La Inteligencia Social, en qué consiste

por Miryam Gomez Obregon

La inteligencia es una de las capacidades que nos han ayudado a la supervivencia, los seres humanos estamos “programados” para “conectarnos”, nuestro diseño nos hace ser sociales, existe una dinámica neuronal que subyace a dichas relaciones.

¿Qué es la inteligencia social?

¿Cómo decidimos si es seguro acercarse a una persona?  Principalmente, la amígdala, verifica de manera automática a las personas con quienes nos relacionamos para saber si podemos o no confiar en ellas y si representan un peligro para nosotros.

 La pertenencia  a ciertos grupos contribuye al desarrollo individual y colectivo, estableces vínculos con las personas con las que te relacionas, los cuales implican: coordinación, cooperación y muchas veces competencia; aspectos que han impulsado al desarrollo del individuo y las sociedades, en gran medida.

La aptitud social, es la capacidad de actuar sabiamente en las relaciones humanas.” Thorndike

La inteligencia social, es la capacidad que tiene una persona para relacionarse con los demás de manera empática y asertiva. Ayuda a comunicarnos de manera efectiva, a saber gestionar nuestras emociones adecuadamente y a obtener un buen resultado como producto de nuestras interacciones sociales. La inteligencia emocional está muy ligada a la inteligencia social, ya que ambas incluyen la gestión adecuada de tus emociones para mejorar tus relaciones interpersonales, sin embargo, ésta última abarca otros aspectos.

¿A qué se le llama cerebro social?

Al conjunto de mecanismos neuronales que dirigen nuestras relaciones, contiene la suma de pensamientos, recuerdos, sentimientos y emociones acerca de nuestras interacciones sociales. Implica habilidades interpersonales, como la empatía y el interés, que van más allá de la búsqueda del bien personal, el individuo que posee inteligencia social, toma en cuenta a los demás, de ésta manera constantemente enriquece sus relaciones interpersonales.

¿Qué tipo de emociones predominan en ti y cuáles son las que contagias a los demás usualmente? La habilidad social se da a través de las neuronas espejo. Estas neuronas nos permiten reconocer las emociones en los demás e identificarnos con algún aspecto que estén transmitiéndonos. El fenómeno del contagio emocional se da en gran parte gracias a este tipo de neuronas,  pues nos ayudan a entender lo que está sucediendo, a ser empáticos y a conectar con los demás.

La Economía emocional

Es el balance de ganancias y pérdidas internas que experimentamos en una determinada interacción social. También, es el saldo de “sentimientos” o impresiones que nos quedan después de relacionarnos con alguien. ¿Qué saldo estás dejando  con cada interacción social? ¿Generalmente es positivo o negativo?

Hay relaciones con personas que resultan nutritivas, porque te dejan generalmente cosas buenas, como: un conocimiento nuevo, una propuesta, una idea, te motivan o dejan en tí un buen sentimiento. Sin embargo, hay relaciones que son tóxicas,  sometiéndote a altos niveles de estrés, lo cual tiene un impacto negativo en tu salud.

Ten presente que cuando estás experimentando un estado de angustia y estrés constantes, se debilita tu capacidad de procesamiento de información y de pensar creativamente, haciendo más posible caer en conductas que no son funcionales socialmente o simplemente puede hacer que pierdas el enfoque en tus principales tareas. Podrías “perder los estribos” en una situación, por ejemplo. Daniel Goleman dijo:

El cerebro emocional responde a un evento más rápidamente que el cerebro racional”.

En cambio, cuando una persona se “siente bien contigo y tú con ella”, pueden expresar libremente sus emociones, puede haber proximidad corporal, sus respuestas son espontáneas, están coordinadas armoniosamente (sintonía), sus miradas se cruzan con frecuencia, sus cuerpos permanecen a una distancia cómoda durante una charla casual y no se incomodan por la presencia de silencios, pues son parte de la armonía y ritmos naturales de la misma conversación.

Constantemente estamos comunicando algo, cuando hablas tu tono de voz puede expresar tus emociones; incluso cuando no gesticulas palabra alguna, tu lenguaje no verbal está comunicando algo, a través de tu lenguaje corporal y expresiones faciales. Cualquier conversación sucede a través de dos canales:

  1. Superior: Transmite la racionalidad, las palabras y los significados.
  2. Inferior: Opera a un nivel de lenguaje no verbal.

Generando empatía

Como puedes apreciar, la empatía es un conector esencial entre las personas, ayuda a reconocer las emociones en los demás y a comprenderlos. Aquí te dejo  5 recomendaciones para promover la empatía a través de canales verbales y no verbales:

  1. Establece contacto visual.
  2. Emplea tono de voz y expresión amables.
  3. Trata de escuchar atenta y activamente.
  4. Coordinación o sincronía en tus movimientos.
  5. Sonríe siempre que el contexto de la sonrisa sea el adecuado. Es una de las expresiones emocionales más positivas, el cerebro prefiere los rostros felices.

Aquí te dejo una infografía con las 8 dimensiones de la Inteligencia Social que describe Daniel Goleman y las habilidades sociales que la caracterizan por Karl Albrecht:

Conclusión

Las aptitudes sociales, incluyen la capacidad de interaccionar con los demás de manera eficaz, la mayoría de ellas se puede desarrollar y hace que las relaciones sean más sencillas y satisfactorias, a la vez que contribuye a la construcción de una sociedad más colaborativa y pacífica;  la empatía, la sintonía y el interés por los demás, son las principales características de la inteligencia social, ya que estas nos permiten interactuar sanamente y dejar un balance positivo en cuanto a relaciones sociales se refiere.

Referencia Bibliográfica

  • Goleman, Daniel (2006). Inteligencia Social. Barcelona, España: Editorial Planeta.

Publicado en Psicoactiva. Post original aquí.

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La inteligencia social en la empresa como clave del éxito

La gran mayoría de los problemas que surgen en las organizaciones tiene su raíz en una ausencia de inteligencia social en la empresa, desde un trabajador desmotivado porque su superior ejerce un estilo de liderazgo demasiado autocrático hasta un fallo en la cadena de montaje causado por una falta de comunicación entre los profesionales.

Hasta hace relativamente poco, imperaba la idea que las emociones debían quedarse fuera de las compañías. Sin embargo, los estudios e investigaciones han demostrado que la clave del éxito de una organización radica en una correcta gestión emocional hacia el capital humano, lo que requiere el desarrollo de la inteligencia social en la empresa.

¿Qué es la inteligencia social?

John Dewey fue el primero en utilizar el término inteligencia social a principios del siglo pasado en su libro Moral Principles of Education, donde define el concepto como “el poder de observar y comprender situaciones sociales”.

Desde entonces, han sido numerosos los investigadores y estudiosos que han profundizado en el campo de la inteligencia social en la empresa. Así, Karl Albrecht, en Inteligencia social: la nueva ciencia del éxito, se refiere a esta habilidad como “la capacidad de llevarse bien con los demás y conseguir que cooperen entre sí”, mientras que Leonardo Schvarstein indica en La Inteligencia Social de las Organizaciones: Desarrollando las Competencias Necesarias para el Ejercicio Efectivo de la Responsabilidad Social que se trata de “un conjunto de competencias necesarias para el cumplimiento de la responsabilidad social de las organizaciones”.

Por su parte, en el trabajo Emotions and Social Intelligence: Jane Braaten and Antonio DamasioKaaren Williamsen y Gustavus Adolphus College sostienen que “la inteligencia social implica las destrezas y habilidades que intervienen en la creación y el mantenimiento de la comunidad”.

Composición de la inteligencia social

Respecto a estas destrezas y habilidades, Karl Albretch, inspirado por la Teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, formuló el acrónimo A.S.P.E.A.K., que engloba las seis dimensiones principales de la inteligencia: abstracta (razonamiento simbólico), social (trato con la gente), práctica (busca conseguir resultados), emocional (autoconciencia y autogestión), estética (sentido de la forma, el diseño, la música, el arte y la literatura), y kinestésica (habilidades concernientes al deporte, la danza o la música).

En el caso de la inteligencia social, Albrecht desglosa esta capacidad en tres componentes:

  • Las habilidades sociales referidas a un conjunto de competencias básicas para la vida y el liderazgo, entre las que incluyen:
    • Relaciones: los vínculos con las personas, interacciones y contextos.
    • Presencia: cómo se presenta a sí mismo en diversas situaciones.
    • Autenticidad: consiste en comportarse honestamente, con integridad y claro sentido de sí mismo.
    • Claridad: la habilidad de persuadir y conseguir transferir las propias ideas a los demás.
    • Empatía: la capacidad de conectar con la gente y conseguir que se muevan con y hacia uno mismo.
  • La apreciación personal: relacionada con cómo los demás pueden ver a la otra persona y cómo esta influye en los demás.
  • El estilo de interacción: hace referencia al estilo de interacción o la interacción consigo mismo y con los demás.

La importancia de la inteligencia social en la empresa

Como consecuencia, la inteligencia social en la empresa se ha convertido en un objetivo prioritario para los líderes. Muy bien lo expresó Thorndike en 1920, cuando en su artículo La inteligencia y sus usos expresó que “la falta de inteligencia social puede convertir al mejor de los mecánicos de una fábrica en el peor de los ssupervisores”.

Como señala Virginia Tardito en Inteligencia Social en las organizaciones, “en tanto que las emociones son el motor de la acción y ésta puede ser positiva o negativa, y de diferente intensidad, esas emociones, y sus comportamientos correspondientes, imprimen a la organización una gran diversidad de características, que pueden ser favorables (acompañando o promoviendo el crecimiento) o adversas (frenando o impidiendo el crecimiento)”.

Por tanto, una organización con una alta inteligencia social, es decir, con capacidad para mantener relaciones interpersonales positivas, se vuelve –en palabras de Schvarstein- más capaz de plantear principios y estrategias básicas, de implementar las agendas de gestión, que faciliten la satisfacción de las necesidades sociales básicas de sus integrantes..

En concreto, según Luis Felipe Triana y Luis G. Forero, en el ensayo Inteligencia social: una aproximación desde la gestión de la organización, “estamos ante una herramienta útil para que los empresarios y futuros administradores puedan tomar conciencia de las causas, responsabilidades e implicaciones que se logran dirigiendo empresas socialmente inteligentes. Destacan los siguientes aspectos:

  • Talento humano: disminución en la rotación de personal, mejora del clima organizacional, mayor cooperación, sentido de pertenencia y orgullo por su empresa, sensibilidad, liderazgo por valores y compromiso.
  • Cliente externo: refuerzo de la imagen corporativa, fomento del pensamiento complejo, inclusión social, filantropía, concienciación propia y mejora de las relaciones con los stakeholder.
  • Finanzas: aumento de los beneficios económicos, potenciación del desarrollo sostenible y consolidación de los resultados a largo plazo.

¿Cómo trabajar la inteligencia social en la empresa?

Por su parte, Daniel Goleman, en su libro Inteligencia Social, describe los 8 elementos que las organizaciones deben fomentar dentro de sus estructuras para impulsar la inteligencia social en la empresa:

  • Empatía primordialla capacidad de detectar las expresiones emocionales de los demás.
  • Sintonía: la habilidad para prestar atención a otra persona a partir de una escucha activa y completa.
  • Exactitud empática: se trata de la capacidad de comprender los motivos que están detrás de los sentimientos detectados a través de la empatía primordial y la sintonía.
  • Cognición social: consiste en el conocimiento de las reglas que rigen el funcionamiento de un grupo.
  • Sincronía: supone la habilidad de interpretar rápidamente los signos no verbales, aquella información que agiliza la interacción promoviendo preguntas y respuestas.
  • Presentación personal: consiste en transmitir la impresión adecuada de uno mismo según las circunstancias.
  • Influenciapasa por causar una impresión favorable en el otro de tal modo que despierte calidez y confianza.
  • Interés por los demás: refleja la motivación en la comunicación, en los mensajes, en el receptor, en el resultado de la interacción.

Publicado en Escuela Europea de Management. Post original aquí.

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