Empatía, atención y respeto: el secreto para fortalecer cualquier relación

por Valeria Sabater

El secreto para lograr relaciones satisfactorias y felices es aplicando la declaración EAR. Sin ella, ningún vínculo será sólido ni trascendente.

Empatía, atención y respeto: el secreto para fortalecer cualquier relación

El secreto para fortalecer cualquier relación es simple. Hay quien no necesita leerlo en un manual o que se lo revele un gurú de la psicología. Porque en realidad hay muchas personas que tienen un instinto natural para cuidar de sus vínculos afectivos; son figuras que conocen y aplican con efectividad la artesanía de la empatía, la atención que valida y el respeto que enriquece.

Lo cierto es que la mayoría de estos procesos nos vienen de “fábrica”. Es decir, venimos al mundo con un cerebro social orientado a la conexión emocional, dispuesto biológicamente a esos procesos empáticos orquestados por las neuronas espejo. Sin embargo, abundan quienes hacen un mal uso de estos dones originarios para focalizarse solo en el interés propio y en ejercer el arte del egoísmo.

Ahora bien, hay algo innegable. Quienes gravitan en la órbita del interés personal, el materialismo e incluso el narcisismo terminan, tarde o temprano, atrapados en la esfera de la soledad. Únicamente los que están habilitados en el conocimiento del respeto relacional alcanzan una vida feliz y satisfactoria.

“Siempre que esté a punto de encontrar una falta en alguien, hágase la siguiente pregunta: ¿Qué falta mía se parece más a la que estoy a punto de criticar?”.

Marco Aurelio

mujeres simbolizando cómo fortalecer cualquier relación

El secreto para fortalecer cualquier relación: declaración EAR

Por lo general, cuando iniciamos una relación (ya sea de pareja o de amistad) siempre nos focalizamos en aquello que recibimos del otro y en cómo nos hace sentir. Obviamente, esta parte es importante. Sin embargo, es clave entender que todo vínculo implica un contrato social implícito, uno en el que el ejercicio de la reciprocidad define la primera cláusula.

El amor, la amistad, las relaciones familiares… Todo se rige por un preciso equilibrio de “tú me das, yo te doy”. El secreto para fortalecer cualquier relación parte siempre de una igualdad en las ganancias emocionales recibidas. Hay una correspondencia y si bien esta casi nunca es milimétrica del todo, ambas partes se sienten satisfechas. Nada falta, nada duele, hay armonía.

Así, y en relación con esto mismo, cabe hablar de un método que desarrolló el abogado, terapeuta, y mediador familiar Bill Eddy. Lo llamó la declaración EAR y lo introdujo en su libro Calming Upset People with EAR. Este recurso sirve tanto para solucionar conflictos como para estrechar lazos y crear relaciones más significativas.

Una declaración “EAR” es aquella que hace uso de la empatía (E), la atención (A) y el respeto (R) para demostrar a la otra persona que la comprendemos, la vemos y la oímos. Esta alquimia psicoemocional es algo que todos necesitamos.

Empatía (E), soy sensible a realidad emocional y me importa lo que sientes

La Universidad de Zúrich realizó un estudio en el 2008 sobre la empatía. Hay algo en lo que concluyó y que conviene tener en cuenta. Empatía no es saber de manera exacta cómo se siente alguien, es sintonizar con su realidad emocional, comprenderla y actuar en consecuencia.

Por ello, un pilar decisivo para fortalecer cualquier relación es hacerle saber al otro que somos sensibles a sus emociones. Lo que “tú sientes y te sucede es importante para mí”. Aún más, no basta solo con demostrarle esa conexión emocional, debemos corresponder de manera activa a esa realidad: ayudando y apoyando.

Tienes toda mi atención (A), te valido y te doy presencia

La declaración EAR tiene como segundo componente la atención, un elemento decisivo para fortalecer cualquier relación.

Esta dimensión es mucho más que un proceso psicológico básico: no es exclusivamente atender, mirar, mantener el contacto visual. Atender a alguien es un ejercicio activo, guiado por el interés y la preocupación. Una práctica que no se demuestra de manera exclusiva cuando tenemos ante nosotros a esa persona.

Atención es preocupación cotidiana por la vida del otro, es un “¿cómo estás?”, un “¿cómo te ha ido el día?” o un “estoy aquí para ti, te escucho”. Esa voluntariedad o deseo expreso de ser partícipe en la cotidianidad de esa persona que apreciamos es decisivo y debe manifestarse de manera activa, sincera y sensible.

Es decir, esa amistad, esa pareja, ese compañero de trabajo o ese familiar debe percibirse atendido y sentirse presente en nuestra mirada y corazón a pesar de la distancia.

La atención en las relaciones se manifiesta mediante la preocupación y el interés recíproco en el día a día. Es un interés desprovisto de egoísmo.

Pareja hablando en el sofá simbolizando cómo fortalecer cualquier relación

El respeto (R), te acepto como eres

Respetar es aceptar a cada uno como es, sin necesidad de querer cambiarlo o moldearlo a conveniencia. Para fortalecer cualquier relación es decisivo un trato respetuoso. Por término medio, dicho ejercicio se manifiesta del siguiente modo:

  • Hay que respetar la personalidad, los valores, las identidades, las preferencias, los pensamientos y las opiniones de esa persona.
  • Es importante que seamos capaces de respetar sus emociones.
  • Respetar es también apoyar y respaldar a esa persona cuando lo necesita.
  • No hay que hacer daño en cualquiera de sus formas, tanto física como emocionalmente.
  • Las relaciones auténticas no se juzgan y respetan la intimidad y privacidad del otro.
  • Respeto es también ser dignos de confianza para los seres queridos.

Para concluir, como podemos ver, la declaración EAR configura una serie de prácticas enriquecedoras, significativas y muy sólidas para dar valor a toda relación. Gracias a estas dinámicas, daremos forma a vínculos más felices y duraderos. Pongámoslos en práctica a diario.

Publicado en La Mente es Maravillosa. Post original aquí.

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5 mecanismos básicos que promueven la cooperación. ¿Somos egoístas o buscamos el bien común?

Por Guadalupe de la Mata

¿Somos egoístas o buscamos el bien común?

De alguna manera la respuesta a esta esta pregunta tiene un impacto fundamental en cómo nos planteamos la vida y las relaciones con los demás. Además tiene enormes implicaciones en muchas áreas de la economía, la política, la gestión y la psicología.

En un mundo en el que parece que la competición, el egoísmo y la búsqueda del propio interés tienen una gran visibilidad, yo estoy convencida de que, independientemente de cualquier valoración moral, la cooperación es una estrategia ganadora para los individuos, las organizaciones y las sociedades.

Es mi creencia y mi motivación y lo que hace que siga :1) trabajando en proyectos que fomentan la cooperación en equipos y organizaciones, 2) enseñando técnicas de negociación colaborativa en el Instituto de Empresa e 3) impulsando procesos participativos y de innovación social.

Sin embargo, no basta con creer en la bondad de la cooperación; para convencer a los que siguen defendiendo la competición como principal mecanismo para lograr objetivos individuales y sociales, es muy importante poder probar su eficacia empíricamente. Para ello he buscado respuestas en la biología, las matemáticas y la psicología.

Y en principio no parece tan fácil demostrar qué beneficios tiene para un organismo o un individuo ayudar a otros a expensas de sí mismo. Pero los tiene.

En mi investigación he encontrado dos libros, ambos escritos por profesores de Harvard, que me han impresionado especialmente por su forma original y profunda de abordar este tema. También me han gustado mucho porque ambos defienden la utilidad de la cooperación.

El primer libro es Supercooperadores de Martin Nowak, profesor de biología y matemáticas que defiende que la cooperación es parte indispensable de nuestra evolución, diseñando modelos matemáticos para demostrarlo.

Por otro lado, en El Pingüino y el Leviatán, el profesor de derecho Yochai Benkler utiliza ejemplos del mundo de los negocios y las ciencias sociales para defender que colaborar puede permitir conseguir más beneficios que simplemente perseguir nuestro propio beneficio.

En el artículo de hoy presento las principales conclusiones que he sacado de Supercooperadores que me parecen especialmente útiles.

5 mecanismos básicos que promueven la cooperación

“Tal vez el aspecto más destacable de la evolución
es sea su capacidad de generar la cooperación en un mundo competitivo”
Martin Nowak

Durante siglos, la idea de una naturaleza agresiva en la que no hay espacio para los más débiles ha dominado los modelos mentales de la sociedad. Aseveraciones como “la ley del más fuerte” son sólo una pequeña parte de la complejidad de las dinámicas sociales.

A través de sus observaciones, Charles Darwin intuyó que el altruismo había jugado un papel fundamental en la evolución de las especies, pero no supo encajarlo en el marco de la selección natural.

Nowak y el escritor científico Roger Highfield analizan esta cuestión en su libro “Supercooperadores” a través de la teoría de juegos.

En la primera mitad del libro, los autores se preguntan: ¿Por qué un individuo se preocupa de que le vaya bien a otro? ¿Por qué es la cooperación tan importante para la supervivencia? ¿Cuáles son las ventajas evolutivas de la cooperación?.

Partiendo del dilema del prisionero, explican cómo la cooperación supone un mejor resultado que el que puede conseguir cada individuo de forma separada. La contribución de Nowak consiste en utilizar simulaciones numéricas y con ello aplicar el dilema a un gran número de individuos en lugar de los dos del ejemplo clásico.

Introdujo un factor nuevo: múltiples generaciones de descendientes. Aunque los descendientes heredaban las estrategias de sus padres, también introdujo una probabilidad de que ocurrieran mutaciones aleatorias. Así, observó los cambios en los patrones de una generación a otra, las fuertes tendencias al egoísmo dieron paso a características altruistas y, por fin, a la cooperación.

«Después de un tiempo, de pronto, emergió una nueva estrategia», describe Nowak, «los jugadores comenzaron a cooperar y luego a imitar las decisiones de sus oponentes, paso a paso. El cambio rápidamente condujo a comunidades dominadas por cooperadores […] A las 20 generaciones, la estrategia de copiar decisiones dio paso a una estrategia más generosa, en la que los jugadores cooperaban incluso si su rival los traicionaba. Observamos, en esencia, la evolución del perdón».

Desde esta perspectiva, el autor defiende que la cooperación es necesaria para que la Evolución construya nuevos niveles de organización: genomas, células, organismos multicelulares, insectos sociales, y las sociedades humanas se basan en la cooperación.

5 mecanismos de cooperación

Según Nowak, sólo la cooperación puede explicar la parte creativa y constructiva de la evolución.
En la segunda parte del libro analiza los 5 principales mecanismos de Interacción que facilitan la evolución de la cooperación y el altruismo en el progreso del ser humano y de la sociedad.

Son los siguientes:

  • La reciprocidad directa: El direct reciprocitymecanismo fundamental que fomenta la cooperación es la reciprocidad (dar algo a cambio de algo en forma instintiva).
  • La reciprocidad indirecta (reputación), permite que las personas generosas y cooperativas construyan unindirect reciprocitya reputación por la cual los demás son más propensos a colaborar con ellas. Es evidente que los seres humanos estamos diseñado
    s para conectarnos y colaborar socialmente unos con otros en busca de un equilibrio social, y competir entre nosotros no es el factor positivo, pero sí uno que nos ha empujado al cambio.
  • network reciprocityLa selección espacial (agrupaciones de cooperadores pueden prevalecer), es otro mecanismo que propicia la cooperación. Este surge cuando altruistas y egoístas no se encuentran entremezclados de modo uniforme. Los vecinos o los amigos en una red social tienden a ayudarse, de modo que en una población con pequeñas parcelas de individuos cooperadores, estos se agruparán en colectivos cada vez mayores y acabaran prevaleciendo sobre los oportunistas.
  • group selectionLa selección de grupos (grupos que constan de cooperadores pueden prevalecer). La selección no sólo parece actuar en los individuos, sino también en los grupos, y los grupos donde florecen más individuos altruistas son los que más prosperan.
  • kin selection«Selección por parentesco” (parientes genéticos más cercanos se ayudan entre sí). Somos más proclives a cooperar o ser altruistas con personas que tengan alguna clase de parentesco genético. Según esta teoría, ayudamos a aquéllos con quienes compartimos genes.Tras analizar estos 5 mecanismos, los autores explican cómo el comportamiento desinteresado surge naturalmente de la competición; cómo el perdón, la generosidad y la bondad tienen una razón fundamental matemática; cómo las empresas pueden organizarse mejor para favorecer la cooperación y cómo se da una notable coincidencia entre la receta para la cooperación que surge del análisis cuantitativo y los códigos de conducta más conocidos de las principales religiones, como la Regla de Oro.

Publicado en Innovation for Social Change. Post original aquí.

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