Todos sabemos que existe un techo a nuestras expectativas profesionales. No todos llegaremos a Presidentes del Consejo de Administración, porque no estamos preparados y especialmente, porque no lo deseamos.
Yo tenía un jefe muy motivador que nos regaló a todos los directivos una placa que decía “Si lo puedes soñar, lo puedes hacer” (Walt Disney), algo parecido a la célebre frase “Yes we can” de Barack Obama. Son frases que pueden dar un empujón a tu autoestima, pero que no pueden tomarse al pie de la letra. Existe un tope. Llegar justo, justo a este tope debería ser nuestra meta. Llegar al equilibrio máximo entre nuestras aspiraciones y nuestra competencia.
Saber a que aspiramos resulta difícil, pero resulta aún más difícil saber si el nivel de nuestra competencia está acorde con nuestras aspiraciones. Más difícil todavía y es la parte más decisiva ( a no ser que seamos free-lance) es que la organización para la que trabajamos nos sitúe adecuadamente en su organigrama.
Es muy posible que hayamos sido víctimas de una promoción y hayamos pasado de ser un experto empleado a un bisoño jefe de equipo.
Es el momento de afilar las herramientas para desafiar a “Peter”:
–Auto evalúate: Estudia tus puntos fuertes y tus puntos débiles.
–Evalúa a tu equipo: Estudia sus puntos fuertes y sus carencias.
–Evalúa el sistema actual de trabajo: Estudia sus posibles deficiencias y posibles cambios a implementar.
–Establece vínculos de comunicación con tus empleados y con tus superiores. Es importante escuchar de forma ascendente y descendente. No dudes en pedir, consejos a unos y a otros. Tu autoridad no quedará mermada.
–Adquiere conocimientos políticos, en todas las empresas existen y son distintos según el nivel en el que estás situado. Aprende a moverte en tu nuevo “status”.
–Potencia tu conciencia organizativa y tu influencia sobre los demás. La empatía y el empowerment te serán útiles.
–Oriéntate hacia objetivos.
-Si te encuentras en dificultades, el asesoramiento de un coach te puede ser de gran ayuda.
Y el tiempo dirá si has vencido a “Peter” o si él te ha vencido a ti.
Que tengáis un buen día.
Montse
Publicado en Buenhabit. Post original aquí.
Del mismo autor en este blog:
El efecto multiplicador de nuestros hábitos productivos
Para seguir leyendo:
Principios de Peter y Dilbert, o el verdadero motivo del ascenso
El principio de incompetencia de Peter
El Principio de Peter: Incompetencia e Infelicidad
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