muchas otras personas. Ahora la tecnología está disponible, sus campañas comerciales son muy potentes, las mejoras en los productos ocurren a menudo, y son objetos fáciles de comprar y de exhibir. Es un objetivo ideal para el capital simbólico, especialmente si lo comparamos con otras formas más relevantes de prestigio pero también más difíciles de realizar, como la formación, la erudición, la competencia profesional o la contribución positiva a la vida de otras personas.

P. Dice que las cuestiones más sustanciales las estamos relegando a la última fila, y prestamos más atención a lo que nos puede hacer brillar. Todo el mundo parece estar pendiente de dar la mejor imagen de sí… ¿Esta es la esencia de las carreras profesionales actuales?

R. En las cosas sustanciales (esto es, las cosas que podemos hacer, las que hacemos y las que conseguimos) es difícil tener éxito y más aún comunicarlo. Sin embargo, otros indicadores son mucho más sencillos de conseguir y visibilizar, como el título falso, el CV inflado, las certificaciones que no significan nada, el MBA u otra titulación sin mucho contenido o vender una imagen impresionante en Facebook, Twitter y otros medios de comunicación social.

P. Al igual que esos CEO que menciona en el libro, que siempre buscan la última novedad en management porque piensan que eso les hace brillar, nuestra sociedad parece estar siempre a la caza de la novedad. ¿Qué consecuencias genera para la empresa esta continua búsqueda de novedades?

R. En el tipo de vida que llevamos los tiempos se acortan, tenemos que hacer las cosas más rápido y somos cada vez menos capaces de hacer buenos juicios. De fondo, está ese gran ruido que hacen los medios y la presencia y la influencia de los expertos que nos venden sus soluciones. Con esta situación, hay un montón de personas vulnerables, que se mueven en la incertidumbre y que siempre están temerosas de perderse algo o de quedar mal. Esto conduce a adaptaciones demasiado superficiales de las cosas buenas y puede dañar a las empresas. Este tipo de actitud lleva a pensar, por ejemplo, que las mejoras a largo plazo no merecen la pena o a desechar soluciones útiles simplemente porque creen que han pasado de moda.

P. Dice en The triumph of emptiness que la mayor parte de la gente está preocupada por su supervivencia y que vive con distancia e incomodidad, cuando no cinismo, estas prácticas que obligan a dar una imagen grandiosa de uno mismo pero que se olvidan de lo esencial. Al final, todo el mundo está preocupado por aparentar, y casi nadie sabe hacer lo que tiene que hacer…

R. Las tareas esenciales todavía se siguen realizando y hay personas que las tienen que llevar a cabo. En particular los grupos más débiles, como mujeres, emigrantes o personas de clase trabajadora. Lo peculiar es que suele haber demanda de esta clase de trabajos, pero la mayoría de los jóvenes tienen ambiciones, tejidas a menudo a partir de imágenes poco realistas de sí mismos, y albergan la esperanza de desarrollar una carrera impresionante. Esto ha sido impulsado por la expansión de la educación, que tiene mucho más que ver con mantener a los jóvenes ocupados y cultivando el mito de la sociedad del conocimiento que con una realidad que les va a permitir llegar muy arriba. Por eso muchas personas que tienen que hacer trabajos menos prestigiosos se sienten infelices y frustradas: la promesa de convertirse en alguien grande en la sociedad del conocimiento es muy popular y se repite con frecuencia. Pero como algunos investigadores de EE.UU. han concluido, por cada puesto de trabajo bien remunerado en Microsoft hay tres personas que trabajan en McDonalds.

P. Pasarnos la vida compitiendo no por ser mejores profesionales, sino por tener una mejor imagen, ¿no hace nuestra vida diaria más exigente? ¿No genera una competencia mucho más intensa?

R. Sí, hacer un buen trabajo de imagen no es tan fácil, especialmente cuando tienes que hacerlo además de tu trabajo habitual. Contar con una buena imagen exige tiempo, dinero y estar haciendo siempre muy atento a lo que sucede y a lo que otros hacen.

P. ¿L a educación superior sigue siendo una buena opción para encontrar un puesto de trabajo o está funcionando sólo como una manera de que estudiantes y padres se endeuden para obtener un título que nunca va a ser útil?

R. Por supuesto, la realidad es una mezcla de ambas cosas, pero cada vez está más cerca del segundo aspecto. A veces se puede usar el título para tener mejores posibilidades en el mercado laboral, pero muchos de los trabajos disponibles hoy no requieren educación superior. Lo cierto es que la titulación universitaria está en declive, porque muchos cursos carecen de un contenido académico real, y hay mucha sobrecualificación de estudiantes con interés y habilidades limitadas. Por supuesto, todavía hay excepciones, y algunos sectores profesionales están ofreciendo buenos trabajos en línea con la formación recibida.

P. La creciente competencia entre universidades y escuelas de negocios es curiosa porque sólo están pendientes de estar mejor situadas en los rankings, pero no de ofrecer educación de mayor calidad. Los profesores, por ejemplo, producen papers masivamente, aunque no tengan calidad.

R. Sí, es parte de la tendencia general de abandonar lo sustancial y apostar por la imagen. El papeleo y el trabajo administrativo a veces luce mucho, especialmente si, como ahora, no se percibe como burocrático, sino que se describe en términos grandiosos como performance management, control de calidad, gestión estratégica de recursos humanos, etc.

P. ¿Nos pasamos el día comparándonos con los demás? ¿Hay una presión constante para dar una imagen de nosotros mismos mejor que la de los otros?

R. A medida que la economía se mueve desde la producción y la satisfacción de las necesidades hacia la persuasión y los bienes posicionales, las comparaciones con otros se convierten en el centro de nuestra vida y son cada vez más intensas.

P. ¿La utilización de estas tácticas de posicionamiento termina por provocar mucha desconfianza? ¿Cada vez nos creemos menos las cosas?

R. Ayuda definitivamente a la erosión de la confianza. Con la globalización, la gran oferta de medios de comunicación, la multitud de fuentes de información, de instituciones y de tareas que tenemos es muy difícil obtener una buena visión de conjunto, por lo que, para comprender las cosas tendemos a fijarnos más en indicadores o trucos, como el branding. Pero esta tendencia genera desconfianza y cinismo.

P. Hace más de 30 años, eran frecuentes las teorías que, a lo Christopher Lasch, señalaban que nuestra sociedad era demasiado narcisista. En estas últimas décadas, las cosas parecen haberse vuelto mucho peores, ¿no?

R. Sí, Lasch fue muy perspicaz. Durante estos años, la caída de lo sustancial ha generado personas cada vez más vulnerables y que sólo impulsan su autoestima a través de preocupaciones narcisistas.

Publicado en El Confidencial. Post original aquí.

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Todo puesto en duda. La gestión de ideas es clave para nuestra estrategia de innovación.

“No dejes que los éxitos se te suban a la cabeza y los fracasos te invadan el corazón”. Marcos Galperin

Las ideas son la nueva moneda en la nueva economía creativa, por tanto, necesitamos herramientas para gestionar este valioso activo como parte de nuestra estrategia global de innovación. La gestión de las ideas la solemos pasar por alto como un componente crucial en el proceso global de la innovación en las organizaciones.

Es por ello que hoy viajaremos en una idea muy licuada de forma líquida.

Si hay algo, que todos sabemos es que sin creatividad no hay innovación, a lo que podemos decir, que sin ideas no podemos innovar, sin nuevos pensamientos tampoco.

La mayoría de las organizaciones tienen muchas ideas. Nuestros fracasos de innovación ocurren en otras etapas del proceso, tenemos herramientas disponibles para medir cómo lo estamos haciendo de bien a la hora hacer en cada uno de estos pasos.

¿Cuáles son las características que necesitamos en nuestro sistema de gestión de nuestras ideas?

  1. Cuando capturamos y hacemos un seguimiento de la idea.
  2. La evaluación de nuestra idea.
  3. Rasgo esencial, la fomentación de la colaboración en la creación y proceso de la idea.
  4. Realizamos un seguimiento de nuestras ideas a través de nuestro proceso de innovación, creando puertas abiertas para la generación de más ideas.
  5. Hacemos pausas entre ideas, mediante la posibilidad de pausar las ideas
  6. Los retos de la innovación es cuando nos apoyamos, ayudamos y colaboramos entre todos.

Esto nos lleva a un punto, en cuando lo ponemos todo en duda, a veces, las dudas ya parten dentro de nosotros mismos. Es por ello que a veces, si nos conocemos desde lo más profundo, el resurgir de nuestros pensamientos, nuestras ideas, nos pueden llevar a algo, que lo podríamos llamar innovación o hacer algo que hasta ahora no habíamos realizado.

Así que hubo dos transformaciones paralelas a lo largo de este camino, llamado vida, que me encontré, mientras miraba un documental sobre el país de Mongolia. Me acordé de un ejercicio que tiempo atrás ya había realizado, una buena tarde conseguí poder entrar en lo más profundo de mi corazón, sacando esas capas de cebolla que tan ocultas tenía dentro, esto me permitió que pudiera hacer a menudo, durante unos minutos al final del día una de las conexiones más profundas del corazón, la profundidad en la que llegué ese día nunca más lo he podido lograr de nuevo, pero si he ido profundizando en muchos sentidos, desde el amor con otra persona, así como las emociones, pensamientos que había tenido anteriormente en un estado casi exclusivamente verbal e intelectual; la segunda está implicada simplemente ver cómo la gente puede vivir y contento por con lo que tiene.

Nos preguntamos ¿qué tiene esto que ver con el principio del texto?

Tiene que ver mucho, dado que en última instancia, que hacemos frente a la decisión entre la libertad y la seguridad, es aquí si elegimos una cosa u otra, nos dará una idea u otra. Elegí la libertad, a pesar de que sin duda me sentía como si otras personas eligieran por mí.

Es en el amor por “algo” que nos movemos, al igual que las ideas, las ideas nos impulsan a crear “algo”, es aquí cuando nosotros si sabemos lo que tenemos, sabemos con lo que vivimos, es cuando podemos ver si existe alguna necesidad, y esto es cuando ocurre en las organizaciones, ver dónde estamos para ver dónde vamos a poner puntos de mejora, creatividadgeneración de ideas.

Vimala Thakar, activista social en India, profesora de espiritualidad, autora de publicaciones sobre yoga, meditación, que murió en marzo de 2009, una influencia increíble en el pasado reciente. Sus escritos resuenan con mi propia experiencia de la vida y de la investigación sobre la meditación, la creación, de una manera que realmente nos alienta a seguir este camino particular. Recientemente, me encontré con un pasaje sobre el amor, que nos puede llamar la atención los cuales nos dicen:

“El amor es un estado del ser en el que uno ha llegado a la humildad para actuar sin el ego; en el que uno no quiere nada de nadie en el mundo; en el que uno no quiere utilizar la vida como un medio para un fin, pero se cumple en vivir la vida como un fin en sí mismo. Tal persona es capaz de amar”.

Según el texto nos lleva a la idea que uno de nosotros es capaz de amar o ¿no sabemos nada sobre el amor como así nos lo define la propia autora de este pasaje? Estamos tan lejos de nuestro concepto convencional sobre el amor, que sin embargo, vemos que tiene mucho sentido. Para la creación de ideas, la eliminación de juzgar a los demás (sean personas o organizaciones, en lo personal o en lo profesional), comparar, prefiriendo, y el deseo de seguridad que se nos traduce en una relación de “amor”, nos parecería ser la única manera de poder amar de verdad. Pero, ¿cuántos de nosotros realmente hacemos esto? O incluso ¿queremos hacer esto? Lo podemos llamar “amor” de pareja, “amor” por una marca, por un grupo, por una organización, el denominado “Love it”.

Sigamos con la creación.

A pesar de los lazos familiares que son muy fuertes en Mongolia, dónde siguen un estilo de vida tradicional en el campo, viviendo en una casa de una habitación circular con miembros de la familia, sin privacidad y divisiones muy circunscritas de trabajo basadas en el género; nos gustaría volver a pensar que nuestras vidas son más representativas hacía la libertad que la seguridad.

Cuando uno no se presenta con opciones sobre la manera de vivir, puede parecer que se trata de servidumbre, pero diríamos que, en cierto modo, es la elección incesante que nos proporcionan y el miedo al cambio, que realmente tanto en organizaciones, en empresas, en personas (pero sobre todo se nos viene en mente la esclavitud moderna). En Mongolia, el ganado es libre de vagar, los perros siempre están sin cadenas, incluso en las ciudades. La mayor parte de la tierra, que es tan escasamente poblada y de extraordinaria belleza, se considera común (es decir, no le dan importancia a la propiedad privada). Estas cosas afectan a una cultura.

Es cuando vemos que dicha cultura, podría ser extrapolable a la organización a la muerte de las jerarquías, dónde cada persona sabe cómo, cuándo y por qué hacer algo. El crear “algo” en todo su conjunto del grupo de la población, es decir en una organización, sería como el crear a partir de una idea.

Una comunidad de pastores de renos, cada día viven lo que podría ser el nacimiento y la muerte. Bastante literal. ¿Cómo podemos discutir con la ley de no pertenecer a nada en estas condiciones? ¿Dónde existe ahora el pertenecer a un grupo u organización?

Mientras tanto, si sólo ponemos toda la energía en conocer y entender a los demás, pero no recibimos sus puntos de informaciónque nos quieren dar, sólo damos pero no recibimos, no hacemos el trabajo duro conjuntamente. Y lo queremos tanto que no podemos aceptar cualquier otro resultado posible.

A veces, es mejor perder, dar un paso hacia atrás para poder mirar hacia adelante, es aquí donde el progreso y la innovación aparecerán, a través de las ideas.

Se nos en ciega la vista que no nos permite ver más allá, volvemos al “amor”, ciegos por el mismo, lo que nos impide avanzar, por lo tanto nos impide crear, innovar.

Pero cuando se trata de los demás, de otras personas, organizaciones, es en última instancia, cuando todo está fuera de nuestro control. No podemos hacer nada para cambiar esto, pero si nos podemos avanzar.

Pero quizás esta asociación ideal no es nuestro camino, ya sea con una persona o cualquier organización y más en un entorno VUCA. La cantidad de ideas que claramente perderemos por intentar acercarnos a lograr un éxito basado en una idea la cual no exista tanto desde la idea como desde las personas una acercamiento de relación sin que la captación y el deseo, con un motivo de interés y la investigación sea pura y dura. Libres de las medidas convencionales de lo que llamamos el “progreso” y el “éxito” en la vida que están unidos a los conceptos de trabajo y familia, de negocio y resultados, es cuando nos damos cuenta, que hasta ahora, “algo” en su forma, que habíamos estado viviendo, trabajando, intentando llevar o crear no era la realidad, el saber dónde estamos para poder así ver si es nuestro futuro proyectado. Pero ¿qué nos ocurre ahora? ¿Qué hemos de vivir nuestra vida ahora? ¿Qué vamos a crear ideas de la nada? ¿Vamos a estar innovando con algo con lo que no creemos?, por lo tanto con algo que no le tenemos nada de “amor”, ni pasión, ni actitud en todo nuestro conjunto.

Si bien Mongolia, en el documental que estuve observando, el breve tiempo en que duraron muchas ideas me venían a la cabeza, pero la intensa relación de todas ellas, eran como catalizadores, la trayectoria de esta vida en particular, el recordar las palabras de Vimala Thakar que encontramos en On an Eternal Voyage, (Bombay: R. Raman, at Inland Printers, 2nd ed., 1972):

“No sabemos lo que es el movimiento de la energía total dentro de nosotros. Y en ese silencio, cuando la energía no se disipa, no es dispersado en cualquier dirección, el movimiento de esa energía total provoca la mutación, transformación. Ese movimiento de la energía total puede ser llamado: el movimiento de la inocencia; movimiento del siempre fresco con nuevo sentido de la vida,. Puedo llamarlo movimiento de renuncia: una persona se mueve en la vida sin querer adquirir nada psicológicamente de cualquier persona en el mundo. Se mueve sin esperar, anticipar, seleccionar o rechazar. Él ve la vida como viene. Él entiende la vida que se desarrolla en sí. Él mira la vida, pero no trata de imponerse sobre ella”.

“Los miedos que no enfrentamos se convierten en nuestros límites”. Robin Sharma

Gracias por leerme, por difundir, por compartir.

Sigamos aportando.

Ricard Lloria by @Rlloria

Photo Credit: Now old stock Photographer: Collection by Cole Townsend

Photo Credit: Now old stock Photographer: View from top of roller coaster VPL 12276v from Vancouver Public Library Historical Photographs

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.

Publicado en Liquadora de Ideas y Pensamientos. Post original aquí.

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La endogamia del “sí”

Por Xavier Marcet

Si pasa un día y nadie te cuestiona nada, nadie te dice que no, deberías considerarlo una rareza. Si pasan algunas semanas y ves que nadie te contradice nada es un síntoma de que puede haber algún problema. Pero si pasan semanas y nadie te pone dudas ni señala contradicciones, entonces no lo dudes, el problema eres tú !!!

Las personas con responsabilidades importantes pueden generar fácilmente entornos que vayan matando casi imperceptiblemente el espíritu crítico. Los líderes sólidos, los directivos de éxito,  emanan confianza y, en ocasiones, admiración. Poco a poco, esta adhesión al liderazgo puede tornarse en una forma de adulación acrítica. Simplemente al líder no le llega nada que no sea de su agrado o que no encaje con su estilo. Los gustos y los intereses del líder se convierten en ortodoxia tácita. Probablemente, en los discursos de la compañía o de la institución, se proclame todo lo contrario, pero en la práctica, nadie se atreve a cuestionar seriamente (ni que sea en privado) las estrategias, las decisiones, los relatos, los detalles.

He visto muchos directivos inteligentes caer en la trampa imperceptible que de modo natural se crea alrededor suyo. Todo el mundo se esfuerza por no ser mensajero incómodo y, al final del día, nadie le hace preguntas que no quiere escuchar. Si el líder es una persona sabia sabrá distinguir el esfuerzo de sus colaboradores por traerle los problemas ya en forma de solución de la ausencia de cuestionamientos. No tener nadie que tenga otras perspectivas, que nos haga ver otras caras de la poliédrica realidad es un error. Pero si el líder se acomoda a la vanidad acaba endiosándose por dentro y deja que la endogamia del “sí” no pare de crecer.

No hay que confundir el respeto y el compromiso con la ausencia de pensamiento propio, y esa es una confusión habitual en los equipos que rodean a muchos directivos. Pero el principal responsable debe ser el propio directivo, debe ser él quien estimule las reflexiones críticas sin excluir las de su propia actuación. Eso no le debilita, al contrario, le fortalece. Un liderazgo sostenible necesita de críticas serias  hechas por colaboradores que hacen de la crítica una forma de fidelidad. Y es evidente, que esto no debe estar reñido ni con la cordialidad ni con el compartir éxitos ni con una visión positiva y optimista de las cosas. Las críticas no pueden ser cosa simplemente de los adversarios o de los indocumentados.

Mantener el éxito no es fácil, ni para las corporaciones ni para las personas. Aquellos que saben mantener el éxito como una percepción provisional  o los que continúan pensando más en lo que les queda por aprender que en lo que saben, están más cerca de tener éxitos sostenibles, posicionamientos sólidos como personas y como organizaciones.  Para continuar haciendo propuestas interesantes, para continuar innovando seriamente, es preciso tener alrededor perspectivas distintas, es bueno tener lateralidades no previstas o nuevas formas de responder a las viejas preguntas. Es fundamental tener gente alrededor que nos haga nuevas preguntas o que nos inspire nuevas preguntas.

(la imagen pertenece a una obra de Bellini)

Publicado en XavierMarcet.com . Post original aquí.

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