Liderazgo: Pensamiento positivo Vs Acción positiva

PensamientoPositivo

Por Mercedes Hortelano VdP @MyKLogica

Durante mucho tiempo se nos ha bombardeado con libros de autoayuda sobre “el pensamiento positivo” y la importancia que ello tiene en nuestra vida. Se nos ha hecho creer (o intentado hacer creer), bajo mi punto de vista de forma perversa, que el mero hecho de pensar en positivo y desear nos puede llevar a cambiar nuestra realidad y si esta no cambia, la culpa es nuestra por hacerlo mal o tener poca fe en nuestros pensamientos.

La realidad es que pensamiento sin acción, poca realidad puede cambiar y lo único que han conseguido es que se haya confundido pensamiento positivo con “sumisión positiva” y ausencia de comentarios críticos que hubieran llevado a un análisis de situación real y con proyección de impactos a medio y largo plazo.

Acción positiva implica tener criterio, contrastar información, comentar y profundizar sobre aspectos que pueden derivar en conflicto y aportar soluciones o alternativas de solución. Tenemos la costumbre de pensar que ponerse en el peor de los escenarios es de gafés y de pesimistas y, en parte, es cierto si sólo nos quedamos en señalarlo o en la queja pero imprescindible si a partir de ese ponerse en lo peor, ponemos en marcha planes de contingencia que nos pueda ayudar a prevenir o paliar la situación en caso de que ésta suceda.

Frente al “pensamiento positivo” que deja el control en las circunstancias externas, la “acción positiva” toma control de la situación.

Por ejemplo, imaginemos una empresa de ascensores, muy ligada al sector de la construcción, hoy en día atravesando una profunda crisis.

Pensamiento positivo: cruzar los dedos para que la crisis pase cuanto antes.

Acción positiva: buscar nuevos mercados geográficos, al tiempo que investiga cómo usar las competencias, capacidad investigadora y manufacturera para que cuando el crecimiento en esos nuevos mercados llegue a su fase de madurez, tener en fase de crecimiento nuevos productos o servicios.

La acción positiva, frente al pensamiento positivo, se proyecta en el futuro y se adelanta al cambio de paradigma, de forma que es parte de ese cambio. Uno de los ejemplos más recientes que tenemos al respecto es Apple y cómo Steve Jobs no se conformó con ser un “fabricante de ordenadores”, Steve Jobs fue un visionario que se fue adelantando y cambiando modelos de negocio. ¿Qué vende Apple? ¿ordenadores o servicios tecnológicos vanguardistas con su particular impronta en calidad y estética?

A continuación os dejo con un vídeo, de Barbara Ehrenreich, Sonríe o muere, que me llegó a través de @JSOnaiRam, muy interesante y descriptivo, en el que expone cómo la situación de crisis actual se debe, en buena parte, a este “pensamiento positivo”, mal entendido. Espero que os sea de interés:

Moraleja:

El jefe se rodea de “pensamientos/pensantes/sumisos positivos”,
el líder, de “acciones/activistas positivos”

——-

Imagen: El antropólogo perplejo vía Google

Publicado en MyKLógica. Post original aquí.

Del mismo autor en este blog:

Competencias: Visión Estratégica

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A la parálisis por el análisis: P de Precipicio

precipicioPor Julen Iturbe

Impresionante lo bien que lo pasamos en la P del PDCA. Vuelta para arriba, vuelta para abajo, que si esto, que si lo otro. Que si primero A luego B y luego C. Eso sí, todo sobre el papel. Alrededor de la mesa todo son conjeturas, suposiciones, hipótesis sobre cómo serán las cosas allá fuera en la realidad. Mientras tanto, el Power Point va entrando en carnes. Sin darte cuenta, tanto foto y tanta revuelta, ya va por varios megas. A la salud de algún consejo.

El círculo se refuerza. Cuando todo parecía suficientemente atado, ¡zas! pasa algo. O alguien piensa que pasa algo. O alguien dice que alguien puede pensar que pase algo. Un nubarrón en el horizonte. No se sabe si es real o ficticio. Si hiciera calor diríamos que son espejismos, pero como hace frío no hay manera de agarrarse a esa excusa. Pero si no, inventamos otra.

La P del PDCA va a mutar. Dejará de ser la P de la planificación para pasar a ser la P del precipicio. Parece que es la sensación cuando todo tiene que estar diseñado y rediseñado por los cuatro costados. Eso sí, lo mismo en alguna transparencia encuentras algo relacionado con el aprendizaje derivado del error y de la importancia de reducir tiempos en el famoso time-to-market. Pero nuestra cultura es la de que si te equivocas la has cagado. No tengo otra alternativa. El papel lo aguanta todo, pero cuando pasas a la acción, allí el aprendizaje es mucho más poderoso.

Todo esto de la rapidez queda muy bien en los libros. Pero, creedme, en la mayor parte de las empresas, la P consume demasiado, demasiado tiempo. La diversión está en la D. Ánimo.

Sobre el autor

Julen

De la margen izquierda de la ría, en el Gran Bilbao. Estudié psicología y siempre me he movido alrededor de las empresas y las organizaciones en general. Con una pasión confesa: la bici de montaña.

Publicado en Consultor Artesano. Post original aquí.

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Análisis de problemas y toma de decisiones. Reto principal para una gerencia efectiva

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