El mito de la caverna de Platón (significado e historia de esta alegoría)

por Adrián Triglia

Una metáfora que nos intenta explicar la doble realidad que percibimos.

El mito de la caverna de Platón es una de las grandes alegorías de la filosofía idealista que tanto ha marcado la manera de pensar de las culturas de Occidente.

Entenderla significa conocer los estilos de pensamiento que durante siglos han sido los dominantes en Europa y América, así como los fundamentos de las teorías de Platón. Veamos en qué consiste.

Platón empieza hablando sobre unos hombres que permanecen encadenados a las profundidades de una caverna desde su nacimiento, sin haber podido salir de ella nunca y, de hecho, sin la capacidad de poder mirar hacia atrás para entender cuál es el origen de esas cadenas.

Así pues, permanecen siempre mirando a una de las paredes de la caverna, con las cadenas aferrándolos desde atrás. Detrás de ellos, a una cierta distancia y colocada algo por encima de sus cabezas, hay una hoguera que ilumina un poco la zona, y entre ella y los encadenados hay un muro, que Platón equipara a las artimañas que realizan los tramposos y los embaucadores para que no se noten sus trucos.

Entre el muro y la hoguera hay otros hombres que llevan con ellos objetos que sobresalen por encima del muro, de manera que su sombra es proyectada sobre la pared que están contemplando los hombres encadenados. De este modo, ven la silueta de árboles, animales, montañas a lo lejos, personas que vienen y van, etc.

Luces y sombras: la idea de vivir en una realidad ficcionada

Platón sostiene que, por estrambótica que pueda resultar la escena, esos hombres encadenados que describe se parecen a nosotros, los seres humanos, ya que ni ellos ni nosotros vemos más que esas sombras falaces, que simulan una realidad engañosa y superficial. Esta ficción proyectada por la luz de la hoguera los distrae de la realidad: la caverna en la que permanecen encadenados.

Sin embargo, si uno de los hombres se liberase de las cadenas y pudiese mirar hacia atrás, la realidad le confundiría y le molestaría: la luz del fuego haría que apartase la mirada, y las figuras borrosas que pudiese ver le parecerían menos reales que las sombras que ha visto toda la vida. Del mismo modo, si alguien obligase a esta persona a caminar en dirección a la hoguera y más allá de ella hasta salir de la caverna, la luz del sol aún le molestaría más, y querría volver a la zona oscura.

Para poder captar la realidad en todos sus detalles tendría que acostumbrarse a ello, dedicar tiempo y esfuerzo a ver las cosas tal y como son sin ceder a la confusión y la molestia. Sin embargo, si en algún momento regresase a la caverna y se reuniese de nuevo con los hombres encadenados, permanecería ciego por la falta de luz solar. Del mismo modo, todo lo que pudiese decir sobre el mundo real sería recibido con burlas y menosprecio.

El mito de la caverna en la actualidad

Como hemos visto, el mito de la caverna reúne una serie de ideas muy comunes para la filosofía idealista: la existencia de una verdad que existe independientemente de las opiniones de los seres humanos, la presencia de los engaños constantes que nos hacen permanecer lejos de esa verdad, y el cambio cualitativo que supone acceder a esa verdad: una vez se la conoce, no hay marcha atrás.

Estos ingredientes se pueden aplicar también al día a día, concretamente a la manera en la que los medios de comunicación y las opiniones hegemónicas moldean nuestros puntos de vista y nuestra manera de pensar sin que nos demos cuenta de ello. Veamos de qué manera las fases del mito de la caverna de Platón pueden corresponderse con nuestras vidas actuales:

1. Los engaños y la mentira

Los engaños, que pueden surgir de una voluntad de mantener a los demás con poca información o de la falta de progreso científico y filosófico, encarnaría el fenómeno de las sombras que desfilan por la pared de la caverna. En la perspectiva de Platón, este engaño no es exactamente el fruto de la intención de alguien, sino la consecuencia de que la realidad material sea tan solo un reflejo de la verdadera realidad: la del mundo de las ideas.

Uno de los aspectos que explican por qué la mentira impacta tanto en la vida del ser humano es que, para este filósofo griego, está compuesta por aquello que parece evidente desde un punto de vista superficial. Si no tenemos motivos para cuestionar algo, no lo hacemos, y su falsedad prevalece.

Platón y su mito de la caverna

Este mito es una alegoría de la teoría de las ideas propuesta por Platón, y aparece en los escritos que forman parte del libro La República. Se trata, básicamente, de la descripción de una situación ficticia que ayudaba a entender el modo en el que platón concebía la relación entre lo físico y el mundo de las ideas, y cómo nos movemos a través de ellos.

2. La liberación

El acto de liberarse de las cadenas serían los actos de rebeldía que solemos llamar revoluciones, o cambios de paradigma. Por supuesto, no es fácil rebelarse, ya que el resto de la dinámica social va en sentido contrario.

En este caso no se trataría de una revolución social, sino de una individual y personal. Por otro lado, la liberación supone ver cómo muchas de las creencias más interiorizadas se tambaleen, lo cual produce incertidumbre y ansiedad. Para hacer que este estado desaparezca, es necesario seguir avanzando en el sentido de ir descubriendo nuevos conocimientos. No es posible quedarse sin hacer nada, según Platón.

3. La ascensión

La ascensión a la verdad sería un proceso costoso e incómodo que implica desprenderse de creencias muy arraigadas en nosotros. Por ello, es un gran cambio psicológico que se plasma en la renuncia a las viejas certezas y la apertura a las verdades, que para Platón son el fundamento de lo que realmente existe (tanto en nosotros como a nuestro alrededor).

Platón tenía en cuenta que el pasado de las personas condiciona el modo en el que experimentan el presente, y por eso asumía que un cambio radical en la manera de entender las cosas tenía que acarrear necesariamente malestar e incomodidad. De hecho, esa es una de las ideas que quedan claras en su forma de ilustrar ese momento mediante la imagen de alguien que trata de salir de una cueva en vez de permanecer sentado y que, al llegar al exterior, recibe la luz cegadora de la realidad.

4. El retorno

El retorno sería la última fase del mito, que consistiría en la difusión de las nuevas ideas, que por chocantes pueden generar confusión, menosprecio u odio por poner en cuestión dogmas básicos que vertebran la sociedad.

Sin embargo, como para Platón la idea de la verdad estaba asociada al concepto de lo bueno y el bien, la persona que haya tenido acceso a la realidad auténtica tiene la obligación moral de hacer que el resto de personas se desprendan de la ignorancia, y por lo tanto ha de difundir su conocimiento.

Del mismo modo que su maestro, Sócrates, Platón creía que las convenciones sociales sobre lo que es un comportamiento apropiado están supeditadas a la virtud que otorga llegar al verdadero conocimiento. Por eso, aunque las ideas de quien regresa a la caverna resulten chocantes y generen ataques por parte de los demás, el mandato de compartir la verdad obliga a confrontar estas viejas mentiras.

Esta última idea hace que el mito de la caverna de Platón no sea exactamente una historia de liberación individual. Es una concepción del acceso al conocimiento que parte de una perspectiva individualista, eso sí: es el individuo el que, por sus propios medios, accede a lo verdadero mediante una lucha personal contra las ilusiones y los engaños, algo frecuente en los enfoques idealistas al fundamentarse en premisas del solipsismo. Sin embargo, una vez el individuo ha alcanzado esa fase, debe llevar el conocimiento al resto.

Eso sí, la idea de compartir la verdad con los demás no era exactamente un acto de democratización, tal y como la podríamos entender hoy día; era, simplemente, un mandato moral que emanaba de la teoría de las ideas de Platón, y que no tenía por qué traducirse en una mejora de las condiciones materiales de vida de la sociedad.

Referencias bibliográficas:

  • Bury, R. G. (1910). The Ethics of Plato. The International Journal of Ethics XX (3): 271-281.
  • Dillon, J. (2003). The Heirs of Plato: A Study of the Old Academy. Oxford University Press.
  • Koller, J. (2013). Chad Meister and Paul Copan (ed.). Routledge Companion to Philosophy of Religion. Routledge.
  • Reale, G. (1997). Toward a New Interpretation of Plato. Washington, DC: CUA Press.
  • Rowe, C. (2006). Interpreting Plato. In Benson, Hugh H. (ed.). A Companion to Plato. Blackwell Publishing. pp. 13–24.
  • Whitehead, A. N. (1929). Process and reality (en inglés).

Publicado en Psicología y Mente. Post original aquí.

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Yo lo veo negro. Pues yo lo veo bien

Por José Ramón Luna

¿Cómo ves el vaso?


No es lo que sucede lo que realmente cuenta, sino la forma en la que percibimos lo que sucede. Nuestra representación de la realidad, especialmente cuando tenemos problemas inesperados, es lo que condiciona nuestras reacciones y nuestros comportamientos.

¿Por qué dos personas reaccionan de forma distinta ante una misma situación?. La respuesta es simple aunque no sencilla: porque cada uno se ha representado la situación de una forma diferente. Cada uno la percibe de forma distinta, reaccionando y comportándose de distinta manera.

Si esto es así, ¿Qué te parecería poder controlar la forma en que percibes cada situación de forma que siempre te mantengas en una actitud positiva?. Aunque parezca difícil, lo cierto es que todos podemos controlar nuestras percepciones y, en consecuencia, cómo nos afectan los acontecimientos y como actuamos ante ellos.

Veamos a continuación algunos pequeños consejos que te ayudarán a controlar tus percepciones para mantener una visión positiva.

Mira hacia el futuro

Sea cual sea la situación o el desafío al que te enfrentes, enfócate en el futuro y no en el pasado. En lugar de preguntarte ¿quién ha sido el culpable? o ¿por qué ha pasado?, formúlate otras preguntas: ¿cómo quiero que sea el futuro?, ¿qué quiero conseguir? o ¿qué puedo hacer?. Hazte una imagen mental de lo que quieres que sea el futuro con respecto a esa situación y empieza a hacer cosas que te lleven hacia ello.

Piensa en la solución

Por otra parte, sea cual sea el problema o el reto al que te enfrentes, focalízate en la solución, no en el problema. Piensa en aquello de “si no hay solución es que no es un problema”. Dedica tu tiempo a plantear posibles alternativas de solución o cambio, más que dar vueltas sobre el por qué, quién o cómo del problema. En el momento que empiezas a plantear soluciones, ya estás más cerca de resolver los problemas.

Detrás de cada problema hay siempre una enseñanza positiva.

Asume que detrás de cada dificultad siempre hay algo positivo. Los problemas y las circunstancias adversas son parte de nuestro crecimiento, porque de ellos siempre podemos extraer enseñanzas que nos ayudarán en el futuro. “No hay errores, solo resultados”. Todo lo que ocurre tiene una intención positiva. Una vez alguien preguntó: “¿Qué hay de positivo en un dolor insoportable?”. ¿Crees tú que puede haber algo positivo?. ¿Y si te dijera que cualquier dolor te avisa de un problema en el organismo y es la forma de poder ponerle remedio?.

Actitud Mental Positiva

En cualquier texto de desarrollo personal se habla siempre de mantener una actitud mental positiva (AMP) como elemento indispensable del éxito. Personalmente creo que es cierto. Para mantener una actitud positiva, piensa en el futuro, enfócate en la solución y extrae las enseñanzas de todas tus experiencias. Esto te ayudará a controlar tu mente y decidir cómo percibir cada situación.

Para tu entrenamiento:

Aquí hay tres cosas que puedes poner en marcha inmediatamente para conseguir una Actitud Mental Positiva:

  • Identifica tres situaciones que consideres que han sido negativas o difíciles para ti y plantéate las siguientes preguntas: ¿qué he aprendido de ellas?, ¿de qué me avisan estas situaciones?, ¿de qué me protegen?, ¿cómo puedo aplicar el aprendizaje en el futuro?.
  • Cuando te enfrentes a un problema, piensa al menos cinco posibles actuaciones para solucionarlo, selecciona una y ponte en marcha inmediatamente.
  • Evita hablar del pasado y de los problemas y enfócate hacia el futuro y hacia las soluciones. Trata de modificar en esta línea tus conversaciones internas y tus conversaciones con otras personas. Cambia la crítica, la búsqueda de culpables y los “y si hubiéramos hecho esto …”, por “Haciendo esto y esto conseguiremos con seguridad resolver la situación en el futuro ”

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