Toma de decisiones: qué es, fases y partes del cerebro implicadas

por Oscar Castillero Mimenza

Veamos cuáles son las características de la toma de decisiones como fenómeno psicológico.

¿Qué quiero estudiar? ¿A qué quiero dedicarme? ¿Me caso o no me caso? ¿Quiero tener hijos? Todas y cada una de estas preguntas tienen algo en común: dar una respuesta implica una toma de decisiones respecto a algún tipo de situación o aspecto de nuestras vidas. En nuestro día a día tenemos que elegir, decidir y tomar decisiones de forma constante.

Y aunque puede ser algo relativamente automatizado en muchos casos, lo cierto es que tomar una decisión o determinación es un proceso muy complejo, dado que requiere una gran cantidad de esfuerzo y subprocesos tanto a nivel funcional como a nivel anatómico-cerebral. Además son muchos los factores que pueden influir en el momento de elegir, y diferentes las motivaciones que pueden alterar la decisión final.

A lo largo de este artículo vamos a hablar de lo que es la toma de decisiones, diferentes factores que la pueden afectar y los principales pasos que implica realizar una elección.

La toma de decisiones: un elemento fundamental en nuestra vida

Si bien todos nosotros realizamos constantemente elecciones y determinamos el curso de acción a seguir mediante nuestras propias tomas de decisiones, lo cierto es que no es tan habitual pararse a pensar sobre qué supone que tengamos esta capacidad, de dónde viene o incluso de qué estamos hablando.

Damos el nombre de toma de decisiones al conjunto de procesos a través del cual un sujeto toma la determinación de seleccionar una de las múltiples opciones posibles de entre las que se presentan, en base a una gran cantidad de factores que rodean a la situación personal del sujeto y de la situación o elemento respecto al que hay que elegir.

Dicho de otro modo, es el conjunto de actividades mentales que llevamos a cabo para emitir una respuesta en un contexto en el que tenemos que escoger entre varias alternativas.

Se trata de una de las llamadas funciones ejecutivas, las cuales se conceptualizan como el conjunto de capacidades y habilidades cognitivas a través de los cuales podemos ser capaces de resolver situaciones a las no que no estamos habituados, nos resultan novedosas y para las cuales no tenemos una estrategia o plan de acción previamente establecido.

Estas nos permiten adaptarnos al medio y sobrevivir al hacernos capaces de trabajar con el conjunto de informaciones y estimulaciones internas y externas que se encuentren disponibles, de tal manera que podemos regular nuestra actividad para llevar a cabo nuestros propósitos.

Generalmente este proceso se lleva a cabo con el fin de resolver algún tipo de problema. Se trata de un proceso que puede ser tanto consciente (especialmente si el problema en cuestión es relevante para nosotros) como semiinconsciente en los casos en que la decisión a tomar está automatizada.

Es importante tener en cuenta que al igual que el resto de funciones ejecutivas, la toma de decisiones no es un proceso que se dé alejado de otros procesos mentales de manera estanca, sino que depende de la existencia de otros procesos mentales que nos permitan captar, sintetizar y trabajar con la información.

Entre otras muchas funciones vinculadas, elegir implica mantener en la memoria las opciones disponibles, ser capaz de prestar atención a cada uno de ellos y calcular en base a experiencias y conocimientos previos posibles desenlaces de las diferentes elecciones. También implica la capacidad de percibir los estímulos ambientales y las propias sensaciones, pensamientos y creencias, así como la voluntad y motivación para planificar y llevar a cabo una acción.

Áreas del cerebro implicadas

El proceso de toma de decisiones, al igual que el resto de funciones ejecutivas, depende principalmente de nuestro lóbulo frontal y de sus conexiones con el resto del encéfalo.

Es en esta parte del neocórtex, especialmente en su parte ventromedial, donde se procesan y se realizan las operaciones mentales necesarias para hacer elecciones, elaborar predicciones y valorar los costes o beneficios de tomar una o otra opción.

Sin embargo, el proceso de toma de decisiones también depende a nivel cerebral de estructuras como la ínsula, la amígdala y los ganglios basales, así como el prefrontal dorsolateral.

Factores influyentes

A la hora de tomar decisiones, tal y como hemos comentado con anterioridad, se ven implicadas una gran cantidad de factores de diversa índole. Entre estos factores destaca la motivación del sujeto por resolver el problema o realizar una elección que tenga como fin un resultado deseable, es decir, el hecho de que tomar una decisión o no hacerlo nos resulte relevante o nos genere algún tipo de consecuencia agradable o desagradable.

La autoestima, la sensación de autoeficacia y el locus de control son también aspectos clave a la hora de tomar decisiones: tomaremos decisiones con más facilidad si creemos que nuestros actos van a tener una repercusión o van a influir en el desenlace de la situación, y se podrán llevar a cabo con más seguridad si nos creemos capaces de tomar decisiones y de llevar a cabo las acciones que se derivan de dicha toma.

Otro aspecto a valorar son las expectativas que tengamos respecto a la realidad o a las posibles consecuencias de nuestras elecciones. Además de esto, el cálculo de beneficios y costes de cada elección puede alterar el tipo de determinación que tomemos. Asimismo, también hay que valorar el efecto que tiene la no elección del resto de alternativas: escoger una implica que el resto, y sus posibles repercusiones, no ocurrirán.

Además, a nivel cognitivo hay que tener en cuenta la existencia de posibles sesgos , como la tendencia a interpretar la realidad en base a lo que el sujeto cree de antemano sin plantearse otras opciones, la creencia en que otras personas más expertas siempre van a tener la razón, la tendencia a modificar las decisiones en base a lo expresado por el grupo o la presencia de discordancias entre lo que se cree mejor y lo que se termina haciendo. Todo ello puede alterar la toma de decisiones.

También las emociones pueden jugar un importante papel. En este sentido hay que tener en cuenta también la valoración que se haga de los diferentes resultados posibles de nuestra actuación. Y no solo se han de valorar las emociones que eliciten las posibles opciones, sino el estado emocional del sujeto a la hora de tomar la decisión: una persona triste o deprimida realizará elecciones de manera diferente a lo que haría estando alegre y feliz.

Otra emoción que puede generar problemas es el miedo: puede generar una respuesta más apresurado o incluso la imposibilidad o dificultad de tomar decisiones, e igualmente pueden afectar el estrés o la ansiedad.

Algunas psicopatologías e incluso algunas enfermedades médicas o lesiones también pueden alterar la capacidad de raciocinio y de toma de decisiones, generalmente dificultando (sea porque hay enlentecimiento o aceleración del proceso, o porque se producen problemas a la hora de generar alternativas).

A un nivel más ambiental cabe destacar que también puede existir una gran influencia por parte del entorno. Los aprendizajes que hemos realizado a lo largo de la vida, las creencias e idiosincrasia de nuestra cultura, los modelos parentales que hemos tenido o el tipo de red social en la que nos movemos puede facilitar, dificultad o moderar la toma de decisiones hacia un tipo de actuación concreta.

Fases de la toma de decisiones

Tomar una decisión no es algo inmediato, sino que supone un conjunto de pasos o acciones mentales previas a la elección final.

En primer lugar, para tomar una decisión tenemos que tener claro qué situación nos lleva a tener que tomarla. Es decir, es necesario primero que se produzca y se reconozca como tal una situación o evento que nos lleve a plantearnos diferentes opciones a la hora de tomar una acción. Dicho de otro modo, hay que percibir el problema.

Una vez en dicha situación o en previsión de esta, el siguiente paso es definirla y determinar qué aspectos resultan relevantes de cara a poder generar alternativas que puedan dar respuesta a la situación, así como identificar en qué grado lo hacen.

Tras ello y en base a dichos criterios procederemos en la medida de lo posible a elaborar el máximo número de posibles soluciones o alternativas de actuación posibles. En este momento únicamente se generan alternativas, aunque por lo general también vamos descartando aquellas más extrañas e inviables mientras lo vamos haciendo.

De todas estas opciones nuestra mente nos lleva a valorar las que nos parecen más adecuadas y viables, intentando realizar una predicción de su utilidad y funcionalidad y cuáles serían los posibles resultados de las diferentes opciones. Se calculan riesgos y beneficios.

Tras ello, procedemos a escoger una, la cual posteriormente va a ser valorada en más profundidad antes de llevarse a cabo. Posteriormente, se toma la decisión en sí, algo que puede llevar a su puesta en marcha en la realidad (y a una posterior evaluación de los resultados y la comparación entre lo conseguido y lo esperado).

Referencias bibliográficas:

  • Naqvi, N.; Shiv, B.; Bechara, A. (2006). The role of emotion in decision making: a cognitive neuroscience perspective. Current Directions in Psychological Science. 15 (5): 260–264.
  • Verdejo-García, A. y Bechara, A. (2010). Neuropsicología de las funciones ejecutivas. Psicothema, 22 (2): 227-235.

Publicado en Psicología y Mente. Post original aquí.

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La toma de decisiones desde el punto de vista de la psicología

por Cristina Martínez De Toda

La importancia de la toma de decisiones radica en que es uno de los procesos cognitivos más complejos a los que se tiene que enfrentar el ser humano. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, realizamos infinidad de elecciones y toma de decisiones, muchas de manera inconsciente y otras de manera consciente.

El problema consiste en que toda decisión implica una o varias pérdidas, de manera que gestionar nuestra toma de decisiones de una manera eficiente resulta vital para nuestra adaptación a las diversas situaciones y la consecución de nuestros objetivos.

Para la toma de decisiones resulta imprescindible hacer uso de nuestra capacidad de razonamiento y comprensión, siendo la capacidad analítica esencial a la hora de escoger la mejor opción.

Tipos de toma de decisiones

La mayor parte de nuestra toma de decisiones está condicionada por diversos factores, algunos imperceptibles para nosotros. La teoría aboga por una toma de decisiones desde el punto de vista racional, pero no siempre es fácil dejar a un lado las emociones. Daniel Kahneman, psicólogo que obtuvo el Premio Nobel afirma que existen dos vías en la toma de decisiones:

  • Sistema 1 o implícito: Toma de decisiones por emociones

No todas las decisiones de nuestra vida son tan fáciles de racionalizar y sopesar. De hecho, la mayoría de las veces nos enfrentamos a dilemas que tienen una gran carga emocional, por lo que tomar la decisión se complica, pudiéndonos causar estrés, o procrastinación de la toma de decisión.

Este sistema es básicamente emocional e inconsciente.

  • Sistema 2 o explícito: toma de decsiones por razonamiento

En este caso hacemos uso de nuestra inteligencia analítica, sopesando pros y contras de una manera selectiva y eficiente. Es un sistema lógico y calculador.

El afecto heurístico en la toma de decisiones

Como bien sabemos, los seres humanos no somos máquinas. Aun así, utilizamos circuitos mentales de manera inconsciente, es una especie de “vía rápida” para la toma de decisiones.

El afecto heurístico consiste en las valencias (positivas o negativas) que otorgamos de manera inconsciente a los estímulos sobre los que tenemos que tomar una decisión.

Shaffir (1993) concluyó tras sus investigaciones que mientras más valor positivo otorgamos al estímulo, nos focalizamos en los beneficios y minimizamos los riesgos que la toma de decisiones acarrea.

Del mismo modo, cuando el estímulo tiene una carga negativa, tendemos a dejar a un lado los beneficios y nos centramos en las posibles pérdidas que conlleva la decisión.

Este sesgo cognitivo hay que tenerlo en cuenta, ya que muchas veces puede determinar nuestra decisión final en la toma de decisiones.

Toma de decisiones paso por paso

Enfrentarnos a una decisión nos hace enfrentarnos a nuestro propio miedo, a fallar y a equivocarnos.

Es por ello que esta serie de pasos tienen el objetivo de facilitarte la toma de decisiones.

Y  es que no tomar decisiones, es en sí misma, una decisión.

  1. Elige y piensa en el tipo de decisión.

Valórala y defínela de la manera más concreta posible. Tómate tu tiempo.

  1. Genera alternativas

Durante este paso no las juzgues, limítate a generar todas las opciones posibles. Abre tu mente.

  1. Analiza los pros y los contras

Ahora si, en este paso es cuando pasamos a valorar lo positivo y negativo de cada alternativa propuesta.

  1. Identifica la mejor alternativa

Tras haber sopesado de manera analítica y emocional los beneficios y riesgos de todas las alternativas, seleccionaremos la que mejor se adecua a nuestro objetivo o decisión, definido en el paso 1.

  1. Actúa en consecuencia y llévala a cabo

En este último paso elaboraremos el plan de acción, y lo pondremos en marcha.

Técnicas que pueden ayudarte en la toma de decisiones

Técnica de la esperanza inversa en el proceso de toma de decisiones

Esta técnica es muy eficaz cuando nos encontramos ante una situación de bloqueo mental, sintiéndonos incapaces de elegir un camino. La esperanza inversa propone analizar el problema desde otro punto de vista. Si nos agobia el pensar las consecuencias de elegir una opción… ¿Por qué no pensamos en las consecuencias de no elegirla? ¿Qué pasaría en mi vida si opto por no cogerla?

Técnica del 10-10-10 para la toma de decisiones

Consiste ni más ni menos en hacerte estas tres preguntas:

  • ¿Cuáles serán las consecuencias de mi decisión dentro de 10 minutos?
  • ¿Y dentro de 10 meses?
  • ¿Y en 10 años?

Relativizar el tiempo es una estrategia muy eficiente a la hora de la toma de decisiones, ya que permite que no sólo los sentimientos elijan la decisión, sino que al alejarnos del dilema, podemos centrarnos en nuestras prioridades de cara al futuro.

Técnica de la tercera persona en la toma de decisiones

Es tan sencillo como plantearte el problema como lo haría una tercera persona, ajena al dilema.

La investigación publicada en  Psychological Science  pone de relieve que aconsejamos mejor y somos más sabios cuando razonamos sobre el problema de alguien y no sobre los propios. Ya lo dice el refranero popular… “Consejos vendo pero para mí no tengo”

Es decir, podría aumentar nuestra capacidad de razonar más sabiamente si nos distanciamos de nuestros problemas y los considerásemos como los problemas de un familiar o amigo.

Recuerda: Aprender a tomar decisiones es vital para no ser víctima de las circunstancias…

Publicado en Blog Neuron. Post original aquí.

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Técnicas y consejos de resolución de problemas (que funcionan de verdad)

Por 

Solucionar problemas complejos puede ser difícil, pero no imposible. Solo necesitas tener el espíritu adecuado y disponer de un proceso para resolver el problema en cuestión.

Por suerte, tienes cantidad de técnicas a tu disposición para solucionar los problemas que surjan en el lugar de trabajo.

Cuando te tienes que enfrentar a un problema difícil, ¿por dónde empiezas? ¿Qué técnicas de resolución de problemas puedes utilizar AHORA MISMO que te puedan ayudar a tomar mejores decisiones?

La publicación de hoy te ofrecerá consejos y técnicas para solucionar problemas complejos de forma que puedas superar cualquier complicación como un experto.

¿Cuántos pasos tiene el proceso de resolución de problemas?

Básicamente, la resolución de problemas es un proceso metodológico de cuatro pasos. Podrás recordar estos pasos de cuando te presentaron el método científico.

  1. En primer lugar, tienes que definir el problema. ¿Cuál es la causa? ¿Qué síntomas indican la presencia de un problema?
  2. A continuación, tienes que identificar varias opciones de soluciones. ¿Qué se aconseja para solucionarlo?
  3. Después, evalúa tus opciones y elige una de ellas. ¿Cuál es la mejor opción para solucionar el problema? ¿Cuál es la opción más sencilla? ¿Cómo debes priorizar?
  4. Finalmente, aplica la solución elegida. ¿Se ha solucionado el problema? ¿Hay otra opción que debas probar?

Cuando apliques las técnicas de solución de problemas utilizarás una variación de estos pasos como base.

Consejo: antes de poder solucionar un problema, intenta entenderlo completamente.

Técnicas creativas de resolución de problemas

¡Da rienda suelta a la creatividad! Puede que creas que esto no será más que una lista de formas predefinidas de proponer ideas. No exactamente.

La resolución creativa de problemas (CPS, por sus siglas en inglés) es en realidad un proceso formal formulado por Sidney Parnes y Alex Faickney Osborn, considerado como el padre de la aportación de ideas tradicional (y la “O” de la famosa agencia de publicidad BBDO).

Su proceso de resolución creativa de problemas hace hincapié en varios aspectos, a saber:

  • Separar la conceptualización de la evaluación. Cuando aportas ideas creativas, deja tiempo para enumerarlas todas. Céntrate en generar muchas ideas. No las priorices ni evalúes hasta que las hayas anotado todas.
  • Juzgar no beneficia. Nada detiene el flujo de ideas creativas más rápido que juzgarlas en el acto. Espera hasta que haya finalizado la aportación antes de proceder a evaluar.
  • Replantea los problemas como preguntas. Es más fácil conseguir que un grupo piense en ideas creativas cuando los problemas se plantean como preguntas de respuesta abierta.
  • Utiliza “Sí, y…” para ampliar las ideas. Este es uno de los principios básicos de la improvisación. Es muy sencillo cerrarse en banda y negar ideas utilizando la palabra “pero” (por ejemplo, “pero creo que es mejor…”). Evítalo a toda costa. En lugar de ello, amplía lo que se dijo anteriormente diciendo “Sí, y…” para que las ideas sigan fluyendo y evolucionando.

Consejo: cuando haya que aportar soluciones, genera ideas primero utilizando preguntas y construyendo sobre las ideas existentes. Evalúa y juzga más tarde.

Consejos de resolución de problemas procedentes de la psicología

Si te fijas en la historia de técnicas de resolución de problemas de la psicología, te darás cuenta de que hay un amplio espectro de ideas interesantes que pueden resultar útiles.

Aprender por experiencia

En 1911, el psicólogo estadounidense Edward Thorndike observó a una serie de gatos tratando de averiguar cómo escapar de la jaula en la que les había introducido. A partir de esto, Thorndike desarrolló su ley del efecto, que en definitiva viene a decir que si tienes éxito por el método de ensayo-error, es más probable que uses esas mismas acciones e ideas que te llevaron al éxito cuando te tengas que volver a enfrentar al problema.

Consejo: la experiencia pasada puede informar y arrojar luz sobre el problema al que te enfrentes. Recuerda. Explora.

Obstáculos para el pensamiento reproductivo

También tenemos a los psicólogos de la Gestalt que tomaron las ideas de Thorndike cuando propusieron que la solución de problemas se puede llevar a cabo a través del pensamiento reproductivo, que nada tiene que ver con el sexo, sino con la solución de un problema mediante el uso de la experiencia pasada y la reproducción de dicha experiencia para solucionar el problema actual.

Lo interesante de la psicología de la Gestalt es cómo ven los impedimentos para la resolución de problemas. He aquí dos de esos impedimentos:

1. ¿Estás atascado? Busca estancamiento mental. Esto ocurre cuando estás muy obsesionado con una solución que solía funcionar bien en el pasado, pero que no tiene utilidad para el problema actual. ¿Estás tan estancado con un método o idea que lo usas incluso cuando no funciona? Como canta la reina Elsa: “¡Suéltalo!”

2. ¿Estás pensando en usos alternativos? Hay un sesgo cognitivo llamado fijación funcional que podría impedir el desarrollo de tus técnicas de pensamiento crítico haciendo que solo veas la función convencional de un objeto.

Por ejemplo, si tienes que cortar un papel por la mitad pero solo tienes una regla, la fijación funcional te llevará a pensar que la regla solo sirve para medir cosas. (Pero también puedes usarla para doblar el papel y hacer que sea más fácil rasgarlo por la mitad).

Consejo: piensa de forma original. Con ello nos referimos a cosas que no estén basadas en la experiencia a la que te aferras, o fuera de las ideas preconcebidas de cómo se usa normalmente una herramienta.

Más herramientas de resolución de problemas

Utiliza el modelo de pensamiento productivo de Hurson
En su libro Piensa mejor, el escritor y gurú de la creatividad Tim Hurson propuso un modelo de seis pasos para solucionar los problemas de forma creativa. Los pasos de su modelo de pensamiento productivo son estos:

1. Pregunta qué pasa. Define el problema y su repercusión en la empresa y, a continuación, aclara tu perspectiva para el futuro.
2. Pregunta qué es el éxito. Define qué debe conseguir la solución, qué recursos se necesitan, su alcance y los valores que debe respetar.
3. Pregunta cuál es la cuestión. Elabora una larga lista de preguntas que, cuando tengan respuesta, solucionarán el problema.
4. Genera respuestas. Responde a las preguntas del paso 3.
5. Concibe la solución. Evalúa las posibles ideas basándote en los criterios del paso 2. Elige una solución.
6. Dispón los recursos. Identifica a las personas y los recursos para ejecutar la solución.

Utiliza un diagrama de espina de pescado para ver la causa y el efecto.
La parte más importante de definir el problema es buscar la posible causa raíz. Tendrás que plantearte preguntas como: ¿Dónde y cuándo sucede? ¿Cómo ocurre? ¿Con quién sucede? ¿Por qué pasa?

Puedes llegar a la causa raíz con un diagrama de espina de pescado (también denominado diagrama de Ishikawa o de causa-efecto).

Básicamente, pones el efecto en la parte derecha como el planteamiento del problema. A continuación, enumeras todas las posibles causas en la parte izquierda, agrupadas en categorías de causas más amplias. La forma resultante recuerda a la espina de un pescado. Que básicamente es la forma ideal de decir que el problema huele a pescado podrido.

Emplea analogías para llegar a una solución
Otras herramientas que puedes usar son las analogías. El pensamiento analógico usa información de un ámbito para ayudarte con un problema que pertenece a otro ámbito. En definitiva, solucionar un problema diferente puede llevarte a encontrar la solución del problema actual. ¡Pero ten cuidado! Las analogías son complicadas para los principiantes y lleva un tiempo familiarizarte con ellas.

Por ejemplo, en el problema de la radiación, un doctor tiene un paciente con un tumor que no se puede operar. El doctor puede usar rayos para destruir el tumor, pero si lo hace también destruirá los tejidos sanos.

Dos investigadores, Gick y Holyoak observaron que las personas resolvían el problema de la radiación con mucha más facilidad después de pedirles que leyeran la historia de un general invasor que debía capturar la fortaleza de un rey, pero que debía tener cuidado para evitar que las minas se detonaran si muchas tropas atravesaban las calles. Así pues, el general envía tropas pequeñas de soldados por diferentes calles. De este modo, los efectivos podrán converger en la fortaleza al mismo tiempo y capturarla con todo el ejército.

Pregunta 12 veces “qué más”.
En su libro, The Architecture of All Abundance, la escritora Lenedra J. Carroll (también conocida por ser la madre de la estrella del pop Jewel) habla de una técnica de preguntas y respuestas para salir de un problema.

Básicamente, cuando te enfrentes a un problema, plantéate una pregunta sobre él y concibe 12 respuestas (12 “qué más”) a dicho problema. Luego podrás avanzar tomando una respuesta, convirtiéndola en una pregunta y generado 12 qué más adicionales. Repite hasta que la solución esté en su punto, bien horneada y lista para sacar del horno.

Empieza a utilizar estas técnicas hoy mismo

Ojalá que estas técnicas diferentes te resulten útiles y que llenen tu imaginación de ideas acerca de cómo solucionar diferentes problemas.

Llegado el caso, tendrás cuatro consejos diferentes que podrás emplear la próxima vez que un problema te atormente:

  1. No empieces tratando de solucionar el problema. En primer lugar procura entender la causa del mismo.
  2. Utiliza preguntas para generar ideas que solucionen el problema.
  3. Piensa en problemas anteriores para buscar respuestas a los nuevos.
  4. Deshazte de las ideas preconcebidas y las experiencias pasadas antes de intentar abordar el problema.

Publicado en Wrike. Post original aquí.

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Propósito Empresarial, una de las prioridades para las empresas a nivel mundial

La mayoría  de empresas líderes (73%) cree que es fundamental tener un propósito corporativo como brújula para navegar en estos tiempos de disrupción. Esta es la conclusión principal del más reciente estudio de EY (antes Ernst & Young) titulado «¿Cómo puede el propósito revelar un camino a través de la disrupción?»

A pesar de que el 95% de los encuestados menciona que su empresa tiene un propósito, en ocasiones este se resume en servir a un público de interés específico como sus accionistas, empleados, clientes, etc. Sin embargo, cada vez más crece un grupo de líderes que define el propósito como algo más grande: una concepción centrada en las personas y comprometida con la sociedad que busca crear valor a un amplio grupo de públicos de interés.

Al respecto, Nelson Beltrán, Director Ejecutivo de EY, resalta la importancia no solo de contar con un propósito sino que este sea explicito, se conozca y además se haya activado dentro de la organización. «Son pocas las empresas colombianas que han definido explícitamente un propósito que enmarque la estrategia de la empresa, y menos aún las compañías que han activado ese propósito dentro de la organización de tal forma que todos sus procesos, gente y tecnología se encuentren alineados hacia ese mismo norte. La definición de un propósito y su activación no solamente es un elemento indispensable dentro de la estrategia de una empresa, sino que se convierte en la médula espinal en el fortalecimiento de la cultura organizacional».

El análisis se basó ​​en una encuesta realizada a más de 1.470 ejecutivos de compañías de diversas industrias en mercados desarrollados y emergentes alrededor del mundo. Así mismo, el estudio se llevó a cabo dentro del marco de la colaboración entre EY y Simon Sinek —uno de los autores y conferencistas sobre liderazgo y propósito más importantes del mundo— que busca inspirar y apoyar a las compañías a saber primero por qué hacen lo que hacen y así buscar su norte.

Un «por qué» claro mejora la adaptabilidad al entorno cambiante

De los ejecutivos encuestados, el 66% de está repensando el propósito de sus organizaciones como resultado del ambiente disruptivo, y el 52% avanza en la ampliación de este concepto para aplicarlo a sus negocios.

A pesar de la importancia que estos le dan a tener un «por qué» para su compañía, la investigación muestra que el propósito significa cosas diferentes para las empresas. Cuando se les pidió que caracterizaran el propósito de su organización un 40% dijo que el de su compañía está dirigido a crear valor para múltiples partes interesadas u ofrecer una aspiración para ser, 33% mencionó que aporta valor a los clientes, 15% que aumentan el precio de las acciones y 11% citó el valor agregado a sus empleados.

Tener propósito genera beneficios tangibles

El 68% de las empresas que definen ampliamente su propósito y lo integran en sus organizaciones menciona que le da la agilidad para innovar en tiempos de disrupción. Además, para el 52% ayuda a fidelizar a los clientes, 51% que preserva el valor de la marca y su reputación, 42% cita que le ayuda a atraer y retener personal y el 40% atribuye la capacidad de desarrollar productos nuevos e innovadores a la presencia de propósito dentro de su negocio.

Al respecto, Valerie Keller, Directora Global de EY Beacon Institute –una comunidad en la que inversionistas, ejecutivos, académicos y emprendedores comparten ideas y prácticas por un mejor mundo de negocios- comentó: «Los datos destruyen el mito de propósito vs. beneficio. El 75% de las empresas con propósito, involucradas en nuestra encuesta, dicen que la integración del propósito crea valor a corto y a largo plazo. Se debe trabajar en la estrategia, los productos, los servicios y las experiencias del cliente y del empleado. Las palabras sin acción corren el riesgo de que las expectativas no sean satisfechas».

Menos palabras, más hechos

Los líderes necesitan convertir su retórica de propósito en realidad empresarial. El estudio identificó cuatro pasos que pueden ayudar a cada organización a alcanzar sus objetivos:

  1. Definir claramente un propósito, un «por qué» que responda a las necesidades de sus partes interesadas y se base en lo que la organización hace.
  2. Activar el propósito dentro de la organización. Incorporar ese propósito en la estrategia y operaciones, y alinear su toma de decisiones con ese propósito.
  3. Evaluar constantemente en dónde están en desarrollo y qué necesitan ajustar.
  4. Acelerar la ruta asegurando que sus colaboradores aplican y asumen con propiedad el propósito.

Para finalizar, Keller agrega: «Toda la disrupción geopolítica, económica y tecnológica, es un catalizador para una nueva evolución en los negocios. Los más capaces de prosperar en este nuevo mundo han centrado su impacto en los seres humanos con los que se relacionan».

Publicado en Revista Empresarial & Laboral. Post original aquí.

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La misión de una empresa

Muchas personas suelen confundir la misión con la visión de una empresa. Una forma sencilla de diferenciar estas dos declaraciones es recordando que la visión responde a la pregunta: «¿qué queremos llegar a ser?», mientras que la misión responde a la pregunta: «¿cuál es nuestra razón de ser?».

Establecer la misión de una empresa nos permite orientar las decisiones y acciones de todos los miembros de la empresa en función de ésta; es decir, nos permite lograr que se establezcan objetivos, formulen estrategias y ejecuten tareas bajo su luz, logrando así coherencia y organización.

la misión de una empresa

Pero además de ello, establecer la misión de una empresa también nos permite:

  • motivar a los miembros de la empresa al hacer que se sientan identificados y comprometidos con ella.
  • darle identidad y personalidad a la empresa.
  • cimentar las bases para su cultura organizacional.
  • mostrar a agentes externos tales como clientes y proveedores el ámbito en el cual se desarrolla.
  • distinguirla de otras empresas similares.

No existen reglas al momento de definir la declaración de la misión de una empresa. Éstas suelen variar en extensión, contenido y grado de especificidad; pero según los especialistas, una declaración de misión efectiva que permita obtener los beneficios descritos anteriormente, debe contar con las siguientes características:

  • ser clara y comprensible para todos los miembros de la empresa.
  • no ser muy limitada al punto de poder limitar el accionar de los miembros de la empresa, pero tampoco muy amplia al punto de poder provocar confusiones sobre lo que hace la empresa.
  • decir en pocas palabras en qué consiste el negocio.
  • distinguir la empresa de otras similares.

Para definir la declaración de la misión de nuestra empresa lo primero que podemos hacer es responder la pregunta: «¿cuál es nuestra razón de ser?», lo cual podría equivaler a responder las preguntas: «¿cuál es nuestro negocio?», «¿qué es lo que hacemos?», o «¿a qué nos dedicamos?».

Las declaraciones de misión suelen incluir diferentes aspectos o elementos de una empresa tales como clientes, productos, mercados, tecnología, valores, ventajas competitivas, interés por la comunidad e interés por los trabajadores, por lo que otras preguntas que también podríamos hacernos son:

  • «¿quiénes son nuestros clientes?»
  • «¿cuáles son nuestros principales productos o servicios?»
  • «¿cuáles son nuestros mercados?»
  • «¿cuál es nuestra tecnología?»
  • «¿cuáles son nuestros valores, principios o creencias?»
  • «¿cuál es nuestra diferenciación o mayor ventaja competitiva?»
  • «¿qué nos preocupa de nuestra comunidad?»
  • «¿qué nos preocupa de nuestros trabajadores?»

Para desarrollar la declaración de la misión de nuestra empresa también podríamos optar por convocar a los miembros de nuestro equipo directivo y/o a nuestros principales trabajadores, y pedirles que nos ayuden a responder estas preguntas, o que nos ayuden directamente con su desarrollo.

Un método comúnmente utilizado para desarrollar una declaración de misión con otros directivos o trabajadores consiste en elegir primero los aspectos o elementos que la misión incluirá, luego pedirles a cada uno que elaboren una declaración de misión que incluya dichos aspectos o elementos, luego tomar lo mejor de cada declaración y fusionarlas en una sola, y luego revisarla entre todos.

Desarrollar la declaración de la misión con la participación de otros miembros de la empresa nos permite a su vez hacer que se sientan identificados y comprometidos con ella y, por tanto, con la empresa; por lo que en caso de optar por ello, debemos convocar a tantos miembros como nos sea posible.

Una vez definida la declaración de la misión, debemos comunicarla tanto de manera interna como de manera externa; por ejemplo, publicándola en los murales de la empresa, documentos internos, planes de negocios, página web, y material publicitario tal como folletos, catálogos y tarjetas de presentación.

Y una vez que sea del conocimiento de todos los miembros de la empresa así como de los clientes y otros agentes externos, es recomendable reunirnos con nuestro equipo directivo por lo menos una vez al año para revisarla, asegurarnos de que aún describa lo que hacemos, y actualizarla en caso de ser necesario.

Para finalizar, veamos algunos buenos ejemplos de declaraciones de misión de empresas conocidas que podemos tomar como referencia para desarrollar la de nuestra empresa:

Disney: «Creamos felicidad al brindar el más fino entretenimiento para personas de todas las edades, en todas partes.»

Sony: «Experimentar la alegría del progreso y de la aplicación de tecnología para el beneficio del público.»

Samsung: «Dedicar nuestro talento y tecnología a crear productos y servicios superiores que contribuyan a una mejor sociedad global.»

Google: «Organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil.»

Microsoft: «Ayudar a personas y empresas alrededor del mundo a desarrollar todo su potencial.»

eBay: «Proporcionar un mercado global en línea en donde prácticamente cualquier persona pueda comercializar prácticamente cualquier cosa, creando así oportunidades económicas en todo el mundo.»

Facebook: «Darle a las personas el poder de compartir y hacer el mundo más abierto y conectado.»

Intel: «Deleitar a nuestros clientes, empleados y accionistas al brindar incansablemente los avances en plataformas y tecnología que llegan a ser esenciales para la forma en que trabajamos y vivimos.»

Honda: «Manteniendo un punto de vista global, estamos dedicados a la provisión de productos de la máxima calidad, a un precio razonable, para la satisfacción del cliente a través del mundo.»

Nissan: «Proveer productos y servicios automotrices únicos e innovadores que ofrecen valores medibles y superiores, en alianza con Renault, a todos nuestros acreedores.»

Starbucks: «Inspirar y nutrir el espíritu humano – una persona, una taza y una comunidad a la vez.»

Nike: «Llevar inspiración e innovación a cada atleta en el mundo. Si tienes un cuerpo, eres un atleta.»

Procter & Gamble: «Proveer marcas y productos de superior calidad que generen valor para la vida de los consumidores de hoy y del mañana.»

Wal-Mart: «Ayudamos a las personas a ahorrar dinero para que puedan vivir mejor.»

Publicado en CreceNegocios. Post original aquí.

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La importancia del propósito empresarial

por Carlos Téllez

Socializar la estrategia no es suficiente para lograr que las personas se comprometan plenamente con esta.

Las organizaciones necesitan definir con claridad su propósito, es decir, su razón de existir, el tipo de valor que crean y el impacto que buscan lograr en su entorno. Algunas enuncian su objetivo, erradamente, como discurso genérico, de frases calcadas de otras compañías, y sin conciencia respecto a la utilidad y efecto potencial que tiene esta pieza básica de la filosofía de una empresa.

El profesor Costas Markides, del London Business School, reconocido investigador y ‘gurú’ contemporáneo de la estrategia empresarial, publicó recientemente un modelo sobre las que considera son las cuatro fases del éxito para la ejecución de la estrategia. En la primera, a las personas de la organización se les comunica la estrategia. En la segunda, las personas entienden porqué tal estrategia es importante para su organización y para ellas mismas, y comienzan a identificar terrenos comunes entre el propósito de la empresa y el suyo individual. En la tercera, las personas desarrollan confianza a partir de las victorias tempranas, creen que la estrategia es posible, y empiezan a imaginar proactivamente caminos para ejecutarla. En la cuarta, las personas alcanzan lo que Markides denomina “compromiso emocional”, actúan de manera alineada con la estrategia por convicción y desde un alto sentido de pertenencia. Todo este proceso sucede en una plataforma compuesta por los indicadores e incentivos correctos, los valores y la cultura adecuados a la estrategia, las estructuras y procesos que facilitan su ejecución, y la mentalidad y competencias apropiadas en las personas de la organización.

Socializar la estrategia, por lo tanto, no es suficiente para lograr que las personas se comprometan plenamente con esta. Markides cita un estudio en el cual, mientras el 95 por ciento de los presidentes de una muestra de empresas pensaba que toda su gente estaba comprometida con la estrategia, más del 80 por ciento de los empleados encuestados manifestaron que ni siquiera la conocían. Para cerrar esa brecha, y avanzar hacia el compromiso genuino de las personas, el propósito empresarial es pieza clave.

El propósito sirve a la empresa como guía para definir sus valores, desarrollar su cultura, y orientar sus decisiones estratégicas cotidianas. Es un pilar que le da firmeza a la estrategia, y mantiene su norte, frente a las adaptaciones que suelen ser necesarias en su proceso de ejecución, y es un mensaje para las partes interesadas que rodean a la organización respecto al aporte a la sociedad que la mueve y lo que quiere significar para todas ellas. El propósito define aquello de lo que se perdería la sociedad si la empresa dejase de existir.

Para los miembros que hacen parte de la organización, y para el talento que quiera atraer, el propósito empresarial es un eslabón de enlace con su objetivo personal, y una guía para sus comportamientos, que alimenta el sentido de pertenencia. Cada persona necesita, en algún momento, identificar el sentido que hace para su vida ser parte de una organización. Un propósito bien formulado debe estar en capacidad de darle respuesta a cada uno de sus miembros acerca de lo valioso de su trabajo y de la relevancia de su aporte cotidiano. La conexión con el propósito empresarial es un ingrediente fundamental para lograr el ‘compromiso emocional’ de las personas, clave para que las empresas sean exitosas ejecutando su estrategia.

Publicado en Portafolio. Post original aquí.

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Cómo definir el propósito, la misión y la visión de una empresa

por María José Evia H

Ejemplos de marcas que lo hacen bien y cómo emularlas.

Todas las empresas definen su misiónvisión y valores antes de abrir sus puertas, es una parte integral de cualquier plan de negocios. Algunas también delimitan su propósito e incluso se preocupan de que estas declaraciones de principios figuren en su lobby o en materiales de comunicación interna. Sin embargo, son muy pocas las que logran hacerlo de una forma que vaya más allá de las buenas intenciones y se convierta en una forma de trabajar todos los días.

Las marcas con propósito tienen una clara ventaja sobre las demás, por lo que conviene que todos los emprendedores, ya sea que comiencen en pequeño o quieran ser una multinacional, dediquen tiempo a definir estos elementos. En un artículo para Sustainable Brands, el estratega especializado Amon Rappaport explica cómo pueden lograrlo, dando ejemplos de compañías que todos conocemos.

Propósito

Rappaport lo describe como “el por qué”. Es decir, tanto la razón por la que la empresa importa, por la que existe… y no es válido que la respuesta sea tan solo “para hacer dinero”. Una marca debe hacer la diferencia en el mundo y en la vida de las personas.

El experto afirma que una buena forma de encontrar el propósito es pensar en la forma en la que el mundo es mejor a través de la empresa, alineando lo que cada compañía hace mejor con su beneficio más amplio a todo el planeta.

Chipotle. “Comida con integridad”, una filosofía que guía cada acción de la empresa, no solo a su departamento de RSE.

Zappos. Este sitio web de venta de calzado, que ha revolucionado también la forma en la que pensamos en la estructura corporativa, dice que su propósito es “inspirar al mundo al demostrar que es posible entregar felicidad simultáneamente y a largo plazo a clientes, empleados, comunidad, proveedores y grupos de interés.”

Visión

La visión es el qué, o lo que se pretende lograr como resultado del propósito. Para encontrarla, Rappaport sugiere preguntar “¿qué lograremos si permanecemos comprometidos con el propósito?”

Por ejemplo, si el propósito de Unilever es “hacer habitual la vida sostenible”, lo que logrará al comprometerse es “doblar el tamaño del negocio al tiempo que se reduce la huella ambiental y aumenta el impacto social positivo.”

Misión

El artículo señala que las marcas suelen iniciar el proceso definiendo su misión, pero que en realidad es más fácil hacerlo una vez que los otros dos conceptos están claros, ya que la misión es el “cómo”.

Para Patagonia, la misión es “construir el mejor producto, no causar daños innecesarios y usar el negocio para inspirar y proponer soluciones ante la crisis ambiental.” Esta afirmación no solo define cómo trabaja la compañía sino que alude al propósito.

Artículo escrito por María José Evia H anteriormente publicado en Expok News.

Publicado en Entrepreneur. Post original aquí.

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17 ejemplos de Propósitos de una empresa

por Carlos R. Cobián

Si bien muchos pueden pensar que se trata de una nueva moda, la definición del propósito es una cuestión central para todo emprendimiento. Es muy importante para cualquier emprendedor, como contaba en un antiguo post sobre cómo encontrar tu propósito o cómo desarrollar tu propósito empresarial, definir su propósito no solo para motivar a sus empleados sino también para obtener la lealtad de sus clientes.

Pero vayamos por partes. En el post de hoy me adentraré un poco en la importancia del propósito empresarial, luego te contaré algunas ideas que sirven para construir un propósito y para terminar intentaré ilustrar estos conceptos con algunos ejemplos de propósitos de una empresa reconocida.

¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL PROPÓSITO EMPRESARIAL?

Sobre todas las cosas, el propósito tienen una función inspiracional. Es la expresión del enfoque filosófico de la empresa, busca conectar con un aspecto emocional con el que los clientes se puedan identificar.

En los propósitos se hace énfasis en que la empresa hace lo que hace por alguien más, por el mundo. Como bien dice Brian Sooy en su artículo de Aespire, el propósito es el por qué de una empresa, es su razón de ser. Así como la visión y misión ayudan a guiar a la organización internamente, el propósito sirve para crear un vínculo profundo entre la empresa y sus seguidores.

Expresar correctamente el propósito de tu empresa es fundamental, ya que si los clientes conectan con el por qué de su existencia conseguirás un mayor nivel de compromiso y lealtad de su parte.

¿CÓMO CONSTRUIR EL PROPÓSITO DE UNA EMPRESA?

Para construir un propósito efectivo, que sea motivacional, la empresa tiene que hacerle sentir a los demás el impacto que sus productos o servicios tienen en sus clientes. Piensa que el propósito de una empresa expresa por qué hace lo que hace, por qué existe dicha compañía; conecta la empresa con un propósito superior.

El propósito de una empresa es aquello que transforma lo sencillo en trascendental, las iniciativas en movimientos. El propósito debe darle significado a lo que hace la empresa y apelar directamente al corazón.

Como dice Joey Reiman en Fast Company, para definir el propósito hay que entrar en el terreno de los sueños, los deseos y expresarlo en grande. Se trata de enseñar el impacto que la empresa quiere tener sobre el mundo para cambiarlo y mejorarlo.

Kristin O’Donovan explica que para que el propósito sea efectivo, además de motivacional, debe estar expresado de forma clara y concisa con verbos en presente o infinitivo.

ALGUNOS EJEMPLOS DE PROPÓSITOS DE UNA EMPRESA

Para que estos conceptos queden claros no hay nada como verlos en ejemplos concretos. Te invito a que mires los inspiradores propósitos de estas conocidas empresas:

3M: Resolver problemas sin solución de forma innovadora

Cargill: Mejorar el estándar de vida alrededor del mundo

Fannie Mae: Fortalecer el tejido social democratizando continuamente la propiedad de viviendas

Hewlett-Packard: Hacer contribuciones técnicas para el progreso y el bienestar de la humanidad

Lost Arrow: Ser un modelo y herramienta del cambio social

Pacific Theatres: Proveer un espacio para que prosperen las personas y mejore la comunidad

Mary Kay: Darle oportunidades ilimitadas a las mujeres

McKinsey & Company: Ayudar a que los gobiernos y corporaciones líderes del mundo tengan más éxito

Merck: Proteger y mejorar la vida humana

Nike: Experimentar la emoción de competir, ganar y aplastar a los competidores

Sony: Experimentar la alegría de promover y aplicar la tecnología para el beneficio del público

Telecare Corporation: Ayudar a que las personas con discapacidad mental desarrollen plenamente su potencial

Wal-Mart: Darle la oportunidad a la gente normal de comprar las mismas cosas que la gente rica

Walt Disney: Hacer feliz a la gente

ING: Darle a la gente el poder de mantenerse un paso por delante en la vida y los negocios

Kellogg’s Alimentar las familias para que puedan prosperar y florecer

IAG Ayudar a la gente a gestionar riesgos y a recuperarse de las penurias de pérdidas inesperadas.

 

Por Carlos R. Cobián

Twitter: @cobianmedia

Facebook: Cobianmedia

Imagen tomada de SxC.

Publicado en Cobian Media. Post original aquí.

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6 Ejercicios de Empatía Para Mejorar tus Habilidades Sociales

por Pau F. Navarro

¿Conoces el dicho “Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”?

Pues es absurdo. ¿Acaso a ti te gusta lo mismo que al resto de gente?

La clave de la empatía es tratar a los demás como les gustaría que les trataran a ellos, no a ti. De lo contrario quizás les sigas tratando como no les gusta.

Intentar comprender a los demás es la base de las relaciones sociales. ¿Sabes cómo se llama a las personas que no tienen empatía? Psicópatas. Ellos no pueden empatizar ni sentir remordimientos, por eso interactúan con las demás personas como si fueran objetos o medios para sus propios fines.

¿Sabías que…? Se calcula que un uno por ciento de la población es psicópata, que no es poco, y desde luego no tienen porqué ser asesinos. Pueden ser tu vecino, tu jefe o el señor que te vende el pan. Habitualmente su conducta es afable, pero nunca muestran sentimientos de culpa o ansiedad, y sus relaciones de amistad suelen durar muy poco. Son egocéntricos y no son conscientes de las consecuencias de sus actos en los demás. A lo mejor incluso conoces alguno.

La importancia de la empatía en las habilidades sociales

A diferencia de lo que se cree popularmente, la empatía no es la capacidad de sentir lo que el otro siente. Si fuera así estaríamos sufriendo altibajos emocionales durante todo el día. La empatía es entender lo que otro individuo siente y responder en consecuencia.

El origen de la empatía

La ciencia dice que el origen de la empatía son las neuronas espejo, las cuales se activan en respuesta a los actos y emociones de los demás, en una especie de intento del cerebro por experimentar lo que el otro experimenta. De ahí, por ejemplo, que bosteces cuando el otro bosteza. El bostezo es la empatía en su máxima expresión.

El grado de empatía varía mucho entre personas aunque habitualmente es mayor entre gente del mismo sexo, edad, raza o grupo social. De nuevo, lo que nos hace similares nos une. También se ha postulado que las mujeres son más empáticas porque evolutivamente necesitaron entender mejor qué significaban los gestos y lloros del bebé. Por eso sus habilidades sociales están mucho más desarrolladas.

Para qué sirve ser más empático

Empatizar con alguien es simplemente lograr que esa persona se sienta comprendida. Si lo consigues, serás capaz de cambiar el rumbo de una relación en un instante. El efecto de las neuronas espejo provoca que tu interlocutor se sienta en deuda contigo y quiera entenderte a ti también cuando reflejas sus emociones o le dices que entiendes lo que siente.

Así pues, ser empático tiene varias ventajas:

  1.  Caerás mejor a la gente. Las personas empáticas tienen un círculo social más amplio, son “populares”.
  2. Serás mucho más persuasivo. La capacidad de entender y ponerte en el lugar del otro te permitirá saber qué puedes ofrecer a esa persona para que confíe en ti.
  3. Te convertirás en el centro de atención y te harás escuchar.  Los empáticos se comunican de forma eficaz y suelen tener unas relaciones sociales más satisfactorias porque habitualmente hablan de cosas que importan a los demás.
  4. Mejorarás tu capacidad de liderazgo y motivación cuando empieces a entender los deseos y necesidades de la gente.
  5. Comprenderás rápidamente qué les pasa a los demás a través del lenguaje no verbal, y podrás reaccionar en consecuencia.

Como ves, entender las motivaciones de alguien y responder a ellas es una de las herramientas más potentes que jamás tendrás para socializar. Y como demostró el doctor Mark A. Barnett, es una capacidad que se puede aprender y mejorar.

6 ejercicios para mejorar tu empatía

La clave para ser más empático es aprender a ponerse en el lugar del otro, dejando de ser tú por un momento y entendiendo los deseos y miedos de tu interlocutor sin estar pendiente de lo que vas a decir a continuación. Es casi como meditar. Veamos algunas formas de conseguirlo.

  1. Deja de escuchar durante 5 minutos y fíjate en otras cosas. A menudo damos más valor al significado de las palabras que al resto de información que somos capaces de percibir. Tono, postura, expresión, mirada, silencios… Captas toda esa información de forma inconsciente, pero tu raciocinio la oculta al dar más importancia a las palabras textuales. Así pues, haz callar a tu razón y dale una oportunidad a tu intuición.
  1. Para entender a alguien intenta imaginarte qué le motiva a hacer lo que hace. Piensa en alguna dificultad que pueda encontrarse día a día. Si es un comerciante, puede que el negocio le esté flojeando, los ingresos no sean los de antes y le cueste más pagar el alquiler. ¿Reflexionar sobre eso un momento antes de hablar con él puede incrementar tu empatía? Seguramente sí.
  1. Haz que la otra persona también ponga de su parte. Para que se abra más sencillamente pregunta ¿Cómo estás? y espera. Gira tu cuerpo hacia ella ofreciéndole toda tu atención. No lo hagas sólo por cortesía. Incluso tocarla ligeramente en la parte superior del brazo puede hacer que se sienta más comprendida y libre de expresarse, como demuestra este estudio.
  1. Con lo que te diga, ni se te ocurra exponer tus conclusiones. Evita decirle “Tu problema es que…”. Si percibe que le entiendes no se sentirá solo en su problema y se abrirá más. Si cree que le vas a sermonear, se cerrará.
  1. Parafrasea y reformula su mensaje añadiendo la emoción que creas que está experimentando“Así que nadie te ha llamado en dos semanas… Creo que eso te puede hacer sentir solo, ¿es así?”. Se sentirá más comprendido y lograrás que pase de hablar de hechos a hablar de  emociones. Y esa es la clave de la empatía.
  1. Sal varias veces al día de tus zapatos para ponerte en los de los demás. Esfuérzate durante un tiempo en hacer todo esto y dentro de poco te sorprenderás a ti mismo haciéndolo de forma casi inconsciente. Habrás logrado mejorar tu empatía.

Como ejercicio final, te propongo un reto extremo de empatía con el sociólogo Sam Richards. Si eres capaz de entender a las personas que describe es que, en el fondo, eres capaz de entender a cualquiera.

Toda relación social tiene que ver con la empatía. Es imposible odiar a alguien si realmente lo entiendes. Todos somos humanos con las mismas emociones y motivaciones. Simplemente, nos han puesto en lugares y situaciones distintas.

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Mindfulness. Herramienta para fomentar la empatía y el trabajo en equipo

por Vicente Simón

Introducción

Debido a la globalización las organizaciones esperan que sus empleados generen resultados de calidad para dar respuesta de la manera más óptima las necesidades de los clientes. Sin embargo, en las propias organizaciones no siempre se toma en cuenta que  los empleados necesitan no solo de recursos laborales, sino psicológicos y sociales para generar estos resultados de forma más fácil y efectiva.

De todos los recursos, uno de gran valor es la empatía. Ponernos en el lugar de otras personas a veces resulta complicado, pues no siempre pensamos igual que los demás miembros de nuestro equipo de trabajo. Es por eso que es importante fomentar la empatía y dejar que sus resultados hablen por sí solos. Holling (1994), se refiere a la empatía como la habilidad de ver el mundo, incluyendo nuestro propio comportamiento, desde el punto de vista de otras personas. Pero, ¿cómo contribuye esta habilidad en el ámbito organizacional? Y sobre todo, ¿cómo contribuye en los equipos de trabajo?

Estudios realizados por Eisenberger y cols. (1986) señalan que la empatía genera en las organizaciones menos absentismo, más compromiso y empleados más satisfechos. Además, en los equipos de trabajo, la empatía fomenta que las personas ayuden a otros, produce mejor comunicación con los demás, y es un elemento clave para una eficaz resolución de conflictos.

Combinar la empatía con herramientas y técnicas que proporcionen bienestar psicológico y emocional, como por ejemplo mindfulness, se refleja en los resultados de calidad que produce un equipo de trabajo.  Además, apoyar el empoderamiento o empowerment de los/las empleados/as para la toma de decisiones en beneficio del cliente, facilita el bienestar de los empleados, la entrega de resultados óptimos y un  servicio de calidad (Schneider, White & Paul, 1998; He, Li, & Lai, 2012). En la misma línea el modelo HERO (HEROHEALTHY & Resilient Organizations) (Salanova, 2008; Salanova et al., 2012) propone que proporcionar a los empleados recursos psicológicos y sociales llevará al sentimiento de bienestar y esto a resultados excelentes y de calidad. Por su parte, Martín y Llop (2008) recuerdan que no se pueden confundir las herramientas para gestionar el cambio con el instrumento clave para liderar los procesos de transformación requeridos para la supervivencia de las organizaciones: las personas.

 El éxito de la innovación, como creación de un futuro emergente y mejor de las organizaciones, solo puede partir de la evolución individual, fomentada en un trabajo en equipo de individuos comprometidos que, con las herramientas adecuadas, alcancen resultados extraordinarios en un período asombrosamente corto (Martín y Llop, 2008). Como contribución a esto, consideramos que el primer paso a dar podría ser cultivar la habilidad de prestar atención a los sentimientos de los demás con plena conciencia, participando afectivamente con la realidad que afecta a las personas, sin establecer juicios; es decir, incorporar mindfulness para promover la empatía de las personas en la organización.

Lascu (2013) menciona que para generar empatía es necesaria la escucha activa, la cual puede generar confianza entre los miembros del equipo debido a que la persona percibe que está siendo escuchada, y que alguien se preocupa por su situación o problema. Por su parte, Martín y Llop (2008) sostienen que de acuerdo con la neurociencia, el arte está no solo en escuchar, sino en escuchar con empatía, ya que ello fomenta la memoria, la confianza y la colaboración.  Aunque solo estamos empezando a entender cómo funciona el cerebro, hay evidencias que sugieren que al entrenar la empatía en la escucha se altera la actividad en el cerebro, dando lugar a un comportamiento más ético y altruista hacia los demás.

Las mayores quejas de los/las trabajadores/as son sobre la falta de oportunidades, sueldos bajos y exceso de trabajo. Sin embargo, llama la atención ver cómo el 64% considera que se escucha menos, y el 36% se queja de las constantes distracciones que les impide hacer bien su trabajo (Martín y Llop, 2008). Por su parte Huang et al (2015) afirman que muchas empresas hablan de lo importante que es su gente, pero no parece que se actúe en consecuencia cuando la mayoría de las personas no se sienten escuchadas y se sienten insatisfechas en su trabajo. Como consecuencia, los trabajadores pueden estar físicamente presentes en el trabajo, pero mentalmente ausentes. ¿Cómo puede un grupo trabajar en equipo si no hay escucha? ¿Cómo se sienten los empleados cuando no son escuchados o valorados?

Con la práctica mindfulness aprendemos a prestar atención a lo que está sucediendo en nuestra mente, cuerpo y entorno en el presente, con una actitud de curiosidad y amabilidad (Kabat-Zinn, 1990). En los últimos años se ha producido un enorme aumento en la investigación académica sobre este tema, con cientos de artículos al año publicados en revistas científicas. También las organizaciones han incluido en sus herramientas de cambio esta importante práctica.

Mindfulness significa “aquí y ahora”. La atención plena al aquí y ahora implica estar focalizado al máximo, evitar la dispersión, concentrar toda la energía y recursos en los objetivos marcados, utilizar todo el potencial creativo que tenemos. Con mindfulness no solo aprendemos a gestionar el estrés de forma efectiva, sino  a convertirnos en personas socio-emocionalmente competentes. Logramos con una mayor eficacia los éxitos personales y profesionales, y se produce una adecuada adaptación al contexto de la organización. Por eso el interés es creciente, y seguirá aumentando en los próximos años en las empresas.

Según Javier Carril (Director de Execoach) las empresas más innovadoras y punteras del mundo como: Apple, Google, Nike, Procter & Gamble, eBay, Twitter, AstraZeneca, AOL, General Mills y Huffington Post están aplicando programas de mindfulness de manera amplia y con enorme éxito. En Google ya han pasado por su curso de mindfulness  4.000 de sus 35.000 empleados. En General Mills el programa formativo Mindful Leadership (liderazgo atento o consciente) está teniendo un gran impacto en sus directivos. Así mismo, se han puesto en marcha diferentes programas de mindfulness sobre todo en hospitales y centros de atención primaria a fin de que los profesionales de la salud aumenten su bienestar psicológico y empatía hacia los pacientes (kabat-Zinn, 1994, Amutio y cols., 2015, Martín-Asuero y cols., 2013).

Con la práctica mindfulness aprendemos a prestar atención a lo que está sucediendo en nuestra mente, cuerpo y entorno en el presente, con una actitud de curiosidad y amabilidad (Kabat-Zinn, 1990). En los últimos años se ha producido un enorme aumento en la investigación académica sobre este tema, con cientos de artículos al año publicados en revistas científicas. También las organizaciones han incluido en sus herramientas de cambio esta importante práctica.

Mindfulness significa “aquí y ahora”. La atención plena al aquí y ahora implica estar focalizado al máximo, evitar la dispersión, concentrar toda la energía y recursos en los objetivos marcados, utilizar todo el potencial creativo que tenemos. Con mindfulness no solo aprendemos a gestionar el estrés de forma efectiva, sino  a convertirnos en personas socio-emocionalmente competentes. Logramos con una mayor eficacia los éxitos personales y profesionales, y se produce una adecuada adaptación al contexto de la organización. Por eso el interés es creciente, y seguirá aumentando en los próximos años en las empresas.

Según Javier Carril (Director de Execoach) las empresas más innovadoras y punteras del mundo como: Apple, Google, Nike, Procter & Gamble, eBay, Twitter, AstraZeneca, AOL, General Mills y Huffington Post están aplicando programas de mindfulness de manera amplia y con enorme éxito. En Google ya han pasado por su curso de mindfulness  4.000 de sus 35.000 empleados. En General Mills el programa formativo Mindful Leadership (liderazgo atento o consciente) está teniendo un gran impacto en sus directivos. Así mismo, se han puesto en marcha diferentes programas de mindfulness sobre todo en hospitales y centros de atención primaria a fin de que los profesionales de la salud aumenten su bienestar psicológico y empatía hacia los pacientes (kabat-Zinn, 1994, Amutio y cols., 2015, Martín-Asuero y cols., 2013).

La mayoría de nosotros vivimos el día a día sin reconocer las alternativas que tenemos y sin decidir activamente entre ellas (Langer, 2007 citada en Martin-Asuero, 2008). Esta falta de visión es resultado de un exceso de tensión psicológica por una dinámica de liderazgo instalada en torno a la presión, la prisa, la preocupación, la hiperactividad y la competitividad excesiva. En el presente trabajo, explicaremos en qué consiste la atención plena o mindfulness, qué es la Empatía y cómo fomentar la empatía a través de mindfulness. El objetivo general planteado es aprender a gestionar las relaciones laborales para incrementar la eficacia en el trabajo. Después de realizar una revisión teórica de la literatura científica sobre minfulness y empatía, se presentará la propuesta de un programa de regulación emocional basado en técnicas de mindfulness. El programa consta de 8 sesiones con técnicas y herramientas basadas en varios investigadores, entre ellos; Kabat Zinn (2003), Martin-Asuero (2008), Amutio (2006, 2015).

Concepto Mindfulness

La palabra mindfulness es conocida en español como “atención plena” y “conciencia plena” y se identifica con un conjunto de prácticas que tienen en común fijar la atención en el momento presente y sin juzgar.  Diferentes autores nos han proporcionado una definición para el mindfulness como:

“Darse cuenta, de la experiencia presente, con aceptación”.  (Germer, 2005, p.7).

“Prestar atención de manera particular, como propósito, en el momento presente y sin juicios mentales” (Kabat-Zinn, 1994, p.4).

“La capacidad humana universal y básica, que consiste en ser conscientes de los contenidos de la mente, momento a momento”   (Simón, 2007, p.8). “Estar frente a la desnuda realidad de la experiencia, observando cada evento como si estuviera ocurriendo por primera vez” (Goleman, D.  1988, p.20).   A continuación se describen los 6 fundamentos para la práctica de la atención plena.

  1. No juzgar: Previo a no juzgar es no juzgarse a sí mismo. Al lograr emitirte menos juicios a ti mismo, emites menos juicios hacia los demás, siendo al mismo tiempo una forma de no pensar tanto en los demás, dedicando este tiempo a otras tareas.
  2. Mente de principiante. La actitud de la mente de principiante es querer saber, tener curiosidad, ver las cosas por primera vez.
  3. Confianza. Experimentando confianza porque: Nuestros pensamientos, ya no nos atrapan tanto y su velocidad e intensidad ha disminuido y confiamos en ellos. Nuestras emociones, ya no son tan fuertes, dolorosas, e inestables y confiamos en ellas y nuestras intuiciones y percepciones son acertadas y confiamos en ellas.
  4. No esfuerzo. Es estar en el momento presente, aquí, ahora, sin esforzarse por ir a otro lugar, no irse del ahora en pensamiento o acción.
  5. Aceptación. Aceptar no quiere decir estar de acuerdo o resignarse, es ponerle atención a lo que está sucediendo en este momento, aceptando lo que está pasando sin ponerle nuestras propias cargas a lo que está ocurriendo, el aceptar hace más serena nuestra vida.
  6. Dejar ir, ceder: Dejar ir, es dejar que suceda.

Concepto Empatía

Según Rifkin (2010) la empatía es un concepto único y relativamente nuevo en el vocabulario de cualquier lengua humana hasta ahora hablada, y se empieza a emplear apenas en el año 1909. Este sociólogo estadounidense afirma que cuando se habla de empatía se hace referencia a una habilidad tanto cognitiva como emocional del individuo, en la cual éste es capaz de ponerse en la situación emocional de otro. En este sentido, la empatía que se deriva del griego (ἐμπαθής) y que quiere decir “emocionado” es la capacidad cognitiva de percibir (en un contexto común) lo que otra persona puede sentir.

Según Goleman (1999). La empatía comprende diferentes competencias, que a continuación describiremos brevemente:

Comprensión de los otros: Ser sensible y comprender los puntos de vista de los demás. Permanecer atento a las señales emocionales y tener una escucha activa.

Desarrollo de los otros: Reconocer y recompensar la fortaleza y los logros de los demás. Establecer un feedback, en el cual la crítica y el aplauso se utilicen como una balanza.

Aprovechamiento de la diversidad: Respetar y saber relacionarse con personas de diferente índole, entendiendo la diversidad como una gran oportunidad. Para ello debemos afrontar los prejuicios, estereotipos y la intolerancia.

Conciencia política: Ser capaz advertir e interpretar con facilidad las relaciones emocionales del grupo de manera interna o externa (desde dentro o fuera del grupo). Las personas que disponen de una rica red de relaciones suelen reconocer y comprender perfectamente lo que ocurre a su alrededor.

Mindfulness y Empatía en las organizaciones

La práctica de mindfulness va más allá de la gestión del estrés en las organizaciones.  Es una habilidad que nos permite estar presentes en lo que sucede en el momento, con plena consciencia de nuestras sensaciones, emociones y pensamientos. Como indica Huang (2015) prestando atención con calma se consigue claridad mental para gestionar mejor las emociones y los pensamientos que generan situaciones negativas en el trabajo.

Ramos et al. (2013) señala que a partir del autoconocimiento y  la autogestión de las propias emociones podemos abrirnos a las emociones de los demás, y comprenderlas. Así, la práctica de mindfulness ayuda a empatizar con los trabajadores. Esta técnica trata de mejorar la habilidad para gestionar emocionalmente situaciones complicadas facilitando una adecuada comprensión y percepción emocional, indispensables para una apropiada regulación de nuestras emociones. De esta manera ayuda a manejar situaciones complicadas en el puesto de trabajo y cambiar la forma en la que cada persona se ve a sí misma.

Vicente Simón, médico psiquiatra, catedrático de Neuropsicobiología de la Universidad Politécnica de Valencia y presidente de honor de la Asociación Española de mindfulness, considera un acierto su utilización por parte de las empresas, ya que, a través de los ejercicios que se realizan, se incide  positivamente en la calidad de las relaciones, aumentando la empatía y la colaboración, y reduciendo la agresividad. Así mismo, la integración de mindfulness en el trabajo aumenta el bienestar personal, incidiendo positivamente en la autoestima de los/las trabajadores/as; aumentando la calidad del trabajo y desarrollando trabajadores/as plenamente conscientes, aumentando de esta forma la claridad mental y por ende la creatividad.

BIBLIOGRAFÍA

Amutio, A., Martínez-Taboada, C., Delgado, L. C., Hermosilla, D., & Mozaz, M. J. (2015). Acceptability and effectiveness of a long-term educational intervention to reduce physicians’ stress-related conditions. Journal of Continuing Education in the Health Professions, 35(4), 255-260.

Amutio, A. (2006). Relajación y Meditación. Un manual práctico para afrontar el estrés. Madrid: Biblioteca Nueva.

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Cebolla A, García-Palacios A, Soler J, Guillen V, Baños R, & Botella C. (2012). Psychometric properties of the Spanish validation of the Five Facets of Mindfulness Questionnaire (FFMQ). Eur J Psychiatry26, 118-126.

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http://www.urmc.rochester.edu/ education/md/mp/mindful-practice.cfm

Germer, Ch. (2005). The Mindful Path to Self-Compassion: Freeing Yourself from Destructive Thoughts and Emotions. New York. The Guilford Press.

Goleman, D. (1988). The meditative mind. Los Angeles/New York: JP Tarcher

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Publicado en Gestiópolis. Post original aquí.

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