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Ser una persona empática no es fácil. Así lo reflejé en su momento en el artículo La escucha empática. ¿Por qué la gente no escucha? Y no es fácil porque en muchas ocasiones se cree estar en la obligación de dar una respuesta a la persona que se tiene delante. Esto hace que las respuestas que damos a dichas personas tengan una propósito empático pero, lamentablemente, en multitud de ocasiones no lo son. En el artículo de hoy tengo la intención de enseñarte los 9 tipos de respuestas no empáticas más comunes. Así que no te entretengo más y doy comienzo al artículo. ¿Me acompañas?
Las respuestas empáticas. ¿Hasta qué punto son necesarias?
A ver si me explico. Cuando nos referimos al término empatía es necesario tener en cuenta que en muchas ocasiones no es necesario dar una respuesta a la persona que tenemos en frente, es decir, queremos ser empáticos dando respuestas que en la mayoría de ocasiones no son empáticas. Entonces, ¿cuál es la mejor respuesta empática? Probablemente la mejor respuesta empática es no dar ninguna respuesta. Así es. Las personas empáticas son aquellas que destacan no por lo que responden, sino por su capacidad de escuchar.
Para ser empático no necesitas dar respuestas, sino saber escuchar de manera activa al otro. Es lo que en su momento denominé la escucha empática o escucha con y desde el corazón Puede que esta afirmación te sorprenda. Por ello mi intención es la de mostrarte tipos de respuestas que en apariencia son empáticas, pero que, si las examinas en profundidad, te darás cuenta de que no lo son.
¿Cuál es entonces la mejor respuesta empática?
La mejor respuesta empática es la que puedes dar a través de la escucha, no de la respuesta. De lo que se trata es de ser capaz de estar presente, de estar presenta frente al otro con los cinco sentidos. Y eso se consigue vaciando tu mente y escuchando a la otra persona con todo tu ser. Por tanto,
La empatía consiste en la capacidad de estar presente
De hecho, cuando una persona se acerca para comunicarte algo, en la mayoría de ocasiones no busca una respuesta, sino consuelo. Y el mejor consuelo no tiene por qué ofrecerse en forma de respuesta, es decir, lo que realmente quiere la gente es ser escuchada, transferirte sus sentimientos. Es saber interpretar el momento en el que la otra persona te transmite el siguiente deseo
Sólo quiero que me escuches
Escuchar sin responder tiene un enorme valor porque la escucha activa está normalmente exenta de juicio, opinión y valoración. Cuando se escucha sin dar respuesta, lo que se consigue es centrar toda la atención en el mensaje que te está transmitiendo esa persona. Escuchar sin responder ofrece el tiempo y el espacio al otro para que exprese de forma libre sus sentimientos y pensamientos, facilitando así que se sienta comprendido por ti. En este sentido hay un dicho que lo resume a la perfección:
No hagas nada, limítate a estar
Los 9 tipos de respuestas no empáticas.
1. Asesorativa. Creo que deberías…
2. Reconfortante. No te sientas culpable. Lo has hecho lo que mejor que has podido.
3. Personal. ¡Eso no es nada! Yo una vez…
4. Narrativa. Eso me recuerda la historia…
5. Relativa. ¡Anímate! Seguro que…
6. Condicional. Puedes aprender de esto si…
7. Correctiva. No es así.
8. Interrogativa. ¿Y por qué…?
9. Excusadora. Me hubiera encantado ayudarte, pero…
Ejemplos de respuestas no empáticas.
Imagínate que un alumno te dice la siguiente frase:
«He suspendido el examen de matemáticas con un cuatro.»
Ahora aplicaré los nueve tipos de respuestas no empáticas. Juzga tú mismo las respuesta:
1. Asesorativa. Creo que deberías haber planificado mejor la semana, puesto que tenías muchas pruebas concentradas en pocos días.
2. Reconfortante. No estés triste. Seguro que en el examen has dado lo mejor de ti.
3. Personal. ¡No te preocupes! Yo a tu edad solía suspender matemáticas y fíjate hasta dónde he llegado.
4. Narrativa. Acabas de recordarme el día en el que me suspendieron un examen de música con un cuatro. Me acuerdo como si fuera hoy del examen y de las preguntas.
5. Relativa. ¡Ánimo! Ya verás como en el siguiente te va mucho mejor. No es para tanto.
6. Condicional. Seguro que puedes aprobar el siguiente si te fijas en los errores que has cometido en este examen.
7. Correctiva. Sabes perfectamente la razón por la que no has aprobado este examen de matemáticas.
8. Interrogativa. ¿Y por qué crees que has sacado esta nota en el examen de matemáticas?
9. Excusadora. Me hubiera gustado haber podido ayudarte con el examen, pero las matemáticas no son mi fuerte.
Cuando la mejor respuesta no es una respuesta. La respuesta no empática. A modo de conclusión.
En este artículo he querido incidir sobre un aspecto que me parece francamente importante y es el siguiente: no es posible la escucha activa y la búsqueda de una respuesta al mismo tiempo. ¿Qué significa esto? Pues que se da más importancia a lo que queremos responder que a lo que te está diciendo la otra persona. Hay que escuchar con la mente vacía. Y para escuchar con la mente vacía no puedes estar planteándote posibles respuestas. De ahí el peligro de determinadas respuestas empáticas, respuestas que tal y como has visto en el ejemplo no aportan soluciones. Porque, tal vez, la empatía no está pensada para dar respuestas, sino para regalar tu presencia, tu espacio y tu tiempo al otro.
Publicado en Justifica tu respuesta. Post original aquí.
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