Cuerpo, movimiento y creatividad

cuerpo y creatividad

Por Franc Ponti

¿Has tocado alguna vez alguien en el hombro y has notado que su musculatura estaba más rígida que el cemento? ¿Has visto a alguien haciendo yoga o gimnasia con dificultades para hacer incluso las posturas más sencillas? ¿Has pensado que quizá esta falta de flexibilidad corporal influye en la mental o psicológica? ¿Recuerdas aquello de “mens sana in corpore sano”?

En mis clases de creatividad en EADA a menudo invito a los participantes a hacer un ejercicio de expresión corporal relacionado con la creatividad. A través de cuatro músicas diferentes, y de unas indicaciones de movimiento, les pido que hagan mover su cuerpo en cuatro direcciones o disposiciones bien claras: estabilidad (tierra), resolución (fuego), flexibilidad (aire) y apertura (agua). Es un modelo adaptado de la escuela chilena Newfield, grandes expertos en coaching.

La estabilidad se relaciona con la seguridad. La resolución con la toma de decisiones. La flexibilidad con la imaginación. Y la apertura con la escucha. Es importante tener los cuatro elementos equilibrados a nivel físico pero también emocional. El ejercicio consiste en que los participantes se auto observen y también que den feedback a otra persona.
Las personas muy racionales y orientadas a la acción inmediata suelen sentirse mejor con la estabilidad y la resolución. En cambio, las más intuitivas y emocionales prefieren la flexibilidad y la apertura. Puede haber, por supuesto, otras combinaciones. Lo importante es disfrutar del ejercicio y aprender cosas nuevas desde una perspectiva diferente.
Todos necesitamos los cuatro elementos si queremos ser más creativos. Primero hay que imaginar algo diferente aunque escuchando los que nos rodean. Pero luego hay que tomar decisiones que funcionen y nos den estabilidad para el futuro. Es la clásica dinámica divergencia-convergencia o arrebato-cordura.

Algunas personas, normalmente las más rígidas, no lo pasan muy bien con el ejercicio. Tienen la sensación de estar haciendo el ridículo … Una sensación muy humana y comprensible pero que deberíamos eliminar de nuestro vocabulario emocional si realmente queremos hacer progresos creativos. Como ya he comentado muchas veces, necesitamos salir de nuestra zona de confort y hacer cosas diferentes si queremos que la creatividad se convierta en un hábito y vaya generando, poco a poco, innovación. Como decía el sociólogo francés Jean Baudrillard, la cultura norteamericana no tiene tanta sensación de ridículo como la europea. En eso nos llevan ventaja, como en tantas cosas más …
Baila, danza, muévete, haz yoga o gimnasia, en solitario o en equipo. Aprende a expresar más las emociones a través del cuerpo. Participa en simulaciones teatrales, role-plays o bodystormings siempre que puedas. Tu creatividad se lo agradecerá.

Publicado en FrancPonti, Pasión por la Innovación. Post original aquí

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