Falacias del management heredadas de la estrategia militar

Por Javier Megías

falacias-management-estrategia-militar-stratego_thumbLos principios del management tal como lo conocemos tienen sus raíces en la estrategia militar (de hecho el termino “strategos” se utilizaba en la antigua Grecia para denominar al General), cuyo fin último es disputar la posesión de un territorio. Estos principios han sentado las bases de la estrategia empresarial de hoy en día, pero… ¿siguen siendo validos en en entorno actual?

En mi opinión el transponer estos principios a la gestión empresarial supone aceptar como ciertas determinadas falacias, que han llegado a impregnar completamente la mayoría de los estilos directivos:

  1. El mercado es un espacio finito: Nos han enseñado a creer que con el mercado sucede lo mismo que con la tierra, que es un recurso finito, y que por tanto no hay espacio para todos… lo cual sólo es cierto en un conjunto muy limitado de mercados. Si este axioma fuera realidad no tendrían cabida las estrategias de creación de nuevos mercados, resegmentación de los existentes o incluso el acceso a no-clientes de fuera del mercado actual de las que hemos hablado varias veces. ¿un espejismo?
  2. Lo que uno gana el oponente lo pierde: Derivado del punto anterior surge una de las más importantes falacias con las que convivimos actualmente y que canaliza todas las dinámicas competitivas en las que nos vemos envueltos. Según éstas, para que mi empresa gane territorio (mercado) otra empresa debe perderlo…. o dicho de otra forma, mi trabajo es robar clientes a mis competidores, lo que los convierte en enemigos a los que debo derrotar.Una de las peores derivadas de esta forma de entender la competencia es que a menudo pasamos más tiempo mirando e intentando copiar (perdón, haciendo benchmarking) lo que hacen el resto de competidores que ideando nuevas formas de dar valor a los clientes.
  3. Hay una cabeza que piensa y el resto ejecuta: Las jerarquías militares son excepcionalmente rígidas y verticales, con muchos niveles estancos que no se comunican apenas entre sí. Esta forma de dirigir implica que las ordenes y la estrategia se piensan de forma centralizada en la cabeza de la pirámide, y descienden a lo largo de la cadena jerárquica, permitiendo mínimas adaptaciones. Además se enorgullece de la capacidad de los soldados de ejecutar las órdenes sin cuestionarlas ni pensar.Aunque este principio pueda ser válido en la guerra, en el mercado no sólo es erróneo sino contraproducente. Sin duda se deben marcar ciertas líneas estratégicas, pero deberíamos plantearnos una forma más flexible y ágil de interpretar la estrategia en cada punto de la jerarquía (¿o redarquia?).
  4. La clave son las operaciones internas: En un entorno militar es extremadamente importante que toda la organización interna y operaciones sean extremadamente eficientes y estén diseñadas con extremo cuidado… ya que para hacer frente a un enemigo es necesario que toda la organización funcione de una forma clara y conocida de antemano.Sin embargo, el mercado no es lo mismo que la guerra, y aunque obviamente es deseable cierto nivel de eficiencia operacional, la empresa se debería preocupar mucho más por el lado del mercado (comprender al cliente, crear productos que cumplan realmente sus necesidades, ser capaz de entender las tendencias…etc) que por tener unos procesos muy definidos y claros (que suelen desembocar en la temida burocracia).
  5. Hay que ser el primero: Otra de las falacias que nos han repetido hasta la saciedad es que la ventaja principal la obtiene el que golpea primero, ya que le será más fácil capturar el territorio. Aunque el sentido común nos empuja a considerar esta afirmación como cierta en el entorno militar, no sucede lo mismo con el entorno empresarial… ya que ser el primero es extremadamente caro e implica tareas tales como educar al mercado, establecer cadenas de suministro…etcEn la estrategia empresarial es igualmente buena idea (de hecho, mucho mejor para empresas de tamaño pequeño o medio) adoptar el rol de seguidor rápido, dejando que el primero dilapide sus recursos preparando el nuevo mercado y lanzarse una vez se hayan creado las estructuras necesarias, los clientes estén preparados y el coste de materias sea inferior… porque el mercado lo pueden compartir varias empresas (y ya se sabe, los pioneros acaban con flechas en la espalda).
  6. Un buen soldado es un buen general: Aunque no siempre es así, nos hemos acostumbrado a pensar que un buen soldado (ejecutor) es potencialmente un buen general (estratega). Sin embargo, en el mundo empresarial ambos conceptos no están ligados, y habitualmente conducen a perder a un buen profesional técnico (soldado) y convertirlo en un gestor mediocre… y encima haciéndolo infeliz por el camino.
  7. Cuanto más grande es el ejercito más posibilidades de ganar tiene: Aunque en general suele ser cierta esta afirmación, el entorno militar se la empieza a cuestionar, consecuencia del auge de las técnicas de guerrilla urbana… ya que un ejercito muy grande resulta extremadamente lento, tarda mucho en reaccionar (gracias a las larguisimas cadenas de mando) y consume muchísimos recursos.Cada día es más cierto que una pequeña y ágil empresa es capaz de poner en jaque a todo un mercado, sobre todo gracias a la cantidad de modelos de negocio escalables que existen hoy en día.
  8. Hay una estrategia de respuesta clara: En el entorno militar existen estrategias de ataque y defensa más o menos predefinidas, de forma que ante la estrategia A suele ser mejor utilizar la estrategia de respuesta B o C. Sin embargo, en el mundo de los negocios no existen recetas automágicas ni planteamientos  que siempre funcionen, a pesar de que en algunas escuelas de negocio se empeñen en hacernos creer lo contrario.Trabajamos en un entorno de completa incertidumbre, lo que implica que debemos ser creativos e idear nuevas estrategias para nuevas situaciones… y esforzarnos en ser diferentes, no mejores (lo que por supuesto no quita conocer las que se suelen utilizar en circunstancias similares)

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Publicado en JavierMegías.com. Post original aquí.

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7 comentarios en “Falacias del management heredadas de la estrategia militar”

    1. Fué omitido por error, si te fijas, siempre incluyo el link al artículo reproducido.
      Subsanado el error, con las correspondientes disculpas, te agradezco a tí por la calidad de tu trabajo.

  1. ¡Estrategia es la función del Strategos!
    La finalidad de la Estrategia es INTERACTUAR con el Conflicto y no se restringe a “disputar la posesión de un territorio”. Debe admitirse que los intentos de la Organización por optimizar los intereses de su Negocio generan Conflicto con intereses similares. Y de hecho hay que entender que estos conflictos se dirimen en el Mercado.
    1.- El Strategos (o el Profesional de la Estrategia) no considera que el Mercado sea finito o infinito, es sólo el espacio donde se desenvuelve la Estrategia.
    2.- Debemos coincidir que lo que alguien pierde en el Mercado otro lo gana y viceversa. Cual fuese la ruta o la mecánica que conduce a esto, la premisa se cumple de alguna manera. La creación de nuevos mercados o acceso a no-clientes de todas maneras representan acciones que afectan los intereses de los actores presentes. Considerar que existen situaciones en las que “todos ganan” o donde “nadie pierde” constituye esencialmente un sofisma.
    3.- Para el Strategos (que no es necesariamente un militar a efectos de lo que aquí tratamos), existen las Estrategias que funcionan y aquellas que no lo hacen. En una organización de negocios en donde se se presente el hecho que “uno piensa y el resto obedece” seguramente se presentará lo segundo antes que lo primero.
    4.- Para el Strategos la clave NO son las operaciones internas. El entorno es el que establece las premisas mas importantes del Conflicto y a él debe ajustarse la orientación de la Estrategia y la estructura de la Organización. El “viejo” Principio Estratégico de que la Estructura se subordina a la Estrategia tiene para el Strategos pleno vigor metodológico. Son DOS las funciones que perfeccionan el Negocio que sustenta a cualquier Organización: producción y ventas. Sin ellas no existe “negotium” o la actividad que genera utilidad, interés o provecho para quien la practica.Al margen de las funciones del negocio (de las cuales ventas predomina porque hoy debe asumirse que nadie produce aquello que presuma que no ha de venderse), las otras funciones de la Organización son estrictamente de Apoyo y como tales si pueden inscribirse en la lógica de Burocracia (sin entenderla precisamente como “disfunción burocrática).
    5.- El fundamento conceptual de las acciones del Strategos está constituido por los Principios Estratégicos o la experiencia comprimida de miles de Strategos en la interacción con miles de Conflictos durante miles de años. Ninguno de ésos Principios Estratégicos establece imperativamente que “se tenga que ser el primero” para garantizar que el Conflicto se dirima a favor.
    6.- Para el Strategos tampoco constituye una premisa que “todo buen soldado sea un buen general”. En determinado punto del acercamiento al Conflicto existen “generales y soldados” y punto. Si la Estrategia no temporaliza apropiadamente pierde efectividad. La Estrategia no es una doctrina (y tampoco es un plan), la Estrategia es Acción, y a efectos de ella la consideración de generales y soldados coincide solamente en un punto determinado de espacio-tiempo en el que se lleva a efecto la interacción con el Conflicto.
    7.- ¡Efectivamente!, cuando mayores sean los Recursos MAYORES son las posibilidades (diremos también probabilidades) de ganar. ¿No es esto lógico?. De allí que las posibilidades terminen cumpliéndose o no es otra cosa. Que contendientes con menores recursos terminen por dirimir el Conflicto a su favor también es cierto, en este caso lo habrán hecho teniendo las posibilidades y probabilidades en contra.
    8.- Sería fantástico que existieran “estrategias claras” o se pudiese trabajar la interacción con el Conflicto en un escenario determinístico. Lamentablemente esto no es así, ni en el mundo militar, ni en el mundo de los negocios ni en la vida.

    Carlos Nava Condarco
    carlosnava365@gmail.com