Se ha hecho realidad algo que no es nada original pero que los tiempos que corren exigen que nos planteemos, de verdad. Me refiero a la necesidad de gestionar el cambio en nuestras organizaciones, algo que, supuestamente, siempre nos ha parecido evidente pero que siempre ha sido una opción más a seguir en aras de ser más o menos modernos o innovadores.
Paradójicamente, esto que es a todas luces tan claro, choca con el caudal de la cultura organizativa que fluye desde hace tiempo y nos obliga a remontar penosamente, como salmones, el cauce de lo que siempre hemos hecho y de aquello en lo que siempre hemos creído, y aquí nos tienes expuestos a todo tipo de peligros a cada salto que damos, siendo incierta la posibilidad de salir con vida y acabar desovando en algún meandro tranquilo y protegido de las corrientes.
Este nuevo mundo en el que ya vivimos exige que nos replanteemos seriamente la concepción clásica que tenemos de las personas, de los grupos y de las organizaciones. Y es que, siguiendo con la metáfora fluvial [escribo esto desde una zona que me inspira…], nuestras concepciones de siempre han llegado al delta donde las tranquilas aguas se confunden y se diluyen en la inmensidad de un mar que… ¿cómo decirlo?… va de otro palo y sabe distinto.
A la hora de abordar un proyecto de cambio organizativo es muy importante detenerse un momento y armarse de una serie de principiosque nos inspiren y ayuden a enfocarlo. Hemos de concretar una serie de premisas que estén en consonancia con el entorno que nos rodea, conformen nuestra mirada, nos aporten criterios y doten de sentido a nuestra actuación.
De las posibles ideas/principios de los que partir y, aprovechando la reflexión realizada en el marco de un proyecto artesano con un exsocioysinembargoamigo, quiero resaltar estas:
Conocimiento: Es en la organización donde reside el conocimiento y la capacidad para adecuar sus actuaciones a los requerimientos y a las necesidades cambiantes de su entorno; y este conocimiento está distribuido entre todas y cada una de las personas que la conforman. Hay que llevar a cabo actuaciones para transformar el conocimiento tácito en explícito.
Disposición: El cambio organizativo está normalmente determinado por el entorno y tanto la organización como las personas están inmersas en él y, por tanto, lo conocen y están dispuestas a aceptarlo.
Confianza: La confianza en las personas es la base para su participación y ésta, a su vez, fundamental para el cambio. Implicar en el cambio supone no dudar de la capacidad de las personas para percibir que es necesario cambiar.
Conversación: La conversación es la comunicación más efectiva. Las conversaciones entre seres humanos suenan como humanas y tienen voz humana. Si las conversaciones son humanas, sus opiniones, sus chistes, sus argumentos, sus perspectivas, son usualmente abiertas y naturales, ¿por qué cambiarlo? [del Manifiesto Cluetrain]
Participación: Las plazas son el centro por excelencia de la vida de las comunidades. En ellas se concentra la conversación a través de una variedad de actividades. Hay que crear el equivalente de plazas públicas en la organización para favorecer la conversación y, por ende, la participación de la mayoría de las personas.
Liderazgo: Liderar consiste fundamentalmente en movilizar y aprovechar los liderazgos que existen en todos los niveles de la organización. Se trata de diluir el Yo entre el Nosotros.
Innovación abierta: La innovación se genera a través de la conversación y, especialmente, gracias a la conversación con terceros. Las fuentes de innovación no se encuentran tanto en el interior de las corporaciones como en las ideas de sus usuarios, clientes y colaboradores.
Aprendizaje extendido: El protagonismo de la formación dirigida y encapsulada en entornos cerrados y controlables, como las escuelas y las aulas, en una sociedad hiper-comunicada y de abundancia de información, cede paso a un modelo centrado en el aprendizaje autónomo y personal alimentado por un sinnúmero de canales abiertos.
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La foto es de Antonio Devilla y podéis ver su serie aquí.
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Nos encanta simplificar la realidad, para hacerla más sencilla, nos encanta disponer de píldoras milagrosas que sin complicaciones nos permitan ser más felices, pero los mensajes simples son muy peligrosos.
El nuevo talismán del éxito, espoleado por el auge de la psicología positiva, se llama autoconfianza, la energía en forma de motivación para la superación de objetivos, lo que te permite multiplicar tu rendimiento para llegar donde los demás nunca podrán llegar. Ya lo habrás oído: “La mente puede conseguir cualquier cosa que sea capaz de concebir o soñar… sueña…” Y todos lo sabemos es tan fácil soñar,…es tan fácil tener las manos llenos de deseos,…
Sin embargo los efectos de este nuevo “elixir” del éxito es el responsable del peor de los pecados del directivo que supone la principal barrera de la innovación que destruye implacablemente a las empresas ¿Quién sabe quizás te este afectando a ti?
Autoconfianza, autoestima o autoeficacia
Ya habrás oído la sencilla tesis que nos propone que para realizar lo que nos proponemos, para poder dar lo mejor de nosotros, para potenciar todas nuestras otras habilidades y competencias específicas necesitamos de la autoconfianza y la autoeficacia como la capacidad de sentirse capaz de tareas y proyectos: “Tendemos a ser lo que creemos que somos“.
Hasta ahora cientos de poetas y escritores de esos llamados de “autooayuda” habían lanzado un mensaje realmente agradable de escuchar: “debes pensar que puedes conseguir lo que quieras”.
Es tan agradable que te digan que tu éxito depende de que vivas sin miedo, que sólo basta que sientas que la suerte te acompañe, que sólo basta que pienses que los sueños no son imposibles, que sólo basta con que los intentes tocar con tus dedos… si realmente es tan agradable.
Aunque para algunos suenan a palabras frágiles de cristal, palabrería de charlatanes o de bienintencionados humanistas. Lo cierto es que el fondo de estas tesis esta avalada por la psicología. El creador de la teoría de la autoeficacia es Albert Bandura probablemente el psicólogo académico contemporáneo más serio y más citado. O el que más lo ha promovido es nada menos que el padre de la psicología positiva Martin Seligman como presidente de la American Psychological Association.
Son cada día más los estudios que intentan demostrarnos que la capacidad de autoconfianza es la que explica el éxito incluso entre individuos de inteligencia general equivalente y que nuestras propias expectativas suelen ser las mejores predictoras de lo que obtengamos.
¿Que pasa cuando hay mucha autoestima (= Amarse a uno mismo) en directivos?
Si, que sucede cuando alguién tiene demasiada “autoestima”, que sucede cuando su “autoconcepto” es muy elevado.
Muchos dirían que estas personas han sido tocados por el dedo de los dioses. Han superado el mal al que están destinados al resto de los mortales que escuchan “el no puedo” que “son los enemigos de si mismos”, que se sienten poco capaces de asumir los grandes retos, de correr riesgos, lo que les provocan inacción y vivir por debajo de tus posibilidades por el paralizante miedo.
El individuo que se quiere a sí mismo aparentemente es todo lo contrario: confía en si mismo extraordinariamente. El mensaje de “Ama a tú prójimo, como a ti mismo” se convierte en “amate a ti para que el mundo te ame” Y si “te amas mucho el mundo te amará más”
Muchos directivos que han llegado a la cima de sus organizaciones tienen este “amor por si mismo” extraordinariamente desarrollado y confían extraordinariamente en si mismos como única compañía de una casi una segura soledad que el poder su posición desgraciadamente les condena.
Ello hace que para tomar sus decisiones confíen en si mismos, que se basen en su experiencia exitosa, resultado de una dura y prolongada selección de los mejores, o al menos, de los profesionales “mejor” adaptados a un determinado entorno organizativo. Tras muchos años, muchos años, han ido incrementando su autoeficacia demostrada una y otra vez en las duras batallas en el duro mundo empresarial.
Pero este tipo de trayectorias crean un extraño fenómeno, el principal cancer directivo, que mata lenta pero implacablemente: la autocomplacencia (el exceso de amor hacía si mismo).
La extraña enfermedad de la “alta estima”
Lo que ayer nos permitió tener éxito, puede que no sea lo que mañana nos lo dará. El éxito suele ser el peor enemigo de la transformación personal y de transformación empresarial
Nuestras emociones no nos permiten ver la “necesidad de cambiar”. Esto le sucede a cualquier ser humano, pero tiene connotaciones diferentes en los directivos pues afecta a toda la empresa.
Si la “enfermedad” que provoca más muertes directivas es la obsolescencia directiva, la incapacidad de cambiar, es el peor de los “virus” que la provoca se llama autocomplacencia (o si se quiere “una alta estima de si mismo”).
El poder, la posición y el status no ayudan a mantener una escucha activa sobre cuáles son las necesidades de cambio personal ni del cambio organizacional. Entre los altos directivos son pocos los que tengan subordinados o colegas que se atrevan a sugerir de forma seria a sus jefes que aspectos deberían ser cambiados. Para muchos directivos, incluso esto podría ser percibido cómo un signo de debilidad.
Se diría que una vez llegado a directivo no hay nada que aprender y que cuesta más escuchar sobre que hay que hacer.
En nuestro entorno son frecuentes Culturas Organizativas donde los directivos se manejan con elevados signos de estatus y donde la cercanía con sus subordinados o colegas no se promueve. Donde la alabanza fácil de los subordinados y compañeros es la moneda común.
En estos entornos no es necesario tener una personalidad narcisista para que los efectos de ocupar un rol directivo durante muchos años sean tan devastadores cómo si efectivamente el directivo tuviese este tipo de personalidad patológica: relaciones interpersonales distantes, baja humildad, dificultad de aprender de colaboradores y colegas y ninguna motivación para el conocimiento de las ideas de los demás o la autocrítica. Al final deriva en un efecto devastador para la organización la incapacidad para detectar ideas creativas e innovadoras, para detectar los errores o mejorar.
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La clave del éxito consiste en autodestruirse sistemáticamente
Los directivos necesitan desarrollar una automirada crítica en todo lo que hacen que es lo que permite detectar la necesidad de cambiar de perspectivas. Necesita de elevadas dosis de humildad que le permitan luchar contra el entorno que se crea en las posiciones directivas donde suele haber autenticas “borracheras” de éxito y “poder” difíciles de evitar.
Sabemos que el éxito genera “alta estima” y que es el fenómeno que hace que seamos profundamente vulnerables. Por ello el éxito del directivo duradero, como la de cualquier otro profesional, consiste en ponerse en duda constantemente. Poner en duda todo lo que sabemos, en desconfiar de nosotros mismos, en desconfiar de nuestra autoeficacia y establecer mecanismos para destruirnos sistemáticamente, por que sabemos que lo que sabemos y que nuestras competencias son exitosas, pero fugaces.
La rapidez del cambio hace que sólo aquellos que cambien muy rápidamente puedan adaptarse. Esto implica la búsqueda constante y casi paranoica de las debilidades de nuestra eficacia, ponerse en duda cada día y desconfiar de lo que uno sabe, de tener cierto miedo … de dudar, de de analizar como destruir lo que fuiste.
Sólo si sabes que “debes ser tu principal enemigo” y que lo peor que puedes hacer”es amarte demasiado a ti mismo”, sólo si sabes que el objetivo final es destruirte a ti mismo de forma sistemática e implacable y dejar lo fuiste un día, sólo así tienes algunas posibilidades reales de sobrevivir.
Si, sólo así podrás reinventarte cada día y podrás reinventar tu organización, si no lo consigues, como la mayoría, envejecerás y harás envejecer a tu organización, que morirá al mismo ritmo implacable que morirás tu. Por qué la principal barrera de la innovación que debes superar es la autocomplacencia, especialmente desarrollada en la mente del directivo.
Publicado en Supervivencia Directiva. Post original aquí.
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Cuando hablamos de concepto 360º, hablamos de hacer converger y compatibilizar diferentes necesidades y soluciones para pasar de la “competición” a la “colaboración”, favoreciendo la competitividad de la comunidad gracias a las sinergias establecidas mediante la colaboración de sus miembros … o, dicho de otra forma, lo que se comienza a conocer como “coopetición”, de forma que el 100% de clientes, proveedores…usuarios nos sintamos plenamente satisfechos con el servicio que recibimos y/o prestamos, cada uno con nuestro perfil correspondiente, gracias a las comunidades “coopetitivas” que vamos creando, retroalimentándonos y beneficiándonos por contenidos, experiencias, referencias, económicamente …
Ahora bien, toda “evolución” es un proceso dinámico, con sus “valles” y “puntas, en el que nos hemos de ir adaptando hasta que cada uno encontramos nuestro posicionamiento, por lo que es normal, en dicho proceso, encontrarnos debates, que nos enriquecen a todos, que lo actualicen e integren nuevas variables y necesidades que van surgiendo.
Bajo mi perspectiva, esto es lo que está sucediendo actualmente en la blogosfera, con la cantidad de debates que nos encontramos sobre los autoempleos que se están generando gracias a los medios sociales y el valor de los mismos, en este caso relacionados directamente con profesiones como community mgr., social media strategist … el debate está servido entre quienes se cuestionan si se puede pagar 100€, 200€ ó cuál es el precio de un buen servicio …
Sin embargo ¿estamos hablando de lo mismo?
Lo primero que hemos de plantearnos es qué es un buen servicio, lo cual normalmente va en función de dos parámetros, la inversión disponible y las necesidades específicas de quien lo requiere:
El otro día fui a comprar un pendrive. El primero que me ofreció el profesional que me atendió fue el último modelo para puertos USB 3.0. No me preguntó qué tipo de ordenador tenía, de qué año era … sino que lo primero que me expuso fue que su velocidad de transferencia era mucho mayor que los pendrives con tecnología 2.0 (y en voz más baja me avisó que, eso sí, si mi ordenador carecía de puertos USB 3.0, la velocidad sería la misma que uno 2.0).
Expongo este ejemplo porque no siempre lo “más” es lo más eficaz ni el mejor servicio …
en mi caso que mi ordenador tiene puertos USB 2.0 y para lo que lo quería (hacer back-ups) ¿para qué me sirve tener un superpendrive 3.0 cuyas prestaciones van a quedar en nada?
Si este ejemplo lo trasladáramos a los Medios Sociales:
Hay micropymes, autoempleados y autoempleadores que, hoy por hoy, lo máximo que pueden pagar es 50€, 100€, por decir una cantidad, porque comprometerse a pagar más es irreal para ellos y, además, quizás no necesiten toda una estrategia de inicio aunque sí es recomendable que entren.
Hay sobrinos, hijos, estudiantes … que están en las redes, que les apasionan ciertos temas y que para ellos 50€, 100€ es una “sobrepropina” y encantados de llevarlo a cabo porque les supone un plus en todo: en su economía, su entretenimiento, en su desarrollo de responsabilidad profesional …
Ahora bien, para una pyme establecida, que desee iniciar su andadura por las redes y los medios sociales, le recomendaría contratar servicios profesionales que le van a permitir ir directamente a su público objetivo, estar en las redes que mejor se adecuen a su producto o servicio, construir su “escaparate” virtual (marca y reputación) y lanzarla a su particular “milla de oro”, mucho más rápido que si lo tuviera que hacer alguien sin la experiencia ni los “apoyos” que ya han construido quienes se dedican (nos dedicamos) a ello.
¿Cuál es el mejor servicio? El que se adecúe a mis necesidades actuales, teniendo en cuenta a dónde quiero llegar y qué quiero conseguir.
¿Cuánto cuesta? Irá en función de lo que contrate, el tiempo que quiera invertir y la amplitud del proyecto que tenga en mente.
Retomando el tema con el que inicié este artículo, en estos momentos las personas que nos encontramos y trabajamos en los Medios Sociales tenemos la oportunidad de decidir cómo queremos que sea nuestro futuro, competitivo, denostando lo diferente, ir a por todas y recrear el 1.0 en los Medios Sociales o trabajar por la coopetición, creando sinergias que nos beneficien a todos, especializándonos en lo que más nos gusta y resalta nuestro valor añadido y transfiriendo proyectos a aquellos colegas que, por valores o especialización, pueden obtener mejores resultados con determinados clientes.
¿Cuándo he pasado o paso un proyecto?
cuando mi “conexión” con la persona falla, nos malentendemos
cuando mis valores son diferentes
cuando necesitan otro tipo de perfil (ya sea por especialización o por experiencia)
…
¿Por qué lo paso?
Porque me interesa estar en proyectos 10, en los que el 100% de mi energía se dirige a construir y aportar el máximo valor añadido, de forma que cuando se acabe el proyecto el cliente se encuentre plenamente satisfecho de los resultados y del valor pagado.
En definitiva por posicionamiento presente y futuro: reputación, credibilidad y referencias.
¿Y tú? ¿compites o coopites? ¿te apuntas a la coopetencia, al 360º en los Medios Sociales?
——–
Mercedes HVdP (@MyKLogica), consultora de estrategia y desarrollo profesional, con foco en Medios Sociales en MyKLogica.
Tenaz, franca y directa. Apasionada de mi trabajo. Coach ejecutiva desde 1998 y una practicante del desarrollo de la Inteligencia Emocional. Me posiciono en calidad y me he especializado en Estrategia, Liderazgo y Comunicación 3.0. Bloguera desde 2006, tuitera desde 2009 y curadora de contenidos desde 2012. Actualmente colaborando en proyectos nacionales de estrategia en Medios Sociales para PyMes y desarrollo de competencias 3.0 y en proyectos europeos de auditorías de competencias.
Créditos: Agradecer a Julio Aliaga, a Sergio Ramírez y a SMRevolution el haberme invitado a formar parte del grupo y darme la oportunidad de escribir en este blog. ¡Gracias!
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Cómo vencer la resistencia al cambio. Por Aida Baida Gil.
DeGerencia.
Muchas veces uno de los mayores obstáculos a la hora de hacer un cambio importante, o de arriesgarte a hacer algo diferente es la incertidumbre o, en concreto, el miedo a lo que pueda pasar, a no ser capaz de superarlo, y al fracaso. El problema es que la incertidumbre va a estar siempre ahí (a no ser que tengas una bola de cristal).
Así que la única forma de superarlo es cambiar tu forma de pensar y de actuar. Esa es la principal diferencia entre los que consiguen lo que quieren o al menos lo intentan, y los que no hacen nada, la distinta formar de ver las cosas.
Por supuesto cambiar tu percepción de las situaciones no es tan fácil, pero por qué no empezar a ver las cosas con otra perspectiva. Por ejemplo:
1.- Toma de decisiones.
En lugar de estresarte y obsesionarte con la decisión perfecta, por qué no te planteas que tomes la decisión que tomes, será buena, porque eres capaz de apañártelas con el resultado final. Al fin y al cabo todos nos adaptamos a todo, y en muchos casos, puedes cambiar de opinión.
¿No es más tranquilizador pensar que pase lo que pase podrás sacar algo bueno y por tanto nunca tomarás una decisión errónea? Lo que haces es asumir la total responsibilidad de tu vida y aceptar que tú eres el responsable de que las cosas que están en tu mano salgan bien y, sobre todo, el responsable de tu actitud.
2.- Vivir en el presente.
Hace poco leyendo el libro “El poder del ahora” me llamó mucho la atención una de sus frases: “No dejes que el pasado distorsione tu visión del presente”. Es tan cierto que muchas veces vivimos en el pasado, recordando malas experiencias, traumas o miedos, y que eso hace que veas el presente con otros ojos, ¡los del pasado! Así que céntrate en el presente, en la persona que eres ahora no en lo que fuiste o hiciste antes.
De igual manera, no dejes que el futuro te preocupe demasiado, porque no tienes una bola de cristal y no sabes qué va a pasar. Por supuesto eso no es nada fácil, ¿verdad? Lo que nos gusta anticipar las cosas (y con malos resultados, claro) y preocuparnos, para que muchas veces ni siquiera sucedan.
Céntrate en lo que puedes hacer ahora y libérate del futuro. Como mencioné antes quizá te ayude la idea de que, pase lo que pase, vas a ser perfectamente capaz de manejar las consecuencias.
Date cuenta de la importancia de esa frase, si supieras que eres capaz de desenvolverte, de responder bien ante cualquier circunstancia, ¿por qué tener miedo? Y la realidad es que lo eres, o si no no habría tantísimos casos de personas que superan lo que parece insuperable. Incluso en las épocas más dificiles somos capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos. No pierdas la perspectiva.
Os dejo una frase que leí en Twitter (de @soloquotes) “Toda historia tiene un final feliz… Si no eres feliz, entonces no es el final.”
3. Deja de esperar que algo o alguien te salve.
Muchas personas viven esperando que un día pase algo o alguien que le cambiará la vida para mejor, y mientras esperan ese día, desperdician el presente. ¿Quieres estar satisfecha con tu vida, conseguir tus objetivos, disfrutar de lo que tienes? Pues deja de pensar que van a venir a sacarte las castañas del fuego y empieza a encargarte tú de tu vida.
Poner tu vida en manos de un algo o alguien no es una buena idea y mucho menos si ni siquiera sabes si algún día va a llegar. Y si llegara, es mucho más satisfactorio hacerlo tú por tu cuenta, ¿o no? Si quieres ver cambios es hora de ponerse manos a la obra.
4. Acepta el fracaso y los errores como parte de la vida
Y considéralos un paso más hacia la consecución de tus objetivos. No es tan difícil como parece, de todo se aprende, y aunque es algo muy dicho, ¡es la verdad!
Este artículo es Copyright de su autora, quien es responsable por el contenido y las opiniones expresadas, así como de la legitimidad de su autoría. El contenido puede ser incluido en publicaciones o webs con fines informativos y educativos pero no comerciales.
Acerca de Aida Baida Gil
Coach personal certificada por la Coach Training Alliance, licenciada en Biologia, doctora en Genetica. Trabaja con mujeres profesionales que quieren ganar seguridad en si mismas, decidir el siguiente paso a dar y diseñar su vida y su carrera según sus intereses y valores. Visita www.coachdelaprofesional.com para mas información.
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El primero de ellos es el cambio que se produce dentro de un determinado sistema, un cambio que no cuestiona los paradigmas, los modelos mentales desde dónde vemos la realidad que queremos cambiar. Otros autores se refieren a este tipo de cambio como “aprendizaje de primer orden”.
El segundo tipo de cambio es el que supone cambiar el propio sistema, la forma en que enfocamos la situación que nos preocupa. Este segundo cambio implica cambiar “el observador” que somos, adoptar una mirada diferente, desde otras premisas.
Con estos cimientos construye su reflexión, en la que subraya que “lo que promueve el cambio es la desviación con respecto a alguna norma”. En consonancia con otras aproximaciones al fenómeno del cambio, será la consideración de que el estado actual de las cosas no es el deseable, el que genere el impulso que el cambio necesita.
Aquí se abre una línea interesante de reflexión al preguntarnos: “no deseable” ¿para quién? ¿qué hace a esta situación no deseable para alguien? Sin embargo, al introducir estas preguntas estamos situándonos en clave del cambio de segundo tipo ya que nos hace preguntarnos por el marco de referencia en el que nos situamos al definir un problema.
En esta línea, siguiendo la reflexión de Watzlawick, los problemas surgen ante situaciones no deseadas que se encuentran frente “acallejones sin salida, situaciones al parecer insolubles, crisis, etc.,creados y mantenidosal enfocar mal las dificultades”.
De ese enfoque inadecuado puede surgir de tres grandes tipos planteamientos:
– Se intenta una solución negando que el problema lo sea en realidad, lo que lleva precisamente a no hacer nada para solventarlo. Por ejemplo, aunque las encuestas nos muestran un importante grado de insatisfacción en nuestros trabajadores eso se debe a que sobre todo han respondido los enfadados o cualquier otra argumentación que lleva a considerar que ese problema no existe.
– Se intenta un cambio para eliminar una dificultad que desde el punto de vista práctico es inmodificable o bien inexistente, lo que provoca hacer cosas que no se deberían haber hecho. Un ejemplo podemos tenerlo en las políticas prohibicionistas frente al alcohol o a otras drogas.
– Se comete un error de enfoque al pretender generar un cambio dentro de los paradigmas que han generado la dificultad (cambio de tipo 1), cuando lo que se necesita es un cambio de perspectiva (cambio de tipo 2). Un ejemplo de esta situación podemos tenerlo en la anécdota que cuenta cómo la NASA gastó un ingente presupuesto en encontrar un bolígrafo capaz de escribir en un entorno de gravedad 0, mientras que sus competidores soviéticos optaron por un lapicero.
Así pues, son las acciones que se llevan a cabo para promover el cambio que se desea a fin de para modificar una determinada situación, las que se convierten en generadoras de un problema que puede ser incluso mayor que el existente.
Otro aspecto interesante que nos plantea Watzlawick es “el mito de que para resolver un problema se ha de comprender su porqué”.
Partiendo de su experiencia clínica, y no tan solo clínica, nos plantea cómo podemos encontrar cambios profundos y duraderos que surgen sin llegar a entender las razones que generaron el problema o la situación indeseada. En este sentido, nos orienta a preguntarnos no por el ¿por qué?, sino por ¿qué es lo que aquí y ahora sirve para perpetuar el problema y qué se puede hacer aquí y ahora para efectuar el cambio?. Peter Senge y los enfoques sistémicos hablan de “la palanca de cambio” del sistema.
Finalmente nos plantea cuatro etapas para abordar un problema:
Definirlo con claridad en términos concretos. Lo que supone preguntarnos en qué consiste realmente el problema, para quién es un problema, cómo de importante nos resulta, qué estamos dispuestos a hacer para afrontarlo,…
Investigar las soluciones ya intentadas, de tal manera que podamos identificar qué es lo que sabemos que no funciona, qué es lo que contribuye a mantener la situación tal y como está.
Definir con claridad el cambio concreto que se quiere producir. Frecuentemente el cambio deseado se formula de manera demasiado vaga y genérica, lo que lo hace mucho más difícil de alcanzar.
Formular y poner en marcha un plan para producir ese cambio, de tal manera que sea clara la pauta de acción a realizar.
Termino con algunas citas sugerentes que aparecen en el libro:
“Mientras perseguimos lo inalcanzable, hacemos imposible lo realizable” Ardrey.
“Todo cambio es contradictorio; por tanto, la contradicción es la auténtica esencia de la realidad” Heráclito.
“No son las cosas mismas las que nos inquietan, sino las opiniones que tenemos acerca de ellas” Epicteto.
“La verdad no es aquello que descubrimos, sino lo que creamos” Saint Exupéry.
Para las personas que sabemos poco de ciencias, el cosmos nos parece un lugar complicado. Sabemos se trata de un “sistema complejo” en el que inexorablemente se cumplen unas determinadas leyes físicas y que éstas contribuyen a mantener el orden y el equilibrio en el Universo.
En realidad la complejidad sólo procede de nuestra incapacidad por comprender, de nuestra falta de conocimiento y de nuestras dificultades de comunicación. Se dice que la simplicidad “es inherente” a la naturaleza, sólo es preciso conocer sus mecanismos.
Haría falta estudiar muchísimo para conocer exactamente cada una de estas leyes y el porqué se cumplen. Y aún así nos resultaría demasiado complejo el conocimiento íntegro y absoluto de todos los fenómenos, hechos y circunstancias que nos rodean. Por ello necesitamos de mecanismos que nos permitan conocer solo “lo esencial” de muchas cosas para poder “profundizar” en muchas otras que nos sean de particular interés y utilidad.
Simplicidad
Nuestra vida cotidiana resulta con frecuencia compleja pues son muchos los inputs a los que hay que atender. Movernos en la complejidad provoca ineficacia, desgaste de energía y tiempo. Es preciso intentar desgranar lo complejo para convertirlo en simple. La simplicidad hace la vida más sencilla. No hay justificación de que las cosas se hagan complicadas, cuando pueden ser sencillas.
John Maeda es un gurú de la simplicidad de reconocido prestigio internacional. Profesor, tecnólogo y artista digital, ha dedicado toda su vida a estudiar qué características tienen las cosas simples. El resultado, parcial, de toda esa búsqueda ha quedado condensado en un libro llamado Las Leyes de la Simplicidad. Maeda explica en apenas 100 páginas lo que piensa sobre la simplicidad. Lo hace de manera sencilla y amena y propone diez leyes. Recomiendo la lectura de este libro a cualquier persona que quiera ahondar en el tema de la simplicidad, aunque se refiere casi específicamente al diseño, estas leyes pueden aplicarse a muchas facetas de la vida.
Mecanismos que nos hacen la vida más sencilla:
Confianza
Aunque desconozcamos en profundidad las leyes que marca el Universo, confiamos en su buen funcionamiento. Diariamente otorgamos nuestra confianza a la Naturaleza y salimos a la calle con fe en el orden del cosmos y con la convicción de que el sol aparecerá por el este y al anochecer vislumbraremos la luna y las estrellas.
Podríamos afirmar que la confianza, en este sentido amplio, es un mecanismo que permite reducir la complejidad. Ante un sistema complejo, como puede ser el Universo, la confianza reemplaza la insuficiente información que se dispone y la sustituye por una seguridad internamente garantizada, generalizando las expectativas de comportamiento del sistema.
La confianza en nosotros mismos también nos ayudará a tomar conciencia de nuestras capacidades para resolver asuntos más o menos complejos.
Rutinas
El cerebro tiende a la simplificación y a economizar esfuerzos, por ello establece patrones de hábitos y rutinas para la percepción y la acción. Una vez adquirido el hábito, éste se realiza de forma fluida y sin dificultad, sin apenas percatarnos de la serie de acciones que realizamos. Establecer patrones de conducta y métodos de trabajo nos facilitará nuestra productividad y bienestar.
Creatividad
Vale la pena invertir un tiempo y dedicar un esfuerzo creativo para intentar encontrar una forma más sencilla de hacer las cosas. No siempre se encontrará un atajo, pero si lo encontramos, los beneficios serán plausibles. Aunque las rutinas son útiles, es conveniente observar otras perspectivas, otros modos de actuación que quizás nos puedan facilitar un “punto palanca“ y avanzar considerablemente en nuestra tarea.
Conocimiento
A medida que se profundiza en un tema se adquiere experiencia sobre el mismo, adquiriendo la capacidad de dilucidar y filtrar lo que es importante de lo que hay que ignorar. Estudiar y analizar con detenimiento los proyectos que se nos presentan nos permitirá conocer cuáles son estas premisas.
Todos los problemas son, inherentemente, simples de resolver.
La TOC se basa en el supuesto de que cualquier sistema, no importa cuán complejo parezca, es gobernado por pocos elementos. Identificar sus restricciones y gestionarlas adecuadamente produce resultados rápidamente y fomenta la armonía a través de todo el sistema.
“Si nos sumergimos lo suficiente (en el problema) encontraremos que hay pocos elementos en la base, las raíces de la causa, las cuales a través de las conexiones causa-efecto gobiernan todo el sistema. El resultado de aplicar sistemáticamente la pregunta – porqué? – no es una enorme complejidad sino mas bien maravillosa simplicidad”. ( Dr. Eliyahu Goldratt, The Choice).
Simple no significa fácil
Con frecuencia la explicación o la solución a algún problema es simple, pues una vez conocidos los elementos, las causas y los efectos que lo rigen, la complejidad desaparece. Sin embargo conocer lo que “hay que hacer” no significa que sea fácil implementarlo. Todos sabemos que es muy simple adelgazar. Basta con comer sano, reducir la ingesta de grasas y alcohol y hacer ejercicio. Sin embargo, no es fácil. Igual ocurre con dejar de fumar o cambiar la cultura organizacional de una empresa.
No podemos olvidar que nuestras acciones no solo se rigen por leyes físicas, sino que también hay que lidiar y gestionar nuestras emociones. Y esto………. resulta más complejo.
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En la mayor parte de empresas de cuño tradicional ó 1.0, la visión de un buen profesional es aquella de serio, emocionalmente aséptico y “lineal”, que toma decisiones desde un punto de vista “lógico numérico del negocio”, asimilando lógica a matemáticas, ignorando u obviando que hay muchos tipos de lógica (incluída la emocional) y olvidándose del “factor humano” en los cálculos empresariales, sin ser conscientes de los impactos económicos y sociales de decisiones llevadas a cabo de tal forma, entre otros, como comentaba en una entrada anterior, empobrecimiento de mercados, lo que a la postre, les lleva a agotar su propio mercado y a la propia obsolescencia de la empresa, por la poca implicación de sus colaboradores.
Tal y como yo lo veo, frente a este tipo de empresas, la empresa 2.0 es consciente de la limitación de recursos, por un lado y de la necesidad de motivar y retener el talento por otro si desean tener futuro, por lo que comienzan a poner las bases para ello:
A nivel externo: entienden que si su mercado se queda sin dinero, dejan de consumir y que por mucho que se pongan objetivos de negocio superiores al año anterior, si no hay dinero, no hay dinero y el poco dinero disponible en el mercado irá a cubrir las necesidades básicas, por lo que comienzan a poner en marcha medidas que ayude al mercado a recuperarse.
A nivel interno: saben que el futuro radica en la innovación, que para poder innovar han de tener y retener el talento y abrir las puertas a la emocionalidad para poder contar con la ilusión y la fantasía, bases de la creatividad, creando entornos seguros en los que la gestión del error lleve a nuevas oportunidades de mejora e innovación.
y la empresa 3.0 incluye de base el “factor humano” y la sostenibildiad en sus variables por propia convicción, son empresas que como dice una buena conocida, controller de la división europea de una gran multinacional, “hacen hablar a los números”, es decir, cuentan con las personas que han de conseguir los resultados y consiguen que donde antes había un -1, transformarlo en +1, por ejemplo, es decir cuentan con colaboradores, consumidores … están descubriendo o han descubierto los beneficios derivados de desarrollar y potenciar la empatía.
La empatía entendida como la capacidad de comprender los sentimientos y emociones que se presentan ante una situación y las reacciones que pueden conllevar.
Una empatía bien desarrollada nos ayuda a sacar el máximo potencial de nosotros mismos y de nuestros colaboradores.
Bajo mi perspectiva y como ya he comentado en entradas previas, la Empatía, tras la Asertividad y la Autoestima, conforman la base para la óptima evolución del resto de competencias “soft”, además de formar parte del proceso de desarrollo del diálogo, la competencia 3.0 por excelencia:
Asertividad: Respeto a lo que soy, aceptando mis debilidades y mis fortalezas y su expresión ligüística. Nos capacita para parar “golpes”, afirmarnos y desarrollar soluciones lógicas. La asertividad ayuda a la eficiencia en las relaciones.
Autoestima: Reconocimiento de lo que soy, de lo que me falta por aprender y lo que llevo aprendido. Nos capacita para valorar el esfuerzo, rectificar a tiempo y tener en cuenta otros criterios. La autoestima posibilita asentar culturas de mejora continua e innovación cerrada.
¿Por qué veo importante un desarrollo previo a la empatía, de la asertividad y la autoestima?
Porque si no hemos desarrollado una óptima asertividad y autoestima mínima previa, corremos el riesgo de ponernos mal en la piel del otro, que perdamos perspectiva de la situación y sus implicaciones posteriores:
por exceso de emotividad, por ejemplo, permitamos que un niño coma mal o que un compañero haga mal su trabajo.
por defecto de emotividad, nos focaliza en el corto plazo y nos impide ver la importancia para nuestro futuro de llegar a soluciones 360º y sostenibles.
Ahora bien, tanto la Asertividad como la Autoestima, sólo pueden desarrollarse de forma óptima tamizada por la empatía, que nos permite ver y comprender la motivación del otro, conectarnos con lo que puede sentir y ampliar nuestra perspectiva a la hora de dar soluciones de y con futuro:
Un ambiente asertivo en el trabajo, sin una autoestima colectiva mínima y otro tanto de empatía, en su mejor desarrollo, dará un clima “aséptico”, eficiente y en el que los colaboradores serán números con nombre (y del mercado ya ni hablamos).
Un ambiente asertivo y con autoestima colectiva pero poco desarrollada su empatía, en su mejor desarrollo, dará un buen clima para la mejora continua, la investigación y la innovación cerrada, focalizada en la rentabilidad del negocio y con poca conciencia de su impacto y efecto mariposa económico y social.
Desarrollar la empatía es abrir las puertas a la emocionalidad y comprender que, por encima de profesionales, somos personas y que como parte de nuestra personalidad, se encuentran los estados de ánimo y las emociones, que tamizan nuestra percepción de la realidad y saber aprovechar dicha emocionalidad para beneficio de todos, puesto que un ambiente empático que no haya desarrollado adecuadamente la asertividad y/o la autoestima, es inviable e insostenible.
Una empresa que favorezca y estimule el desarrollo óptimo de estas 3 capacidades básicas, apuesta por el largo plazo; si la asertividad nos dota de eficiencia y eficacia, la autoestima de capacidad de mejora e innovación, la empatía permite incorporar el “factor humano”, las personas, y la sostenibilidad, los recursos, en nuestros análisis de empresa y de impactos socio-ambientales de las prácticas que llevamos a cabo.
Desde mi perspectiva:
La asertividad nos permite crear entornos eficientes y eficaces: actua en el presente y se focaliza los resultados.
La autoestima nos permite aceptar lo que somos, lo que hemos aprendido y lo que nos falta por aprender: convierte “vivencias en experiencia” (pasado) y se focaliza en las capacidades necesarias para seguir mejorando.
La empatía nos permite “alimentar” y potenciar la ilusión y el esfuerzo: se focaliza en la motivación y la emoción de conseguir metas, bases de la innovación disruptiva y abierta (futuro).
Las barreras más importantes para un buen desarrollo de nuestra empatía son la endogamia relacional y la falta de experiencia/s; a mayor abanico de relaciones y mayor variedad de experiencias vividas, mayor capacidad empática adquirimos, lo que a su vez, nos ayudará a tomar mejores decisiones.
En conclusión, si hay una capacidad que nos puede ayudar a establecer vínculos con nuestro entorno, fortalecer nuestro “core business” (factor humano) y crear una empresa sostenible y con futuro, es el desarrollo óptimo de la empatía.
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Planificamos cuando tenemos por delante una meta compleja (que requiera más de una acción para completarse) y queremos definir cuál es el camino a seguir para conseguirla. Hay varias formas de planificar un proyecto, unas más útiles que las otras.
La planificación es como ir de viaje: tienes un punto de partida, hay un lugar al que quieres llegar, y tienes que escoger entre las distintas formas de llegar a él. Hablo de un viaje que tengas que hacer por razones prácticas (si es por disfrute, uno puede querer definir la ruta o el destino sobre la marcha).
Siguiendo la metáfora del viaje, la planificación natural — yo pienso más en ella como “útil”, ya que el resto de formas de planificar también surgen de forma natural — consta de 5 pasos:
Definir el propósito y los valores: a dónde queremos ir y de qué forma lo queremos vivir
Visualizar los resultados, o cómo sabremos que hemos llegado a donde queríamos
Generar una lluvia de ideas, volcando todo lo que pase por la mente relacionado con el tema
Organizar las ideas que hemos tenido
Identificar las siguientes acciones a tomar para ponernos en marcha
Pero hay otros tipos de planificación, más espontáneos, que a veces usamos y que no suelen ser tan útiles.
La planificación reactiva o, como la llamo entre amigos, PSM (planificación a salto de mata ), es una forma de enfocar los problemas de forma más bien instintiva. Se da sobre todo si no se ha tenido la previsión de planificar el objetivo con tiempo. Fíjate en que surge con los problemas que un objetivo bien planificado podría haber evitado.
En la planificación reactiva, ante el problema, lo primero que hacemos es actuar para sofocar el fuego. Al no haber una clara definición, poco a poco se va organizando, pensando y por último definiendo qué se quiere conseguir. Con mucho esfuerzo y recursos la situación acaba estabilizándose.
La planificación no natural empieza por las ideas. Se intuye que hay un objetivo o problema, pero que no está bien definido, y lo primero que se hace es buscar buenas ideas. Esto tiene dos problemas principalmente. El primero, como ya hemos dicho, no está definido ni lo que se quiere conseguir, ni cómo ni el resultado deseado. Ponerse a planificar sin esta información es como lanzar un dardo sin saber donde está la diana, es difícil acertar.
El segundo es la búsqueda de “buenas” ideas. Para empezar, ¿buenas para qué? Nos sigue faltando el propósito y resultados. Además, lo importante de la lluvia de ideas es generar ideas; ¿cómo de útil es pedir solo las ideas “buenas”? Estamos poniendo unos filtros que anulan el sentido de la lluvia de ideas.
Escoger la forma más útil va a determinar no sólo el éxito que obtengas en el proyecto, sino también el control que tendrás sobre el proceso (cosa que repercutirá sobre tu atención y estrés).
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Al observar un espectáculo de música o un teatro, a veces experimentamos la necesidad de realizarlo, o incluso sensaciones derivadas al observarlo. Este hecho, según los expertos, se produce porque mientras contemplábamos el espectáculo, se han activado unas neuronas especiales en nosotros conocidas como neuronas espejo.
Las neuronas espejo son un grupo de células que fueron descubiertas por el equipo del neurobiólogo GiacomoRizzolatti y que parecen estar relacionadas con los comportamientos empáticos, sociales e imitativos. Su misión es reflejar la actividad que estamos observando.
Tras la realización de diversos estudios se comprobó que existen un grupo de células que se activan en el cerebro cuando un animal o ser humano realiza una actividad, y cuando se observa a otros ejecutar una acción o se tiene una representación mental de la misma. De ahí, proviene la razón para utilizar la palabra “espejo”.
Una neurona espejo, por lo tanto, es una célula nerviosa que se activa en dos situaciones: 1. Al ejecutar una acción. 2. Al observar ejecutar una acción.
En relación a la segunda situación, lo que sucede es que la neurona reproduce la misma actividad neural correspondiente a la acción percibida, pero sin realizar la conducta de manera externa, correspondiendo a una representación mental de la acción. Es decir, aquello que se moviliza es una respuesta neuronal refleja en el cerebro.
Curiosidades de la neuronas espejo
Este tipo de células se encuentran ubicadas en la corteza frontal inferior del cerebro, cercanas a la zona del lenguaje, permitiendo el estudio a los expertos de la relación existente entre lenguaje e imitación de gestos y sonidos.
Las neuronas espejo son las células encargadas de hacernos bostezar cuando una persona bosteza, o de que nos encontremos imitando un gesto sin saber por qué, de alguien cercano a nosotros.
Además, las neuronas espejo, desempeñan un papel fundamental en la psicología, en lo relacionado con la parte comportamental, como es la empatía, el aprendizaje por imitación, la conducta de ayuda a los demás, etc. demostrando una vez más que somos seres sociales.
A continuación, os dejamos un vídeo interesante sobre este grupo de células tan importantes.
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En los últimos post, artículos he ido desmembrando acerca del cambio y su gestión, ya de forma personal como profesional o en entornos de empresa.
Llega el momento de que siendo el día que es, hoy 8 de abril, 2 años ya han transcurrido desde la creación de este espacio, licuando ideas, pensamientos. Dónde cada vez he ido aportando un 1% más para todos, para el blog y definitiva también para mí. A todo esto, sin dejar de visualizar se han ido creando las “Mareas de Transformación”.
En los espacios intermedios nos pueden conducir a una transformación extrema de nosotros mismos, pero seamos sinceros, dentro de la noche más oscura del alma, dentro de nosotros mismos, realizando un ejercicio de introspección, cosa que para llegar a la transformación personal no es necesariamente lo que elijamos por ejemplo que hacer en un sábado por la noche.. o realmente nunca lo lleguemos a experimentar. Por lo general, nosotros elegimos, siempre elegimos que camino creemos que es el más adecuado.
Así que ¿cómo podemos caminar por el valle de las sombras del miedo al fracaso, la incertidumbre, falta de fundamento y sin ser comidos vivos por los leones de la selva? Me gusta pensar que a veces sólo necesitamos recordar un poco dónde estamos realmente en qué situación y que actitudes tenemos dentro de nuestras propias cajas de herramientas de transmutación o transformación personal.
Actitud: Actitud afecta en gran medida la forma en que vemos el mundo e interactuamos con él. Yo seré el primero en admitir que no siempre es fácil de tomar un respiro y decir: “Estoy seguro, que esa persona, que sólo me cortó en la autopista, probablemente acaba de perder su trabajo, rompió con su pareja. “Pero a veces una pausa momentánea en el espacio entre nuestros sentimientos y nuestros pensamientos iniciales podrían cambiar nuestras reacciones (forma más fácil decirlo que hacerlo, lo sabemos).
Además de nuestro momento, la capacidad de abrazar lo que está pasando, me gusta que pensemos en la actitud como “algo” que “necesitamos hacer, como un ajuste” y más como algo mutable, descarado, atractivo, potente, honrado y poseedores de nosotros mismos. Me gusta pensar en la actitud como los artistas que bailan en un show burlesco: música elegante de los años 20, y ellos aparecen cómo que son sólo los dueños de ellos mismos. Porque, en realidad, es nuestro.
Gratitud: ¿Cuántas veces no hemos oído a alguien quejarse o nos hemos quejado de algo? Nos quejamos, muchas veces cómo niños que no tienen, que no pueden, que logramos, pero olvidamos lo que si tenemos, podemos saltar, bailar, caminar, subir… nos podemos mover. Y luego pensamos, podemos.
A veces, en medio de los retos de la vida, después de ir a través de nuestras listas de lo mal, de lo que está bien, nos recordamos de lo bueno que son las cosas (como nuestras familias, amigos, compañeros). Incluso si atravesamos una pesadilla actual de nuestra existencia. La existencia, según tengo entendido llegan las preguntas en torno a los 40 años, pero hay veces que llegan antes y otras que llegan después, por eso siempre, he creído que la Gratitud = recordar las pequeñas cosas también llegan en forma de duchas de agua caliente, comida, trabajo, mensajes escritos, unos buenos días, una sonrisa simple etc… A veces sólo tenemos que pensar en una cosa que tengamos dentro de nuestras vidas, que nos produzca una sonrisa en nuestro rostro, o que produzcamos una sonrisa hacía los demás. Esto me recuerda que todos los días tenemos o sentimos algún tipo de sensación cálida, sólo que nos hemos de percatar de ella. Cada día me gusta dar las gracias a todo el mundo, hasta en el mundo de las redes sociales y más si nos nombran, nos comparten, creo que todo el mundo se merece un gracias dentro y fuera de las redes sociales, por lo que la gratitud es siempre bienvenida en ella.
Vicisitud: El trato está hecho, realmente no hay vuelta atrás, lo hacemos o no lo hacemos (estamos empleados o en desempleo (estar en desempleo no significa estar parado), haciendo algo o no, por lo que aceptamos o no. Incluso si no hemos llegado plenamente a un acuerdo con la otra persona o nuestro otro yo, sin embargo, estamos siendo sometidos a un cambio en algún nivel fundamental. Vicisitud es todo sobre el estado de cambio o ser cambiante (y hace una adición a la diversión a su vocabulario dentro del juego del Scrabble). A veces, sólo reconocemos la idea de que el crecimiento, implica cambio, nos prestamos a nuevas perspectivas. Si nada más, sólo decir esta joya lingüística cinco veces de forma rápida podría romper temporalmente cualquier fatalidad inminente / es esto realmente, suceda como patrones de pensamiento por unos momentos.
Rectitud: La honestidad y la moral gran cosa a seguir dentro de nuestras creencias, personalidades etc… Llámalo karma, pero incluso si estamos viviendo en medio de increíbles confusiones, en medio de situaciones rocambolescas, sabiendo que somos unas buenas personas honestas, honorables. En general puede proporcionarnos un buen par de piernas para estar de pie. La integridad personal consiste en muchas cosas, aspectos y para nosotros, la honestidad es uno de nuestros pilares. Y en momentos donde podríamos parecer perdidos en el vacío, tratamos y buscamos hasta debajo de nuestras camas (aquí es donde nos volvemos a esconder de nosotros mismos). Tenemos una sólida brújula moral en nuestro “Pack de vida”, es una valiosa forma de encontrar el camino a casa, para nosotros mismos y para los demás.
Longitud: A veces estamos tan atrapados en nuestro propio mundo que nos olvidamos del mundo real, del que todos estamos parados y convivimos encima de él, un mundo llamado Tierra. Debajo de nosotros se encuentra una masa de carbono y magma, feldespato, todo se mantiene unido por el genio gravitacional puro. Además de toda la química, la biología y la ecología, en el mismo momento que nosotros estamos leyendo esto, alguien más está despertando y alguien más va a dormir. Alguien se está muriendo y alguien está naciendo. Alguien se está enamorando y alguien está escuchando su propio corazón el cual se está rompiendo en dos. Alguien está bebiendo té y alguien está en pleno atasco escuchando su canción favorita.
Me gusta pensar que mientras estamos hasta la medianoche escribiendo, leyendo, escuchando, pensando y en ese preciso instante con ganas de arañar mis ojos hacia fuera, alguien más está nadando en un océano y otra persona está mirando a las estrellas. Más importante aún, todos nosotros estamos aquí en el interior del movimiento planetario, dentro de un sistema solar, dentro de una galaxia, etc., etc… Se pone las cosas en perspectiva de forma muy rápida cuando nos ponemos a pensar en el espacio de nuestra vida como una longitudinal, real y universal, nos colocamos en posición (o latitudinal, si nos gusta este tipo de cosas).
Así que en los tiempos que vivimos de grandes cambios, recordamos las “mareas de la transformación: Actitud: Los propietarios somos nosotros.
Gratitud: Sonriamos dentro de nosotros mismos y hacía los demás.
Vicisitud: Aceptémoslo.
Rectitud: Conozcámonos
Longitud: Estamos dentro de él (o saltamos si lo preferimos)
Geografía nos regala un recordatorio constante de que todos estamos dentro de un existente, continúo espacio-tiempo multidimensional. Cuando todo lo demás falla, siempre podemos cerrar los ojos y tratamos de comprender que la gravedad en realidad nos impide literalmente caer en la escisión en el vacío. Ahora que es un pensamiento de pies en la Tierra.
¿Tenemos alguna otras “cajas de herramientas dentro de nosotros para las mareas… de inquietudes, fortalezas, estupideces etc.?¿Dónde está nuestra impaciencia?
¿Sabemos realmente dónde estamos?
Como siempre, a todo artículo un poco de música y más para este tan especial, a varias personas les he preguntado hoy:
Dime una canción que te de energía, te haga pensar en la tierra, estrellas, universo, reflexión y positividad. ¿Difícil?
Esta es la elegida:
Gracias por leerme, por difundir, por disfrutar, y sobre todo, porque este gracias me marca de dónde vengo y dónde voy.
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