Origen del Pensamiento Estratégico y los mecanismos de la creatividad.

Por Xavier Ferrás Hernández

1340812731340-strategic-thinking1¿Qué tiene en común un científico que intenta resolver un complejo problema matemático, un artista en éxtasis creativo, un general tomando decisiones en el campo de batalla, un corredor de maratones, un luchador de aikido, o un directivo de empresa lanzando una visión estratégica e inspiradora? Muchísimo. Sus mecanismos mentales de elaboración del pensamiento son similares.

William Duggan, profesor de Columbia (NY) escribió un apasionante libro sobre la relación entre los mecanismos de funcionamiento del cerebro y los procesos creativos y de elaboración de estrategia: Strategic Intuition, The Creative Spark in Human Achievement.

Según Duggan, el cerebro funcionaría como una especie de memoria electrónica, en la cual se van almacenando recuerdos y experiencias mediante la sucesiva interconexión de grupos localizados de neuronas. De hecho, el cerebro se transforma (literalmente, se escribe) a medida que aprendemos, en un proceso similar al de una memoria RAM.

El pensamiento funcionaría de la siguiente forma: Cuando construimos pensamientos, se interconectan algunos grupos de neuronas, pedazos de experiencias y recuerdos previos, dando lugar a secuencias racionales y conceptualmente más complejas. En este sentido, existen patrones predeterminados de interconexión, que suelen responder a paradigmas previos o a automatismos adquiridos.

Así, un tenista reacciona rápidamente, ante un golpe del adversario, porque ya ha acumulado suficiente experiencia previa y es capaz de anticipar automáticamente los próximos movimientos. Las conexiones neuronales que se desencadenan, en este momento, lo hacen siguiendo patrones conocidos y experimentados antes miles de veces. Es lo que Duggan llama inteligencia experta.

Sin embargo, en situaciones inesperadas, desconocidas y complejas, los patrones de conexión no son los mismos (porque antes no se han experimentado). Patrones de interconexión anómalos son probados. Es el mismo proceso que genera una creación artística, novedosa y original: el cerebro interconecta grupos de neuronas (recuerdos y experiencias) que jamás antes habían sido puestas en conexión, en un rapidísimo rastreo de combinaciones extrañas y creativas, hasta dar con una solución que encaja en el problema inicial.

Este es el patrón de pensamiento que sigue un general en un campo de batalla, un ajedrecista, un directivo de empresa o un científico ante un problema complejo. Es un proceso de inteligencia estratégica. Y el supremo momento de la iluminación, el momento del Eureka!, se convierte en un instante de instintiva e inmensa satisfacción, de auténtica explosión creativa: la culminación de lo que el autor denomina strategic insight (iluminación estratégica).

La inteligencia estratégica es una inteligencia que debe ser incubada: el cerebro, en un proceso semiinconsciente, puede tardar horas o días en rastrear sistemáticamente infinitas posibilidades creativas para elaborar una estrategia o alumbrar una obra de arte. Es el momento de la introspección, de la inmersión obsesiva en un problema científico, del análisis repetitivo del problema hasta que inesperadamente se produce la conexión, la combinación cerebral adecuada.

Sin embargo, Duggan afirma que el mejor planteamiento para acelerar el proceso creativo es, justamente, abstraerse. No obsesionarse. Cuando nos obsesionamos en buscar una solución, el cerebro racional, experto, busca obstinadamente patrones de conexión conocidos (caminos ya “explorados” entre sus neuronas). En ese momento conviene dar rienda suelta a patrones desconocidos, novedosos… Y, para ello, nada mejor que una buena siesta, un paseo por el campo, o media hora de footing. No en vano, durmiendo se experimentan patrones de conexión novedosos (algunos, aberrantes), que dan lugar a los sueños.

Y, sorprendentemente, se demuestra que focalizando el cerebro en otros asuntos, éste continúa trabajando inconscientemente en la resolución del problema creativo: haciendo ejercicio (corriendo, por ejemplo), cuando estamos concentrados en nuestra propia respiración, el cerebro se desvincula de patrones de conexión obsesivos y da rienda suelta a su creatividad. Muchas ideas excelentes surgen de instantes de relax o de ejercicio ligero. ¿No es cierto que Newton, tras años de meditación -“incubación”- descubrió la teoría de la gravedad durmiendo bajo un manzano?

Los practicantes de artes marciales, o los expertos en budismo zen también saben que, concentrados en su propia respiración, en momentos de meditación introspectiva, de desvinculación del entorno, aparecen intensos fogonazos de éxtasis creativo.

Una explicación apasionante a la elaboración de la estrategia, ofrecida desde lo más profundo de la neurociencia. Y un apunte final: resulta que el mecanismo mental de los científicos que elaboran sus tesis y experimentos, y de los directivos que plantean estrategias innovadoras, no es tan diferente. Hacer una tesis doctoral y elaborar un business plan comparten un mismo proceso mental, una esencia creativa similar y una metodología rigurosa análoga… Entonces, ¿no será una falacia, la supuesta separación insalvable entre los dos mundos?

1 de junio de 2012

Xavier Ferràs Hernàndez (Manresa, 1969). Doctor en Administración de Empresas por la UB (2009). MBA por ESADE (2002). Ingeniero Superior de Telecomunicaciones por la UPC (1993).

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Fuente: Innovación 6.0

Imagen: Strategic thinking  

Publicado en Pensamiento Imaginactivo. Post original aquí.

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